El vellón toledano de Alfonso VI

Es bien conocido que el 6 de mayo de 1085 Alfonso VI se hizo con la ciudad de Toledo (aquí tenéis una conversación muy interesante sobre ese rey y aquí un podcast). Esto supuso un punto de inflexión en la reconquista porque Castilla y León conquistaban la antigua capital visigoda. Además del importante enclave y la ganancia territorial, la conquista de Toledo desmoralizó a los andalusíes, quienes creyeron que la Península entera caería en manos cristianas en poco tiempo. El empuje posterior del Imperio Almohade fue el que contuvo el avance cristiano.

Las primeras acuñaciones de Alfonso VI en Toledo

Toledo tenía una ceca importante en época andalusí (ya os mostré su localización), que estuvo en funcionamiento hasta la conquista por parte del Alfonso VI. El rey cristiano aprovechó las instalaciones y el conocimiento técnico de los operarios para comenzar a forjar las primeras monedas castellanas y leonesas.

Las primeras acuñaciones de Alfonso VI fueron dirhams de plata que seguían los patrones y metrología andalusíes. Son monedas rarísimas que se acuñaron durante un periodo muy corto: están fechadas entre el 478 y 479 de la Hégira; es decir, que se acuñaron desde la ocupación de la ciudad hasta el año siguiente.

Muy pronto se introdujo el vellón. Estas monedas imitaban a las monedas carolingias y representaban una tipología que daba continuación a la visigoda. Aquí tenéis un ejemplo. Me resulta muy interesante que estas primeras acuñaciones Castellanas y Leonesas se forjasen en una ceca que pocos meses  había sido andalusí, siguiendo un patrón metrológico utilizado en Europa y una tipología visigoda. Nos da una buena idea sobre las influencias que por entonces tenían estos reinos cristianos.

Lamentablemente estas primeras acuñaciones son raras en extremo. Solo son asequibles por coleccionistas que tengan mucha paciencia y estén dispuestos a gastar varios miles de euros en un ejemplar. Afortunadamente este no es el caso con los otros dineros toledanos de Alfonso VI, que presento a continuación (me baso en este artículo de Mozo).

Alfonso VI, Toledo, tipo I

Dinero Alfonso VI Toledo, tipo I
Dinero Alfonso VI Toledo, tipo I

Estos vellones son los conocidos como «de aros y estrellas» por el diseño que tienen. Se acuñaron dineros (con un peso de un gramo o un poquito menos) y óbolos (con un peso de medio gramo o un poquito menos). Son monedas de vellón rico que cuentan con un 30% de plata.

En cuanto a la tipología, lo más significativo es que no aparece el rey, como en la breve emisión anterior. Lo que se hace es ofrecer un motivo puramente religioso, dejando toda mención al poder político en la leyenda. Esto no es un tema trivial y más todavía en un momento de reorganización económica y religiosa del reino. Se quiere ver en estas monedas una orientación hacia la Iglesia de Roma, dejando atrás la liturgia visigoda.

En el anverso aparece una cruz patada con la leyenda «ANFVS REX». En el reverso están los famosos aros y estrellas alternos. La leyenda indica «+TOLETVM».

El motivo del reverso debe ser una alusión religiosa, seguramente muy evidente para los castellanos y leoneses del siglo XI pero no tanto para nosotros. Según Mozo (y según nos explicó en su charla en Madrid), podría ser una representación simbólica del ciclo del día y la noche, aludiendo así a la Creación.

Se sabe que estos dineros y óbolos se empezaron a acuñar en 1088, como tarde. Lo curioso es que lo sabemos porque apareció un ejemplar entre las ropas de Santo Domingo de Silos, que había muerto en 1073 pero cuya tumba se abrió por última vez en 1088. Mi interpretación al respecto es que en 1088 estas monedas cristianas debían de ser una gran novedad en Castilla, por lo que algún monje dejaría una en la tumba del santo a modo de exvoto.

