El fracaso del patrón bimetálico

El patrón bimetálico

El 19 de octubre de 1868 nace la peseta como unidad monetaria española mediante un decreto del Gobierno Provisional, apenas un mes después del derrocamiento de Isabel II. Este decreto tuvo a bien alinear el sistema monetario español con el bloque que constituía la Unión Monetaria Latina, que había sido formada en 1865 impulsada por Francia (si bien tenía precendentes). De esta forma, España adoptaba un patrón bimetálico basado en el oro y la plata a pesar de que nunca formó parte oficial de la Unión. 

El patrón bimetálico entendía como dinero tanto el oro como la plata y establecía una relación de valor entre ambos, concretamente de 1 a 15,5. Es decir, 15,5 gramos de plata equivalían a 1 gramo de oro. 

Los países que se alineaban con la Unión Monetaria Latina emitían moneda de entre 5 pesetas (o francos, liras, bolívares…) y 100 pesetas en oro. El peso era de 6,45 g. para las monedas de 20 pesetas, que eran las más comunes. También emitían monedas de 5 pesetas con un peso de 25 gramos. En todos estos casos la ley era de 900 milésimas. Si echáis las cuentas veréis que cuatro monedas de 5 pesetas de plata equivalían a una de 20 pesetas de oro. 

Las denominaciones inferiores eran fiduciarias. Las de 20 céntimos hasta 2 pesetas eran también de plata pero con menor ley: 0,835. Las de 1 a 10 céntimos eran de cobre.

Además, para que pudiera ser considerado un patrón bimetálico se debían dar ciertas circunstancias:

  • Los pagos de las deudas podían hacerse indistintamente en oro y en plata. Esto implica que en cualquiera de los dos metales se podía comprar cualquier cosa, cancelar cualquier deuda o cobrar cualquier billete.
  • Había libre circulación de monedas de oro y plata.
  • Había una libre acuñación de monedas de oro y plata, puesto que no son monedas fiduciarias (que “crean” dinero de la nada) sino que ponen en circulación “dinero existente”. 

Un sistema bimetálico puede funcionar adecuadamente siempre y cuando la relación del valor entre el oro y la plata se mantenga constante. 

Prueba no adoptada de 10 céntimos de 1869
5 pesetas 1871 (71-71)

El patrón oro

Lamentablemente para los economistas del siglo XIX, hubo una fuerte devaluación de la plata a partir de 1868, que se pronunció a partir de 1873. Esto ocasionó un terremoto económico porque todo el mundo quería cambiar moneda de plata por moneda de oro, ya que en el mercado libre la relación entre el oro y la plata era significativamente mayor que 1:15.5.

Como consecuencia, los estados miembros de la Unión acordaron en enero de 1874 interrumpir la conversión de plata a oro de manera temporal. Pero el precio de la plata no repuntó, por lo que se suspendieron las acuñaciones de plata como moneda de la Unión Monetaria Latina a partir de 1878. Es decir, las monedas de plata pasaban a ser fiduciarias y la Unión pasaba, de facto, a seguir un patrón oro.

A partir de ahí, cada país hizo lo que pudo para estabilizar su economía. Haber emitido plata como dinero y luego no aceptar su convertibilidad ni forzar su libre circulación implicaría que la masa monetaria de los países no podía responder a las deudas contraídas (hoy en día no tenemos ese problema porque el dinero lo crean los bancos centrales de la nada). En este artículo de Clementina Ródenas Segundo Bru nos comenta algunos casos, subrayando el caso de España. 

1 peseta 1884/3 (18-84)
4 pesos, Manila 1881

España desea buscar el patrón oro

Al igual que el resto de países, España se adaptó a la situación lo mejor que pudo. 

En un primer momento se centró en la acuñación de monedas de plata y no forjó monedas de oro para la circulación. De hecho, las únicas monedas de oro anteriores a 1876 fueron las rarísimas monedas de 100 pesetas de 1870 y 1871, así como las 25 pesetas de 1871. Son monedas para su presentación, no pensadas para circular.

