Fundamentalismo numismático

Yo he sido aficionado a bastantes cosas a lo largo de mi vida (por ejemplo a la música) aunque creo que a ninguna de ellas he dedicado tanto tiempo, y he tenido tanta repercusión, como en la numismática. Ahora bien, en ninguna otra afición he conocido tantos fundamentalistas como en la numismática, ni tampoco he oído hablar de otras aficiones donde haya fundamentalistas en igual proporción.

Por fundamentalistas no me refiero a esos que van con una toalla atada en la cabeza, empuñando un kalashnikov y gritando idioteces fruto de alguna perturbación idiológica. Afortunadamente los fundamentalistas numismáticos no son violentos, de hecho suelen ser buena gente y con opiniones razonables. Pero, desde mi punto de vista, caen en el error de creerse que la forma en la que ellos entienden la numismática es LA forma de entender la numismática. ¿Cuántas veces habéis oído eso de «los verdaderos coleccionistas son los que…» o «los numismáticos de verdad hacen…»? Para mí eso es un error porque hay muchas maneras de entender la numismática y nuestra forma de aproximarnos a ella puede variar con el tiempo.

Podría citar decenas de comentarios de este corte en foros de numismática y centenares de ellas más que he oído tanto a aficionados como a profesionales. Pero en lugar de eso voy a hacer una recopilación de los fundamentalismos que me he encontrado. Seguro que en los comentarios la podéis completar:

4 reales Mexico Juana y Carlos

«Los coleccionistas de verdad» son los que adquieren monedas de alto precio. Esto lo suelen decir los comerciantes para empujarnos a adquirir monedas más caras y algunos aficionados prepotentes que se creen más listos que nadie por haberse gastado sus ahorros de un año en un aureo de Ars Classica. La inmensa mayoría de los coleccionistas no tenemos más que monedas humildes, de las que se pueden encontrar en cualquier mercadillo y no por eso vamos a dejar de ser coleccionistas «de verdad».

«Los coleccionistas de verdad» son los que se gastan poco dinero en monedas. Es el caso contrario al anterior, estando a mitad de camino entre el fundamentalismo romántico y la envidia intransigente. Yo he llegado a escuchar que «los coleccionistas de verdad no gastan dinero en sus monedas, sino que las adquieren del cambio». ¿A ver por qué alguien no va a ser un buen coleccionista si se gasta mucho dinero en su colección? De hecho, los coleccionistas que conozco que han reunido colecciones caras (cientos de miles o incluso millones de euros) han dedicado a su colección muchísimo más que dinero. Se han quedado sin vacaciones para reunir dinero con el que adquirir monedas, han dedicado mucho esfuerzo a estudiar el mercado y hacer contactos e incluso han dejado a su mujer de parto para adquirir unas piezas en el extranjero.

«Los coleccionistas de verdad» no se preocupan por el valor económico de sus monedas, puesto que no lo ven como inversión. Este caso es prácticamente una variante de la anterior. Ya hemos comentado muchas veces que hay maneras muchísimo mejores de invertir dinero que en una colección de monedas, así que dudo mucho que nadie se dedique a coleccionar durante mucho tiempo motivado por el dinero que ganará con ello. Ahora bien, a ver quién es el guapo que tiene un 40% de su patrimonio metido en una colección de monedas y no se preocupa del dinero que podría sacar en caso de necesitar venderlas.

– «Los coleccionistas de verdad» son los que guardan sus monedas en casa. Resulta que quien alquila una caja fuerte en el banco para guardar sus mejores piezas no es un coleccionista de verdad porque no puede disfrutar de sus monedas siempre que quiera. Ójala yo me tuviera que preocupar por este tipo de problemas, pero tengo claro que si mi colección costase decenas de miles de euros no la iba a tener en casa por un simple y llano motivo de seguridad. También he oído hablar de un coleccionista que tiene unas piezas importantes en su casa y se niega a guardarlas en una caja fuerte porque eso es «como tener una novia en Nueva York». Yo más que un coleccionista de verdad, a ese tipo le considero un inconsciente. Pero allá él.

