Coleccionistas frustrados: Los coleccionistas de euros

La frustración con los euros

En la anterior entrada dedicada a los coleccionistas frustrados, Andrés hizo el siguiente comentario:

A mí me gustaría añadir un punto de frustración añadida, que afecta sobre todo a los coleccionistas de euros, especialmente los 2€ conmemorativos, (y en menor medida a coleccionistas de Juan Carlos I y Francisco F). Y es que, salvo para Jordi Hurtado e Isabel II del Reino Unido, el resto de colecciones ya estaban cerradas cuando el coleccionista se interesó por ellas. Es más, el euro pilló a más de uno en plena madurez (de la vida), viendo la colección crecer poco a poco ante sus ojos.

Quien comenzara a coleccionar en los 2000s tenía ante sí una bonita y asequible colección de moneda circulante, con las honrosas excepciones de las Tres Marías (Mónaco, San Marino, Vaticano). Hasta 2014, era una colección de unas 10-15 monedas anuales, por apenas 5€ cada una. San Marino y Vaticano se podían completar con un esfuerzo por parte del coleccionista, y en 2007 muchos decidieron apartar a Grace Kelly, pues unos 700€ por esa moneda eran excesivos en ese momento y ya se conseguiría con unos ahorros. Por no nombrar que muchos repasaban ansiosos el cambio de sus compras diarias, y alguna vez aparecía un Quijote, un Atomium o un Discóbolo.

Esos coleccionistas han visto cómo su colección perfecta se les ha escapado de las manos ante sus ojos. Estamos hablando de unas 30 monedas anuales (los países pueden emitir 2 + 1 común si procede), varias de ellas ya no salen a circulación y se venden en coincard directamente (algunas tan bonitas como los 2€ de Astérix). A las Marías se le ha añadido Andorra, y  Mónaco solo saca PROOF. Comprar una Grace Kelly por menos de 3000€ (sí, tres mil!) es imposible hoy día. Mucho coleccionista ha acabado yonki de las newsletters de sus sucripciones vaticanas y sanmarinesas.

En definitiva, que han visto truncados sus planes de una bonita colección de moneda conmemorativa circulante, a un montón de monedas que suponen un buen esfuerzo de tiempo y económico, más la completa imposibilidad de cerrar algunos huecos. No son ellos los que han cambiado, sino la colección, y no parecen asumirlo (no hay más que ver los comentarios en NV cuando se anuncia que Chipre, por decir algo, solo sacará su moneda en coincards o que no posibilitará que la obtengan a 3€ la unidad – ojo, sí a 15€).

Ante ello yo solo concibo tres opciones:

  •  Hacer un esfuerzo económico cada vez mayor y cerrar la colección. Si alguien tiene 10.000€ y quiere completar la colección, no tendrá ningún problema en encontrarla en subasta completa en alguna web alemana.
  • Asumir que la colección ha cambiado. Que ciertas monedas pueden no merecer la pena, y ser más exclusivo con las que se añaden, bien sea por diseño, por temática o por asequibilidad.
  • Frustrarse. Completar lo que puedas mientras rajas en cualquier foro de cómo Mónaco, Bélgica, etc… privan a los ciudadanos europeos de un supuesto derecho de adquisición de estas monedas en circulación, así como de los magnates que se enriquecen a costa del pobre coleccionista.
  •  Explotar. Malvender toda la colección y vivir resentido, mientras la reinviertes ese dinero en otras series).

Sinceramente, la segunda y cuarta opción, hechas con cabeza, no me parecen mala idea…

2 euros, 50 años Tratado de Roma. 2007

Mi experiencia coleccionando cromos

La reflexión de Andrés me parece excelente, como casi todas las reflexiones que se hacen desde la experiencia. Yo voy a añadir algo de mi propia experiencia aunque nada tiene que ver con las monedas.

De niño yo no era demasiado aficionado al balompié, pero como todos los niños de mediados de los 90, tenía que tener un equipo a quien animar. Como siempre me ha gustado llevar la contraria mi equipo era la Real Sociedad. Y, también como todos los niños, un año quise hacer la colección de los cromos de la Liga. Corría el año 1994 y yo estaba a punto de cumplir 10 años. 

