Molinos de sangre para acuñar 8 reales

Los inicios de la acuñación a molino en España

El primer molino que se instaló en España para la acuñación de moneda fue en el Real Ingenio de Segovia, en época de Felipe II. La tecnología se trajo de la ceca de Hall, en lo que en su momento fue el mayor trasvase tecnológico de la historia. Fue un proceso lleno de vicisitudes que Glenn Murray nos cuenta en un libro

El molino de agua del Real Ingenio de Segovia consistía en una rueda movida por el río Eresma. El giro de esta rueda se transformaba, mediante una serie de engranajes en un movimiento de los rodillos con los que se acuñaban las monedas. Esto daba como resultado monedas tan bellas como la siguiente:

Felipe II, 8 reales 1589, Segovia.

Esta técnica de molino permitía una acuñación mucho más cuidada y más estética que la acuñación a martillo. Solo hace falta comparar el ejemplar segoviano con los dos siguientes duros, de la misma época (téngase en cuenta que son dos muy buenos ejemplares para una acuñación a martillo): uno acuñado en Sevilla y otro en Toledo. El motivo es que la presión que puede ejercer en el cospel un rodillo movido por un molino es mucho mayor que la que puede ejercer un operario dando un martillazo en un troquel.

Felipe II, 8 reales 1590, Sevilla.
Felipe II, 8 reales 1597, Toledo.

Los molinos de sangre en España

La idea de acuñar a molino se extendió a mediados del siglo XVII. Felipe IV pensó en acuñar monedas de vellón a molino con la intención de que no fuesen fácilmente falsificables y así poderse ahorrar la liga de plata sin miedo a que aparezcan falsarios. Esta idea no salió bien, pues resultó que hasta en los conventos se falsificaban monedas. Sin embargo, supuso la instalación de molinos de agua en Cuenca y Granada, así como molinos de sangre en Burgos, Córdoba, La Coruña, Madrid, Sevilla, Trujillo y Valladolid. 

El mecanismo de acuñación de los molinos de sangre es semejante al de los molinos de agua. La diferencia técnica estriba en que en los molinos de agua la fuerza motriz se obtiene mediante una rueda en el río, mientras que en los molinos de sangre se obtiene con una noria, movida por mulas o caballos, que se instala en el piso inferior de la sala de acuñación. Es una instalación bastante impresionante, que ha dado pie incluso a libros y obras artísticas. Yo os lo expliqué con cierto detalle cuando visité la Casa de Moneda de Potosí

Tras dejarse de acuñar vellones a molino, estos molinos se desmantelaron. La razón técnica es que no eran aptos para la acuñación de monedas de plata, especialmente de módulo grande, ya que los animales no ejercían tanta fuerza como el agua del río. Bien es cierto que en 1663 se acuñaron unos 8 reales en Madrid, pero estas acuñaciones se entienden como unas pruebas. Seguramente los molinos instalados en Madrid (ni en otras cecas) no pudiesen haber acuñado esos duros en un volumen importante.

A finales del siglo XVII se comenzaron a instalar nuevos molinos de sangre para las cecas de Madrid y de Sevilla. Entiendo que serían molinos con una tecnología más avanzada, pues estos sí que pudieron acuñar monedas 8 reales. De los molinos instalados salieron monedas tan bellas como las dos siguientes:

Felipe V, 8 reales 1711, Madrid.
Felipe V, 8 reales 1706, Sevilla.

Los molinos de sangre en América

El último paso fue trasladar esta tecnología a América. Las cecas de Madrid y de Sevilla fueron las encargadas de esta modernización de las cecas indianas en el siglo XVIII (y también de enviar nuevos diseños). Así, se montaron molinos de sangre primero en México y luego en Bogotá, Lima y Potosí. Fue un proceso muy complejo.

La diferencia fundamental en las cecas americanas es que los molinos no se utilizaban para acuñar las monedas. Los molinos se utilizaban para mover las máquinas laminadoras, de forma que se aplanaban las planchas de plata de las que se extraían después los cospeles. Pero posteriormente se acuñaban esos cospeles y no a molino. Esto permitía una mejor factura de las monedas (desaparece el típico alabeo de las monedas acuñadas a rodillo) y evita tener que grabar rodillos, que son mucho más complicados de grabar que los cuños de una prensa volante. Solo hace falta ver este vídeo para hacerse una idea.

De esos cospeles laminados mediante molinos de sangre salieron reales de a 8 tan bellos y conocidos como los siguientes:

Fernando VI, 8 reales Lima, 1753.
Carlos III, 8 reales Potosí, 1780.
Carlos IV, 8 reales México, 1804.

La moneda española en Tauler & Fau Selection

Tauler & Fau lanza una nueva subasta Tauler&Fau Selection para el día 30 de marzo de 2022. Esta se suma a la Colección Ocadila, organizada para el 29 de marzo y que comentaremos en breve.  

A la subasta Tauler & Fau Selection ya le dediqué una entrada y un vídeo la semana pasada, hablando de las monedas antiguas y medievales. Ahora os traigo otro vídeo comentando la moneda española, que es el grueso de la colección.

Entre estas monedas españolas destacan, sin ninguna duda, los ejemplares de tipo duro. Hay un repaso muy bueno a estas monedas de plata que tanto gustan a los coleccionistas (Ana Serrano también dedica una entrada a los 8 reales de esta colección). En esta entrada he mostrado algunas de las que utilizaron molinos en su acuñación, pero se pueden citar muchos otros ejemplares. Por ejemplo, el duro limeño de Diego de la Torre, el duro de Valladolid, el “tipo María” de 1687 o entrando ya en el siglo XIX, los soberbios duros de Valencia y de “tipo cabezón”

En otros módulos también se pueden destacar muchas piezas. Hay onzas tan buenas como estos 320 reales o los 8 escudos limeños de 1810. También quisiera destacar los 4 reales de Valladolid y el rarísimo conjunto de cobres de 1710. Finalmente, hay que subrayar el 10 cruzados de Manuel I, que realmente rarísimo de ver y más en una casa de subastas española; incluso NGC ha dedicado una publicación a esta moneda.

Os dejo donde comento 10 de los lotes que aparecen en la subasta:

Podéis seguir a Tauler & Fau en su página web, en Facebook, en Instagram o en Youtube.

5 comentarios en “Molinos de sangre para acuñar 8 reales”

  1. Me encantan este tipo de entradas, como bien sabes. :).
    Pocas monedas hay más atractivas que los duros a rodillo acuñados a principios (que no finales) del s. XVIII.

    Por cierto, la moneda del ejemplo de duro acuñado a martillo en Toledo en 1597 es en realidad de Sevilla, con marca de ceca y ensayador manipulada.

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Es a finales del XVII, me sobraba un palito :D

      Las acuñaciones empiezan a principios del XVIII, pero hay documentación que indica que en la década de 1690 se estaban instalando los molinos de sangre en Madrid y en Sevilla.

  2. Tengo una duda, perdonen si es muy obvia, las monedas acuñadas a martillo, se hacía con la plata en frío o en caliente? Si es en frío, la fuerza de un solo operario dando un martillazo era suficiente?
    Gracias un saludo !

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      No es obvia para nada esa pregunta.

      Según tengo entendido, estas monedas se acuñaban con el cospel caliente. De otra forma no podrían marcar el diseño a martillazos.

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