«Los coleccionistas de verdad» son los que estudian sus monedas. Ya sabéis que yo entiendo la numismática como un estudio en el que continuamente estamos aprendiendo más cosas sobre las monedas y ello nos abre la puerta a estudiar temas históricos. Pero también comprendo perfectamente a toda esa inmensidad de coleccionistas (la gran mayoría) que no se quieren complicar la vida y que coleccionan monedas baratas como quien colecciona cromos. No le dan mayor importancia ni trascendencia. Conozco a muchos que llevan décadas coleccionando monedas de El Centenario de la Peseta y dudo bastante que hayan leído un libro de temas históricos en la España del siglo XIX. No pasa nada, ellos están contentos con su colección y la disfrutan tanto o más que los demás.

«Los coleccionistas de verdad» son los que saben valorar bien las monedas. Quien defiende esto son generalmente los coleccionistas expertos y con ciertas dosis de prepotencia. Valorar monedas no es tarea fácil y es lo que suele diferenciar a un coleccionista experto de un novicio, pero no por ello el novicio es menos coleccionista que el experto. De hecho, yo cuando más he disfrutado de mis monedas es cuando empezaba, así que en algunos aspectos envidio a los novicios. Como tantas cosas en esta vida, hace falta tiempo para aprender, aunque también he conocido casos extremos de gente que lleva décadas coleccionando y no sabe diferenciar un duro auténtico de una falsificación en alpaca.

«Los coleccionistas de verdad» son los que coleccionan lo mismo que yo. Para mí esto ya es el colmo de los colmos, pero he llegado a oír decir que los coleccionistas de verdad son los que coleccionan moneda antigua, añadiendo que coleccionar moneda contemporánea «es peor que coleccionar sellos» (y digo yo: ¿qué tiene de malo coleccionar sellos?). O que los de verdad son los que no coleccionan por años, sino por tipos y cecas (los otros son «rellena huecos»). Yo ante semejantes opiniones no tengo nada más que añadir.

 

Denario Antonio Pio

 

Las monedas que ilustran la entrada son 4 reales de México de Juana y Carlos y un denario de Antonio Pío. Pertenecen a las dos subastas numismáticas, ambas por correo, que tendrán lugar en nuestro país durante este mes de septiembre: Pliego y Aureo. Por cierto, hay que felicitar a Pliego por haber mejorado su página web en cuanto a presentación de los lotes se refiere.

28 comentarios en “Fundamentalismo numismático”

  1. En mi opinión el ‘fundamentalismo numismático’ es cuando cualquiera que se considere numismático, se toma la decisión de luchar para proteger y divulgar culturalmente el Patrimonio Mundial de la Numismática, que comprende asuntos como antiguas cecas, máquinas de acuñar, y otras cosas que son de todos… y de las generaciones venideras. Un saludo!

  2. A veces en este mundillo cuesta encontrar opiniones sensatas. Cada colección es un mundo, porque hay infinitas posibles colecciones por hacer. Q voy a contar yo! en ventitantos años de colección he cambiando tantas veces de rumbo …

    Lo importante es que cada uno recorra su camino y haga su colección, a la medida de sus posibilidades xq a fin de cuentas «los coleccionistas de verdad» son los que disfrutan de sus monedas y esa pasión se les nota, y demuestra que son «los coleccionistas de verdad».

    PD: Q tal por Suiza? Cum laude in Schweitz?

  3. Buenos días.
    Normalmente siempre estoy de acuerdo con lo que dice Adolfo pero hoy no.
    Los coleccionistas de verdad son los que solo me compran a mí,jajajajajaja,si vendiera algo que va a ser que no.
    Saludos,
    jorge

  4. Quizá englobado en alguna de las anteriores, pero otra que también he oído es la de:
    «Los coleccionistas de verdad sólo coleccionan monedas sin circular,el resto son para niños».
    Al final, parafraseando lo que dice «miguelf», si no disfrutas de tu colección (y hay más gente de la que parece) te estás perdiendo lo mejor de ella. También añadiría que sería bueno coleccionar con un criterio, pero esto casi es más «guía» que otra cosa.

  5. Hola Adolfo! Como siempre, te felicito por tu capacidad de hacer interesante todo lo que tiene que ver con la numismática. Ahora creo que has dejado fuera a los numismáticos más fundamentalistas de todos, que son los académicos y/o universitarios, que creen ser los únicos que tienen derecho a aspirar a ese nombre, mientras que el resto son sólo «compradores o vendedores de monedas».

