Varios de vosotros me habéis pedido que aborde el tema del género en la numismática. Me pedís algún tipo de reflexión sobre los motivos por los que hay muchas menos mujeres que hombres en nuestra afición o si las mujeres suelen tener los mismos intereses que los hombres a la hora de coleccionar.
Es un tema que eludo no porque no me interese o porque lo considere baladí, sino porque vivimos en una sociedad donde las filosofías identitarias son cada vez más fuertes. Entrar en esos temas es meterme en un jardín minado donde seguro que salgo mal parado porque, diga lo que diga, no faltará quien me tilde de machista por mucho que mida mis palabras. De hecho, cuando escribí la epístola numismático-matrimonial hubo quien dijo que “encontraba mi texto tremendamente machista”.
Afortunadamente, una mecenas del Blog Numismático (que generalmente comenta en el Blog con el pseudónimo de Marisiña) escribió un magnífico texto en el Club Escudo. En él se dirige a otra mujer coleccionista aconsejándola cómo salir de un “bache de coleccionista”. En este escrito Marisiña describe indirectamente su forma de coleccionar. Una forma que, obviamente, no es igual para todas las mujeres. Pero sí que tiene un sesgo femenino que yo he detectado en las mujeres que conozco que coleccionan. A saber:
- No relacionan su propia identidad, ni su ego, con su colección de monedas. Por eso adquieren las monedas que les gustan sin importar su precio.
- Tienen cierto sentimiento maternal hacia sus monedas, a las que cuidan con cariño.
- Buscan involucrar a su familia más cercana en su propio coleccionismo.
- Los temas que coleccionan están relacionados con sus vivencias personales (hechos históricos vinculados a ellas, a su familia, a su trabajo…), por lo que no suelen centrarse en una serie concreta sino forjar una colección personal.
- Sus mayores alegrías vienen cuando consiguen un impacto o interés en su entorno más cercano.
- No se dedican a competir a ver quién tiene la mejor colección de tal o cual cosa.
Os dejo el texto de Marisiña, convenientemente editado por mí para hacerlo más legible (hay que entender que está escrito en una sala de chats). Yo os animo a que lo leáis con atención y reflexionéis al respecto. Creo que de esto, como de tantas otras cosas en la vida, los hombres bien podemos aprender de las mujeres.
Otra mujer que reflexionó al respecto fue Christian Baeza en las charlas que tuvo con Carlos Ajo (unas y dos).
El texto de Marisiña
[…] No te desanimes. Date un tiempo. Yo he pasado unos meses parecidos, todavía me pasa… Ahora compro las monedas que me gustan estéticamente y si no me gustan paso de ellas; voy leyendo aquí y allá, reviso un montón de subastas y voy buscando información de las que me enamoran.
Poco a poco los reales de los Reyes Católicos y de Enrique IV han ido cogiendo protagonismo y son los que me puedo permitir (no los de más de 100 euros). También los dineros de los diferentes Alfonsos, que me van llevando a los reyes y a sus ciudades.
Está la página We Are Numismatic, que es fantástica. Le estoy haciendo a mi hermano, que quedó hace unos años el tercero en el campeonato de Extremadura de tiro con arco, una colección de monedas en las que aparecen arcos y flechas. También le busco información para que las conozca. A mis hijos les voy juntando los euros conmemorativos españoles. Y gracias a Colemone voy conociéndolos y revisando sus tiradas, sus significados…. Esas cosas…
Lo último que ha llegado a mi casa son billetes baratitos de la última subasta de Silicua. Billetes de 5 pesetas de Alfonso X (¡Alfonso! ¡por supuesto!). Así, de la forma más tonta, la colección va cogiendo forma. Entre medias tengo un puñado de duros de aquí y de allá. ¡Rechulos! De ver y estudiar.

