Los bustos de Carlos III y Carlos IV en los 8 reales

Es muy conocido que a partir de 1772 las monedas de plata españolas comenzaron a portar el busto de los monarcas, dejando atrás el diseño de columnarios (uno, dos y tres) que tanto gusta a los coleccionistas. Como nos cuenta Ibercoin, se hicieron dos bustos tanto para Carlos III como para Carlos IV: uno para la “moneda nacional” (forjada en América y circulada internacionalmente); y otro para la “moneda provincial” (forjada en la Península y circulada en ésta). En este artículo haré un repaso de estos bustos y explicaré sus motivos. Unos motivos que los encontramos en la Pragmática del 29 de mayo de 1772.

Carlos III. 8 reales Madrid, 1772
Carlos III. 8 reales Madrid, 1772. Busto para la moneda provincial grabado por Tomás Francisco Prieto.

La Pragmática de Aranjuez del 29 de mayo de 1772

La Pragmática de Aranjuez del 29 de mayo de 1772 se refiere la labra de monedas de oro, plata y cobre. Define una nueva tipología para las monedas y ordena la desaparición de la moneda macuquina (algo que no se llevó a cabo de manera total en lo que quedase de época virreinal).  Esta Pragmática venía acompañada de unas ordenanzas secretas de 1771 y 1786 por las que se rebajaba ilegalmente el fino de las monedas de plata para el beneficio de la Corona. Es decir, que Carlos III estaba ordenando que se fabricase moneda feble de manera fraudulenta, como ya comentamos en esta entrada

El artículo III de esa Pragmática indica que deben aparecer bustos distintos para las monedas de cecas peninsulares y las de cecas indianas. Aquí podéis leer el artículo original y aquí una transcripción

Fernando VII. 8 reales Santiago, 1812.
Fernando VII. 8 reales Santiago, 1812. Busto grabado por Félix Sagau.

Concretamente, para las monedas de cecas indianas se indica que “tendrá en el anverso mi Real Busto, vestido a la heroica con clámide, y laurel […] y en el reverso se pondrán las Armas principales de mi Real Escudo, timbradas de la Corona Real: y a sus lados las dos Columnas con una faja que lleve el lema Plus Ultra”. Mientras que en las cecas peninsulares las monedas “llevarán mi Real Busto desnudo, con una especie de manto real […] el reverso de esta tendrá el Escudo de mis Armas, igual al de la Moneda de Plata de Indias, pero sin Columnas”.

Es muy curiosa la diferencia. En las cecas indianas se presenta al rey como un emperador, con unos atributos que recuerdan a las monedas del Bajo Imperio (como los tres follis de Constantino que os mostré, por ejemplo); además de tener un escudo tradicional. En cambio, en la moneda peninsular se muestra un busto mucho más humano. José María de Francisco Olmos ve en esta diferencia una propaganda política encubierta, pues había planes de convertir los virreinatos americanos en reinos vasallos de un Carlos III que pasaría a ser su emperador (¡cómo hubiera cambiado la historia de llevarse a cabo ese plan!).

Carlos III. 8 reales México, 1782.
Carlos III. 8 reales México, 1782. Busto para la moneda nacional grabado por Tomás Francisco Prieto.

Los bustos de Carlos III en los 8 reales

Es muy conocido que Tomás Francisco Prieto fue el encargado de grabar los bustos de Carlos III, tanto para las monedas indianas como para las peninsulares. Pero hay un detalle importante del que no me había percatado hasta que leí este artículo de Ramón María Serrera: Prieto hizo los bustos de Carlos III antes de que se emitiese la Pragmática de 1772.

La prueba no puede ser más tangible y visible para todos. Solo hay que ver el preciosísimo muestrario que hizo Carlos III y que a día de hoy se expone en el Museo de la FNMT. Esas pruebas portan la fecha de 1770, así que se hicieron dos años antes de que se publicase la Pragmática. Vemos, por tanto, que primero se hicieron los diseños, se aprobaron internamente y luego se convirtieron en ley. Eso también explica por qué fue tan rápida la implementación de los cambios en las cecas indianas. Supongo que ya tenían las matrices en las cecas antes de que se publicara la ley.

Los diseños se ciñen escrupulosamente a la Pragmática (¿o quizá fue la Pragmática la que se ciñó a los diseños?). Pero hay un par de elementos en los diseños que no se citan en la Pragmática: en las monedas indianas Carlos III porta una coraza debajo del clámide (se puede ver la hombrera de la coraza, al más puro estilo de los follis de Constantino), mientras que en las monedas peninsulares Carlos III lleva una peluca. La Pragmática no cita estos elementos pero tampoco indica explícitamente que no puedan aparecer.

