10 euros, Finlandia 2002

Periodo: Edad Contemporánea

País: Finlandia

Denominación: 10 euros

Año: 2002

Material: Plata

Peso: 27 g.

Casa de subastas: Coins Numismatic Barcelona

Fecha: 29 de octubre de 2023

Precio de salida: 1 euro

La ceca de Finlandia

En Finlandia se venía acuñando, e imitando, monedas desde la Edad Media, pero no se puede hablar de una ceca finlandesa, en el sentido industrial del término, hasta mediados del siglo XIX. En esas épocas el Gran Ducado de Finlandia formaba parte del Imperio Ruso. Durante prácticamente todo el siglo XIX el zar de Rusia fue también el Gran Duque de Finlandia. Bien es cierto que Finlandia gozaba de cierta autonomía con respecto al resto del imperio. Pero no en materia monetaria: en 1850 en Helsinki se utilizaba el mismo rublo que estaba en uso en Moscú.

Todo cambió con la Guerra de Crimea. El número de rublos en circulación aumentó considerablemente, lo que generó inflación y fluctuación en el precio del dinero. Además de que se aplicó la ley de Gresham: las monedas de plata, e incluso las de cobre, desaparecieron de la circulación y solo los billetes acabaron circulando. Unos billetes que tenían un valor muy elevado, especialmente para un territorio tan pobre como era Finlandia. 

En 1859 el senado finlandés solicitó al zar Alejandro III que considerase que en Finlandia el papel moneda ruso dejaba de tener el valor nominal para pasar a tener su valor de mercado. El zar no consintió esto, pero firmó un manifiesto donde permitía a Finlandia tener su propia moneda. Así nació en 1863 el marco finlandés (markka), que se dividía en 100 peniques (penni). Un marco finlandés equivalía a la cuarta parte de un rublo, es decir, 25 kopeks. 

Ha habido bastante debate sobre por qué el zar permitió una nueva moneda para Finlandia. Hay que entender que el rublo equivalía, aproximadamente, a 4 francos franceses. A Finlandia se le ofreció adoptar una unidad monetaria muy semejante a la que se utilizaba en la Unión Monetaria Latina, que por entonces se estaba fraguando. De esta forma el zar experimentaba cómo afectaría social y económicamente en su territorio la adopción del, por entonces, nuevo patrón monetario. Así obtendría datos muy útiles para decidir si aceptaba ese patrón en el resto del imperio.

Esta nueva moneda vino con la concesión de abrir una ceca en Helsinki: la ceca de Finlandia. Se instaló en el barrio de Katajanokka (la pequeña isla donde está la catedral, para quienes conozcan Helsinki) y comenzó a operar en agosto de 1864. Las primeras monedas fueron en cobre; en octubre de ese mismo año se acuñaron marcos de plata y, a partir de 1878, monedas de 10 y 20 marcos de oro. La independencia de Finlandia llegó en 1917 y la ceca siguió acuñando marcos y peniques. La principal diferencia es que el león finlandés desplazó al águila imperial rusa. A partir de entonces, la ceca de Finlandia ha respondido a las reformas monetarias que ha sufrido el país (uno, dos). 

En 1988 la ceca se trasladó a Vantaa, un municipio en el área metropolitana de Helsinki. Desde allí se ha conseguido mantener operativa hasta el día presente. Esto es algo sorprendente porque en los últimos años hemos visto cerrar muchas casas de moneda. La producción monetaria es un claro ejemplo de una industria que se favorece por la economía de escala, lo que hace llamativo que un país tan pequeño (Finlandia solo tiene 5,5 millones de habitantes) tenga una ceca propia.

Esto lo han conseguido por cambios en la estructura empresarial y el modelo de negocio que se han llevado a cabo desde 1993. Fue entonces cuando la ceca de Finlandia pasó a ser una empresa de responsabilidad limitada, evolucionando poco a poco hacia una especie de consorcio que engloba a los países nórdicos. Así, la ceca de Finlandia adquirió la ceca de Suecia en 2001 y el 50% de las participaciones de la ceca de Noruega en 2003. Además, fabrica monedas para Estonia y para Dinamarca.    

Esta exportación de monedas no se queda solamente en los países nórdicos. A partir de 1993 ha exportado monedas para África y Asia y a partir de 2015 para Hispanoamérica. Esto le ha llevado a ser una fábrica exportadora: más del 90% de su producción es para países extranjeros, incluyendo los euros de muchos países: Estonia, Grecia, Luxemburgo, Eslovenia, Chipre e Irlanda. Así, algunas monedas conocidas de países hispanoamericanos, como los 1.000 pesos de Colombia o las monedas de 1 quetzal de Guatemala son producidas en Finlandia. 

La próxima subasta de Coins NB

Coins Numismatic Barcelona organiza una subasta titulada “Ogniem i mieczem” (“a sangre y fuego”, en polaco) para el día 28 de octubre de 2023. Es una subasta compuesta por 1.160 lotes, todos con salida de 1 euro. En este caso no hay representación de moneda antigua ni medieval, pero sí muchas monedas mundiales en plata, especialmente de finales del siglo XX y del XXI.

Entre la moneda española podemos encontrar algunas piezas curiosas, tanto en cobre (e.g., 2 maravedís de Segovia 1833), en plata (e.g., 2 reales Cataluña 1811 o Madrid 1812 y 1813) y en oro (e.g., medio escudo 1774). También se pueden encontrar varios duros macuquinos, una onza de Potosí 1798 y varios 8 reales mexicanos, como este de Zacatecas

La moneda internacional es tan amplia y variada que es complicadísima de resumir. Abunda la moneda de plata del siglo XX y del XXI. En muchos casos son monedas graduadas y en su inmensa mayoría son monedas sin circular. Los países mejor representados son Polonia, Portugal, Rusia (incluyendo la URSS), Austria, Bulgaria, el Vaticano en época de Juan Pablo II y Checoslovaquia. Como veis, hay mucha moneda del antiguo bloque del este. 

Bvdgi ha visitado Coins NB y ha publicado un vídeo en su canal, por si queréis echar un vistazo. 

Este artículo está patrocinado por Coins NB

En Podcast

He publicado un podcast con un contenido semejante al de esta entrada:

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