Pasarse de listos XV: Es de bien nacido ser agradecido

Me comentó mi amigo Enrique una historieta que creo que es digna de engrosar la serie «Pasarse de Listos». Una serie sobre la que cada vez escribo menos, no por falta de ganas ni por conocer más historias, sino porque este Blog tiene cada vez más repercusión y aunque anonimice las historias, muchas veces los protagonistas acaban dándose por aludidos. No es lo mismo escribir un blog con 200 visitas diarias que uno que pase de las 5.000 (como pasó esta bitácora el año pasado). Tampoco es mi intención generar mal ambiente ni que nadie se sienta ofendido.

Sea como fuere, aquí va la historia:

Enrique tiene un colega mexicano que reside en Oviedo; llamémosle Pedro. Pedro colecciona moneda mexicana a partir de la Independencia. Tiene una buena colección en la que se deja un dinero considerable todos los meses, además de contar con la paciencia necesaria para esperar a que las buenas piezas se pongan a tiro.

El caso es que mi amigo Enrique vio que un comerciante aficionado ofrecía, en uno de los muchos grupos de compra-venta de Facebook, las dos monedas que ilustran esta entrada. Se tratan de dos ejemplares de 20 centavos aparentemente humildes, pero rarísimos en esa calidad. Resulta muy extraño que esas monedas hayan llegado a las manos de un comerciante aficionado y que las pusiera en Facebook como si no fuesen cualquier cosa, pero hay veces que estas casualidades ocurren.

Con toda su buena fe, Enrique mandó un mensaje por Whatsapp a Pedro para mostrarle esas dos monedas: pueden ser una muy buena oportunidad de compra y seguro que a Pedro le venían bien.

«Me reservo mi opinión sobre esas monedas», fue toda la respuesta que obtuvo Enrique por parte de su colega. Dejó la conversación y se fue a la cama un tanto contrariado por recibir una respuesta tan seca en vez de un trato más agradecido.

Al día siguiente vio que el comerciante marcó las dos monedas como vendidas. Aquí es donde Enrique empezó a mosquearse. Contactó con el vendedor por privado y le preguntó por ambas piezas. Resulta que se las había vendido por 1.000 euros a un mexicano que vivía en Oviedo.

El cabreo de Enrique fue monumental. Resulta que avisa a un colega sobre unas buenas piezas, es un desconfiado que no le quiere dar ninguna información («no vaya a ser que se las quite») y no le da ni las gracias por una compra de auténtico chollazo.

Así que Enrique hizo lo que haríamos cualquier en esa situación: indicar al comerciante que ha regalado las monedas, pues difícilmente bajarían de 1.200 euros cada una.

El comerciante contactó con otro coleccionista mexicano (casualmente también es amigo mío), quien le corroboró que esas monedas valían tres veces más de lo que él había acordado en la venta. El comerciante inmediatamente canceló la venta y Pedro se quedó sin sus dos monedas y sin su amigo.

Lo primero es que es raro que alguien dé una noticia tipo: «mira qué monedas tan buenas, seguramente te interesen». Lo normal es que Enrique -conocedor del verdadero precio de las monedas- hubiera comprado él mismo esas piezas para revendérselas a Pedro o a quien sea. O, de manera alternativa, se hubiera puesto en contacto con el vendedor indicando que él tiene un amigo a quien le pueden interesar, pidiendo una comisión a cambio de la venta. Pero que alguien dé una información así, por las buenas y sin pedir nada a cambio, es de ser un buenazo. Yo lo he hecho muchas veces a mis amigos, por cierto.

Por lo tanto, lo mínimo es ser agradecido a quien ofrece esta información, independientemente de si resulta interesante la compra o no. Respuestas típicas que yo he recibido son: «muchas gracias, pero ahora no me viene bien»; «gracias, pero la veo un poco cara», «gracias, si no la quieres tú me pondré en contacto con el vendedor»… En definitiva, se espera que quien recibe esta información sea educado y agradecido.

México, 20 centavos 1908
México, 20 centavos 1908

Como se dice en Castilla: es de bien nacido ser agradecido.

Una respuesta seca y cortante, como la que propinó Pedro a Enrique, hará que Enrique se lo piense dos veces antes de volver a dar algo de información a Pedro. No porque en ese punto se sienta engañado, sino simplemente por el mal sabor de boca que deja escuchar algo así cuando se le está haciendo un buen favor.

Pero peor fue lo que vino después: que Pedro sospeche que Enrique se está intentando aprovechar de él sacándole información y, en vez de ser agradecido, ir corriendo a hacerse con la moneda. Eso no es que deje mal sabor de boca, eso sabe a cuerno quemado. Bien le está a Pedro haber perdido ambas monedas y también un buen contacto. Como siga así, pronto se verá aislado.

Mucho más razonable hubiese sido dar a Enrique la misma transparencia que él ofrecía. Decirle algo como: «me interesan estas monedas, si tú no las quieres hablaré yo con el vendedor». Después hace la compra exactamente igual que como la hizo y le devuelve el favor a Enrique.