Es cierto que paso más tiempo leyendo aquí y allá y ahora haciendo fichas de las monedas que tengo e intentando completar sus datos, mis datos. Unos datos que no son los krauses ni los calicoses, sino el número de monedas que se emitieron, quién, cómo y cuándo y quién se enfadó o peleó con quién. Aparte de la foto de la moneda que yo tengo y que me descargo de Internet y desde aquí mi más profundo agradecimiento a Tauler y Fau que te proporciona una foto high class de la moneda que has adquirido. Y luego rebusco en Internet la foto de la moneda súper súper súper de la muerte y la adjunto a la ficha; las más de las veces me gusta más la mía.
Una moneda tiene que rular. Tiene que estar circulada para mí. No puede parecer una chocolatina (y voy a decir una aberración, pero todas las del Real Ingenio de Segovia me parecen tan perfectas y brillantes… ¡chocolatinas!) ¡Y ahora sí que me divierto!
Nosotras no coleccionamos igual que ellos. El motivo por el que coleccionamos no es el mismo. No sentimos la necesidad de tener el mejor real, el más raro, el más caro, el único. Otra cosa es que a veces lo tengamos… No sentimos la necesidad de “competir” de la misma manera. A mí me sirve para conocer lo que realmente me gusta, después de tantos años desdibujando mi yo entre hija, esposa, madre, profesional de esto y aquello. La numismática hace que me vuelva a encontrar conmigo misma. Con lo que quiero y lo que me gusta.

No ha sido fácil. Ahora no soy la madre de Serrano ni la hija de Pedro ni la prima de Vicente. Ahora soy la que tiene un “bien peinado” del Alfonso VIII y alucina porque me ha costado menos de 20 euros. Otras personas han pagado diez veces más por el mismo pero que se ve mejor la X, pero todos ellos son hombres seguro, y yo soy capaz de ver la X la Y la Z y una épsilon si hace falta. Y ahora a disfrutar conociendo la batalla de Alarcos…
[…]
Si compraste la moneda fue porque algo te llamó la atención en ese momento. Es como lo que decían en la película: ¿habéis perdido el amor o no lo hubo? Porque si lo hubo y lo habéis perdido, solo tenéis que volver a donde lo perdisteis y buscarlo. Con las monedas pasa lo mismo. Y lo de cara o barata, en mi opinión, “¿Te lo pudisteis permitir?” ¡Pues al Carajo! Lo importante es que te enamorara y que cuando la mires o la toques puedas sentir lo que sentisteis cuando la elegiste entre todas las de la subasta.

Es como cuando te compras un bolso de Carolina Herrera y sabes que en el mercadillo lo vas a encontrar por 50 euros y ni se nota. Pero el tuyo lleva una caja roja y una funda repochola y cuando lo llevas del brazo la satisfacción es tuya. Parece que flotas. Y cuando vas con la mochila de 9 euros del Decathlon…y tan a gusto con las manos libres. ¡Lo importante es la satisfacción y el GUSTAZO! Y de eso sí sabemos las mujeres, que no te confundan.
Lo qué mas me gusta de la moneda es el muerdo del canto. Yo tengo un par de ellas y me vuelven loca, sacan de mi un rayo de ternura, ahora están conmigo y nadie les volverá a hacer daño mientras yo viva. No te desanimes, para poder disfrutar el café del desayuno tenemos que esperar 24 horas. Pues esto es lo mismo. A ver si somos capaces de conocernos.
[…]

Por cierto chicos, en un parón de mi peregrinación de ayer les conté a mis hijos el ratito que pasamos en la Feria del Coleccionismo de Villanueva y mi hijo el mayor me dice:
“espera, espera… me estás diciendo que tienes un grupo en el que habláis de monedas, y que sin conoceros quedáis y que vais a una feria y luego os juntáis y comentáis… ¡joder, joder, joder! ¡¡¡que yo voy solo a la feria de discos y si quiero comentar algo tengo que darle la brasa a mi hermano!!!! ¡¡¡Joder qué suerte!!!!”