    Saludos!!

    1. En realidad, si por las mayoría de académicos fuera, no estaría permitido el coleccionismo de monedas antiguas. No en vano se consideran los únicos facultados para estudiar las monedas.

      1. Y no sólo monedas. El famoso carnet de investigador no es sino el salvoconducto para acceder a información y documentos PAGADOS POR TODOS, pero sólo a disposición de unos pocos. Un ejemplo: la Biblioteca Nacional. Si restringir el acceso al menos sirviera para que no robaran…

        1. Buenas Carlitos,

          comentas el caso de la Biblioteca Nacional y, ciertamente, lo desconozco. En cuanto a los Archivos del Estado (Archivo General de Simancas, Archivo Histórico Nacional, Archivo de Indias, etc.) su acceso es público para los ciudadanos españoles mayores de 18 años. El carné de investigador perdió vigencia en los mismos, por ley, desde hace algunos años (en tiempos de Zapatero, vamos).

          Ahora bien, si hablamos de restringir el acceso; yo no lo veo mal. Entiendo que son bienes de todos y costeados por todos pero deben ser tratados por personas que a) comprendan su valor y lo respeten (y los primeros que tienen que aplicarse esto son los académicos), b) vayan a hacer un adecuado uso de los mismos. Se me escapa el uso que un particular puede darle a un documento del s. XVI o a una editio princeps del s. XVIII, la verdad.

          Pero que sepas que, si te niegan el acceso, estás en tu derecho de solicitarlo al menos en los archivos.

          Un saludo.

  6. Muy interesante el articulo y creo que los coleccionistas deben tener un poco de todo lo que dices, comprar de acuerdo a su capacidad economica y saber lo que estan comprando. ya sea una moneda muy antigua o actual o una moneda muy cara o muy barata creo que lo mas importantes es conocer los detalles y simbolos de la misma asi como la historia y el contexto en el cual se acuño, si no es asi como un dijo un compañero del foro: solo somos «acaparadores» de metal.

  7. De hecho lo es ni obligatorio comprar monedas, como dijiste tu mismo en anteriores entradas hay personas que saben mucho de nuumismatica y no tienen en propiedad dichas monedas

  8. @Miguel, a Suiza me voy el domingo.

    @WF, esa que propones es un ejemplo del último caso: los coleccionistas de verdad son los que coleccionan lo mismo que colecciono yo. Porque si las únicas monedas «de verdad» son las SC, entonces cualquiera que coleccione vellón medieval o ases hispánicos no es un coleccionista «de verdad». También hay colecciones de El Centenario la mar de divertidas sin ninguna moneda en SC!!

    @Darío, que conste que gracias a ti suelo reservar la palabra «numismático» a los académicos mientras que a los vendedores los suelo llamar «comerciantes». Creo que es más correcto y se evita confusión. Yo no me considero numismático, sino coleccionista. Otra cosa es que me guste la numismática (también me gustan los pasteles y no soy pastelero).

    @Luis, muchos académicos de todos los palos, pero sobre todo de letras (y sobre todo de derecho!!) consideran que el único conocimiento que merece respeto es el conocimiento académico, y que, como corolario nadie puede rechistar a los universitarios. Pecan (¿pecamos?) mucho de ello porque la universidad en muchos casos se vuelve una burbuja en la que no entra apenas conocimiento del exterior. La inmensa mayoría de los catedráticos que conozco nunca han trabajado en ninguna otra parte que en la universidad. Saben un montón de cosas de lo suyo y se piensan que son los que más saben, y posiblemente lo sean…. pero a muchos les cuesta ver que esas tecnologías que utilizan y sobre las que ellos discuten pros y contras no tienen sentido sin unas empresas que desarrollen productos usando esas tecnologías. Y ese saber hacer ellos no lo tienen, ni lo tienen nadie en la universidad, y por eso lo desprecian: así siguen creyéndose que son ellos los que más saben y que lo que se hace en las empresas son naderías.

