¿Moneda del emperador Sponsianus? Razones por las que no lo creo

El día 23 de noviembre de 2022 se publicó un artículo en la revista PLOS ONE titulado “Authenticating coins of the ‘Roman emperor’ Sponsian. Ese mismo día apareció una noticia al respecto en la BBC que fue vista por centenares de miles de personas. Inmediatamente saltó a la prensa generalista de todo el mundo. Esto ha generado dos efectos. El primero es que la prensa mundial se ha convertido en un enorme altavoz para esta noticia; el segundo es que se ha generado un “teléfono escacharrado”, pues pocos han sido los periodistas que han leído el artículo original. 

Áureo de Gordiano III. Moneda analizada.
Áureo de Gordiano III. Moneda analizada.

En general considero una buena noticia que los avances numismáticos lleguen a un público amplio. Pero mucho me temo que, en este caso concreto, ni es un buen artículo ni se le está dando una buena cobertura. Aquí presento un análisis crítico de este artículo.

De PLOS ONE a la prensa generalista

Cuando leí la noticia en la prensa me sorprendí de que un descubrimiento numismático de este calibre se publicase en la revista PLOS ONE. Esta es una revista científica abierta de propósito generalista donde se publican centenares de artículos, muchos de ellos de dudosa calidad. 

Las revistas abiertas han generado un importante debate en la comunidad científica. No es mi intención entrar en esos debates aquí, pero bastará decir que muchas tienen una calidad muy baja (en algunos casos, pésima): cobran a los autores por publicar (PLOS ONE les cobra 1.805 $ como mínimo) y eso les genera un enorme sesgo para aceptar cualquier cosa. Como científico, yo nunca he publicado en este tipo de revistas. Algunos compañeros publicaron un artículo en PLOS ONE y su experiencia fue nefasta.

Yo no aconsejaría a ningún científico serio que construya su currículum a base de publicar en este tipo de revistas. Eso no significa que ahí solo publiquen los “malos investigadores”. Nada de eso: cualquier investigador tiene trabajos mejores y trabajos peores. Los mejores trabajos se mandan a las mejores revistas y los peores trabajos a las peores revistas. Es normal. Pasa lo mismo con los artistas o con los fotógrafos: igual que pueden tener fotos que publiquen en National Geographic tendrán otras para publicar en la revista de su barrio.  

Áureo de Filipo el Árabe. Moneda analizada.
Áureo de Filipo el Árabe. Moneda analizada.

Por eso me sorprendió muchísimo que un artículo que demostrase la existencia de un usurpador romano hasta entonces desconocido fuese a estar publicado en una revista abierta. ¡Un artículo así se podría publicar en Science o en Nature! Más todavía cuando PLOS ONE es una revista científica, no una revista de arqueología ni de humanidades. De hecho, entre los miles y miles de artículos publicados en esa revista no hay ninguno otro que verse sobre monedas. Muy probablemente los revisores del artículo no tuvieran ni idea de numismática.

Lo que tiene PLOS ONE es un excelente gabinete de prensa que notifica a los medios de comunicación de los artículos más llamativos que publican. Luego los medios hacen lo propio: eliminar cualquier rigor y buscar llegar a una mayor audiencia al coste que sea. A eso se le suma que un medio de comunicación grande (como la BBC) tiene periodistas especializados en la ciencia. Pero no es el caso de otros centenares de periódicos que simplemente ven que una noticia está funcionando y copian su contenido reformulando las frases lo justo para que el algoritmo de Google no lo entienda como un plagio. Esto genera un ciclo pernicioso más que conocido sobre el que algunos científicos incluso han hecho chistes

Supuesto medallón de Gordiano III. Moneda analizada.
Supuesto medallón de Gordiano III. Moneda analizada.

De los miles de artículos escritos sobre este tema muy pocos citan el artículo original, lo que muestra que sus autores ni se han molestado en localizar la fuente. Otros divulgadores más especializados sí que lo han hecho (uno y dos). Yo también lo he estudiado por mi parte. Aquí os presento mis conclusiones, que solo coinciden parcialmente con las de los artículos citados.

La contribución del artículo

El artículo analiza un conjunto de monedas encontradas en Transilvania en el año 1713. Son monedas fundidas con un estilo muy tosco, unos motivos muy raros y unas leyendas incorrectas. Cuatro de ellas acabaron almacenadas en el museo The Hunterian, de la Universidad de Glasgow (Escocia). Estas cuatro monedas están a nombre de Gordiano III, Filipo el árabe (dos de ellas) y un tal “Sponsianus”.  Durante siglos se consideraron propias de un falsario del siglo XVIII. Ya se sabe que por entonces había falsarios que buscaban a incautos coleccionistas para colar sus creaciones. 