¡Y me miró como si hubiera escalado yo solita un 8.000! ¡Buah! ¡¡¡Me sentí como si hubiera terminado la colección de Carlos III en MS 71!!! ¡Gracias, chicos! Le pusimos los dientes largos a uno de 25 y eso que sólo fue Villanueva ¿¡os imagináis si fuera Santo Domingo!? ¡Salí reforzada total!

que buen articulo! realmente nuestra manera de coleccionar es distinta, quizás a veces sin darnos cuentas entramos en la corriente masculina y nos frustramos por exigirnos tener un buen ejemplar. Este mundo fue siempre más masculino pero en este siglo más mujeres empiezan a aventurarse, haciendo un recorrido propio que no es el mismo de los hombres. En hora buena!
La primera mujer numismática que conocí tenía una pequeña tienda en una calle de Almería, tienda pequeña y sobria. Al abrir la puerta sonaba una campanilla que la hacía mirar por encima de las gafas. Estaba sentada detrás de un mostrador en el que había un cestillo de esparto con mucha morralla dentro. Para mí ese cesto era como un imán, cada vez que tocaba aquellos cobres sentía su voz que me decía “esa vale un duro, aquella una peseta…”.
Las de plata, detrás de una vitrina, a buen recaudo. Acercaba mi nariz al cristal y leía, Amadeo, Fernando VII, Alfonso… todas muy lejos de mi presupuesto. Me contaba sus historias que sólo eran interrumpidas cuando alguien llegaba para vender una cubertería de plata.
Una vez me enseñó una de oro, de 10 escudos con la imagen de una mujer, quería saber quién era, su historia, me aconsejó que comprara un catálogo para poder clasificar las monedas y conocerlas, así que metí la mano en el bolsillo del pantalón, saqué todos mis ahorros (que ascendían a dos billetes de 100 pesetas) y le compré el catálogo Edifil. Cincuenta años después una hermana de esa moneda forma parte de mi colección y cada vez que la admiro me hace revivir esta experiencia.
Adolfo, poner a Marisiña de ejemplo va más allá de lo espiritual. No tengo el placer de conocerla, pero sí de leerla y puedo decir que disfruto de sus comentarios, de sus razonamientos, de sus experiencias. Me recuerda a aquella mujer que me transmitió la pasión por la historia a través de la numismática, de coger una moneda, cerrar los ojos y poder sentir cientos de años de historia en la palma de la mano.
Un saludo.
Enhorabuena Marisiña, por seguir tu propio camino en coleccionar monedas, billetes o cualquier objeto que sea. Lo importante, a pesar de lo que los demás crean o digan, es que disfrutes con pasión de esos objetos adquiridos, quizá durante largo tiempo y con mucha paciencia. Es la única manera de transmitir esa pasión por el coleccionismo a otras personas incluso a la generación que nos sigue. En alguna ocasión que otra he dicho que los coleccionistas somos los guardianes de nuestro patrimonio cultural e histórico.
Un saludo,
Tristán
Que sea este el momento de recordar a a quien fuera la más grande coleccionista (hombre o mujer) que haya existido de monedas colombianas, ecuatorianas y argentinas : Lía Meisner.
Lía murió en el 2.012 destacándose en su vida por ser una enciclopédica conocedora pero también compulsiva compradora de monedas tanto de oro como de plata. De hecho su coleccion de Colombia sigue siendo el referente inalcanzable para todos. Logró la inmensa hazaña de tener una colección casi completa de oro y plata colombiana y ecuatoriana.
Era una persona extremadamente competitiva, agresiva en sus compras, luchadora como pocos, que recorrió el mundo buscando monedas. Los grandes comerciantes y casas de subasta le extendían tapete rojo con grandes cortesías a quien fuera durante décadas la decana y más icónica coleccionista en Latinoamérica. Se granjeó grandes amigos y no pocos enemigos que no comulgaban con su manera de coleccionar.
Sin embargo no podemos olvidar que forjó una colección que solo se puede calificar de mítica.