En 1876 se aprobó un Real Decreto que limitó la acuñación de monedas de plata, pues ya para entonces se consideraba fiduciaria. Además, establecía “que cuando hubiese oro suficiente en circulación, el Gobierno fijaría la fecha, desde la cual no sería obligatorio admitir en cada pago más que ciento cincuenta pesetas en plata”. Es decir, se entendía que España iba hacia un patrón monometálico de oro, aunque no de manera pura porque los pagos menores a 150 pesetas sí se podrían hacer en plata. En cualquier caso, se entendía que este paso tan importante no se podría realizar en 1876 porque no había suficiente oro en circulación.

Hay que entender que la situación de 1876 era realmente extraña. Por un lado, seguía rigiendo la ley de 1868 que definía un patrón bimetálico. Por otro lado, la moneda que circulaba era de plata y las deudas se pagaban en plata; así que se tenía una especie de patrón plata en el que no había libertad de acuñación de plata. Finalmente, el gobierno intentaba que España llegase a tener un patrón oro alienado con la Unión Monetaria Latina. No me quiero imaginar las discusiones que tuviesen en ese momento en el Banco de España.

Lo que es bastante claro es que a partir de 1876 hubo una emisión muy fuerte de monedas de oro en España en forma de monedas de 25 pesetas. A nadie le extrañará porque el Gobierno buscaba que hubiese el suficiente oro circulante para poder adoptar el patrón oro.

Prueba no adoptada de 10 céntimos 1929
Prueba no adoptada de 1 peseta 1927

España se resigna a la plata

Las emisiones en oro entre 1876 y 1881 fueron muy elevadas pero no tuvieron el efecto buscado. Lo que ocurrió es que el oro simplemente salió de España o se atesoraba. Por lo tanto, España se vaciaba de oro a la vez que no aumentaba el oro circulante. Sinceramente, no entiendo cómo los economistas de la época no lo vieron venir.

A partir de 1881, y especialmente a partir de 1883, se redujeron drásticamente las acuñaciones de oro. Se llegó al punto de inflexión en 1883 que el Banco de España pidió a sus sucursales que no convirtiesen los billetes en monedas de oro. Para algunos autores esto supuso el abandono de España del patrón oro, si bien España nunca había adoptado dicho patrón y oficialmente no se canceló la convertibilidad de los billetes hasta 1939.

A finales del siglo XIX el Banco de España no entregaba monedas de oro en circunstancias normales y, de hacerlo, aplicaba una prima sobre las monedas de plata (lo mismo ocurría en Francia). Muchos documentos de la época mencionan que el circulante de oro en España era insignificante y que su circulación era “escasa, deficiente, casi nula”. 

Fue la plata la que permitió al Banco de España cumplir con la convertibilidad de la deuda y proporcionar un circulante al país. A la vez, la teórica conversión entre el oro y plata fue la que permitió al Banco de España acumular oro en la última década del siglo.

La Colección General Prim

Áureo & Calicó va a subastar la Colección General Prim el día 16 de diciembre. Sin ninguna duda es la mejor colección de El Centenario de la Peseta jamás reunida. Es más, me atrevo a decir que en las próximas décadas no se va a reunir una colección mejor. Lo tiene todo: monedas de alta calidad, monedas rarísimas (en alta calidad), pruebas de acuñación, variantes de cuños… 

Cuando estuve en Barcelona el pasado mes de septiembre visité la sede de Áureo y pude ver esta colección. Grabé vídeos de algunos lotes que he ido publicando en el canal de Youtube del Blog Numismático. Aquí os recopilo todos ellos. Solo hace falta ver estos vídeos y ver las imágenes que ilustran la entrada para darse cuenta de la magnitud de la colección.

A los mecenas os dejo, al final, un vídeo con comentarios sobre esta colección tras haberla analizado con el grupo de Discord.

Podéis seguir a Áureo & Calicó en su weben Facebook y en Twitter.

 

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Comentarios en: El fracaso del patrón bimetálico

  1. Una de los mejores artículos que he leído sobre el tema. Me sorprende que haya habido tan pocos comentarios en esta entrada, especialmente porque es una época muy interesante de analizar en cuanto a discutir la conveniencia y escenarios a contemplar por aquellos aficionados al bullion.