Comencé la colección con la ilusión de ir completando el álbum por el inocente precio de 25 pesetas (15 céntimos de euro) un paquetito de seis cromos. Mi propina eran 100 pesetas a la semana, así que podía comprar 24 cromos. 

Pronto me di cuenta, y así se lo comenté a mis padres, que de esa forma no iba a poder completar la colección. Había unos 300 cromos que completar y, si yo compraba 24 cromos semanales, teniendo en cuenta que muchos iban a estar repetidos, sería imposible completar la colección en el mes y medio que dura la fiebre de esos cromos.

Mis padres aceptaron a darme un dinerillo extra para la colección y yo pude coleccionar los cromos, como el resto de niños. A priori no parecía algo demasiado caro: 300 cromos a 4 pesetas el cromo más 100 pesetas por el álbum, la colección costaría unas 1.300 pesetas. Algo razonablemente asumible. 

Pero había truco:

Primero que algunos cromos (que, casualmente, eran los de las estrellas del momento) costaba muchísimo encontrarlos. Quien los quisiera tendría que comprar una barbaridad de sobres o pagar lo que le pidiese el listillo del mercadillo, que tenía el cromo de Iván Zamorano (ese delantero chileno que jugaba en el Madrid por aquellos tiempos) pero que lo vendía por 250 pesetas. 

Segundo que empezaron las expansiones. Resulta que salieron cromos nuevos con los últimos fichajes, otros extras con los estadios de cada equipo, otros con… al final había otros 80 cromos más. Unos cromos que, ¡oh casualidad!, eran más complicados de encontrar que los primeros. 

Con todo, al final la colección costó el doble o más de esas 1.300 pesetas iniciales. Es obvio que mis padres se dieron cuenta de que era una estrategia consciente por parte de Panini, la marca que emitía la colección. Lo que no sé es si me hicieron consciente de ello. Probablemente no porque era muy pequeño. 

Al año siguiente, de nuevo quise hacer la colección de los cromos de la Liga. Pero mis padres hablaron conmigo porque la situación había cambiado. El primer cambio es que yo ya la había hecho el año anterior, por lo que ese “capricho” ya lo había disfrutado; el segundo cambio es que mis padres habían comprado una vivienda y tenían una hipoteca bastante grande. Cualquier gasto había que pensárselo dos veces y, desde luego, parece que dedicar 3.000 pesetas a una colección de cromos no era la mejor idea (por entonces yo era plenamente consciente de que había que escatimar en gastos, y no por eso tuve ningún trauma infantil).

Así que mis padres me dijeron que no podía dedicar a la colección de cromos más que las 100 pesetas que tenía de propina semanal.

Solución: hice solo la colección de los jugadores de la Real Sociedad. No compré el álbum ni me interesé por ningún otro equipo. Dediqué mi propina de dos o tres semanas a comprar sobres de cromos y luego los cambié con otros niños que tuviesen a los jugadores que yo quería. Como, además, en la Real Sociedad no había ningún cromo de esos “dificilísimos”, entonces no me salió demasiado caro. Con mi bajo presupuesto pude reunir la colección que quería.

Cromo de Ivan Zamorano, Panini, 1994

Entendiendo a los fabricantes de euros

En esta historia hay que entender que Panini tenía una estrategia para maximizar los beneficios de su empresa. Buscaba sacar cromos de tal manera que maximizan el gasto de los niños, pero sin quemarlos demasiado para que al año siguiente volviesen a coleccionar. Supongo que Panini hará unas cuentas muy sesudas para estimar cuánto dinero puede gastar un niño en cromos. También supongo que hoy en día cueste mucho más dinero completar las colecciones de cromos, ya que la capacidad adquisitiva de los niños es mucho mayor ahora que hace 25 años.

Con las novedades numismáticas pasa más o menos lo mismo que con los cromos: hay unas entidades emisoras que buscan ganar dinero con las monedas que ofrecen a los coleccionistas. Ellos hacen sus cuentas, estiman su demanda (lo cual a veces no es fácil) y buscan ganar dinero. 

Aquí hay una salvedad importante: la FNMT y muchas otras fábricas de moneda son empresas públicas. Eso tiene muchísimas implicaciones. Entre ellas que el principal objeto de las mismas no sea ganar dinero. Así, la FNMT emite monedas intentando siempre que quien quiera adquirirlas pueda hacerlo sin problemas y no intentando maximizar los beneficios suyos o los de los intermediarios.