20 centavos 1905 Zacatecas
Zacatecas, 20 centavos 1905

Ese «devolver el favor» dependerá del tipo de relación que tengan. Si es una relación muy estrecha y ya han hecho 40 tratos juntos, entonces ahí queda y la siguiente caerá del otro lado. Si no, sería razonable darle a Enrique 100 euros (o un buen duro de plata) por el favor. Así, a la siguiente se volverá a acordar de Pedro.

Como dicen en México: el amor con amor se paga.

Comentarios en: Pasarse de listos XV: Es de bien nacido ser agradecido

  1. Efectivamente por desgracia a veces el egoismo, ciega a las personas hasta tal punto, que no valora algo que es muy importante entre amigos como es la confianza, la humildad, sinceridad y agradecimiento. Pero como tu bien dices:»es bien nacido, ser agradecido».
    Al final, el que mejor sale parado de todo esto es el vendedor……….

  2. Me supongo que para que Enrique haya actuado en primera instancia con ese estado de «inocencia» hacia Pedro, es porque le consideraría muy buen amigo… O por lo menos, parece ser probable que haya tenido bastante relación con él… De otra manera, no se entendería su modus operandi.

    Por otro lado, también parece, si mal no he comprendido, que Enrique se mosquea cuando el vendedor se deshace de las piezas… Por lo que entiendo, que tendría el vendedor una especie de compromiso verbal con él.
    Conclusión:
    De ser ésto así, el vendedor no gozaría de mi respeto hacia él.
    Por su puesto, el tal «Pedro» se merece completamente lo que al final pasó … Prefiero tener mil enemigos a un «amigo» de esa índole.

    1. Enrique se mosquea por la vileza de Pedro que aúna egoísmo, traición, desconfianza y deslealtad. Si el vendedor le hubiera dicho que no se la vendió a ningún mejicano residente en Oviedo, Enrique ni le habría preguntado al vendedor el precio de venta y ahí habría quedado todo.

      No inspiro el personaje de Enrique pero me conozco la historia de primera mano.

  3. Yago Abilleira Crespo

    Si la venta estaba cerrada, estaba cerrada. Mal también por el vendedor aficionado, pues no tiene palabra.

    Y si avisas de unas monedas a un conocido, se supone que es porque no te interesan. Luego si el otro es un borde, pues pasas de él, pero ir a las espaldas y reventarle la compra no es de caballeros.

    1. El vendedor te aseguro que era hombre de honor, se le tuvo que convencer durante días para que no fuera estafado por Pedro, porque eso es lo que era, una auténtica estafa. Además, lo de «caballero» está muy bien en las novelas del Capitán Alatriste pero en la vida real cuando te pasa lo que a Enrique, el haber callado habría sido de imbéciles.

        1. No tienes toda la información. Pedro le dijo que valían mucho menos y el vendedor, que no es profesional y ni siquiera era coleccionista de monedas, cayó en su engaño por panoli, inocente o como lo quieras llamar. Aprovecharse de una persona para sacar beneficio es estafar.

        2. La cosa fue que el chaval puso las monedas en un grupo de Facebook y preguntó qué eran y cuánto valían. Le respondieron lo que eran pero no el valor y son monedas extraordinariamente raras que ya para los que las controlamos es difícil encontrar referencias comerciales, para un profano es imposible. El tal Pedro le saltó por privado a la yugular como un lobo y lo engañó con el valor. Yo vi el hilo como al día siguiente y le valoré por encima las monedas, entonces el chaval me dio las gracias pero me dijo que ya las tenía vendidas aunque aún no se las habían pagado. Ese chaval, aún después de ser informado de que estaba siendo víctima de un gran fraude, como había dado su palabra se negaba a echarse atrás hasta que fue convencido porque daba mucha rabia lo que le hicieron. Ni Enrique ni yo nos beneficiamos de la cancelación de la venta, pues ni siquiera le hicimos una oferta por las monedas, fue más un acto de justicia, nuestra justicia particular que por supuesto puede que no estés de acuerdo con ella. Vuelvo a aclarar que yo no soy el Enrique de la historia pero sí el otro «amigo mejicano» de Adolfo.

          Perdóname, Yago, pero ya prefiero no dar más datos sobre el asunto.

  4. Adolfo Ruiz Calleja

    Yo no digo que el resto de actores actuasen según los cánones éticos, pero queda claro que la bordería de Pedro le estropeó una compra a precio de chollazo.

  5. Eso le pasa a Enrique por tener «amigos» de baja calidad, pero a los amigos (sin comillas) los favores se les hacen sin esperar nada a cambio, más que el agradecimiento.
    Reconociendo que Pedro fue muy poco agradecido/grosero más parece una historia de pillos y truhanes digna de la mejor novela de Quevedo…

  6. Hola
    Enrique, Pedro y el vendedor todos muy mal, ninguno se salva.
    Unos por desagradecidos, otros por no entender que se da sin esperar nada a cambio y el vendedor….mejor me reservo la opinion.
    Saludos

  7. Sin conocer la historia en profundidad… para mi mal los dos amigos: Pedro por engañar a Enrique (algo que no es de recibo entre verdaderos amigos), y Enrique por reventar la venta… Enrique estaba dispuesto a hacer la “compra-chollo” sin decirle nada al vendedor, y la revienta por despecho.