Alfonso VI, Toledo, tipo II

Dinero Alfonso VI Toledo, tipo II
Dinero Alfonso VI Toledo, tipo II

Estos vellones son conocidos como «del crismón». De nuevo, se acuñaron dineros y óbolos con un peso y una cantidad de plata equivalentes a los del tipo I. De nuevo, tenemos un marcadísimo motivo religioso tanto en el anverso como en el reverso.

En el anverso vuelve a aparecer una cruz patada con la leyenda «ANFVS REX». En el reverso nos encontramos un crismón flanqueado por un alfa y una omega. En la leyenda indica «+TOLETUO».

El motivo del reverso alude al libro del Apocalipsis: «Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin» (Apocalipsis, 21:6). También es relevante que aparece una «S» en la parte inferior del crismón, lo cual muestra una visión dualista de la naturaleza de Dios y Jesucristo.

Yo he puesto varias veces a este dinero como ejemplo de lo que es un lenguaje simbólico. Fijaros en el complejo mensaje teológico que contiene una representación tan sencilla. Un mensaje así, escrito en texto, o simbolizado con un imágenes realistas no podría caber en una moneda.

En cuanto a la cronología, se estima que se acuñaron entre 1100 y 1109.

En las cecas de León y de Santiago también acuñaron vellones con el crismón en época del Alfonso VI.

Coleccionismo de vellones de Alfonso VI

Dinero Alfonso VI Toledo, tipo II variante
Dinero Alfonso VI Toledo, tipo II variante

Los vellones de Alfonso VI en Toledo son un auténtico chollete para los coleccionistas. Estamos hablando de monedas de finales del siglo XI y principios del XII, con una historia tremenda y una carga simbólica del más alto nivel, que son asequibles por muchos bolsillos.

Para haceros una idea de precios me fijo en Numismática La Dobla (que ya sabéis que está especializada en moneda española acuñada a martillo). El primer ejemplar que ilustra esta entrada se ofrece por 120 euros, si bien tiene otro ejemplar a la venta por 65 euros. El segundo ejemplar se vende en 150 euros, si bien tiene otros ejemplares por 100 euros, 65 euros, 55 euros… Vemos que estos dineros tienen un rango de precios asumible para muchos coleccionistas.

Los óbolos son más raros pero menos buscados. Esto hace que en calidades medias puedan andar por unos precios semejantes a los dineros. Bien es cierto que quien los busque en altas calidades tendrá que desembolsar algo más de dinero. Quizá hasta los 500-600 euros por un muy buen ejemplar.

Los vellones acuñados por Alfonso VI en León y, sobre todo, en Santiago son más raros. Un dinero leonés en una conservación normalita bien puede costar 1.000 euros. Uno de Santiago cuesta bastante más encontrarlo y seguramente no baje de los 2.000 euros. Mucho más caros son los dineros de Segovia, los dirhams de Toledo o los primeros dineros del Alfonso VI que citaba al principio de la entrada.

Con todo, vemos que la mayor parte de las monedas del Alfonso VI son muy raras. No olvidemos que esto es lo normal cuando hablamos de monedas de los siglos XI y XII. Pero los coleccionistas de moneda medieval tenemos la suerte de que estos dos tipos descritos son bastante comunes y que incluso los podemos adquirir en calidades altas. Por eso hay quienes buscan sus variantes de cuño, ampliando el coleccionismo de los mismos. Hay variantes de leyendas y de símbolos. Por ejemplo, la leyenda de la moneda de la primera imagen de la entrada está desplazada, mientras que la tercera imagen muestra un dinero del crismón con la «S» de «ANFVS» levógira y con un punto en el campo. Está a la venta en Numismática La Dobla.

El último apunte es que yo siempre hubiese afirmado que estas monedas son para coleccionistas locales. Por eso, Álvaro Albero me sorprendió cuando dijo que había vendido ocho vellones toledanos de Alfonso VI a un comerciante estadounidense para que los mandase a graduar y los comercializase en Estados Unidos. Quizá resulta que estos vellones tienen más salida internacional de lo que hubiera pensado. Su belleza lo merece.

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