Pero vamos a dejar este apunte a un lado y vamos a suponer que si una fábrica de monedas sospecha que puede ganar dinero con una emisión, emitirá dicha moneda. Y la emitirá en una cantidad que maximice sus beneficios. 

Si aceptamos esto último veremos normal que haya países, dentro o fuera de la zona euro, que emitan tantas monedas conmemorativas como vayan a poder vender a los coleccionistas. Lo que buscan es, simplemente, maximizar sus beneficios. Así que no tiene sentido andar quejándose de que si Andorra saca las monedas muy caras, o de que si Mónaco son unos tal y unos cual. Lo hacen para ganar dinero, como cualquier empresa.

Los inicios del coleccionismo de euros

El coleccionismo de euros es lo más parecido al coleccionismo de cromos que podemos encontrar en la numismática. Esto no lo digo de manera peyorativa: puede ser un entretenimiento muy divertido, sencillo, con un coste razonable y del que se puede aprender mucha cultura de distintos países europeos.

Tal y como cuenta Andrés, hace 15 años era algo bastante sencillo. Era muy típico que los coleccionistas de pesetas pasasen a coleccionar euros. Igual que se hacían con las pesetas emitidas por la FNMT cada año, se hacían con la tira de euros de España y, ¿por qué no?, del resto de países. 

Inicialmente eran 12 países, más “las tres Marías”, emitiendo cada uno ocho valores al año. Bien podían costar 6-8 euros la tira de cada país. No era gran cosa y permitía al coleccionista estar entretenido esperando siempre a las novedades. Muchos eran quienes andaban por el mercadillo diciendo que les faltaba la tira de Francia de 2003 y la de Bélgica de 2005. No era difícil ni caro completar esa colección. Quizá hablamos de 100 euros al año.

Quien podía dedicar más recursos adquiría las monedas en las carteras oficiales de las cecas y también se hacía con las de “las tres Marías”: el Vaticano, San Marino y Mónaco. Esos coleccionistas quizá tuvieran que dedicar más dinero. Supongo que con cerca de 1.000 euros al año se conseguían todas las carteras de todos los países. 

2 euros, 75 años del vaticano

El coleccionismo de euros se complica

Con el paso de los años el coleccionismo de euros se ha complicado, en el sentido de que hay muchas más novedades. Concretamente:

  • Desde 2007 han entrado ocho países nuevos, incluyendo Andorra que se ha convertido “en la cuarta María” (y muchos vieron allí negocio). 
  • En 2004 comenzaron a emitirse monedas de 2 euros conmemorativas (aquí un catálogo) y ya son muchos los países que emiten dos o tres nuevas cada año. 
  • Se emiten más carteras y productos numismáticos más allá de las monedas.
  • Algunos países (como Francia) han encontrado un filón haciendo productos muy comerciales y bastante caros.
  • Algunas piezas, como los 2 euros de Mónaco, se han vuelto realmente caras en el mercado secundario.

Por eso, tantos coleccionistas de euros “a bajo coste” que había hace 15 años han visto cómo la colección se les ha complicado enormemente. Sigue siendo sencilla, pero la gran cantidad de novedades que hay hace que no sea tan barata. 

Ahora hacerse con las monedas circulantes, incluyendo las de 2 euros conmemorativas (que son la salsa de la colección), suponen un desembolso semanal que al cabo de un año acaba siendo un dinero considerable. No digamos ya quien busque hacerse con todas las carteras.

Coleccionando euros en la situación actual

Creo que todas estas emisiones han hecho que el coleccionismo de euros sea mucho más interesante de lo que era hace 15 años. Tenemos muchas monedas que reflejan el patrimonio y la cultura de los países europeos. Creo que es una colección realmente bonita e interesante.

El problema está cuando el coleccionista quiere coleccionar lo que no puede permitirse. O, mejor dicho, lo que supone un esfuerzo económico que él no está dispuesto a asumir (por el motivo que sea). Iré más allá: no os quepa duda de que si el grueso de los coleccionistas adquiere todas las emisiones de euros, estas emisiones no harán más que crecer hasta que vean que los coleccionistas no pueden asumir más.

