Madrid, 4 escudos 1591

Periodo: Edad Moderna

País: España

Reinado: Felipe II

Denominación: 4 escudos

Ceca: Madrid

Peso: 13,46 g.

Material: Oro

Casa de subastas: Daniel F. Sedwick

Fecha:  3 de mayo de 2023

Precio de salida:  30.000 $

El ingenio de tijera de Miguel de la Cerda

Glenn Murray nos contó desde Cartagena (aquí su publicación) cómo a partir de 1566 Felipe II aceptó la progresiva degeneración en la estética de las monedas castellanas. La competición entre cecas por acuñar la mayor cantidad posible de monedas llevó al descuido de los ejemplares resultantes e incluso a la merma en su plata, algo que fue oficialmente remediado con la Pragmática del 2 de julio de 1588. Una pragmática que coincide en el tiempo con dos avances técnicos importantes: la instalación del Real Ingenio de Segovia y la propuesta de un novedoso ingenio para fabricar los cospeles.

Este ingenio lo propuso Miguel de la Cerda y se denominó “ingenio de tijera”. Consistía en una rielera que permitía la confección de barras de plata cilíndricas (en vez de planchas rectangulares) y un dispositivo de corte (“tijera”) que conseguía trocear esas barras para que los cospeles tuvieran el tamaño y el peso adecuados. Nos lo podemos imaginar fácilmente como un sistema para crear cilindros de plata que luego pasaban por una guillotina que los “loncheaba”. Se suponía que así se obtendrían cospeles más redondos y más delgados (lo que permitiría una acuñación más estética), a la vez que se reducía el tiempo para su obtención (no es necesario reducir el grosor de las planchas de metal con molinos) y menguaba la cantidad de cizalla desperdiciada (sacar los cospeles de una plancha circular con un sacabocados genera mucha plata sobrante).

De la Cerda propuso su ingenio de tijera a Felipe II recomendado por el Conde de Chinchón. En 1589 se realizó una prueba en el Real Ingenio de Segovia labrando ocho marcos de plata en monedas de 1, 2, 4 y 8 reales. Solo fueron un par de kilos de plata, así que muy lejos no pudieron llegar con ello. Posteriormente se hizo una prueba más grande en la ceca de Toledo, labrando 4.000 marcos de plata.

Parece que el invento prometía, así que Felipe II aceptó realizar una prueba a mayores en Madrid en 1591. Esto es algo muy extraño porque en ese momento no había una ceca en Madrid. Para ello utilizaron la antigua vivienda del medallista Jacome Trezzo, un edificio que se encontraba en la Gran Vía y había sido diseñado por Juan de Herrera. Trezzo había fallecido dos años antes, pero entiendo que en su casa todavía estuvieran instalados los hornos de fundición que él usaba en su trabajo. Así, en la casa de Jacome Trezzo se labraron 4.000 marcos de plata y 1.500 marcos de oro utilizando el ingenio de tijera. El ensayador fue Melchor Rodríguez del Castillo, quien trabajaba en la ceca de Sevilla.

A día de hoy se conocen contadísimos ejemplares de estas pruebas. Han llegado a nuestros días monedas de 1 real, 2 reales y 8 reales, así como de 2 escudos y 4 escudos. Tras buscar un rato no he podido encontrar más de 9 ejemplares, sumando todos los módulos y todos los metales.

Parece que el ingenio de tijera convenció a Felipe II, quien pactó un asiento con Miguel de la Cerda. Según ese asiento, se instalarían ingenios en las cecas castellanas (incluyendo las Americanas) y a de la Cerda le correspondería el 50% de los beneficios obtenidos durante los primeros 12 años. Lamentablemente, el inventor falleció en 1598, poco antes de que se fuese a firmar el asiento. Por eso, este asiento se firmó con Baltasar Vellorino de Villalobos, un clérigo presbítero que también había participado en el experimento de Madrid.

Según el asiento firmado, Vellorino debía marchar a América para implementar el ingenio en al menos una de las cecas. Se generó una cantidad ingente de documentación hasta que, ya en 1603, Vellorino viajó a México donde (según Próctor) instaló su ingenio en 1607

El ingenio de tijera no llegó a ser utilizado masivamente. Hubo un rechazo por parte de los operarios alegando que, en realidad, se acuñaba mucho más lento. Según indicaban, el trabajo que se hacía en un día lo tendrían que hacer en un mes utilizando el ingenio de tijera. Además decían que las monedas, al ser más finas iban a ser más fáciles de cercenar. Algunos autores sospechan que detrás de estas razones estaba la más potente: las novedades técnicas podían hacerles perder su trabajo.

