Breve historia de la ceca de Sombrerete
Sombrerete es una ciudad de origen virreinal fundada en 1555 por Juan de Tolosa (su nombre completo a finales del siglo XVIII era “Villa de San Juan Bautista de Llerena Real de Minas de Sombrerete”). Se encuentra a mitad de camino entre Zacatecas y Durango. Por lo tanto, se establece en un lugar rico en plata y en una vía con razonable actividad comercial. Por eso Sombrerete contó con una Caja Real desde 1681. Pero nunca tuvo ceca propia hasta la Guerra de la Independencia de México.
No había pasado ni un mes desde la insurrección que supuso el Grito de Dolores cuando, el 8 de octubre de 1810, se reunieron en Sombrerete las autoridades locales. Entre ellas se encontraban mineros, comerciantes y autoridades religiosas y militares. El lugar de reunión fue la casa de D. Juan José Ximénez de Sandoval y Mayorga, Ministro Tesorero Propietario y Contador Oficial Real de Sombrerete. Ahí acordaron abrir una casa de moneda provisional en Sombrerete ante la falta de circulante que había observado en la ciudad debido a la insurrección de Dolores. El ensayador, y el responsable, de esas acuñaciones sería José María “Vargas” Machuca. Unas acuñaciones que se realizaron con la técnica del punzonado; concretamente, aplicando cinco punzones.
Esta técnica de punzonado es realmente básica y rudimentaria, propia de cecas pequeñas que acuñan monedas en contextos bélicos. Consiste en fundir un cospel con el peso y el fino adecuado para, después, aplicarle una serie de punzones sin más que hincándoles directamente en el cospel con un martillo. En el caso de la ceca de Sombrerete se aplicaban cinco punzones.

Así, el 10 de octubre de 1810 comenzaron a forjarse monedas de 8 reales con esta técnica del punzonado. Ya en 1811 se fabricaron cuños y virolas para mejor fabricación de las monedas. Pero su empleo no dejó de ser muy rudimentario y la factura de las piezas resultantes fue extremadamente pobre. Buen ejemplo son los tres ejemplares que ilustran esta entrada, con una factura media para las acuñaciones de Sombrerete.
En Sombrerete se acuñaron exclusivamente monedas de plata con valores de 1/2 real, 1 real, 4 reales y 8 reales. En su básico diseño buscaron siempre vincular las acuñaciones a los realistas y tomar responsabilidad de las mismas. Mi interpretación es que así buscaban garantizar unas acuñaciones hechas en una ciudad sin permiso explícito para emitir moneda por parte de la corona ni por parte del virreinato.
En el anverso aparece un motivo realista, ya sea el escudo de España (4 y 8 reales), el globo terráqueo bajo la corona (1 real) o las flores de lis (1/2 real). En el reverso se incluyen distintos elementos: la palabra “Vargas”, que deja bien claro quién es el ensayador de las monedas; el número “3”, que se corresponde con el número de platero asignado a Vargas en el registro (para que quede más claro todavía a qué Vargas se refiere); una “s” coronada entre columnas, quinto real de tesorería de la Real Caja de Sombrerete; una “s” con un círculo una cabeza mirando a izquierda coronada entre columnas, que es la marca real de validez; y el año. Como veis, todas son marcas que buscan la garantía de la moneda en cuestión.

La ceca de Sombrerete cerró el 11 de agosto de 1812. Para ello se conjugaron muchos motivos: la crisis en la producción minera, los ataques insurgentes a la ciudad, la muerte de Vargas y el celo de Zacatecas, que había abierto su propia ceca en 1810 y prefería evitar la competencia. Se estima que, en total, se acuñaron entre 1,5 y 1,8 millones de pesos.
Para saber más sobre la ceca de Sombrerete recomiendo esta charla de Luis Gómez Wulschner. Sobre las cecas realistas de la Guerra de la Independencia de México recomiendo este artículo y este otro. Un catálogo de las acuñaciones de Sombrerete lo tenéis en el libro “Coins of Mexican War of Independence”, de Juan Felipe Ramírez.

La próxima subasta de Briggs & Bustos
Briggs & Bustos organiza una subasta para el día 8 de septiembre de 2023 que se realiza en el marco de la Convención Internacional de la Ciudad de México. Es una subasta que consta de 458 lotes que da un buen repaso a la ceca de México. En un artículo anterior comenté la moneda virreinal y los billetes que se ofrecen, ahora daré un repaso breve a las monedas de la Guerra de la Independencia y de la República Mexicana.
Las monedas de la Guerra de la Independencia Mexicana es el apartado que más me ha llamado la atención de toda la subasta. Están todas las cecas representadas con una amplia gama de módulos en plata. Hay duros de Chihuahua, Durango, Zacatecas, Sombrerete… También hay algunos cobres, como el raro medio real del Congreso Nacional de Chilpancingo y el extrañísimo cuarto de real LCM. A estas se acompañan una enorme cantidad de monedas de Morelos, que suponen un coleccionismo en sí mismas. Hay rarezas en cobre y también algunas en plata.
La colección sigue con unas magníficas monedas de Iturbide, como este 8 reales y una estupenda trica en oro: 4 escudos 1823, 8 escudos 1822 y 8 escudos 1823. Siguiendo con las acuñaciones mexicanas las más interesantes son las del siglo XIX. Ahí nos encontramos varias rarezas en plata, como el real de Durango 1824, un bonito cuartillo de Chihuahua 1843, el 2 reales de Chihuahua 1844… también hay piezas muy interesantes en oro, como los 2 escudos de 1828 y de 1848, los 8 escudos de 1829 o los 20 pesos 1866.
Briggs & Bustos ha patrocinado este artículo. Podéis seguir a Briggs & Bustos en su web, en Facebook y en Instagram.
En podcast
Os dejo un contenido similar al de este artículo en formato podcast:
Hola Adolfo,
Gracias por tu artículo y podcast sobre la ceca de Sombrerete. Como bien lo mencionas, fue muy distinta a las otras realistas en cuanto al diseño de sus monedas. En cuanto a los 5 resellos quisiera hacer una precisión respecto a uno de ellos: El que certifica el pago de tributos al rey, que es una cabeza coronada mirando a la izquierda con S abajo entre 2 columnas. Casi siempre pasa desapercibida dicha cabeza (y en el mejor de los casos los coleccionistas se refieren a esta como “cabeza de caballo”) por la pobre manufactura del punzón. A tu correo estaré enviando una buena foto, pues no se como adjuntarla a este comentario.
Gracias Juan Felipe.
Hago el cambio pertinente en el artículo y añado, a través de un hiperenlace, la imagen que me has enviado.