Carlos IV. 8 reales Sevilla, 1792.
Carlos IV. 8 reales Sevilla, 1792. Busto para la moneda provincial grabado por Pedro González de Sepúlveda.

Los bustos de Carlos IV en los 8 reales

La Pragmática de 1772 fue plenamente vigente durante todo el reinado de Carlos IV. En consecuencia los bustos de los duros de Carlos IV siguieron las mismas directivas que los últimos de Carlos III. En este caso el grabador encargado de hacer el diseño fue Pedro González de Sepúlveda, alumno y yerno de Prieto. 

González de Sepúlveda hizo dos diseños a la altura estética de su predecesor. Son diseños totalmente continuistas, mostrando Carlos IV los mismos atributos que tenía su padre. La única diferencia es que la fíbula y la hombrera en las monedas indianas aparecen a la derecha izquierda del cuello, en vez de a la derecha. Es decir, hay un giro en el busto de Carlos IV que realza más su cuello.

Carlos IV. 8 reales Lima, 1803.
Carlos IV. 8 reales Lima, 1803. Busto para la moneda nacional grabado por Pedro González de Sepúlveda.

El primer busto oficial de Fernando VII en los 8 reales

Esta Pragmática de 1772 seguía vigente en 1810, cuando Félix Sagau hizo el primer busto oficial de Fernando VII aprobado por la Junta de Cádiz, como ya vimos. 

Es muy interesante que este busto sigue escrupulosamente la Pragmática de 1772 en lo que a la moneda indiana se refiere. El retrato de Fernando VII se presenta desnudo, con laurel y clámide. No hay más elementos, al contrario de lo que hicieron Prieto y González de Sepúlveda, que añadieron una coraza. 

Pero las Cortes de Cádiz y los sucesivos gobiernos de Fernando VII no siguieron la Pragmática de 1772 en el aspecto fundamental: una diferenciación de motivos en la moneda indiana y en la moneda peninsular. Así, este busto se acuñó tanto en los virreinatos americanos como en las cecas peninsulares hasta 1833. 

Fernando VII. 8 reales Cádiz, 1813.
Fernando VII. 8 reales Cádiz, 1813. Busto grabado por Félix Sagau.

La Colección Conde de Aranda

Ibercoin ha organizado dos subastas este mes: la Colección Conde de Aranda para el día 27 de septiembre y una subasta online de billetes para el día 28 de septiembre

Sobre la subasta online de billetes solo diré que se ofrecen 588 lotes de billetes españoles, casi todos del Banco de España. La inmensa mayoría de ellos son lotes aptos para un coleccionista medio: billetes bonitos, en calidades interesantes y no muy caros. También hay alguna joya, como las 1.000 pesetas de 1895, las 100 pesetas de 1925 sin serie en MS63 EPQ, las 100 pesetas de 1927 sin serie en AU58 EPQ o las 500 pesetas de 1940 en MS64

Pero de esta colección lo que más me ha llamado la atención es, precisamente, lo que no son billetes. Por ejemplo, el vale carlista en MS65, la preciosa prueba de impresión republicana y la prueba no adoptada franquista.

La Colección Conde de Aranda es una colección de 196 reales de a 8 de los Borbones acuñados a rodillo o volante. La colección comienza con dos estupendas excepciones a esta temática: un duro segoviano de Felipe III y otro acuñado a martillo en 1611 en Zaragoza

La Colección Conde de Aranda es tremendamente comercial y más todavía en los tiempos de precios locos que vivimos hoy en día. El apartado que más me ha gustado ha sido el de Felipe V. Ahí nos encontramos duros peninsulares tan espectaculares como este ejemplar segoviano de 1710,este madrileño de 1711 en AU58 o este madrileño de 1705 en AU55. También hay que destacar las tres variantes del columnario de México de 1733: MX-F, M-F y M-MF. Tres raras monedas que es dificilísimo ver juntas. 

En los siguientes reinados destacan los duros de cecas peninsulares. Buena muestra son los ejemplares que ilustran esta entrada. A mayores se pueden añadir varios del siglo XIX: el brutal ejemplar del 1810 IA, el “cabezón” de Barcelona, los tres ejemplares de la ceca de Cataluña o los 20 reales de 1833

Estos son los que yo considero las joyas de la colección. A mayores hay muchos duros de todas las cecas aptos para cualquier coleccionista de monedas de los Borbones. Si queréis más información, podéis echar un vistazo al repaso a primera vista que hizo Óscar de esta colección. También os recomiendo el siguiente vídeo, donde repasé algunos de los mejores lotes:

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Para mecenas

En el Club Escudo hemos estado comentando esta subasta largo y tendido: una hora y media hablando de duros y otra media hora de billetes. Aquí dejo la conversación para mecenas, os aseguro que todos hemos aprendido de todos en esta conversación.

 

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