La contribución fundamental del artículo es analizar la posible datación de las cuatro monedas custodiadas en The Hunterian. Para ello han hecho una serie de análisis a las cuatro piezas y los han comparado con dos áureos auténticos. Todo indica que estas piezas son antiguas, forjadas seguramente en las décadas centrales del siglo III a.C. 

Los autores han lanzado unas hipótesis (¡hipótesis!, nada de lo que tengan pruebas) que intenta ofrecer un relato creíble sobre la posibilidad de que un tal Sponsianus hubiese sido proclamado emperador en Dacia por la V Macedónica y la XIII Gemina. También sugieren que esta moneda muestra que hubo una economía basada en monedas creadas con técnicas rudimentarias durante un periodo significativo. 

Supuesto medallón de Filipo  el Árabe. Moneda analizada.
Supuesto medallón de Filipo  el Árabe. Moneda analizada.

Esto, que no deja de ser una hipótesis, en mi opinión tiene bastante poco sentido. No les culpo: el autor principal es geólogo y lo han publicado en una revista que nada tiene que ver con la numismática o con la historia. Hay buenos argumentos para mostrar que la moneda se forjó en el siglo III pero hay errores de bulto en lo relativo a la numismática. 

Estoy seguro de que los propios autores saben que patinan en aspectos numismáticos. Su introducción no muestra una motivación basada en las necesidades de esta ciencia. No hay discusión desde el punto de vista numismático. No se fundamentan los resultados con un bagaje numismático ni se comparan con los procedimientos seguidos con los de otros usurpadores de los que solo sabemos por su registro numismático. Ni siquiera se envía el artículo a una revista numismática donde haya revisores que entiendan bien esta ciencia y puedan hacer las críticas pertinentes al trabajo realizado.

Todo esto no lo hicieron los autores porque no buscaban realizar una contribución numismática. Su contribución radica en la datación de las cuatro monedas. Todo lo demás son hipótesis mal tiradas.

Por qué no hay evidencia de que Sponsianus fuese un emperador

Cualquiera que sepa un poco de numismática y vea los ejemplares que ilustran la entrada pensará dos cosas. La primera es que seguro que son monedas fundidas. La segunda es que son imitaciones mal logradas. En mi opinión, ambos aspectos son ciertos.

Una primera impresión sería la que tuvo Cohen: considerar que estas monedas son el trabajo de un burdo falsificador del siglo XVIII. Este artículo demuestra que no es así dando muy buenos argumentos que nos hacen ver que las monedas provienen de la Dacia del siglo III. Entonces lo que se nos ocurriría pensar es que son imitaciones bárbaras de la época. El artículo sugiere una hipótesis contraria pero no demuestra nada.

Supuesto medallón de Filipo  el Árabe. Moneda analizada.
Supuesto medallón de Filipo  el Árabe. Moneda analizada.

Mis argumentos a favor de pensar que estas monedas no son más que imitaciones bárbaras son los siguientes:

  • Como muestra el artículo, son monedas fundidas forjadas con unas técnicas muy rudimentarias para el siglo III. Esto era propio de las acuñaciones bárbaras.
  • Como indica el artículo, la leyenda tiene faltas ortográficas en latín ya que el nombre del emperador está en genitivo (en el artículo se achaca a una “excentricidad del grabador”). Esto también es propio de acuñaciones bárbaras y de pueblos que no supieran latín. No de una emisión oficial aunque fuese un usurpador.
  • Como muestra el artículo, esta moneda no sigue un patrón metrológico concreto. Los autores consideran que estas monedas circularían como “bullion” dando lugar a un sistema monetal propio del lugar. Eso no tiene ni pies ni cabeza. Lo primero porque un sistema monetal no puede basarse en monedas de oro; sería como si hoy en día la moneda más pequeña fuese un billete de 500 euros. Lo segundo porque si esta moneda circuló es justamente porque la gente preferiría atesorar áureos que monedas bárbaras de las que no estaban seguros de qué composición tenían. La Ley de Gresham en estado puro. 
  • El estilo del busto es claramente bárbaro.
  • No tiene ni el más mínimo sentido que un usurpador romano del siglo III incluya en el reverso de su moneda una imitación de un denario republicano emitido 370 (!!) años antes. De nuevo, ese tipo de mezclas sin sentido aparente son propias de las imitaciones bárbaras.
  • Muchos usurpadores quisieron emitir monedas como acto de autoridad (por ejemplo, Leliano). Pero entonces lo lógico es emitir moneda menuda, aunque solo sea porque se pueden emitir más. También es lógico pensar que si dos legiones aupasen al tal Sponsianus allí habría alguien que supiese latín y alguien que supiese ensayar y acuñar metales. ¿¡Qué clase de autoridad se iba a reclamar a base de emitir monedas más propias de unos sármatas de los Urales que de un romano de Dacia!?