Hay quienes indican que probablemente este ingenio de tijera fuese utilizado para fabricar los primeros galanos mexicanos. Bien es cierto que esos galanos aparecen poco después de que el ingenio fuese supuestamente instalado en México. Pero no hay ninguna documentación de su uso y, según Glenn Murray, nada que haga pensar que los operarios lo necesitasen para hacer flanes perfectamente planos y redondos.

Felipe III. México. 1 real galano “F”.
Felipe III. México. 1 real galano “F”.

La próxima subasta de Daniel F. Sedwick

Daniel F. Sedwick organiza una nueva subasta para los días 3 y 4 de mayo de 2023. Es una subasta en seis sesiones  cargadísima de monedas españolas, tanto virreinales como peninsulares. En lo que sigue daré un pequeño repaso a las monedas macuquinas, dejando el resto para una entrada futura.

Sedwick tiene por costumbre sacar al mercado muchas joyas de la flota de 1715. Tal es el caso de algunas de las mejores macuquinas de oro que ofrece: el 8 escudos de México de 1715, el de Lima de 1711 o el de Lima de 1712. También proviene de esa flota el precioso doblón de Cuzco de 1698 y el limeño de 1709. Otras macuquinas en oro muy interesantes son los 8 escudos sevillanos de Felipe IV, los limeños de 1727 y los 4 escudos de Sevilla de Felipe II. Por supuesto que la media onza que encabeza esta entrada es la joya de la corona.   

Las macuquinas en plata son más asequibles pero igualmente interesantes. Entre ellas destacan los galanos, tanto mexicanos (el real que se muestra más arriba y el medio real de 1730) como potosinos (el 4 reales de 1701 con forma de corazón o el galano de Luis I, entre otros). También hay ejemplares de cecas rarísimas, como el 4 reales “estrella de Lima” o el medio real de Panamá

Os invito a ver el resto de macuquinas por vuestra cuenta porque veréis verdaderas joyas muy bien explicadas. Este duro mexicano de Felipe II o este tipo transicional de Potosí son buena muestra de lo que digo. 

En el siguiente vídeo he comentado algunas de las mejores monedas macuquinas que salen a subasta:

Si queréis pujar en esta subasta de Sedwick yo os puedo ayudar: me hago cargo de los trámites de importación, además de que me podéis pagar la moneda en euros. Es un servicio gratuito para los mecenas del Blog Numismático.

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En podcast

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Descripción Sedwick Coins (traducida)

Madrid, España, oro acuñación experimental «Ingenio de la Tijera» 4 escudos, 1591, ensayador C, extremadamente raro, NGC MS 64, el mejor ejemplar conocido en el censo de NGC. Cal-882; Fr-159. 13.46 gramos. 

Una de las muchas reformas de Felipe II en el siglo XVI fue trasladar la Corte española de su sede tradicional en Toledo a la ciudad de Madrid, donde permanece en la actualidad. Esto implicó la creación de una nueva ceca en Madrid, donde no existía ninguna. Naturalmente, Felipe estaba ansioso por empezar a acuñar monedas allí, pero sólo si podían ser de calidad superior. En la ceca de Segovia ya se acuñaban monedas perfectas a máquina desde 1586, utilizando lo que se conocía como «Real Ingenio». En Madrid, sin embargo, el rey optó por un experimento de acuñación diferente conocido como «Ingenio de la Tijera», que había sido desarrollado por el herrero y cuchillero real Miguel de la Cerda, por recomendación del Tercer Conde de Chinchón, Diego Fernández de Cabrera y Bobadilla.

El invento de Miguel de la Cerda consistía en un método especial para verter la plata o el oro en cilindros macizos perfectamente redondos que coincidían con el diámetro de los troqueles de las monedas, con cada plancheta cortada a mano por un extremo con unas tijeras especiales, de modo que no era necesario ningún otro recorte o aplanado. Con ello se pretendía ahorrar tiempo y recursos, al tiempo que se producían monedas atractivas con detalles completos y uniformes, muy lejos de lo que finalmente se produjo en serio en la Casa de la Moneda de Madrid a partir de 1614. El experimento se intentó primero en las Cecas de Segovia y Toledo en 1589-91, pero como Madrid era el destino preferido, se trajo plata y oro de Toledo a Madrid para llevar a cabo el experimento allí también en 1591. Como no había ceca, se eligió el taller del famoso pero recientemente fallecido escultor, grabador y medallista del rey, Jacome Trezzo (también conocido como «Jacometrezo») para el acuñado en Madrid. Sin embargo, finalmente no fue posible seguir acuñando las monedas de mayor denominación debido a la menor corriente del río para hacer funcionar los molinos de agua. La denominación más alta -y la más rara- era la de 4 escudos, ya que parece que ni siquiera se intentó acuñar ninguna de 8 escudos, aunque se conoce la de 8 reales de plata (Cal-660), cuyo único ejemplar existente fue martillado en marzo de 2021 por Aureo & Calicó por unos 21.500 dólares.