Quien no quiera asumir el coste de una colección completa de euros puede hacer lo que yo hice con la colección de cromos: entender que una cosa es lo que las fábricas emiten y otra lo que un coleccionista coleccione. Nadie está obligado a tener todas las monedas de 2 euros conmemorativas, o todas las carteras, o todas las tiras de todos los países. Coleccionar no es una obligación.

Yo propondría ciertas alternativas. Por ejemplo:

  • Coleccionar solo las monedas de un país concreto. Por ejemplo, las españolas.
  • Coleccionar las monedas de 2 euros que conmemoren algo que nos llame la atención (un autor del que hayamos leído libros, un monumento que hayamos visitado, un evento histórico que conozcamos, un deportista que admiremos…).
  • Coleccionar la primera cartera de euros emitida por cada país.

De esta forma se reduce la colección, se hace más asumible económicamente y se hace mucho más personalizada. Ya no es una colección “impuesta” por las fábricas que emiten monedas, sino una colección que refleja los intereses de un coleccionista concreto.

Por dinero, no lo hagas

Lanzarote repite muchas veces lo siguiente: una colección completa no vale más por estar completa. Si bien esto es discutible para ciertas colecciones históricas, pues el hecho de que se vendan completas puede atraer la atención de muchos compradores y hacer subir los precios (o puede que no), para el caso de los euros no hay discusión que valga. 

Una colección de euros es adquirir productos que están fabricados para ser coleccionados. Se paga por la novedad y por el disfrute de coleccionar. Lo normal es que pasado un tiempo el valor de las monedas se reduzca considerablemente, como pasó con las carteras de Andorra

El mejor ejemplo es el de Juan Bautista Climent, que en Gloria esté. Fue un coleccionista de euros desde 2002, haciéndose con muchas tiras y carteras. Estaba muy orgulloso de su colección. Lamentablemente cayó gravemente enfermo en 2012 y decidió vender su colección de euros, viendo que a sus hijos no les interesaba. Fue entonces cuando descubrió el nulo interés que tenían en el mercado numismático. 

Yo intenté echarle una mano y no conseguí encontrar a ningún comerciante, ni a ninguna casa de subastas, que se hiciese cargo de la colección. Yo creo que ahora sí que lo conseguiría, pero el precio de venta sería muchísimo menor que el que en su día pagó Juan Bautista. Al final tuvo que malvender sus monedas por poco más que su valor facial.

Con esto no quiero quitar a nadie las ganas de coleccionar euros. Ya digo que es una colección que me parece interesante y divertida. Pero el que adquiera euros debe entender que lo hace por diversión y en ningún momento como inversión futura. Por eso hay que buscar la colección que encaje con nuestro presupuesto y nuestros intereses, no la que las casas de monedas o los comerciantes nos empujen a hacer.

Lo mismo vale para otras colecciones actuales

Esto mismo que digo de los euros es extensible a otras colecciones de moneda internacional actual. 

Hace 10-15 años era común encontrarse en el mercadillo a coleccionistas de monedas bimetálicas. Algunos eran orgullosos poseedores de colecciones completas, en las que buscaban tener un ejemplar de cada tipo de moneda bimetálica emitida por cualquier país del mundo (coleccionar por años ya por entonces era una locura). Hace mucho que no coincido con estos coleccionistas, pero me imagino que estén sufriendo una barbaridad: la cantidad de emisiones bimetálicas en todo el mundo es enorme, así que por alguna parte habrán tenido que recortar. 

Igualmente, antes había coleccionistas de monedas y/o billetes que representan animales. Hoy en día la cantidad de emisiones con esta temática es tal que se hace inabarcable. 

Últimamente se están poniendo de moda las colecciones de monedas representando a dinosaurios. No os extrañe que, si esto sigue así, dentro de 10 años haya 80 países emitiendo monedas con dinosaurios.

En conclusión

El coleccionismo de moneda actual hay que tomárselo como puro disfrute. Así que el ritmo lo debe marcar el coleccionista. Si colecciona euros y ve que el ritmo marcado por las fábricas de monedas es muy exigente, que se desmarque de ese ritmo y adopte uno con el que se sienta cómodo. No hay que olvidar que lo importante es disfrutar de la colección.