Su colección fue dispersada por Stacks Bowers en los años 2.018-19 bajo el nombre de Eldorado Collection.
No sabía que la colección Eldorado perteneciese a una mujer.
Le he leído el artículo a mi consorte porque no me he podido resistir.
Dice que es impresionante como se acerca el retrato a mi también.
Gracias Marisiña por poneroo en palabras tan bien como lo has hecho
Un beso
Al final va a ser que todas las mujeres del Club Escudo estáis cortadas por el mismo patrón; o parecido.
Me acabo de dar cuenta de que en la foto de la «maddonna italiana» atesorando… esa señora solo cuenta CENTENES jajaja
Hola a todos, mi hija de 12 años colecciona monedas desde hace varios años, sus hermanos prefieren cromos, muñequitos, … A ella le gusta la autenticidad y la historia que le trasmiten las monedas. Por supuesto su colección es de «restos de serie» que la gente le regala, las cosas que encontramos en el fondo de un cajón o las monedas que sobran de un viaje, pero para ella son un pequeño mundo. Yo la animo mucho, las ordena, las coloca y sin darse cuenta aprende mil cosas. Ojalá continúe en el futuro con esta afición. Me pasa como a los Austrias o a los Borbones, las colecciones de monedas aunque sean muy modestas, tienen un punto pedagógico muy importante.
Buenos días, me alegra ver que las mujeres se abren hueco y se interesan por está bonita afición que es la numismática. A mi la afición a la numismática, notafilia y filatelia me viene por mi madre, ella tenía (ahora lo tengo yo) una caja con monedas, principalmente extranjeras, tambien monedas de «franco» y de la republica, algunos billetes antiguos muy circulados y unos álbumes de sellos recolectados de las cartas cuando estás aún los traían. No había cosa que me gustase más que sacara su caja de monedas a la hora de merendar y me fuera diciendo…esta es de tal país, está me la dieron en cual sitio…está es muy buena porque es de plata…poco a poco me iba dando algunas para mí…alguna extranjera repetida, centimillos de franco, perras gordas..así y junto con otras que me fueron dando conocidos, tíos y abuelos que cuando viajaban a cualquier sitio y me decian «que quieres que te traiga?» Yo siempre contestaba igual….»monedas».. hoy a mis 50 años a los cuales he tenido la suerte de llegar siendo aún coleccionista tengo más que claro que fue mi madre la que me inculcó está más que apasionante afición, y quiero agradecer a ellas, a las madres y mujeres que promocionan nuestra afición y que por lo que veo son más cada día. Un saludo
El cajón de los pañuelos, el de la mesilla de noche junto con el rosario y las fotos de momentos pequeños pero que quieren recordar cuando lo abren, en el cestito donde tienen las barras de labios, en una taza de loza donde tres o cuatro monedas comparten sitio con collares y pulseras de fantasía viejos y desgastados…
Ellas no guardaban o guardan o guardamos monedas, guardaban, guardan , guardamos, recuerdos.
Supongo que Internet, con sus foros, este y otros blogs, las casas de subastas, los comerciantes con páginas webs y los canales de YouTube nos han acercado a la historia de cada moneda, (así muchas de nuestras monedas tienen dos historias, las de ellas, y las nuestras. Y así nos vamos animando a pasar de puntillas y con más miedo que vergüenza a esto de la numismática.
Mi consejo , participad, participad en los foros, en los Blogs, en convenciones y quedadas , lo increíble de la numismática es la amplitud y las pasiones desenfrenadas que levanta y el conocimiento más allá de la historia y las noticias , de la propaganda y la contrapropaganda, de la información y la desinformación. En el Pasado y en el presente. Por favor sacad un ratito y ved la segunda entrevista a Christian Baeza. Mi reacción después de verla y escucharla fue “No se van a rendir, esta vez los van a tener que matar” .
Gracias Adolfo por darnos voz.
