Monedas digitales: El inicio de una revolución

Esta entrada continúa con la serie de “las crypto-cosas”. Ya hablamos de los NFT y de las criptomonedas. Ahora toca el turno a las Monedas Digitales emitidas por los Bancos Centrales (CBDC, por sus siglas en inglés).

Esta serie esta patrocinada por GBM Coin, una empresa que emite criptomonedas para preservar la selva del Paraná, cediendo a sus titulares los cupos de CO2 de la superficie selvática que preserven. Aquí lo expliqué con algo más de detalle.

Vaya por delante que estamos en un momento muy inicial en lo que a las CBDC respecta. Muchísimos bancos centrales están interesados en implementar CBDC, pero todavía se ve como un proyecto a muy largo plazo. Estamos en una fase de investigación y de pequeñas pruebas piloto para una nueva tecnología que potencialmente puede revolucionar la emisión de dinero, el sistema bancario y las relaciones económicas de todo el mundo

La inmensa mayoría de los bancos centrales dan muy poca información sobre los proyectos que están llevando a cabo y sus intenciones en el medio y largo plazo. Lo poco que sabemos nos muestra que hay una enorme casuística en los objetivos de los Bancos Centrales con respecto a las CBDC, así como la forma en la que se están implementando y las tecnologías utilizadas.

Como consecuencia, lo que voy a relatar ahora quizá cambie totalmente al cabo de unos pocos años. Otra consecuencia es que os aconsejo que no hagáis ni caso a los periodistas que andan haciendo afirmaciones taxativas con respecto a las CBDC, y muchos menos a los agoreros del fin del mundo que encuentran en ellas un ingrediente fundamental para implementar un mundo distópico.

Qué son las CBDC

Las CBDC son “una forma de dinero digital emitida por un banco central denominada en la unidad nacional del país en cuestión y que representa un pasivo de dicho banco central”. En buena forma, las CBDC serían equivalentes a los billetes salvo porque son digitales.

Alguien podría decir que ya utilizamos mucho dinero digital en nuestro día a día: tarjetas de crédito, pagos electrónicos, cobros en la cuenta corriente, contratar una hipoteca… Muchos de nuestros pagos los hacemos con dinero que no es físico. Pero esas formas de dinero no son CBDC. Al tener el dinero en el banco lo que realmente tenemos es un pasivo del banco, mientras que con los CBDC tenemos directamente un pasivo del banco central. 

Por ejemplo, quien tenga 1.000 euros en una cuenta del Banco Santander en realidad no tiene 1.000 euros. Lo que ha hecho ha sido prestar 1.000 euros al Banco Santander y tiene una deuda de dicho banco por ese valor (si el Banco Santander quiebra, él se quedaría sin sus 1.000 euros). En cambio, si alguien tuviese 1.000 euros digitales (que todavía no existen), lo que realmente tiene es una deuda del Banco Central Europeo por valor de 1.000 euros.

La diferencia es muy importante porque las CBDC permiten eliminar la intermediación bancaria

Ventajas de las CBDC

Los grandes beneficiados de las CBDC son los bancos centrales que las emitan y sus correspondientes estados. Esto no significa que supongan necesariamente un conjunto de desventajas para los ciudadanos y para los bancos privados. Todo depende de cómo se acaben implementando las CBDC.

Veamos cómo se pueden ver potencialmente beneficiados cada uno de los actores (uno, dos, tres, cuatro):