Comentarios en: Coleccionistas frustrados: Los coleccionistas de euros

  1. Totalmente de acuerdo el coleccionismo es un disfrute y no entrar en todas esas monedas conmemorativas que se hacen con el solo fin de ganar dinero. Considero que lo mejor es que si queremos conmemorar algo o destacar una personalidad de tu país se deberían realizarse en emisiones comunes y no exclusivas para los coleccionistas. Lamentablemente en mi país Uruguay se hacen las emisiones conmemorativas con su respectiva ley y salen a la venta al público desmonetizadas, personalmente no comparto lo que hace el BCU.

  2. Estoy de acuerdo con lo que comentas en esta entrada. Coleccionar euros era entretenido, porque todos los años salían monedas nuevas: conmemorativas de 2 euros, algún país nuevo que entraba en el euro… y bastante barato. Hace años que si quieres tener todos los euros nuevos que van saliendo, el desembolso es grande y coleccionar se convierte en una obligación en vez de algo placentero.

    Lo más interesante de los que empezamos a coleccionar monedas con el euro es que luego te da por investigar sobre qué monedas se acuñaron antes del euro, su historia… y descubres que hay mucho más.

    Al final es mejor o bien coleccionar otro tipo de monedas y pasar de los euros o bien no pretender tenerlos todos, sino centrarse por ejemplo en los euros de España y coleccionar también monedas históricas.

  3. Excelente articulo, deja en forma clara, sencilla y precisa, coleccion de 2 Euros. Yo soy coleccionista de 2 Euros, y quiero empezar tambien con Centenario Peseta.
    Felicitaciones por Blog, sin lugar a dudas de los mejores

  4. En estos artículos es típico que haya muchos comentarios. Lamentablemente se están haciendo mucho más en las redes sociales (sobre todo Facebook) que en el Blog. Digo lamentablemente porque estando en el Blog tienen más visibilidad.

    Creo que todos los comentaristas dicen que les ha gustado el artículo y que se ven reflejados en el personaje. Se ve que esta frustración es bastante común dentro de los coleccionistas de euros.

    Os dejo algunos de los más relevantes:

    En mi perfil de Facebook.

    Lanzarote:
    Muy interesante. Una rendición a tiempo es una victoria…. Por cierto, qué maravilla el catálogo de Colemone, qué diseños más espectaculares tienen algunos euros conmemorativos, no me extraña que haya mucho coleccionista de estas de 2 euros, estoy por pillarme todas las de España, aunque en un futuro (siempre hay tiempo). Aunque lo dicho, mejor seleccionar que completar. Completar pa qué…. pa ná. Aunque forma parte del gen coleccionista, claro.

    Paco Carraso:
    Es lo que comente en otro grupo, uno lleva coleccionando los € desde que salieron ( pero en sencillo) comencé también con las series, sin las Marias como dices tú, hace ya unos años las deje por el precio que estaban cogiendo 😤, muchos viajes en tren a la plaza mayor( Madrid) ahora con los 2€ conmemorativos pasa igual, ya no es una moneda, ya son 3, el otro día con la de Malta 75€ mínimo, se te quitan las ganas, 😤 se está poniendo imposible seguir coleccionandolos€,

    En We Are Numismatics.

    Gonzalo Moreno Pereira:
    “ lo importante es disfrutar de la colección.” Parece obvio pero es la clave. Que la afición no se convierta en obsesión y podamos disfrutarla.

    Fonti Sánchez:
    La mejor opción es una cuarta: evolucionar.

    Paco Meteorito:
    A mí me gusta la variedad me parece más interesante la colección

    Juan León Pescador Calvo:
    El euro empezó a dar sorpresas desde el 1 de enero de 2002, cuando comprobamos que aquella nueva moneda que se ponía en circulación era algo más complejo de lo que parecía a las 96 monedas de los 12 estados había que sumarle las 24 de los estados asociados, pero había más sorpresas, no eran 96 monedas, ya que España, Francia, Finlandia, Bélgica y Holanda fecharon sus monedas en 1999, 2000 y 2001, Alemania acuña en cinco cecas y como Grecia ingresa en la UEM en 2001, hay monedas acuñadas en Halandri y otras con una E, F o S, en resumen más de doscientas monedas para empezar y en 2004 empiezan las conmemorativas, una por estado y año para empezar, pero luego llegan las comunes, la segunda pieza…

    Jorge Traver Gil:
    Para mi, la variedad en una colección, te lleva a mayor conocimiento general, tanto numismatico como histórico. Y esto repercute en una mayor diversión e interés por el hecho de estar continuamente aprendiendo y descubriendo. Y lo más importante, al no tener que finalizar ninguna serie, pues es una colección abierta y cambiante, la frustración es mínima.