En definitiva, a mí me convence el artículo a la hora de demostrar que son monedas forjadas en el siglo III. Pero no me convence con su hipótesis de que una de ellas es el único rastro que tenemos de que un tal Sponsianus fuese proclamado emperador por sus tropas. 

Si nos llegan unas monedas con todas las características típicas de una imitación bárbara, lo lógico es pensar que son imitaciones bárbaras. Esos bárbaros simplemente verían las monedas que vendrían desde el oeste y las imitarían como buenamente pudieran. Unas imitaciones burdas que mezclaban motivos y leyendas de distintas monedas. Unas imitaciones burdas que no pueden ni acercarse a la calidad técnica y artística de las originales. Unas imitaciones burdas que se dieron en muchísimas épocas y lugares, desde los pueblos orientales que imitaban a los tetradracmas atenienses hasta los hispanoamericanos que imitaban la antigua moneda virreinal. Solo por poner dos ejemplos.

Los métodos de análisis

Lo más interesante del artículo es, sin duda, los análisis realizados a las monedas. Son análisis puramente cuantitativos que dan unos argumentos muy sólidos en favor de la antigüedad de estas monedas. Unos análisis que requieren una maquinaria muy compleja, así como profundos conocimientos sobre materiales y sobre análisis de datos. 

Los autores han hecho fotografías muy detalladas con cámaras de fotos y microscopios ópticos y ultravioletas. También han escaneado la superficie con un microscopio óptico de barrido. Finalmente, han utilizado métodos de espectroscopía infrarroja (FTIR) para analizar con detalle los materiales que se encuentran en la superficie de cada moneda. 

La principal ventaja de que el artículo esté publicado en una revista online es que pueden adjuntar tantos datos como sea necesario (en una revista que se imprima siempre hay restricciones). Esto permite que los autores adjunten ficheros con centenares de páginas donde explican con detalle las imágenes, gráficos y datos recogidos. Si os pica la curiosidad podéis echarles un vistazo; por ejemplo, es muy curioso ver imágenes de una moneda con un zoom de 20.000 aumentos

Supuesto medallón de Sponsianus. Moneda analizada.
Supuesto medallón de Sponsianus. Moneda analizada.

En cuanto al análisis en sí y la extracción de conclusiones a partir de él, son dos aspectos los que más me han llamado la atención:

  • La gran diversidad metalográfica de las monedas “bárbaras”. Si bien los áureos que analizaron eran prácticamente oro puro, las monedas fundidas tenían entre un 5 y un 10% de plata y de cobre, además de trazas de otros elementos. Lo más sorprendente es que hay una gran dispersión en la composición metálica de distintos puntos de la superficie.
  • El enorme detalle de los análisis de superficie, ya sea con el microscopio de barrido o con las técnicas FTIR. Estas tecnologías permiten analizar con detalle minúsculos depósitos (a veces de 20 μm) de metales, tierras y restos orgánicos que se encuentran en la superficie de la moneda. De esta forma se han podido encontrar restos de tierras donde estuvieron enterradas las monedas, restos de yeso de alguna antigua limpieza e incluso restos de silicona que se deben a haber manipulado las monedas con guantes.

Yo creo que el estudio de este artículo se puede extender de dos formas. Una es sencilla: dar una argumentación numismática de por qué la famosa moneda no fue emitida bajo ninguna autoridad romana, lo que implica que lo más probable es que el tal Sponsianus nunca haya existido. La segunda es más compleja: proponer una metodología cuantitativa para la datación de monedas cuyo contexto arqueológico se desconozca.

En vídeo

Os dejo un vídeo con un contenido semejante al de este artículo.

15 comentarios en “¿Moneda del emperador Sponsianus? Razones por las que no lo creo”

  1. Hola.

    Grata lectura.

    a) La pieza de oro de Sponsianus, ¿su reverso, no llama la atención?. En el artículo hablan de ello.

    b) La pieza es fundida decís muchos, entonces hay dos opciones, corregirme donde erre.