    Eso en escuelas de tecnología, donde nuevas cosas aparecen constantemente y siempre hay que tener en cuenta que lo que hoy es un boom tecnológico en cinco años está pasado. No te digo nada cuando estudiaba filosofía, donde prácticamente todo el conocimiento se genera dentro de la academia. Cualquier pequeña crítica que venga de fuera es despreciada ipso facto por muchos.

    Saludos,
    Adolfo

    1. Pues no creo que debas privarte de usar la palabra. En mi opinión nadie es dueño del conocimiento ni, mucho menos, de la verdad. Yo por lo menos he aprendido más de algunos «coleccionistas» que de muchos «académicos».
      Lo importante no son los títulos sino el saber. Por poner sólo un ejemplo particularmente notable: Pierre Bastien, sin duda uno de los expertos en moneda romana del Bajo Imperio más importantes del siglo XX era, profesionalmente, médico cirujano, pero se introdujo en el tema como coleccionista.

      Saludos y, nuevamente, felicitaciones por el blog!!

    2. Ésa es la gran queja de la mayoría de los titulados, creo que especialmente en Ingeniería. Como bien dices, hay una gran parte de profesores universitarios que no saben lo que es trabajar fuera de la Universidad; están desconectados de lo que se hace en el mundo y, lo que es mucho peor, lo que se necesita. Por tanto, la formación suele ser muy deficiente, porque no están preparando personas para el mercado laboral. El caso es que, salvando honrosas excepciones que suelen aparecer en los últimos cursos de la carrera, te presentas en una empresa con el título debajo del brazo y te pones a aprender a trabajar.

      Recuerdo un señor que daba clases con unas transparencias amarillentas (plástico amarillento, no papel. ¡Imagínate la de años que tendría) de la clasificación de los carbones. El tipo era una eminencia en lo suyo, con muchas publicaciones y demás cosas que tanto se valoran en los departamentos de las universidades. El caso es que uno de mis primeros trabajos fue en un lavadero de carbón y, ¡oh casualidad!, la famosa clasificación del carbón del dinosaurio laureado se dejó de utilizar como unos veinticinco años antes. Ahora se utilizaba otra y, lo que de verdad importaba, la tecnología de separación y clasificación estaba basada en esta última. Ni que decir tiene que el señor catedrático (encima era catedrático, así que no se le podía toser), a pesar de que estaba «des-preparando» a los ingenieros del futuro, conservó su cátedra hasta que hubo desgraciado accidente del que fue bastante responsable. Pero eso es otra historia.

  9. Y me reitero. Lo grave no es que unos señores vivan encerrados en su mundo y no se enteren (o no quieran enterarse, que es peor) de lo que pasa fuera. Lo grave es que esos señores son los que tienen que formar a los trabajadores de ese mundo exterior que no conocen. ¿Cómo van a preparar bien a alguien si no saben para qué lo tienen que preparar? Es un sinsentido.

  10. Si compro una moneda de cobre medieval(menos de 10 euros) estudio todo lo referente de algo que cuesta la cantidad anteriormente dicha (siempre hablamos del objeto sin entrar en la moneda estupenda).El estudio de la moneda, que gracias a los libros y a la cantidad de información que existe en bibliotecas(en forma de tesis y publicaciones..etc.), permite ampliar las colecciones no sólo por el objeto tal cual sino por las posibilidades que encierran la propia dinámica evolutiva de todos los procesos que se dan cita alrededor del objeto de estudio:… se respetaron las normas de las pragmáticas que se dictaron para las acuñaciones?,es el peso el adecuado según la norma?,es el diseño una copia de otra moneda?..etc,etc.
    En definitiva que se busca?….siempre defenderé que mientras más sabes estarás en mejor posición para ser mejor coleccionista o vendedor.
    De todas maneras es siempre más de lo mismo: un negocio es un negocio,un investigador es un investigador, un coleccionista o comprador es un coleccionista o comprador y es lo que hay. Particularmente no me puedo quejar para nada de lo que he ido aprendiendo con el coleccionismo de monedas, las particularidades y que cosas despiertan en mí esta historia numismática…A la fine di tutti queste parole… i soldi non fanno la felicita de nessuno que non la vuoglie.
    ¡como me enrrollooooooooooooooooo! por lo menos me ahorré 100 euros en terapeuta. Gracias Adolfo por la consulta.
    Saludos

  11. tricky, eso pasa en todos los bares y lugares de ocio :)

    Pero tienes razón: deberíamos dejar la universidad y volver a la numismática. El tema de la universidad es enormemente complejo y yo creo que el papel que juega la universidad en la sociedad debería ser un tema de debate intenso en estos días. Porque con la nueva ley de educación ese papel parece que va a cambiar.
    Otra cosa que me hace gracia es la mala fama que tienen los catedráticos. Mucha gente se piensa que se pasan el día mirando al techo y yo los que he conocido es justamente todo lo contrario: cobran una auténtica miseria para lo mucho que trabajan y la responsabilidad que tienen.