    Por mi parte, ojalá haya más sobre este fantástico tema e incluso te lanzo un capote complicado. ¿Por qué nunca has abordado los proyectos europeos del ERM/ ERM II y la secuencia EUA/ ECU/ EUR? Vale, es historia muy reciente y quizá asusta por su excesiva burocracia e intangibilidad, pero la historia monetaria europea/ española ha pasado por aquí y el futuro pinta muy digitalizado. La numismática debe actualizarse en consecuencia.

    Pido mucho, ¿verdad? jeje

    1. La verdad es que estos artículos más históricos no suelen tener demasiados comentarios. Los que tienen vienen más por Facebook.

      Es una pena porque estos artículos requieren bastante tiempo y a veces me quedo con una sensación un tanto tibia. Pero luego escucho comentarios de algún artículo que escribí hace tiempo y hay coleccionistas que me dicen que les gustó o les ayudó. Y ya se me motiva para seguir esforzándome.

      Tu propuesta es muy ambiciosa. No he conocido a nadie que haya escrito al respecto. Es más propio de una tesis doctoral que de un artículo de un blog como éste. Lo que suelo hacer es leer los trabajos de investigadores y luego basarme en ellos para escribir artículos. Ese es mi rol. A veces voy a las fuentes, pero siempre con la guía de quien antes ya se las ha trabajado. Lo que tú propones supondría meses de trabajo.
      Pero si estás dispuesto a meterte con ello y escribir un artículo al respecto, con gusto te cedo un espacio en el Blog.

      Saludos,
      Adolfo

  2. Hola Adolfo,
    No acabo de entenderlo muy bien… patrón bimetálico lo ha tenido al menos desde que había escudos, en una proporción 1:16 (1 escudo – 16 reales). Adoptando el nuevo standard de la UML no veo que fuera a cambiar demasiado el sistema.
    Respecto a la devaluación de la plata… yo creo que siempre han existido momentos en que el oro o la plata se apreciaba más respecto al otro, y entonces principalmente los cambistas con contactos (internacionales) aprovechaban a ponerse las botas llevando el metal y cambiándolo, y supongo que al final se tenía que estabilizar, con gente que había aprovechado su oportunidad a cambiarse al metal más ventajoso (y así varias veces)
    Saludos

    1. No exactamente.

      En las monedas históricas había una equivalencia teórica de 1:16 (en el caso de España), pero nadie forzaba a aceptar deudas en oro o en plata. En los contratos generalmente se indicaba el tipo de moneda que se aceptaba como pago, ya fuese de plata o de oro. Luego a título privado e individual, cada quien cambiaría las monedas de oro y plata al tipo de cambio que buenamente quisiera. Un tipo de cambio que no era estático ni, como tú dices, idéntico entre países.

      La diferencia con el siglo XIX es que entonces el dinero se iba haciendo más abstracto. Cualquiera llegaba al banco con un billete y decía: «yo quiero cobrar estos 1.000 francos en oro» o «yo quiero cobrar estos 1.000 francos en plata». Con un patrón bimetálico eso solo funciona si la relación de precio entre el oro y la plata permanece estable.

      Saludos,
      Adolfo

      1. Buenísimo artículo que me ha servido para entender mejor el patrón bimetalico.
        Curiosa la prueba de los 10 céntimos de 1929 con la corona mural, ¿anunciaba la próxima Republica?

  3. Como cambian las cosas, pagar las cosas con oro y plata, imagináis eso hoy en día? Estoy seguro que la mayoría de los que tienen menos de 40 años apenas usan dinero en efectivo, y usan mucho más la tarjeta bancaria, bizum, móvil, etc, casi todo electrónico. Como el móvil que ahora estoy usando para éste blog. Aunque metan un poco de miedo con los apagones de la luz ésta claro que el oro quedará como refugio para momentos de inestabilidad económica.

  4. Estaba reflexionando sobre la lectura de este artículo en mi tiempo libre; (me pareció muy interesante).

    A día de hoy la plata cotiza a 0,65 €/gr., mientras que el oro cotiza a 51,32 €/gr; es decir la relación ha aumentado de 15,5 en el siglo XIX a prácticamente 79 a principios del siglo XXI.

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