    En Información Numismática.

    Lance Lanzarote:
    Yo me conformo con tener a mano online el catálogo de ColeMone , que es una maravilla!. Hay conmemorativas muy guapas. Esto es como todo en la vida, cuando ves que la situación te va a superar, es mejor dar un pasito atrás y a otra cosa, replantear antes que terminar quemado.

    Juan Carlos Durán Soriano:
    Yo sólo hago los euros conmemorativos españoles, Es así y no damos a basto.

    Salvador Torralbo García:
    Yo empeze en 1999 con las commemorativas y las 2 euros caras nacionales o circulantes hasta 2019, las alemanas la 5 cecas,, las variantes e incluso los errores pero visto lo que hoy en día cuesta a nivel económico lo dejé porque no es normal ya un montón de países y ha 2 monedas eso sin contar las diferencias entre cecas de la misma moneda o país en total se están dando con el Coleccionismo de los euros,,, si ha alguien después de leer mi comentario desea obtener las distintas colecciones yo las tengo ha la venta sin circular y por series individuales ejemplo las series de Alemania de los lender 2006 al 2021 y las especiales que han emitido todos los países en conjunto del mismo tema aparte de todo lo demás como los coin card del Vaticano de los 2 modelos

    Juan Carlos Duran:
    Lance, independientemente de los medios,unos y dos escudos de los Borbones.Lo de los euros es simplemente ir coleccionando lo que va saliendo,al igual que los 30 euros.Ya sabes,entre col y col….

    Alberto Fernández:
    Juan Carlos Duran Soriano como lo fueron el resto de monedas en sus tiempos, aunque seguramente con más dificultades que ahora, claro… Ahora imagínate dentro de 100 años, alguien con una colección con todos o casi todos los euros de ahora… pues será como ahora tener todas las del centenario en estado s/c… ¿No?

    Lance Lanzarote:
    Más parecido a una colección de Juan Carlos y Franco en SC, monedas fiduciarias de cupro niquel, ya que el Centenario son muchas de plata y de por sí valen más. Muchas de Franco tienen 70 años, y son muy fáciles de conseguir en SC a día de hoy por muy poquito.

    En Conmemorativas de dos euros.

    Juan Chaparro:
    Totalmente de acuerdo con lo que dice el artículo, añadiendo que algunos trabajadores de banca ya se han sumado a la acaparacion de rollos de monedas nuevas para luego venderlas, y repito algunos

    En Monedas conmemorativas de dos euros y variantes.

    Julio Medina:
    Muy de acuerdo, siempre he dicho que existen 2 tipos de coleccionistas: los que lo hacemos por el placer de tener y disfrutar los elementos, aveces costosos y aveces sin valor económico.
    Y los que planean hacer un dinero extra revendiendo elementos.
    Por oferta y demanda, los segundos afectan a los primeros. Pero como lo escriben en el artículo, es cuestión de controlar lo que uno colecciona y ya.

    Santiago Jurado:
    Espectacular me siento identificado y al final es lo q nos esta pasando a muchísimo … con los cromos también creo q aún tengo álbumes por ay y a ese Ivan Zamorano . Gracias es muy buen articulo

    Pedro Picazo:
    que razon tiene yo estoy vendiendo todo arto de precios de locura y de monedas ridiculas

    En Twitter también ha habido algún comentario interesante.

    Relatos Numismáticos:
    No puedo estar más de acuerdo con tu artículo.
    Soy consciente de lo imposible que es tener una colección completa de euros, así que no me frustro.
    Solo compro las conm. de 2€ españolas y se que tengo una serie decente a un precio muy razonable.

    Luis Trujillo:
    Desde Colombia quería empezar la colección de 2 euros, la cual descubrí tarde, pero apenas vi los precios de esos difíciles países decidí abortar. Por ahora estoy juntando las series desde 1 céntimo hasta 2 euros en sus diferentes acuñaciones.