  • Los bancos centrales se ven beneficiados porque las CBDC les supone un contrapeso para proporcionar estabilidad financiera a pesar del auge de las criptomonedas. También les permitiría aumentar la inclusión financiera de muchos de sus ciudadanos, así como el fácil acceso a su moneda por parte de terceros. Potencialmente, los bancos centrales también tendrán la capacidad de inyectar capital a distintos proyectos empresariales sin necesidad de intermediación bancaria.
  • Los estados reducirán el gasto de tener que imprimir dinero físico. Además, podrán conocer los movimientos de dinero entre ciudadanos sin necesidad de intermediación bancaria (ya que todos los intercambios de dinero son rastreados por el banco central). Por último, potencialmente podrían influir en la asignación de capital a ciudadanos (e.g., dando hipotecas a un tipo de interés más bajo a personas discapacitadas), en el gasto de los ciudadanos (e.g., no permitiendo contaminar más que cierta cantidad a cada ciudadano) o incluso cancelando la cuenta de ciudadanos o empresas de manera inmediata.
  • Los ciudadanos y las empresas tendrán la ventaja de poder hacer transacciones más rápidas y baratas. Esto se debe a que no hay varios bancos involucrados en una transacción de dinero, sino un solo banco central que simplemente pasa un capital de una cuenta a otra. Más drástico será el cambio en las transacciones internacionales. Se están proponiendo varios modelos de cómo implementar las CBDC multidivisa (mCBDC) con la finalidad de facilitar las transacciones entre países y divisas. Por otro lado, probablemente cualquier ciudadano del mundo pueda abrirse fácilmente una cuenta en yuanes, dólares o euros digitales.
  • Los bancos privados tendrán que redefinir su negocio si las CBDC se generalizan. Esa redefinición será más o menos drástica dependiendo del modelo de implementación de las CBDC. Quizá, si realmente los bancos centrales eliminan la intermediación bancaria, los bancos tradicionales deban convertirse en meras pasarelas de pago o en lugares donde almacenar y prestar criptomonedas

Se puede intuir que las ventajas para unos actores suponen desventajas (o desventajas potenciales) para otros. Sin ninguna duda, esta tecnología busca dar mucho poder a los bancos centrales y a los estados, que son instituciones controladas por políticos. Llegado el caso podrían intervenir directamente las cuentas de los ciudadanos y de las empresas, así como conocer todos los flujos de dinero que se realicen con su moneda. También podrían forzar unas tasas de interés negativo de las que los ciudadanos no podrían escapar ya que no podrían retirar su dinero de manera física. Si esto llegase a implementarse sería una amenaza clara a la intimidad y la seguridad financiera de los ciudadanos, 

Por otro lado, esta tecnología da una baza muy importante a los ciudadanos: pueden mover su dinero muy fácilmente de un país a otro. Esto favorecería enormemente las corridas bancarias. Si sacar dinero de un país es tan fácil como hacer click en un botón, ¿os imagináis cuánta gente hubiera sacado su dinero de España en 2011? ¿o de Grecia en 2010? ¿o de Argentina en 2019? ¿o de Bolivia en 2020? ¿o de Azerbaiyán en 2016? ¿o de Rusia y Ucrania en 2022?… Un país podría ser descapitalizado en cuestión de horas. Esto es un enorme problema para los bancos centrales a la hora de implementar las CBDC y mucho me temo que su uso no será masivo hasta encontrar una solución.

Finalmente, si se implementan las CBDC los bancos centrales deberán cuidarse muchísimo de no sufrir ciberataques. No vaya a ser que un grupo de hackers (quizá coordinados por un estado hostil) pueda derrumbar todo el sistema económico y financiero de un país.

Implementación de las CBDC

Pocos países han dado detalles sobre cómo están implementando las CBDC. Algunos han publicado cierta información sobre sus objetivos, las aproximaciones tecnológicas que están tomando o los modelos de implementación que consideran llevar a cabo. La principal conclusión es que la diversidad es enorme y las certezas escasas (uno, dos y tres). 

DESARROLLO EN LOS DISTINTOS PAÍSES

A muchos les sorprenderá que el primer país en plantearse una moneda digital fue Irán. A éste le siguieron China y Rusia. Estos países, que no son precisamente los adalides de la democracia y la libertad individual, en un principio buscaban una alternativa que rompiese con el sistema bancario SWIFT.

