
Periodo: Edad Contemporánea
Rey: Fernando VII
Año: 1811
País: Chile (Imperio Español)
Ceca: Santiago de Chile
Denominación: 8 escudos
Peso: 26,88 g.
Material: oro
Calidad: MBC+
Tienda: Numismática Llamas
A la venta: Pulsa aquí
El origen del “Busto de Almirante”
Hace unos años describí el llamado “busto de almirante” en esta bitácora. Se trata del primer busto que representa a Fernando VII en la ceca de Santiago de Chile y apareció en las monedas de 8 reales y de 8 escudos entre 1808 y 1811. Es un busto que muestra a Fernando VII como un almirante tradicional de la Armada Española.
A nadie debe sorprender que en Santiago se adoptase un busto de Fernando VII tan pronto como en 1808. Eso mismo hicieron otras cecas como México o Lima, quienes proclamaron a Fernando VII como rey como excusa para distanciarse del gobierno de la Península. La representación temprana del nuevo monarca proclamado en los cabildos de tantas ciudades americanas era una forma de reivindicar no solo al nuevo rey sino, sobre todo, a su autonomía a la hora de proclamar su propio rey. Lo que sí sorprende es que Santiago de Chile acuñase monedas con un busto realista de Fernando VII, no como en México o Lima, donde se grabaron los llamados “busto imaginario” y “cara de mico”, que nada tienen que ver con el verdadero retrato del monarca. ¿Cómo es posible que la ceca más alejada de todas fuese, justamente, la que acuñase la moneda más acorde con la realidad facial del monarca?
El inicio de este retrato debe encontrarse en Buenos Aires. En mayo de 1808 se formó en Buenos Aires una Junta de Gobierno que consideró a Fernando VII su rey. El Virrey preparó un manifiesto que se publicaría el 21 de agosto y que anunciaría la jura a Fernando VII.
Para ello, el 30 de julio de 1808 solicitaron a la ceca de Santiago de Chile varias medallas de jura (hay que recordar que Buenos Aires no tenía ceca): 100 de 35 gramos de oro, 1.500 de 35 gramos de plata y 2.000 de tamaño de 2 reales que seguramente nunca se fabricaron. Un ejemplo se puede ver a continuación.

No hace falta más que comparar ambos diseños para percatarse de que el parecido es enorme. Tanto el grabado de la moneda como el de la medalla se deben al grabador Ignacio Fernández Arrabal (como curiosidad, cobró 500 pesos por grabar y tallar los cuños para las medallas). Viéndolos queda claro que debía de existir algún retrato de Fernando VII en Santiago de Chile. Pero, ¿cuál era ese retrato?
Aunque no sabemos a ciencia cierta cuál era el retrato que había en Santiago, todo apunta (uno, dos y tres) que se trataba de un retrato inspirado por el grabado que hizo José Coromina Faralt al entonces Príncipe de Asturias allá por 1802. Este retrato se grabó el Barcelona y se tiene constancia de que alguna copia cruzó el Océano Atlántico. De hecho, se tiene constancia de que José Simón de Larrea grabó en México (1808) una reproducción que, a su vez, circuló por algunas ciudades hispanoamericanas. Una de esas reproducciones llegó a Guatemala y los guatemaltecos la utilizaron para rendir pleitesía a Fernando VII una vez que le juraron fidelidad. También se conocen otros cuadros claramente basados en el dibujo original de Coromina Faralt.

Todo hace pensar que de alguna forma este retrato llegó a Santiago de Chile, ya fuera un ejemplar original de Coromina Faralt que estuviera por la ciudad, o una de las copias de Larrea que se distribuían por América a toda velocidad.
Tampoco es del todo seguro, pudiera ser que lo que hubiera llegado a Chile fuese este retrato de la familia real de Carlos IV, donde Fernando VII porta una vestimenta semejante. Yo me inclino a pensar que se trata del grabado de Coromina Faralt o el de Larrea puesto que algunos rasgos, como la nariz, que se parecen más a los que aparecen en la moneda.
Sea como fuere, hay que aplaudir la pericia de Ignacio Fernández Arrabal a la hora de grabar esta moneda. Grabar una matriz es muy complicado; conseguir que el busto resultante resulte reconocible basándose en retratos que pueden ser copias de copias es misión imposible. Solo por la comparación, os dejo un retrato de Fernando VII también realizado en Santiago de Chile por parte de un fraile franciscano y que se usó en la fiesta de jura de Santiago a su nuevo monarca.

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Pues el retrato del fraile franciscano es clavado al busto llamado «indígena» de las onzas de Lima