Retomo la serie de entradas, que dejamos aparcada el año pasado, sobre los coleccionistas frustrados. En este caso hablaré de una “frustración social”, que se da cuando el coleccionista no encuentra compañeros de intereses. Al cabo de unos años esto genera un problema porque el coleccionista se ve solo y ve que todo el esfuerzo que ha hecho no será retomado por nadie. Un esfuerzo vacío.
El problema de la soledad
La soledad y la incomprensión social acompañan a cualquier coleccionista. Supongo que todos hayamos pasado por intentar explicar a amigos y familiares nuestro interés por dedicar un dinero considerable a unas moneditas que ellos no dan ningún valor. O intentar explicar la trascendencia histórica de alguna emisión sin conseguir más que nos miren con cara de pez. Luego siempre viene el comentario de que si el dinero empleado en las monedas no hubiese sido mejor dedicarlo a un viaje o a salir de copas.
Esto es normal. A todos nos pasó en algún momento. En mi opinión lo mejor es que las amistades sepan que coleccionas monedas pero nunca hablar de ello. Si acaso se puede comentar alguna anécdota de coleccionista, pero es mejor no hablar de temas técnicos con quienes no están interesados en la numismática.
Afortunadamente hoy en día es muy fácil encontrar otros colegas con quien compartir la afición. Para eso están las redes sociales (y el Club Escudo). Ahí no es complicado encontrar a coleccionistas que comparten sus compras, sus reflexiones y sus consejos. Se llegan a formar verdaderas amistades que benefician a toda la comunidad de coleccionistas. También se favorece el aprendizaje de cada miembro de la comunidad.

Pero todavía hay algunos que no encuentran su comunidad. Suelen ser coleccionistas interesados en temas muy concretos: no les interesa nada más que el tema que coleccionan y coleccionan algo tan específico que solo les interesa a ellos. De esta forma son incapaces de integrarse en ninguna comunidad porque, simplemente, la comunidad que están buscando no existe. La soledad que esto supone genera una gran frustración en el largo plazo, especialmente si el coleccionista ha hecho un esfuerzo notable en investigar su temática. Un esfuerzo que, llegado el momento, se entenderá como vano.
Tal fue el caso de un coleccionista de errores del que os hablé hace 12 años (¡cómo pasa el tiempo!). Este hombre dedicó innumerables horas y esfuerzo a encontrar micro-errores casi imperceptibles. Unos errores con los que se obsesionó pero que no interesaban a nadie más que a él. Hizo hojas explicando los errores, fotografías para ilustrarlos, guías para coleccionistas… No interesó a nadie. Tras varios años dejó la afición frustrado y con sensación de derrota.
La soledad tiene solución
La soledad del coleccionista tiene solución, como casi todo en esta vida. Creo que esa solución pasa por entender dos cosas:
- Lo que interesa a alguien no tiene por qué ser interesante para el resto.
- Se pueden estudiar ciertas series, y aprender sobre ellas, aunque no se coleccionen.
El primer punto creo que es fácilmente aceptable por cualquiera que sea mínimamente maduro. No solo ocurre con el coleccionismo. Está muy bien que alguien se sienta atraído por las sagas islandesas y que las estudie en profundidad si eso le hace feliz. Pero debe ser consciente que será complicado que encuentre a muchos interesados en ese mismo tema. Si, además, ese es su único tema de conversación y lo único que le interesa en la vida, pronto se quedará sin amigos.
En la numismática es lo mismo. Alguien podría dedicarse a coleccionar cash coreanos. Podría ir más allá y hacer artículos de divulgación al respecto, como hace Víctor Rico con la moneda japonesa (uno y dos). Pero mucho me temo que en España no encontrará más de media docena de gente interesada en profundizar en esos cash coreanos, por mucho esfuerzo que haga. Si lo acepta de partida evitará frustrarse en su vano intento de conseguir que los cash coreanos sean coleccionados masivamente en España.
¡Pero eso no significa asumir que se debe permanecer aislado!

Yo recomendaría a ese coleccionista que ampliase sus intereses a pesar de que su colección siga concentrada en un tema muy específico. Siguiendo con el ejemplo del coleccionista de cash coreanos, quizá pueda contactar con otros coleccionistas de moneda asiática (aunque no coleccionen de Corea) y así puedan aprender todos de todos. Él acabará con una cultura general mucho más amplia de la historia y la numismática de Asia, mientras que seguramente pueda aportar mucho a esa comunidad con sus conocimientos coreanos.
Os aseguro que esa aproximación es muy gratificante: coleccionistas expertos en distintos ámbitos que comparten su conocimiento y aprenden todos de todos. Podría fundamentarlo con teorías de aprendizaje informal, pero me resulta más sencillo mostrarlo a partir de mi propia experiencia. Eso es justamente lo que hacemos en el Club Escudo y estamos todos encantados.
Me recuerda a una película cómica de lo absurdo … Que en una escena había un señor contando sus problemas en un diván, suena el timbre de final de la sesión y el psicólogo y paciente se intercambian los papeles y empiezan a hacer la sesión al contrario.