    @Juan Luis, pues habrá quien diga que si compras monedas medievales por 10 euros es que no eres un verdadero coleccionista porque los «verdaderos coleccionistas de numismática medieval son los que compran Enriques de la silla en EBC+». Y quizá quien te lo diga ni siquiera sabe quién era Juan la Beltraneja.

    Saludos,
    Adolfo

    1. Juana La Bertraneja tuvo la desgracia de los partidismos de la época, casada con un portugués y usada por Castilla- León para hacerse con la corona, le cayó el sino de ser la perdedora.Los movimientos que se producen en Castilla y Aragón no son casuales y una larga tradición político-militar muy mejorada con las colonias y sus minas dan pié a toda una política financiera sorprendente que obliga a la formación de un estado moderno » de lejos»..pero que no sólo es de ellos sino de la tradición del territorio donde se desarrolla este estado.Digo yo.
      Pues a mí, que me gustan los análisis políticos y financieros,el hecho de estudiar la política de la época medieval en la que me encuentro actualmente, gracias a las monedas, me da una visión de conjunto que nunca tuve y de la importancia que tuvo el territorio de la península Ibérica (político-estratégico) durante varios milenios. Inclusive la decadendencia de los Austrias-BECAUSE YES RELAXING A CUP OF CAFÉ CON LECHE IN LA PLAZA MAYOR- Me recuerda muchisimo este comportamiento de una clase social que se creían los dueños de todo y que por sistema y con la gracias de dios arruinaron el territorio.
      ¡Vaya con las monedas!

  12. Buenas,

    el debate sobre la universidad de nuestros días es interesante y, como dice Adolfo, creo que necesario. Por desgracia, Carlitos, a un catedrático no puede exigírsele que sepa de todo y, mucho menos, que trabaje fuera de la universidad. Con la articulación de la carrera investigadora actual cualquiera que quiera dedicarse a ella queda «abducido» desde que comienza la tesis hasta que sale con la jubilación debajo del brazo (esto en caso de que logre salvar la verdadera carrera de obstáculos que supone encontrar un puesto investigador fijo). A un catedrático se le debe exigir que sea muy bueno en lo suyo, es decir, que esté al día de los debates actuales, que tenga movilidad y que de lugar a resultados científicos (tu profesor de carbones no parece el mejor ejemplo, desde luego) así como que conozca bien su especialidad y su campo. Si eres historiador, como es mi caso, no me vale que sepas mucho de Antigua o de Medieval; tienes que saber, con las limitaciones que esto implica, «de todo» y no convertirte en un analfabeto funcional.

    El mundo actual lo mueven las ideas y su transferencia con la cotidianeidad y, dado que la universidad es un lugar donde se paga a la gente por pensar y hacer pensar a los demás, tiene un lugar privilegiado en el conocimiento. Eso no implica que llegue alguien de fuera y cambie campos de estudio por completo pero es que, además, en la universidad es donde se tienen los medios para el estudio. Por ejemplo, yo entiendo que un coleccionista pueda saber mucho de numismática pero no se va a convertir nunca en un especialista puntero si no tiene acceso directo a la fuente (las monedas, en este caso). Y, en esto, como en tantas otras cosas, la numismática está en una situación peculiar porque no solo se accede a las monedas a través de museos y fondos arqueológicos sino que los grandes coleccionistas (como supongo fue el caso que cita Darío) también tienen ese acceso privilegiado. Pero los mortales que difícilmente vamos a ver en mano una colección de excelentes o trémises…es difícil que vayamos a cambiar mucho el conocimiento de estos.

    Saludos!!!

