Una colección temática como inversión

Un mecenas del Blog Numismático me hace la siguiente pregunta:

La pregunta

[…] Las monedas de mi colección que son de mayor valor y calidad, además de por coleccionismo tengo intención de que supongan una inversión (ya sea para mi si me hace falta o si no para mis hijas el día de mañana). De cara a su venta a un profesional ¿tiene un valor añadido que formen un conjunto? ¿o realmente lo importante es el valor individual?

[…]

Mi duda concreta es con los oros si tiene más sentido (para un mismo gasto) coleccionar una misma ceca, monarca y año, o no, y lo importante es la calidad y salida de las piezas. Como colección ya se que depende de la lógica que cada uno quiera aplicar, pero como inversión ¿cuál sería la mejor lógica? […]

Quizá con la plata el planteamiento sea distinto y hacer un conjunto lógico de columnarios sí tenga un plus para la venta porque habrá más gente interesada.

Antes de nada

Esta pregunta es difícil de contestar porque no tengo datos que apoyen mi opinión. Sería muy interesante hacer un estudio comparativo entre monedas que han salido a subasta de manera individual y las que han salido a subasta formando colecciones temáticas. No conozco a nadie que haya hecho ese estudio.

Pellofa. San Pere de les Puelles (Barcelona)
Pellofa. San Pere de les Puelles (Barcelona)

Por lo tanto, lo único que puedo es dar mi opinión apriorística. Quizá otro tenga una opinión distinta y nunca lo podremos argumentar basándonos en datos porque esos datos no existen. Seguro que se pueden encontrar fácilmente ejemplos de monedas vendidas más caras porque forman parte de una colección; y seguro que se pueden encontrar ejemplos de lo contrario. Lo que no tenemos son los datos agregados.

Dicho esto, creo que hacer una colección temática no es lo más importante a la hora de invertir en monedas. Un columnario mexicano en MBC no dejará de ser una pieza corriente por mucho que se vea acompañada de otros muchos columnarios. Un columnario mexicano en SC- será una moneda impresionante por mucho que esté solo o acompañado. Ya se ve que a la hora de invertir en monedas es mucho más relevante la calidad de los ejemplares individuales que el hecho de que formen una colección.

Pellofa. Berga.
Pellofa. Berga.

Por otra parte, hay que pensar si la colección que estamos pensando en hacer tiene una entidad suficiente como para ser relevante para el mercado. Es decir, una colección tan extraordinaria que llame la atención a los coleccionistas más potentes de esa serie

Por ejemplo, la típica colección del Centenario que tiene una calidad media EBC y donde faltan todas las monedas que valen más de 3.000 euros (digamos que es la colección que, con muchos años, un coleccionista medio se puede permitir), no va a llamar demasiado la atención. A la hora de adquirirla un comerciante calcularía el precio individual de las monedas; si se subasta, simplemente aparecería entre las otras monedas que se ofrezcan en esa subasta. No es algo relevante.

Mucho me temo que a la hora de comprar oros el hacer una colección con entidad propia está fuera del alcance de la inmensa mayoría de nosotros. Mucho me temo que pocos seríamos capaces de hacer una colección como la de Tauler

En definitiva, yo creo que la mayoría de nosotros no debería preocuparse salvo que pueda hacer una colección relevante para una serie concreta. Esto solo se puede conseguir dedicando mucho dinero a la colección (y no solo) o dedicando muchos años de estudio y compras a una serie concreta y poco coleccionada. 

La venta privada de una colección temática

Un comerciante estará dispuesto a pagar más por un conjunto de monedas cuando ese conjunto sea más fácil de vender. Si son monedas comerciales (duros, denarios, oros bonitos…) mucho me temo que, formen o no una colección, el comerciante acaparará esas monedas y las intentará vender poco a poco. Es decir, él mismo romperá la colección.