Siempre puedes contar tus rarezas a alguien de confianza que te escucha educado e incluso aprendiendo e interesado, si luego estás dispuesto a escuchar la batallita del de al lado, aunque no tenga nada que ver con tu lucha. Amistad, cordialidad y ganas de aprender, aunque las batallas sean diferentes siempre tienen puntos en común
No me acuerdo qué filósofo clásico (¿Séneca?) decía que había que convertir cada conversación en una clase y a cada contertulio en un maestro.
Para mí cualquier tema es interesante siempre que pueda aprender. Lo mismo intento hablar de medicina con un médico que de política educativa con un maestro o de relaciones entre ejércitos con un cargo militar. Obviamente para escuchar y no para querer saber más que el experto.
Lo que dices de la película me recuerda a «Insania», de Svankmajer (por cierto, uno de los cineastas que más me gustan). No quiero comentarlo para no hacer spoiler.
Los cash coreanos molan! Tus consejos son acertados, buscar colegas con intereses afines y abrirse un poco. En principio debería ser compatible mirar de todo un poco y tener algunos temas estrella.
Hombre, molan… hasta cierto punto.
No me cabe duda de que son una colección interesante, como todas, pero no creo que interese a un público muy amplio. Justamente por eso me gusta tu canal: siempre me sorprendes ;)
«Siempre puedes contar tus rarezas a alguien de confianza que te escucha educado e incluso aprendiendo e interesado, si luego estás dispuesto a escuchar la batallita del de al lado, aunque no tenga nada que ver con tu lucha.»
Je, je, qué peligroso es eso. Gente dispuesta a contarte sus batallitas con todo lujo de detalles (los más de ellos prolijos y sin interés) y/o la mayor vehemencia hay cien mil. O un millón. Ahora bien, que luego estén dispuestos a aguantarte la batallita más de dos minutos seguidos, son el 5% de la anterior cifra. Es algo que tengo más que requetecomprobado.
La idea es totalmente razonable pero fracasa a la hora de ponerla en práctica. Yo, por mi trayectoria laboral, he estado en la tesitura de tragarme densas chapas por los temas más variopintos, sin embargo cuando yo intentaba contarles una mínima fracción de mis cosas, rápidamente cambiaban de tema. Hoy en día, en el ámbito comercial no me importa tragarme chapas «random», lo considero parte de mi trabajo y no de las peores, pero en la vida personal, si no veo interés genuino hacia mi persona, corto elegante pero firmemente los intentos de «chapote».
En mi opinión (continuo mi escrito pues me interesa el tema) el ser un buen conversador es todo un arte. Ni muy técnico, ni muy facilón. Ni muy callado, ni muy locuaz. Ni muy presuntuoso, ni demasiado humilde. Ni hablar muy alto, ni hablar muy bajo. Ni muy adulador, ni muy sumiso. Ni muy quejica, ni demasiado «feliz», ni ir de listillo ni permitir que el otro lo vaya… mil cosas.
Una buena conversación entre personas que no se tienen demasiada confianza debe ser, en mi opinión (y esto vale para las charlas de monedas también), como un partido de tenis: bola va bola viene. Ya en términos de amistad puede ser diferente. Tal vez tu amigo desee contarte un problema o un proyecto y lo suyo es dejarle hablar el tiempo que necesite.
¡Llevaba años esperando algún comentario sobre moneda coreana! :) Aunque no ha sido el esperado. Las monedas coreanas de finales del XIX y principios del XX (posteriores a las de agujero mencionadas por Adolfo, y anteriores a la división de Corea) son bellísimas, tengo unas pocas como un medio wong de 1906. ¡Muchas gracias por el blog Adolfo, es estupendo!
Efectivamente, como bien dicen por aquí los larga chapas suelen ser gente sin ningún sentido de la educación que te cuentan con detalle sus pasiones pero a la que lo le interesan en absoluto las tuyas.
Ni un minuto hay que perder con esas personas. Luego dicen que la sociedad cada vez es más impersonal y que impera la soledad, es el precio a pagar por tanto egoísmo.
Para los que somos más de billetes que monedas, en algunos foros (Imperio Numismático) nos auto llamamos los del «sótano», y si como es mi caso, sólo billetes españoles, pues aún más minoritarios todavía, y sí esos billetes NO están certificados, pues más raros y «viejunos» todavía, aunque yo sólo tengo 56 años. Hice un grupo de Facebook y con eso y leer la Enciclopedia de la Notafilia española de José Antonio Castellanos, ya tengo bastante.
Adolfo! Mi pareja me mira con cara de pez cuando le hablo de mi colección! ¿ Que puedo hacer? Jajaja. Ojalá mostrara un poco de interés…
Puedes mostrar interés tú por sus aficiones y luego intentar ser ecuánimes.
Adolfo, queria hacerte una pregunta:Si tienes un libro de una colección de monedas y billetes,las monedas traen una (R),estas monedas tienen valor para los coleccionistas.Son monedas antiguas sin circular.
No entiendo bien la pregunta. ¿La (R) está en la moneda o en el libro?
Si está en el libro no sé qué significa. Si está en la moneda, muestra explícitamente que es una reproducción moderna, sin ningún tipo de interés para los coleccionistas.
Si la R esta en el libro quiere decir que es rara, RR, muy rara y RRR, rarisima. Saludos