Hoy traigo una nueva entrega de la serie “así colecciona”. Estos son vídeos que gustan mucho al público del Blog Numismático, como me habéis dicho muchos en privado y como se refleja en sus visitas. No es de extrañar, pues en ellos se entrevista a coleccionistas experimentados que comparten con nosotros su recorrido y sus reflexiones. Unas reflexiones en las que muchos lectores se ven reflejados.
En este caso entrevisto a dos coleccionistas, padre e hijo, que prefieren mantenerse anónimos. Tras cinco décadas coleccionando conjuntamente han forjado una colección de 61.000 monedas del mundo y, lo que es más importante, un extraordinario vínculo entre padre e hijo. Yo tuve el privilegio de poder visitar su casa en Colombia, donde vi algunas de las monedas de su colección.
La forma de coleccionar de los entrevistados difiere bastante de los consejos que suelo dar en el Blog Numismático. Siempre solemos repetir que es preferible coleccionar menos cantidad y más calidad haciendo una compra al mes, aproximadamente. En cambio los entrevistados han adquirido una media de 100 monedas al mes durante 50 años.
¡Y yo creo que han hecho muy bien!
Son conscientes que su colección es fundamentalmente un gasto que les proporciona diversión, cultura, amistades y un extraordinario vínculo entre padre e hijo. ¡Así han disfrutando de una colección de monedas del mundo durante 50 años! ¿¡Qué más se puede pedir!?
Fantástica entrevista!!!! La Mejor! Enhorabuena por conocer dos coleccionistas tan entrañables y generosos en sus comentarios!
Hola, me parece estupendo que ambos compartan tal gusto, el llevar tanto tiempo me lleva a decir lo mucho que se quieren y se entienden a las mil maravillas; cada uno de nosotros que tenemos una coleccion siempre buscaremos nuevas piezas para incrementarla poco a poco.
Saludos al grupo
Entrevista muy interesante, padre e hijo compartiendo esa pasión es algo muy bonito, pero me quedé muy sorprendido al saber que no les gustan las macuquinas siendo Perú uno de sus países preferidos para coleccionar.
Es curioso que pocos colombianos valoran las macuquinas a pesar de que es lo que se encuentra en sus «tapados».