Se podría pensar que, si se vende una colección a un comerciante, éste se verá obligado a comprar tanto las monedas buenas como las monedas malas. De esta forma se da salida a la “chatarra” que tenga el coleccionista. Por ejemplo, si un coleccionista tuviera una colección de los Reyes Católicos con platas, oros y vellones, el comerciante se verá obligado a adquirir esas 300 variantes de las blancas de los Reyes Católicos (de muy difícil venta) si también quiere comprar las platas y los oros. 

Pellofa. Calaf.
Pellofa. Calaf.

Pero esta misma situación se daría si el conjunto de monedas no forman una colección temática. Al comerciante se le podría decir: “oye, si te quieres llevar mis cinco sestercios, mis ocho duros macuquinos y mis diez onzas de los Borbones, también me tienes que comprar mi colección de Franco, la de Juan Carlos y las carteritas de euros”. Estaríamos en las mismas.

Si se trata de una colección muy específica puede ser más fácil para el comerciante venderla como una colección que pieza a pieza. Supongamos, por ejemplo, una colección de specimenes de bancos centroamericanos. En ese caso seguramente el comerciante la compraría y la vendería como un conjunto.

Finalmente hay que considerar que, en principio, al comerciante le costará menos vender monedas más variadas. Por ejemplo, sería más fácil vender una colección formada por 20 onzas de Carlos III de distintas cecas y diseños, que una formada por 20 onzas madrileñas de Carlos III con fechas y sobrefechas distintas. 

La venta en subasta de una colección temática

Ofrecer en una subasta pública una colección temática tiene la gran ventaja de que llama la atención a los coleccionistas de esa serie concreta. En estas colecciones muchas veces ocurre que llegan tres o cuatro coleccionistas con dinero y entre ellos adquieren el 90% de la subasta. Si entre ellos se pican, mejor para el cedente.

Ahora bien, que una colección sea temática y se quiera subastar no significa que una casa de subastas vaya a dedicarle un volumen específico. Para ello debería tener una entidad tal que está fuera del alcance de la mayoría de los coleccionistas. 

Las subastas que vemos continuamente están llenas de colecciones ofrecidas por particulares. Esas son colecciones medias que pueden ser interesantes pero que no son especialmente relevantes para el mercado. Por eso, las monedas de esa colección se mezclan con las de otras y no aparecen como un conjunto coherente en la subasta. Hay veces que sí les dejan un apartado explícito (v.gr., la colección de pellofas que aparece en la próxima subasta de Áureo y que ilustra esta entrada), pero rara vez pasa de ahí. 

Pellofa. Capellades.
Pellofa. Capellades.

Si alguien es capaz de montar una colección de una temática específica tan relevante que le dediquen una subasta (para el caso de oro español hablamos de cientos de miles de euros como poco), entonces es probable que el conjunto se venda más caro que las piezas sueltas. Atrayendo la atención de los coleccionistas más importantes y adinerados es fácil que haya piques por llevarse las mejores piezas y que las monedas más baratas aumenten de precio por la atención recibida. Pero, como dije al principio, no tengo datos para sostener esto.

Conclusión

Colecciona las monedas que te gusten. Si quieres invertir, cómpralas en alta calidad. 

3 comentarios en “Una colección temática como inversión”

  1. Yo jamás he coleccionado sean monedas o billetes, pensado en hacerlo como inversión. Y sólo compro lo que me gusta, tratando que el precio sea lo mejor posible, o sea lo menos caro, porque nadie vende duros a pesetas. Yo en lo de invertir soy muy poco original, lo relacionado con el ladrillo. Sólo hay que ver lo que ha pasado con las criptomonedas, la de «listos» que han perdido un dineral.

    1. Los que van de listos con las inversiones suelen perder un dineral inviertan en lo que inviertan. Hace 10-12 años España era un reguero de lágrimas de inversores en ladrillo.

      1. Marco Espinoza Zevallos

        Pertenezco a ese grupo de coleccionistas que jamás coleccionan para vender o para dejar como herencia. Mis hijos saben trabajar y no estarán esperando ninguna herencia. Colecciono por el placer de hacerlo, por la emoción de ir consiguiendo los billetes y monedas que completan la información y la estética que quiero tener en mi colección.

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