    1) El reverso se copia de otra pieza

    2) El falsificador realiza el díseño del reverso

    Un saludo.

      1. Hola

        Henry Cohen, en el siglo XIX, en su catálogo «Monnaies sous l’empire romain» Tomo V páginas 184/185.

        Subiría la foto de la página, pero no me permite subir fotos la página.

        La foto está ahí – https://www.imperio-numismatico.com/t164429-esponsiano-un-emperador-romano-desconocido-sale-a-la-luz-gracias-a-un-aureo

        El reverso coincide con las acuñaciónes a martillo donde se mueve el troquel durante la acuñación del cospel. De ahí que si es una pieza fundida, en principio, el falsificador lo ha hecho a traves de una pieza existente y que tenía esa doble acuñación ( Reverso).

        Un saludo.

  2. Adolfo, esta vez tienes muchos errores imperdonables en tu nota.
    Primero, Plos one es una revista que tiene muchas áreas, lamento leer que hayas encontrado muchos de dudosa calidad en tu área. Sin embargo, no en todas ocurre lo mismo, podría decir que en la mía, aún tiene una reputación aceptable.
    Segundo, Plos one cobra por publicar y eso sesga su criterio de aceptación. Falso, todas las revistas científicas «open access» cobran por la publicación de los artículos que aceptan, incluyendo a «nature» y «science». La última vez que revise las tarifas de «nature», rondaban los 7500 dólares, créeme, si tuvieras razón todo mundo preferiría publicar en revistas de ese calibre, el dinero no sería un problema.
    No aconsejas a ningún científico publicar en esas revistas. Enhorabuena por ti al ser tan exigente. No encontré más que un artículo tuyo (y no es un «science» o «nature»), pero por favor dime tu área o los links a tus trabajos, estoy seguro que sería impresionante leerlos.
    «Más todavía cuando PLOS ONE es una revista científica, no una revista de arqueología ni de humanidades.» Falso! La arqueología y las humanidades también son una ciencia!. Creo que esto pondrá nervioso a más de uno de tus lectores, que seguramente pertenecen a cualquiera de estas dos disciplinas!. No solo lo que lleva matráz y pipeta es ciencia!
    «De hecho, entre los miles y miles de artículos publicados en esa revista no hay ninguno otro que verse sobre monedas. Muy probablemente los revisores del artículo no tuvieran ni idea de numismática.» Falso!! Plos one, como todas las revistas científicas, es revisada por pares o «peer reviewed», es decir, todos los artículos pasan por un proceso meticuloso de revisión!, y si revisas un poco, el artículo fue editado por la doctora Melania Di Fazio, una experta en historia romana y numismática (de la Sapienza University of Rome)!. No todos somos tan letrados como tú en la numismática, pero supongo que a la doctora le podrás dar el beneficio de la duda.
    En ese punto dejé de leer tu nota, creo que esta bien tener una opinión, pero hay que ser más responsable cuando se opina de algo que desconoces completamente. No esperaría menos que la reedición de tu reseña.

    1. Iba a contestarte, pero paso. Ya contesté a alguien que tenía una opinión contraria a mí sobre la revista PLOS ONE, pero lo hizo con más educación: https://www.youtube.com/watch?v=a0NwZxplT0Q

      PLOS ONE no es tan mala como otras revistas de acceso abierto. Pero desde luego que no sería una revista para publicar la identificación de un nuevo usurpador romano. Una contribución así debería ir a una revista de primerísima línea y éste no es el caso.

      Ya dije que este tipo de revistas generan mucho debate. Bastará añadir que hay un conjunto significativo de investigadores de medio pelo que crean su currículum a base de este tipo de revistas. La estrategia es sencilla: como para solicitar acreditaciones en la Academia hacen falta publicaciones en revistas indexadas, buscan las peores revistas que hayan conseguido indexarse (muchas veces a base de triquiñuelas que «engañen al algoritmo que calcula el índice»). Una vez que encuentran alguna revista mala que haya conseguido meterse en el índice, mandan allí media docena de artículos. Si hay que pagar 2.000 euros por cada uno no pasa nada: para eso está el dinero (público) de los proyectos. La revista contenta porque recibe 12.000 euros; el investigador contento porque ha sacado seis nuevos artículos indexados; el director del proyecto contento porque tendrá una buena justificación del dinero; y el contribuyente contento porque ignora que parte del dinero que se dedica a la investigación en realidad se malversa con esas prácticas indecentes.

