Felipe IV, 2 reales de Madrid 1643

Periodo: Edad Moderna

País: Castilla (Imperio Español)

Reinado: Felipe IV

Año: 1623

Denominación: 2 reales

Metal: plata

Ceca: Madrid

Casa de subastas: Soler & Llach

Fecha: 25 de octubre de 2023

Precio de salida: 250 €

La real cédula de 1642

La década de 1640 fue una de las más complicadas para el Imperio Español: la revuelta en Nápoles, la Guerra de los Segadores en Cataluña y la Independencia de Portugal puso en jaque a Felipe IV. A eso habría que sumar la ralentización del flujo de la plata peruana (se estaba fraguando el Gran Escándalo de Potosí), las grandes deudas del reino con los banqueros europeos y la enorme inflación que sufría Castilla. 

Todo este desbarajuste tuvo consecuencias dramáticas en el circulante castellano. Como nos indican Jarabo y Sanahuja (fuente fundamental para este artículo), para 1642 prácticamente solo circulaba por Castilla la moneda de vellón. El gobierno de Felipe IV intentó que volviese a circular moneda de plata en Castilla para lo que introdujo algunas reformas. Supongo que estuviera bien asesorado porque muchos banqueros vivían en Madrid, donde estaba la corte, y ellos eran los primeros interesados en estabilizar la moneda castellana, sanear la Hacienda y así poder cobrar sus deudas. 

Esto se tradujo en una reforma publicada en la cédula real del 23 de diciembre de 1642 (corregida el 12 de enero de 1643). En esa cédula se ordena que se acuñasen en plata monedas de cuartillo (8 maravedís), medio real (17 maravedís), real y dos reales con plata procedente de vajilla. Estas monedas se labrarían con un 25% menos de plata de lo que se habían acuñado hasta entonces y de lo que se seguía acuñando en América (es decir, se acuñaban 83 piezas por marco en lugar de 67).

La cédula también redefine el valor de la moneda circulante, sobrevalorando la moneda anteriormente acuñada. Así, los anteriores reales de a 8 pasan a valer 10 reales de 34 maravedís; los 4 reales pasan a valer 5 reales; los 2 reales pasan a valer 2,5 reales; y así respectivamente para los valores más pequeños. Finalmente se reitera la prohibición de exportar moneda de plata.

La intención de todo esto era reintroducir la plata en el circulante castellano. Por eso sobrevaloraron la moneda de plata, creando un doble sistema dentro del numerario castellano: una moneda que en América valía 8 reales en la Península valía 10. De esta forma se desincentivaba la exportación de plata de la Península; una exportación que además estaba prohibida. 

Felipe II. 2 reales 1592, Valladolid.

Hubo, además, dos novedades importantes en la moneda castellana. La primera es la acuñación de cuartillos de plata (los hay con dos diseños), que llevaban sin ser acuñados desde época de los Reyes Católicos. La segunda es la introducción del busto real en la moneda de plata, como forma de proporcionar un diseño totalmente distinto a la moneda anterior, de forma que fuesen fácilmente distinguibles (fijaros, por ejemplo, en el 2 reales de Valladolid sobre estas líneas). El busto de Felipe IV en la moneda menuda de plata solo tenía un precedente en Castilla: los medios reales de Segovia de 1631 y 1632 (pero esos medios reales se acuñaban a molino, igual que el 2 reales segoviano de más abajo; no como los de Madrid de 1643, que se acuñaban a martillo).

Estas monedas no tuvieron éxito. En la corrección del 12 de enero de 1643 se deja claro que solo se acuñarán en la Península. La realidad es que solo se acuñaron en Madrid y durante un periodo muy breve: la emisión se interrumpe en marzo de 1643

Según Glenn Murray, se batieron 20.893 kilos de plata en Madrid en 1643. Si bien no toda esa plata se batió antes de marzo, la emisión debió de ser razonablemente grande para un tiempo tan corto. A pesar de ello, son monedas raras porque poco después fueron recogidas y masivamente fundidas. Por si fuera poco, hay bastantes variantes de cuño para cada uno de los valores

Esta emisión de plata menuda en Madrid en 1643 pudo entenderse como un fracaso en su momento. Pero viéndola con perspectiva nos damos cuenta de que generó un precedente importantísimo en la moneda castellana: fue la primera distinción entre la moneda peninsular y la moneda americana. Esta distinción se hizo definitiva con la Pragmática del 14 de octubre de 1686, dando lugar a las acuñaciones “de tipo María”. Ya en el siglo XVIII las distintas pragmáticas distinguían entre la moneda provincial, acuñada y circulante en la Península, y la moneda nacional, acuñada en las Indias para su distribución internacional

Luis I. 2 reales 1724, Segovia.

La próxima subasta de Soler & Llach

Soler & Llach organiza una doble subasta para finales de octubre: una subasta en sala con dos sesiones (mañana y tarde del 25 de octubre) y una subasta online con otras dos sesiones (26 y 27 de octubre). A estas se añade la subasta del 20 de octubre de Casa de Subastas de Madrid, perteneciente al mismo grupo empresarial que Soler & Llach. En lo que sigue me centraré en dar un breve repaso a la moneda española de la subasta en sala, dejando para una entrada futura la moneda antigua y medieval.

Dentro de las monedas de la Monarquía Española, seguramente lo más relevante sea la preciosa colección de 2 reales, un módulo muy interesante porque es bonito y comercial a pesar de ser mucho más asequible que los 8 reales. Esta colección se compone de unos 200 ejemplares acuñados en cecas peninsulares y americanas. Seguramente sea una colección forjada por un mismo cedente durante muchos años, a base de tiempo y cariño.

Es una colección digna de ser analizada por cualquier coleccionista medio porque esto es a lo que nosotros podemos aspirar: adquirir poco a poco monedas bonitas con un precio de unos cuantos cientos de euros cada una y con una calidad que permite disfrutarlas a la vez que no se disparan de precio. De vez en cuando se podrá tener algún ejemplar de mejor calidad, como este de Cuenca de 1725, este de México de 1740/30 o este de Segovia de 1724. También se podrá tener alguna rareza, como el de Valladolid o los de Mallorca.
Otro punto fuerte de la subasta es la colección de 8 escudos a martillo y a rodillo. Aquí se habla de un orden precios mucho mayor, obviamente.  La onza madrileña de 1663, la segoviana de 1687 y la sevillana de 1709 son tres auténticas preciosidades peninsulares. No digamos ya las limeñas de 1697, de 1739 y de 1725. No pude por menos que dedicarles un vídeo:

Por lo demás, hay una gran cantidad de monedas comerciales: columnarios, 8 reales, 8 escudos, 2 escudos, durillos, monedas del Centenario… hay donde elegir. Sabiendo que os gustan, hice un vídeo con los duros que más me llamaron la atención. Ahí os lo dejo.

La última cuestión es que los precios de salida de esta subasta son sorprendentemente bajos. Yo creo que se venderá prácticamente todo y que muchas de las monedas subirán muy considerablemente.

Este artículo ha sido patrocinado por Soler & Llach. Podéis seguir a Soler & Llach en su página web, en Facebook y en Instagram.

En podcast

Os dejo un podcast con un contenido semejante al de este artículo:

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