Los 4 escudos madrileños de este tipo llevan la marca de ceca M de Madrid a la izquierda del escudo y la inicial C del ensayador Melchor Rodríguez del Castillo a la derecha debajo de la denominación o-IIII, con la fecha de 1591 a las 11 en la leyenda del reverso. Sólo se conocen tres, siendo el presente ejemplar el de mayor graduación y posiblemente el más fino de los tres. Presenta detalles interiores incomparablemente finos y leyendas casi completas (la fecha de 1591 es especialmente llamativa), prácticamente sin dobleces (sólo un poco en la marca del ensayador) y un brillo precioso en toda la pieza. Como era de esperar, el flan es casi perfectamente redondo y se extiende más allá del diseño del borde exterior en algunas partes.

Durante los años siguientes, de la Cerda mantuvo en secreto su invento, y poco o nada consta hasta un segundo experimento en la Casa de la Moneda de Sevilla en 1597. Al año siguiente, 1598, de la Cerda murió y cedió los derechos de su invento a su fideicomisario, el doctor Baltasar Vellorino, quien afirmó que había sido él quien había mejorado el diseño de de la Cerda para hacer posibles los 4 y los 8. Vellorino no tardó en impulsar un nuevo acuerdo con el rey Felipe II para poner en práctica el invento en su propio nombre y recibir el 50 por ciento de los beneficios durante doce años; pero la advertencia era que el invento sólo se utilizaría en las cecas del Nuevo Mundo, empezando por Ciudad de México. Un mes después, el Rey murió y la corona pasó a su hijo, Felipe III.

El equipo no se envió a México hasta 1602, bien entrado el reinado de Felipe III. El propio Vellorino viajó a México en 1603 y la maquinaria estaba instalada a finales de 1606, según un documento de principios de 1607. De vuelta a España, el famoso tallador segoviano Diego de Astor llevó a cabo un experimento similar en 1610 en la Casa de la Moneda de Segovia y en 1611 en Madrid (de nuevo en los estudios de Jacome Trezzo). Sin embargo, el experimento perdió favor y se alegó ante los tribunales que el nuevo método era más lento de lo prometido y que, en la práctica, provocaría que la plata y el oro en bruto pasaran de largo de España y fueran directamente a Asia (Filipinas, China y Japón) sin beneficio para la España peninsular. El investigador Jorge Proctor señala que estas fechas coinciden más o menos con la primera aparición de los reales mexicanos (galanos), que eran perfectamente redondos y coincidían con lo que el nuevo equipo habría producido (véase el lote 560 de esta subasta para un ejemplo). Aparte de estos galanos, no hay pruebas de que este invento llegara a aplicarse plenamente en el Nuevo Mundo.

Las monedas del «Ingenio de la Tijera» de España son por lo tanto muy importantes para la evolución de la larga historia numismática de España y sus colonias americanas. Esta oportunidad de adquirir lo que creemos es el mejor ejemplo de la más alta denominación de Madrid es única y no debe perderse.

Como referencias, dos artículos de revistas españolas resumen y analizan la documentación:

“Dos experimentos acuñadores en Madrid: las pruebas de Miguel de la Cerda y Diego de Astor en las casas de Jacome Trezzo,” por Rosa Romero Molina, en 233 (July-December 1993) de NVMISMA (Sociedad Iberoamericana de Estudios Numismáticos)

“El Proyecto de implantación del Ingenio de la Tijera en las cecas de los Reinos de las Indias,” por Pedro Damián Cano Borrego, en 9 (2022) de Revista Numismática Hécate

Fuente.

1 comentario en “Madrid, 4 escudos 1591”

  1. Estimado Adolfo

    Me pongo en contacto contigo porque relacionado con la subasta que oferta esta moneda, hay una moneda que publicaste un video correspondiente a los ocho escudos de 1784 JD de Madrid SC, que segun veo presenta un rasguño marcado en el reverso al lado del 8. Queria preguntarte si sigue considerando SC esta moneda a pesar del rasguño marcado, ya que si se adjudica la moneda la llevo a graduar a NGC, y esta empresa es muy dada a que te la gradue como DETAILS SCRATHES.

    Quedo a la espera de sus noticias.Un cordial saludo

    RAFAEL

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