La fecha no aparece de manera obligatoria en la moneda española hasta la Pragmática del 2 de julio de 1588. A pesar de ello, muchas veces las monedas más antiguas portan otra información que nos permiten datarlas o, al menos, acotar su fecha de acuñación. Por ejemplo, en el caso de la República Romana nos solemos basar en los tresviri monetalis a cargo de la acuñación, mientras que en el caso del Imperio Romano muchas veces son los títulos del emperador los que permiten datar la pieza. De igual forma, en el caso de las monedas a nombre de los Reyes Católicos la marca de ensayador es la que nos otorga más información.
Antes de nada hay que aclarar que las monedas a nombre de los Reyes Católicos no solo se acuñaron en época de Isabel y Fernando. Durante la época de Carlos y Juana, e incluso de Felipe II, se siguieron acuñando monedas a nombre de estos ínclitos monarcas. Por eso hablamos de monedas “a nombre de los Reyes Católicos” y no de “monedas de los Reyes Católicos”, pues aunque se acuñaron a su nombre hacía ya tiempo que estos reyes habían pasado a mejor vida.
De entrada sabemos que todos los múltiplos de real (2 reales, 4 reales y 8 reales) acuñados a nombre de los Reyes Católicos se hicieron tras la muerte de estos. Estos módulos no están definidos en la Pragmática de Medina del Campo del 13 de junio de 1497, que es la legislación fundamental para entender las acuñaciones de la primera mitad del siglo XVI. Solo se hizo necesario acuñar múltiplos del real cuando llegó a la Península una cantidad ingente de plata proveniente de América.
En los siguiente comentaré cómo datar dos monedas de 8 reales a nombre de los Reyes Católicos que se ofrecen en la próxima subasta de Soler & Llach. Sirvan ellas de ejemplo sobre cómo datar las monedas a nombre de los Reyes Católicos, sean del módulo que sean. Necesitaremos un listado de ensayadores con sus marcas; en la web hay algunos pero yo me baso en el libro Ensayadores, de Josep Pellicer. El catálogo de Juan Luis López de la Fuente es más básico pero también sirve.
8 reales de Toledo

En este duro de los Reyes Católicos se observa la marca de ceca en el anverso, mientras que la marca de ensayador está en el reverso. Esa marca de ensayador es la M con estrella que se encuentra entre el yugo y las flechas (podría encontrarse en otra zona del campo de la moneda, dependiendo del cuño). Tenemos, por tanto, que la sigla del ensayador es una “M”, así que su nombre o su apellido comenzará por “M”.
El problema es que en el siglo XVI hay tres ensayadores de Toledo cuyo apellido comienza por “M”: Baltasar de Manzanas, Eugenio de Manzanas y Alejo de Montoya. El tercero lo descartamos rápidamente porque ensayó a partir de 1578 y, por tanto, no lo hizo en monedas con esta tipología. Además, es conocido que su marca de ensayador es una M dentro de un círculo.
Hay otras cuatro marcas con M: una “M” sola; una “M” coronada; una “M” con trébol; y una “M” con estrella. Lo difícil es asignar estas marcas a cada ensayador. La “M” con estrella es la única que aparece en los 8 reales.
El catálogo de Juan Luis López de la Fuente sólo considera a Baltasar de Manzanas, a quien asigna las cuatro marcas. Este catálogo entiende que Baltasar de Manzanas ensayó 8 reales entre 1557 y 1566. Así pues, según este catálogo tendríamos este intervalo temporal para la moneda que se muestra más arriba.
El libro de Pellicer discute este tema con mayor profundidad, haciendo un estudio documental y un análisis de cuños. Acepta que falta mucha documentación y simplemente plantea hipótesis lo mejor argumentadas que se pueda. Según él, Baltasar de Manzanas utilizó las marcas “M”, “M” coronada y “M” con trébol entre 1530 y 1559. Luego aparecería Eugenio de Manzanas, quien acuñó monedas de 8 reales con la marca “M” con estrella entre 1559 y 1566. Así pues, según el catálogo de Pellicer, el intervalo temporal de estas acuñaciones sería algo menor que en el caso del de López de la Fuente y la asignación del ensayador sería distinta.