    1. Sólo con este comentario de Lanzarote se ha lanzado un capote al centenario que ni te lo esperas «Más parecido a una colección de Juan Carlos y Franco en SC, monedas fiduciarias de cupro niquel».
      El centenario nunca me ha llamado, pero los euros sí…. y sólo leer «cámbialo por JC o Franco en cuproniquel» y se me enciende la bombillita… que frases tan curiosas de pronto hacen que te entre el gusanillo

  5. Yo matizaría que los microestados generan frustración añadida ya que ni siquiera son de la UE, y evidentemente están haciendo negocio a costa de ella -porque les dejan claro-.
    A mí me da pena que lo de los euros haya acabado así porque era una colección muy óptima para expandir la afición. Muy parecido a Juan Carlos I, que era una colección muy asequible, pero esta internacional y que aún encima valía para estrechar lazos. Al final casi consiguen que te acabes picando con ciertos países por pasarse un poco de listos.

  6. No puedo estar más de acuerdo Adolfo, porque yo también soy de la Real (je, je). Me costó convencer a mi hijo que la colección de cromos de Panini era…..en fin, me ahorro adjetivos calificativos. Completar los de la Real y del Zaragoza fue sencillo y barato. Era fácil percatarse que con los nuevos fichajes al final había más cromos que huecos en el álbum.

    Empecé a guardar las monedas de Juan Carlos en el 75 y lo dejé en el 80. Empezaba a ser un disparate en el que costaban más los álbumes que las monedas.

    Las colecciones vivas de monedas nuevas son interminables, de crecimiento exponencial y frustrantes.

    Para mi es mejor centrarse, por ejemplo, en el centenario o en los columnarios (o en la que a cada uno le guste más o le resulte más alcanzable). Al menos en esto, el número de monedas existentes, como regla general, es algo cerrado. Siempre hay excepciones. Por ejemplo, recientemente me encuentro la sorpresa de que hay un duro de plata de Alfonso XIII de 1895 (para mi solo existían los de 1896, 1897, 1898 y 1899 además de los pesos de Puerto Rico y Filipinas). Bueno pues resulta que en las subastas que Aureo & Calicó van a realizar a mediados de este mes (14 a 16 de diciembre), aparece un curioso ejemplar de 1895 (Sorpresa en San Mamés…) Pero vamos, como si aparece un columnario de 1776 de Potosí. Serían solo las excepciones que confirman la regla.

    Desde luego quien coleccione monedas nuevas es mejor que lo haga por pura diversión, porque como inversión, es absolutamente pésima. Para invertir, pues mejor los dos linces que he reservado en Degussa. Monedas preciosas y simple inversión a larguísimo plazo. Sin más pretensiones. Entre tanto, me deleitaré contemplándolas cada dos por tres. Me parecen muy bonitas.

    Un cordial saludo.

  7. Hola a todos.(a)
    Yo particularmente no me doy mala vida colecciono los 2 euros conmemorativa de España.
    Y punto. El problema o dilema que tiene y tenemos me incluyo el coleccionismo es que nos gusta todo o casi todo ya sea el que colecciona monedas y otras cosas. Y algo que se ha dicho hasta la saciedad es precisar y concretar específicamente una colección para que tenga un sentido. Y los que sentimos esta pasión por la numismatica , en mi caso son más 40 años y no puedo evitar a veces comprar una moneda que por su belleza o contexto histórico me interesa , tal como hizo Adolfo al comprar su moneda de 30 euros. Ahora bien cada quien es libre de coleccionar lo que quiera y como quiera, pero hay una gran diferencia entre
    almacenar monedas y ser un numismatico . Saludos y mis disculpas si e ofendido a alguien.

  8. Comparto las reflexiones de esta entrada, recuerdo la fecha en que deje de coleccionar las monedas de 2 euros, 2013, las iba consiguiendo a base de compras en común en foros e intercambios privados. Sentí ese sentimiento de desazón cuando veía que había piezas casi imposibles de conseguir y me jodía tener ese huequito vacío del álbum preeditado con la fecha y la banderita. Ahora disfruto del viaje, de cada pieza que voy incorporando a mi colección, sin más pretensiones

  9. Y ahora Malta y Luxemburgo con 3 marcas de ceca distintas, lo que faltaba. Has puesto un ejemplo perfecto con los cromos de la Real Sociedad, no es obligatorio tener todo. En mi caso colecciono lo que me gusta y no se va mucho de precio, como Portugal; monedas bonitas, a 3 euros SC y con una tirada no muy elevada. Un saludo.

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