    1. Te equivocas. A Enrique esas monedas le importaban un carajo, es más, puede permitirse el lujo en esta vida de ser honrado.
      No es bueno sacar conclusiones sin saber de la misa la mitad.

  8. Yago Abilleira Crespo

    Cuanto más se sabe de esta historia, más me recuerda a la de la peseta de Franco de 1946 que una señora quería vender y Adolfo le ayudó. Tooodos le dijeron que no vendiera a ese precio de estafa peeeero nadie se la quiso comprar. Bueno, aquí hay más juego sucio.

    Una moneda no vale, ni de lejos, lo mismo en las manos de un numismático profesional que es la de un usuario normal de Facebook.

    Os pongo el enlace de la historia:
    https://blognumismatico.com/2013/04/20/una-historia-fea-de-la-que-se-puede-aprender/

  9. @Fran… he dicho: “sin conocer la historia en profundidad”… pero la pregunta es: si Pedro hubiera sido agradecido con Enrique, éste le hubiera dicho al vendedor que las estaba malvendiendo??? Tal y como se cuenta la historia parece que no.

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Obviamente no.

      Si Pedro le hubiera dicho: «muchas gracias, Enrique. Son unas monedas muy buenas, voy a hablar con el vendedor a ver si me puedo hacer con ellas». Pues se hubiese llevado el chollazo.

      Pero Enrique, por despecho, le jodió la compra.

  10. Sinceramente en esta historia no entiendo a Enrique, creo que el primer perjudicado o de los primeros es la persona que le vendió al vendedor de la historia las monedas, supongo que lo haría por 200 o 300 € y el vendedor las puso a la venta por 1.000€, en esta parte me podría extender muchísimo más, pero lo dejo ahí. A continuación, no entiendo nada a Enrique, unas piezas a la venta y le pasa información a un colega (yo la palabra colega la identifico como compañero, para mi amigo es otra cosa), después Pedro compra unas piezas que están a la venta (normal), y vuelvo a no entender a Enrique cuando decide fastidiar la venta, si las quería, porque no las compro. En esta historia Enrique empezó pasado información a un coleccionista de estas monedas y terminó estropeando una venta y ayudando a un vendedor, creo que Enrique no ha tomado buenas decisiones,

  11. Por otra parte esta Pedro, veo que nadie le concede el beneficio de la duda, para mi si lo tiene, lo primero que hace casi todo el mundo cuando ve piezas de calidad a bajo precio, es desconfiar, que es lo que creo que le paso a Pedro, a continuación, procedes al estudio de las piezas y llega a la conclusión de que interesan, según el texto Enrique no muestra ningún interés en su compra, Pedro procede a comprarlas, pero no llega a recibirlas y ahí es donde Pedro se pondría en contacto con Enrique y pasaría a agradecérselo, debiéndole una o de cualquier otra forma.

  12. Es una anécdota rara y creo que Adolfo por no ofender nos deja sin lo jugoso y explicativo…pero así surge la polémica… Voy a conjeturar…
    Enrique no es de compra ventas, y ve algo que le gusta a Pedro, que es colega y no amigo, pero que como decimos es un chollo para muchos, decide avisar a Pedro porque le cae bien, pero podría no haberlo avisado o avisar a otro o avisar a varios a la vez…pero él decide avisar a Pedro primero…. Aunque fuesen falsas…lo mínimo de Pedro debería ser un : vaya Enrique, que detalle, a ver si tenemos suerte y son buenas.
    Enrique, con toda su ilusión avisa a Pedro, y Pedro ni le da las gracias, ni le escribe 2 horas mas tarde…oye que sí, que tienen buena pinta, que las compro…te debo una…
    Si tú no quieres/puedes comprar y se lo pasas a un amigo, lo mínimo es que te haga partícipe de las partes jugosas de la operación. Sentirte copartícipe en una operación de las que hay pocas.
    Ya, que Enrique estuviera dolido y fastidiase la trama es cosa suya. Yo en vez de fastidiar la compra, hubiese buscado otro amigo que ofreciera más, para al menos darle otro comprador al vendedor… Pero además es que podía haberlo hecho eso desde el principio, nada impedía a Enrique afirmar que había avisado a Pedro y Juan casi a la vez….
    Saludos.

    1. ¿Entonces Enrique le fastidia la operación solo porque no le ha dado las gracias? Enrique ya sabía que era un chollo y que el otro estaba malvendiendo las monedas. ¿A Enrique entra la honradez y el sentimiento de justicia cuando el otro no le da las gracias?
      Son tal para cual.

  13. Adolfo Ruiz Calleja

    Lo de «pasarse de listos» es porque Pedro, en vez de mostrar agradecimiento a su colega le mostró desconfianza. Eso le fastidió a Enrique y fue justamente por eso por lo que se quedó sin compra.

    Independientemente de si es correcta o no la actitud de Enrique y del vendedor, lo que queda claro es que la mala praxis de Pedro le arruinó el chollete.

    Saludos,
    Adolfo

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