Como la discusión es más amplia y está debidamente referenciada, acepto como más fiables los datos de Pellicer. A pesar de ello, no dejan de ser hipótesis.
8 reales de Segovia

En este duro segoviano aparece la marca de ceca en el reverso, bajo el yugo y las flechas (es la especie de cuadrado que representa un acueducto). La marca de ensayador está en el anverso, a la derecha del escudo. Se trata de una D invertida con un roel encima.
De nuevo nos encontramos ante el problema de cómo asignar esta marca de ceca a un ensayador, puesto que hay dos cuya inicial comienza con “D” en el segundo tercio del siglo XVI: Diego de Espinar y Diego Muñoz.
Atendiendo al catálogo de Pellicer (el de López de la Fuente tampoco coincide), la distinción de estos ensayadores es el estilo de la “D”. Una “D” gótica se refiere a Diego de Espinar, mientras que una “D” humanística se refiere a Diego Muñoz. En este caso estamos claramente ante una “D” humanística, así que debe de ser una moneda ensayada por Diego Muñoz. Este ensayador trabajó en Segovia entre 1557 y 1571, si bien esta tipología de duros solo se acuñaron hasta 1566. Por lo tanto, la temporalidad de esta acuñación es entre 1557 y 1566.
La próxima subasta de Soler & Llach
Soler & Llach organiza una doble subasta: una en sala el día 26 de abril, que constará de sesión matinal y sesión vespertina; y otra por correo el día 27 de abril. Ambas subastas dan un repaso a la historia de la numismática. Aquí comentaré brevemente los lotes más interesantes de las monedas españolas en la subasta en sala, dejando para una entrada futura los lotes de monedas extranjeras. Os invito a echar un vistazo a la subasta por correo, donde hay bastantes piezas bonitas y aptas para un coleccionista medio.
En la Edad Antigua encontramos ejemplares muy interesantes. Hay monedas griegas tan bellas como esta estátera de Siracusa o la estátera de oro de Cirenaica. Entre las monedas ibéricas destacan los tres raros denarios de Icalcuscen y algunos otros, como el de Turiaso. En cuanto a Roma, hay monedas de todos los módulos pero las que más me gustan son los denarios. En la República hay varios denarios de Julio César muy bonitos y también un excelente ejemplar del denario de Sexto Pompeyo. Entrando en el Imperio hay otros denarios raros, como el de Calígula, el de Pertinax o el de Didio Juliano.
En la Edad Media me han gustado mucho los trientes visigodos. Los hay raros, como el tipo curru, el de Sisebuto de Elvora o el de Égica de Toledo. Entrando en Al-Ándalus hay muchos oros. Algunos son tan raros como este dinar de las taifas almorávides. En cuanto a los reinos cristianos, en la Corona de Castilla me ha gustado mucho el dinero de Urraca y en la de Aragón el impresionante doble ducado de Fernando el Católico.
Entrando en la Monarquía Española, los Reyes Católicos tienen una presencia breve pero intensa. Los dos duros que ilustran esta entrada son ejemplares excepcionales, como también lo son el ducado de Valencia y el excelente de Toledo. De los Austrias sigue habiendo muy buenos duros acuñados a martillo, como el de Felipe II de Segovia, el de Toledo de 1590, el de Cartagena 1622, el de Zaragoza 1651, el de Burgos 1651… ¡¡una maravilla!! También hay una gran cantidad de monedas macuquinas.
Con los Borbones sigue la fiesta. Hay muchas monedas de oro tremendamente comerciales. Entre ellas destaca las onzas limeña de 1745 y de 1762. Pero el ejemplar que más me ha gustado ha sido el 2 escudos limeño de 1714. Ya en el siglo XIX destaca el duro de Santiago de 1809 y, sobre todo, el rarísimo 100 reales de Sevilla de 1851.
He publicado varios vídeos al respecto de esta subasta. Aquí os los dejo para que podáis ver algunos de los mejores lotes:
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Hoy he sido verdaderamente consciente de la importancia de la acuñación para la vida, y del papel del ensayador en todo ello…que casi 500 años después, seguimos teniendo consciencia del nombre de un señor que trabajó en una fábrica. No es que distingamos la moneda en sí… Es que durante 500 años se ha considerado que la documentación que hacía referencia a estos señores es tan importante que no se debe destruir.