Señoras, Señores Anímense!!! A parte de ser gratis, te refuerza como individuo y como persona, como grupo y como humanos. (Casi me falta una amén Jajajaja)
HOLA, SOY DE ARGENTINA. Salvando la distancia geográfica y la variedad de mis gustos, les cuento que mi familia me trata, salvo mi hija, como una anormal. Comencé con estampillas de las cartas que me enviaba mi madrina que vivía en Suiza. Luego porsupuesto las monedas. Supongo que somos alguno de los países con más inflación LO QUE SIGNIFICA QUE LOS BILLETES Y MONEDAS VIEJAS ABUNDAN. Luego comencé con los viejos boletos (tickes) de bus, y viajando, conociendo bastante ciudades de España (sobretodo) Extramadura. Y varios países segui con mi colección de monedas, billetes, servilletas, envases de azúcar y no sigo más porque como dicen en algunas ¿provincias? de España OS ABURRIRÉIS. Si está mal escrito ruego me disculpen. CARIÑOS Y ADELANTE CON UN PROPÓSITO TAN PURO Y SANO. UN PLACER.
Mi aportación como comerciante es que hace diez años muy, muy pocas veces una mujer compraba una moneda para coleccionarla. Todo lo más para algún regalo y pocas veces también. También era muy inusual que las mujeres quisieran saber sobre monedas y/o las miraran y/o preguntaran por ellas. De hecho lo habitual era una pareja con la mujer con cara de aburrida mientras el hombre miraba las monedas, comprando o no. Incluso algunas mujeres, pocas pero no estadísticamente despreciables, manifestaban que el coleccionismo de monedas por parte de sus parejas era cosa de frikis.
Sin embargo hace unos años la cosa empezó a cambiar. Poco a poco pero lo hizo. Hoy, aunque sigue habiendo una mayoría de coleccionistas masculinos ya no resulta excepcional una compra por parte de una mujer como tampoco lo es que una mujer se interese por las monedas, pregunte cosas, tenga curiosidad en suma (esto último es bastante frecuente). De hecho ese binomio marido (o lo que sea) mirando monedas, mujer aburrida ya no se da demasiado, son más los casos de marido interesado y mujer cuanto menos curiosa cuanto no directamente interesada en similar medida. Y desde luego hace mucho que no oigo a ninguna mujer decir que el coleccionismo de moneda antigua sea una cosa de frikis.
Sin duda en este aspecto se ha progresado socialmente.
La verdad es que hay muchos hombres que tampoco buscamos ese mejor real e incluso no nos gusta esa moneda reluciente, intacta pero seamos sinceros , en los grupos de coleccionistas somos los denostados del coleccionismo, el tener una moneda usada, directamente se le dice chapa, no coleccionable y eso hace que muchos directamente ni las muestren y oculten esas colecciones. Siempre he pensado que en cierta manera todo esto proviene de esa moda usana de graduaciones hasta hasta la mínima, esa competición donde solo valen esas graduaciones más altas y donde se menosprecian una ralla o un desgaste de uso.
Marisiña , eres un genio, y escribes como si estuvieran hablando tus propias entrañas.. comparto tus sentimientos, aunque no lo sé expresar también porque para eso hay que ser poeta, como tú se nota que tienes raíces, celtas, suevas y Trastámaras . Un st un estilo intermedio entre Rosalía de Castro y Concepción Arenal todo corazón y todo decisión. Un abrazo muy fuerte , muy buena idea Adolfo como todas las tuyas
Yo soy coleccionista de billetes españoles, quizás de los más minoritarios y en mi caso, sin certificar, menos. En mi casa, mi mujer y mis dos hijas no comparten mí afición, simplemente no les interesa, pero lo mismo pasa con la parte masculina de la familia, o sea que no es por el género. Es como a mi, que no me interesa el fútbol, y es un deporte en el que casa vez hay más mujeres. Más que el género masculino o femenino creo que es más importante lo que a cada cual le interesa, unos coleccionan por ego y otros lo hacemos porque nos gusta el arte o la historia.