      De nuevo: no digo que eso se haga en la revista PLOS ONE; dentro de las revistas de acceso abierto es de las más serias.

      Pero los defensores a ultranza de este tipo de revistas son quienes hacen esas triquiñuelas, pues son incapaces de realizar un buen trabajo para publicarlo en una revista seria. Mucho más incapaces son de salirse de la Academia y encontrar trabajo de manera privada. Su única opción es encontrar los recovecos del sistema y explotarlos lo suficiente para hacerse con una plaza en alguna universidad antes de que la ANECA deje de contar ese tipo de méritos. Por eso mismo son los que más fervientemente defienden estas revistas.

      Aquí te dejo mis tres últimas publicaciones como primer autor. Por si te las quieres leer:

      https://uvadoc.uva.es/bitstream/handle/10324/49172/Supporting-contextualized-learning.pdf;jsessionid=906868C1883059E4782F6D1D45A3A7B0?sequence=1
      https://www.semantic-web-journal.net/system/files/swj2907.pdf
      https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S107158192200177X

      Saludos,
      Adolfo

      P.D.: yo tengo publicaciones en revistas buenas, malas y regulares, como es normal. Pero nunca he pagado ni un euro (ni yo, ni mi universidad o el proyecto en el que trabajase) para poder publicar.

      1. Ya me leí mi comentario varias veces y no encuentro en donde te falte el respeto. Si fue así, te pido disculpas.
        Segundo, mi intención jamás fue defender a Plos one, o buscar debate sobre eso, faltaría más. No he publicado ningún artículo ahí, aunque por supuesto no lo descarto. Mi punto era que entiendas que tu argumento no tiene ningún sentido. Insisto, busca las tarifas para publicar en «science» o «nature» NO SON GRATIS. Más de uno estaríamos gustosos de publicar ahí si el problema fuese pagar una «tarifa». Plos tiene prácticas predatorias en algunas áreas? quizá, no lo sé, no me consta y aunque así fuera no puedo generalizar. Al menos en mi área, así no funciona la ciencia.
        Tu opinión sobre que ese descubrimiento debió publicarse en otra revista es aceptable, pero no deja de ser tu opinión. Veo que tu área como profesional no es precisamente las humanidades, ni la historia. Te parece entonces si le dejamos esa decisión a los que han dedicado su vida a eso? Como a la Dra que estuvo a cargo de la edición del articulo, por ejemplo. Creo que vale la pena respetarlo y no pisotear el trabajo de los demás con falsos argumentos. Además, seguramente los autores intentaron publicar el hallazgo en una revista de mayor impacto, por alguna razón los habrán rechazado. Puedes escribir al autor de correspondencia, seguro que te responderá y te platicará su experiencia. Sería una gran nota.
        Mi punto siempre fue que en esta nota has hecho muchas aseveraciones fundadas en argumentos completamente sin sentido y erróneos (que parece que no leíste). Esta bien tener una opinión, pero hay que ser más responsables cuando se opina de cosas que evidentemente desconoces.

        PD. Enhorabuena que nunca hayas tenido que pagar por tus publicaciones, por el tipo de revistas que son ya me doy una idea del porque, pero no opinaré porque mi área es completamente diferente.

        1. De entre los miles de artículos que hay en PLOS ONE no he visto ninguno que tenga una contribución numismática. Quizá se me haya pasado, pero tras una búsqueda no he visto ninguno.

          Lo que indico en este texto (que espero que ya te hayas leído, antes de opinar) es que la contribución principal del artículo NO es numismática. Su contribución principal es el análisis de las monedas y la demostración de que no son falsas del siglo XVIII. Lo demás son sugerencias e hipótesis, en palabras de los propios autores. Unas sugerencias e hipótesis que a mí me resultan de lo más rocambolescas. Pero no pasan de ahí: no pasan de ser hipótesis en cualquier caso.

          Hay pruebas de que estos medallones se han hecho en época romana, pero de ahí NO se deriva la existencia de un tal Sponsianus.

          Creo que con esto dejo ya el tema.