  13. el verdadero coleccionista numismático es el que le gusta coleccionar monedas. jejeje. una perogrullada, pero así es.
    es que poco más se puede añadir a tu texto, cada uno tiene una forma de coleccionar y una forma de aproximarse a estas piezas.
    y alguien que deja a su mujer parir sola por comprar una moneda es un coleccionista enfermizo.
    me ha gustado mucho esta entrada. un saludo.

  14. Yo estoy de acuerdo con el tema de que un «verdadero coleccionista» es el que estudia lo que colecciona, el resto los considero acaparadores con síndrome de Diógenes.

    Pero esto lo digo por lo devaluado que está el término de «coleccionista». No hay más que ver cuando hacen algún reportaje en la tele y aparece el típico señor que tiene toda la casa llena hasta los topes, armarios, estanterías, cajones con el objeto que colecciona.
    Con estudiar una moneda no digo que haya que hacer una investigación de un año, pero sí saber cuándo se hizo, dónde, metal que la compone, contexto histórico, etc.

    Entiendo que pueda encontrar satisfacción una persona yendo al Banco de España y comprando bolsas de euros o lotes en ebay de moneda internacional de baja calidad. Sin embargo, no entiendo que se considere colecciona, porque sólo acumula monedas repetidas.
    De hecho, según interpreto de las definiciones de la RAE (¡toma fundamentalismo!) la diferencia clave entre coleccionar y acumular es si el conjunto está ordenado o no. Para ordenarlo, hay que estudiarlo mínimamente.

    ¿Compararíais vuestras colecciones con las de los quiscos de perfumes en miniatura, la casa de muñecas o abanicos de colores?

    PD: no penséis que si veo a un niño cogiendo conchas en la playa para su colección le grito que eso ni es colección ni es nada ;-)

  15. Como siempre, Adolfo nos hace pensar y replantear nuestras convicciones.
    Estoy de acuerdo con casi todos los comentarios anteriores, pero si pienso que es un verdadero coleccionista, realmente no lo sé, porque si dejamos total libertad para definirlo al final todo el mundo va a ser un «verdadero coleccionista».
    Me planteo la pregunta al revés: ¿Quién no es un verdadero coleccionista?: ¿Aquel que compra monedas sin ningún criterio? ¿Aquel que compra monedas mirando su revalorización futura? ¿Y el que no compra pero investiga sobre cada pieza es un coleccionista o un estudioso de la materia? Uff, no sé.

    1. Hola Antonio… (me apetece entrar al trapo jejeje).
      Creo que habría que definir conceptos y elegir términos. Según la RAE numismático el que especialista en numismática que es la disciplina que estudia monedas y medallas… toma YA. Un numismático según esto, podría tener nociones, o simplemente gusto por las monedas y su estudio, pero no poseer ninguna. Estaremos de acuerdo en que el coleccionista necesariamente tiene que poseer monedas puesto que es la base del concepto colección… Como hemos dicho, el coleccionista puede no tener ni idea de lo que colecciona, y el numismático puede no tener ninguna moneda en su posesión.
      Podríamos valorar por tanto el «verdadero coleccionista» como aquel que es coleccionista y numismático a la vez. Bien es verdad que no hay «grados» definidos entre los numismáticos, por lo que con «saber lo que tienes» y no únicamente tener un conjunto de monedas en una bolsa de plástico como si de una hucha se tratara (que los habrá) supongo yo que podríamos considerarlo verdadero coleccionista. El inversor supongo yo que no es coleccionista, si no es numismático, si es simplemente una persona que compra objetos con la idea de venderlos, dándole igual el objeto que ha comprado.
      Y a todo esto creo que la «crítica», si se puede llamar así, de Adolfo, puede ir por ¿de verdad es necesario establecer niveles? ¿De verdad es necesario diferenciarte a ti mismo como verdadero coleccionista frente a otros que no lo sean?(y no me refiero a ti Antonio) Se es o no coleccionista, y se estudia más o menos lo que tienes. Habrá personas que tengan litografías de autores famosos sin saber de quien son. Probablemente los haya que tengan monedas sin preocuparse si el ensayador es tal o cual, serán numismáticos menos profundos, pero no podemos decir que sean menos coleccionistas. Saludos…

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