En la actualidad hay 90 bancos centrales investigando el uso de las CBDC, muchos de ellos movidos ahora por motivos muy distintos. Hay países de todas las regiones del mundo, con regímenes políticos de lo más diversos y con economías muy dispares. Todos los países se encuentran en una etapa inicial e inmadura en los que a las CBDC se refiere. En la mayoría de los casos se encuentran en fase de investigación, en otros casos han comenzado el desarrollo, otros ya han hecho algunas pruebas piloto e incluso algunos han comenzado a adoptar las CBDC en su sistema financiero. 

Los países que han intentado la adopción de las CBDC son Nigeria, Bahamas y la Organización de Estados del Caribe Oriental. Por ahora son adopciones muy pequeñas que se han encontrado con los problemas típicos de una tecnología inmadura. Otros países han hecho pruebas piloto. El más conocido es China, pero yo me siento más orgulloso de Uruguay

OBJETIVOS

Estos objetivos se suelen dividir en dos: mayoristas y minoristas. Los bancos centrales que buscan exclusivamente el mercado mayorista solo ofrecerán las CBDC a los bancos y las grandes entidades financieras; el ciudadano y las empresas medias ni se percatarán de ello. Los que buscan el mercado minorista pretenden que los ciudadanos usen las CBDC con la misma facilidad que hoy en día pagan con su tarjeta de crédito. 

Los objetivos concretos de cada banco central con las CBDC no son públicos. Por ahora se dedican exclusivamente a informar a los ciudadanos de que están trabajando en ello y que será “igual que el dinero fiat, pero digital”. Veo normal que en este momento de investigación de una tecnología tan disruptiva no haya nadie que tenga claro hasta dónde van a poder llegar. Sus intereses por ahora es explorar el uso local de las CBDC y luego ya reflexionarán en cómo conseguir que su divisa digital se use en el extranjero o lo puedan utilizar con fines políticos o recaudatorios. 

APROXIMACIONES TECNOLÓGICAS

Las aproximaciones tecnológicas se dividen entre los países que exploran infraestructuras blockchain (al igual que las criptomonedas), los que exploran una infraestructura semejante a los bancos convencionales y los que están explorando ambas. Yo supongo que los países más grandes no puedan usar blockchain, al menos en el medio plazo (aunque Estonia ha hecho experimentos en esa dirección para implementarlo a nivel europeo).  

MODELOS DE IMPLEMENTACIÓN

Mucho más relevantes son los modelos de implementación. Estos modelos definen qué actores están involucrados en las CDBC y qué rol juega cada uno. Es algo realmente complejo que dependerá de las leyes de cada país, de su estructura financiera, de su cultura, de su economía… 

Estos son dos ejemplos de lo poco que se ha publicado al respecto:

Modelo de implementación del Yuan Digital (Fuente)
Modelo ilustrativo de CBDC publicado en marzo de 2020 por el Banco de Inglaterra (fuente)

La primera imagen muestra el modelo del yuan digital; es un modelo “de dos capas, porque hay bancos que median entre los ciudadanos y el banco emisor de CBDC. En este caso, el yuan digital es emitido por el Banco Popular de China (es el banco central de China). Pero los ciudadanos no pueden acceder directamente a este banco, sino que deben abrirse una cuenta en uno de los 8 bancos estatales chinos de titularidad pública para poder poseer y gestionar sus yuanes digitales. Además, puede haber otros bancos que hagan de intermediarios entre los ciudadanos y esos 8 bancos estatales, facilitando así la apertura de las cuentas.

La segunda imagen muestra un modelo de “una capa, que al parecer fue considerado por el Banco de Inglaterra (o al menos ellos lo publicaron como ejemplo). En ese ejemplo, los ciudadanos utilizarían tarjetas u otros medios de pagos electrónicos, igual que hacen hasta ahora con sus bancos. La diferencia es que la comunicación se hace directamente con el banco central, que es quien emite las CDBC y donde se gestionan las cuentas de todos los usuarios. Podéis ver que se ha eliminado el papel de los bancos privados.