          Saludos,
          Adolfo

          1. «De entre los miles de artículos que hay en PLOS ONE no he visto ninguno que tenga una contribución numismática.» No tiene porque!. Si la editora hubiese encontrado que el artículo no encaja con el «scope» de la revista lo habría rechazado, una vez más, es tu opinión.
            «Lo demás son sugerencias e hipótesis, en palabras de los propios autores.» Adolfo, con todo respeto, no entiendes que no entiendes, la base fundamental de la ciencia son las hipótesis. Si las revistas científicas solo publicaran resultados comprobados 100%, a estas alturas ya no habría nada más que investigar en este mundo, y eso sí no creo que eso sea exclusivo de mi área. Un ejemplo muy fácil; cuantas publicaciones existen sobre el covid del 2019 al presente? miles?, cuántos de ellos resuelven la pandemia? Te lo dejo de tarea.
            Aquí lo dejo también.
            Es una pena, yo era un asiduo lector de tus notas.

  3. Don Adolfo. Interesante opinión. Unas preguntas o comentarios. ¿No sería posible que estas monedas fueran monedas de necesidad? Como sabe, el siglo III ya comenzó a ver conflictos y la región en cuestión no está exenta. Por lo tanto ¿no sería posible que un general (imperator) hiciera monedas para afrontar una falta de circulante local utilizando motivos republicanos que probablemente fueran reconocidos (a manera de dar confianza)? Las monedas de necesidad son generalmente productos de baja calidad. Vea las monedas de la independencia mexicana, de Centro América durante la República del Centro de América (1829 Guatemala o El Salvador) o la invasión de Napoleón. Particularmente la guerra de independencia mexicana produjo infinidad de monedas fundidas de terrible calidad. Es una hipótesis nada más, pero tras leer el artículo en PLOS ONE veo sus problemas pero no lo considero (sin ser experto en moneda Romana) como descabellado. Por cierto, uno de los autores, es el encargado de la colección numismática. No suena a ser un novato como yo. De nuevo, es mi hipótesis y puedo estar equivocado. Saludos.

    1. Si por «monedas de necesidad» te refieres a monedas obsidionales, hechas en ciudades sitiadas o algo así… lo dudo.
      Las monedas de necesidad se fabrican en materiales mucho más baratos que el oro con la intención de facilitar el comercio en un lugar donde no llega la moneda regular. Una moneda de necesidad no puede ser de oro y tan grande.

      1. Como el artículo dice, el oro es de más baja ley que las monedas de uso común. El decir que únicamente por ser de oro no pueda ser no es algo con lo que yo esté de acuerdo. Pero agradezco la respuesta.

  4. Una cuestión para que nadie me malinterprete:

    En la ciencia es muy normal que haya debates entre pares. Es parte del trabajo del científico y la forma en la que el conocimiento va avanzando.
    Un catedrático manda un artículo a una revista y ésta busca revisores. Quizá alguno de esos revisores sea un doctorando o alguien que acaba de acabar su tesis. Y quizá ese revisor le diga al catedrático que su artículo no está bien fundamentado o que no le convence tal o cual cosa. Es normal. Y eso no significa que el doctorando sepa más que el catedrático, ni que sea más listo ni nada así. Simplemente es otro científico que revisa el trabajo de otro colega (de manera anónima).
    Igualmente es normal que un investigador lea artículos de otros colegas, los analice, los entienda y haya cosas que no le convenzan. Cualquier artículo medianamente serio hablará del trabajo realizado por otros colegas y explicará qué cosas le convencen y qué otras no (y por qué). A partir de ese estado de la cuestión motivará y fundamentará su investigación.

    Pues aquí lo mismo: una lectura crítica por mi parte me hace ver cosas que me han gustado y otras cosas que no. No me convencen para nada.
    Eso no significa que yo me crea más que los autores o que yo sea más listo o que ellos sean tontos o nada así. Simplemente significa que no me convencen. Quizá haya nuevos estudios que aporten más pruebas y me acaben convenciendo; quizá no me convenzan nunca a pesar de que tengan razón y yo esté equivocado; quizá sea yo el que estoy en lo cierto…

    Pero vamos, que el debate y la confrontación de opiniones enfrentadas es el trabajo habitual de un científico. Un trabajo que no va de ver quién es el más listo sino de aprender juntos.

    Saludos,
    Adolfo

  5. sobre el tema de Sponsianus aparece este texto: https://accs-network.com/2022/12/11/some-remarks-on-the-re-evaluated-sponsianus-coins/
    Al parecer, hubo cinco juegos (al menos) que aparecieron a principios del siglo XVIII, todos iguales. Eso da muchas pistas de que podrían ser falsos del siglo XVIII. Quizá hubieran sido enterrados por los propios falsarios.
    No sé si tendría sentido analizar las muestras de tierra que tiene esa moneda y compararla con otras monedas desenterradas en Dacia.
    Sea como fuere, parece que muchos numismáticos no se lo creen.

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