En esta entrada voy a dar un pequeño repaso histórico a los krugerrand, la moneda de oro más conocida y que atrae a una mayor cantidad de inversores de oro.
Antes de nada, os dejo un vídeo del canal de Youtube de Andorrano Joyería, donde se muestra un krugerrand. Siendo, como son, una empresa especializada en la compra-venta de monedas bullion, es obvio que tienen krugerrand disponibles para su venta.
Breve historia de los krugerrand
Los krugerrand nacieron el 3 de julio de 1967, de la mano de John Edward Holloway, su principal precursor. Desde un primer momento, y hasta hoy en día, son monedas de una onza de oro puro que sirvieron para poner en el mercado la gran cantidad de oro producido en Sudáfrica. Hay que tener en cuenta que en los años 60 Sudáfrica producía el 70% del oro del mundo, por lo que era necesario favorecer la salida del dorado metal de este país.
A estas monedas las llamaron “krugerrand”, que es la composición de dos palabras: “Kruger”, apellido del ex-presidente Paul Kruger, y “rand”, la unidad monetaria sudafricana.
El concepto de fabricar monedas de oro del tamaño de una onza como forma de facilitar la venta de oro es algo que a día de hoy nos parece de lo más normal. Sin embargo, en 1967 era un concepto nuevo y revolucionario. De hecho, los krugerrand fueron las primeras monedas de oro de curso legal emitidas posteriormente a la Segunda Guerra Mundial. Y las primeras que tuvieron el tamaño de una onza, un tamaño que ahora es un estándar de facto en el mercado internacional.
El resto de las monedas de una onza bullion más conocidas vinieron bastante después: la Maple Leaf de Canada en 1979, el Nugget australiano en 1987 (fue canguro a partir de 1989), el Panda chino en 1982, las Eagle estadounidenses en 1986, la Britannia británica en 1987, la filarmónica austriaca en 1989… Todas estas monedas están basadas, en buena medida, en los krugerrand.
Desde un primer momento los krugerrand se acuñaron en la Rand Refinery, una de las principales refinerías de metales preciosos a nivel mundial. Las cantidades acuñadas hasta 2010 las podéis ver aquí. En total, son ya más de 50 millones de krugerrands del tamaño de una onza los que han salido de la Rand Refinery, incluyendo su versión sin circular y su versión PROOF.
Descripción de los krugerrand
Como he comentado, se emiten krugerrand de distintos tamaños siendo el más grande de una onza y el más pequeño de un décimo de onza. Todas ellas, incluso las de plata, tienen un mismo diseño, por lo que la misma descripción vale para todos. El motivo diseñado por Otto Schultz es invariante desde 1967 hasta la actualidad.
Lo más importante a tener en cuenta es que los krugerrand son de oro de 22 kilates. Es decir, tienen un 91,67% de oro y un 8,33% de cobre. Esto difiere de la mayor parte de las monedas de una onza emitidas por otros países, que suelen ser de oro puro (99,99%). Los krugerrand compensan esta menor ley con un mayor peso: un krugerrand pesa 1,09 onzas. Si echáis la cuenta comprobaréis que contienen una onza de oro puro.
En el anverso, los krugerrand muestran el busto de Paul Kruger. La leyenda indica el nombre del país en inglés y en afrikáans. En el reverso se muestra una gacela, que es el animal nacional de Sudáfrica. A ambos lados de la gacela aparecen los dígitos de la fecha. La leyenda de arriba indica “krugerrand” y la de abajo indica “una onza de oro fino”, de nuevo en inglés y en afrikáans.
Con respecto al canto, hay una pequeña curiosidad. Se trata de un canto serrado, pero la cantidad de dientes de sierra difiere si es una moneda normal (160 dientes) o si es una acuñación proof (220 dientes).
Inversión y coleccionismo de krugerrand
Los krugerrand son las monedas de oro más conocidas y atesoradas por los coleccionistas de todo el mundo. Cuando cualquier inversor de cualquier parte del mundo quiere realizar una inversión en oro físico, adquirir krugerrand siempre es una de las alternativas que tiene en cuenta.
Adquirir un krugerrand es hacer una inversión en oro físico. El inversor, al adquirirlo a un profesional, pagará un poco más del coste del oro (hay unos gastos necesarios para la acuñación, la logística y los impuestos asociados a la venta) y a la hora de venderlo lo venderá como una onza de oro.
Bien es cierto que hay coleccionistas de krugerrand que pueden llegar a pagar sumas importantes por algunos ejemplares raros. Tal es el caso del krugerrand proof de 1997 o de este krugerrand descentrado. También hay ediciones especiales, como la que hicieron en 2017 para conmemorar el 50 aniversario de la moneda, que incluía una tirada de 800 sets conteniendo monedas entre 1 onza y 1/20 onza; así como 50 ejemplares de 50 onzas cada uno.
Todo esto son auténticas excepciones. Quien adquiere un krugerrand lo que hace es invertir en oro y no debe buscar un posible futuro valor de coleccionismo. Por eso yo no recomendaría a nadie comprar los krugerrand proof: el coste es sensiblemente mayor y cuando el propietario los venda es probable que no vaya a recibir más que su peso en oro. También recomiendo comprar krugerrand de tamaño onza y no módulos menores. La razón es que los módulos más pequeños pagan un mayor sobreprecio con respecto a su valor intrínseco de oro, como hablábamos aquí.
Finalmente hay que decir que el hecho de que sean monedas de 22 kilates no supone un agravio con respecto a otras monedas bullion de 24 kilates. Buena prueba de ello es que un profesional como Andorrano Joyería paga el mismo precio por un krugerrand que por una onza de 24 kilates. El motivo es que no se adquiere un krugerrand para fundirlo: al ser una moneda tan conocida, cualquier inversor en oro estará dispuesto a adquirirla. Por lo tanto, al final lo que se compra y se vende es eso: una onza de oro.
Yo procuro invertir en oro, y cojo monedas de a onza. Aún no tengo un Krugerrand…todo llegará.
excelente informacion, estoy aprendiendo de este mundo recien hoy dia y lo que acabo de leer asi como los links me han ayudado mucho, saludos!