Hay infinidad de variantes dentro de estos dos modelos. Variantes que deben responder a preguntas más que importantes. Por ejemplo: ¿puede haber bancos de reserva fraccionaria? ¿quién gestiona los medios de pago? ¿qué garantías de anonimato tienen los usuarios, si es que tienen alguna?… Las respuestas a estas preguntas pueden tener enormes implicaciones en el sistema económico futuro.

¿Un futuro de CBDC y criptomonedas?

Quien haya leído hasta aquí entenderá que las CBDC no son criptomonedas. Más bien son lo contrario a las criptomonedas: un dinero digital fuertemente controlado por los bancos centrales. Si las criptomonedas ofrecen una forma de emisión de dinero privado, descentralizado y de uso anónimo; las CBDC ofrecen todo lo contrario. Esto me hace pensar que las CBDC y las criptomonedas son mercancías complementarias.

Hay muchos titulares alarmistas relacionados con las CBDC. Madurando mucho esta tecnología y haciendo un uso pernicioso de ella podríamos vivir en un mundo distópico en el que los estados controlen toda la economía: deciden qué proyectos empresariales financiar y cuáles no; financian a unos empresarios o a otros dependiendo de su género, raza, religión o afinidad política; aplican multas instantáneas por mal comportamiento; espían cualquier relación comercial; cancelan la cuenta de ciudadanos hostiles al gobierno condenándoles al ostracismo… Un mundo más propio de una novela cyberpunk que de una reflexión sensata.

Yo no creo que lleguemos a tal mundo futuro por dos motivos:

Confío en la ciudadanía lo suficiente como para pensar que se revelaría ante tales despropósitos, aun si una divisa digital fuese la única existente. Hoy en día el Estado tiene muchos monopolios, pero eso no significa que los ciudadanos permitan al Estado hacer lo que quiera. Por ejemplo, el Estado tiene armas y podría legalmente ejercer la violencia contra una ciudadanía desarmada. Tiene capacidad para instaurar un estado policial. Pero nadie lo permitiría.

Dudo mucho que las CDBC acaben siendo las únicas monedas. Las criptomonedas y las CDBC seguramente coexistan porque se necesitan unas a otras: las CDBC tienen sentido como forma de contrarrestar el previsible uso generalizado de las monedas digitales –especialmente las monedas estables-; mientras que las criptomonedas tendrán sentido como forma de anonimizar pagos en una economía cada vez más controlable por un banco central.

Justamente son las CDBC las que me hacen pensar que las criptomonedas tienen mucho futuro, especialmente las monedas estables. De hecho, esas monedas estables son las que más preocupan a los bancos centrales de muchos países. Como ciudadanos las necesitaremos: representan una alternativa a las monedas emitidas por los bancos centrales. Así, si dichas monedas imponen restricciones que no estamos dispuestos a tolerar, siempre tendremos una alternativa que los bancos centrales no podrán controlar.

Obviamente puedo estar equivocado. Ya sabéis que casi nunca se acierta al intentar adivinar el futuro.

Vídeo

3 comentarios en “Monedas digitales: El inicio de una revolución”

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Pues a ver de dónde iba a sacar el Banco Central Europeo plata para respaldar tanto euro.

      Ni aunque encontrasen 20 montañas como Cerro Rico podrían hacerlo.

  1. Muy buen artículo. Personalmente la confianza en la ciudadanía está, lo que no es confiable es el estado, en mayor o menor medida. Al no estar el patron oro toda moneda es fiduciaria, y si la inflaicón es un fenómeno monetario, la impresión de papeles por parte de un estado tarde o temprano afecta al individuo que tenga esa moneda. El problema que veo con las cripto emitidas por el estado es justamente eso, el control desde el estado. Incluso si no pasase, en caso de marcar como «injustificado» un gasto o una inversión, la moneda se convierte en un instrumento de control a merced del burocrata/la ideologia de turno. La descentralización pienso que es el componente principal y revolucionario de las cripto. Saludos desde Argentina.

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