Fotografías del brillo de una moneda

Hace unos meses recibí el siguiente correo:

Antes de nada, tengo que decir que ver subastas pasadas de una empresa para familiarizarse con cómo esa empresa gradúa y describe las monedas es un ejercicio extraordinario. Más que recomendado para cualquiera que empiece.

Monedas de oro

Entrando en la pregunta que hace este lector, es cierto que algunas monedas parecen en las fotos como sucias o manchadas, cuando no es así. Sin ser un buen fotógrafo, mi experiencia me dice que esa “barba de dos días” se debe a unas diferencias en la tonalidad de la moneda: el campo es más brillante y el relieve más mate. De esta forma, según cómo incida la luz en la moneda a la hora de hacer la fotografía, parecerá que la moneda tiene una mancha, cuando no es así.

Veamos unos ejemplos:

Os podéis fijar que en la cara del rey aparece una tonalidad más oscura. Igualmente hay una diferencia de tonalidad en el campo. En la primera moneda la zona donde están las leyendas es más clara, mientras que en la segunda es más oscura.

Estas diferencias de tono no es algo malo, sino todo lo contrario. La moneda no tiene un tono uniforme (propio de monedas limpiadas), sino que conserva los tonos propios de una moneda con restos de brillo original o, al menos, con una bonita pátina. Es algo muy positivo.

Monedas de plata

Las diferencias de tonalidad también se reflejan en las monedas de plata; generalmente de manera más acusada que en el oro porque la plata es un material más activo que tiende a oscurecerse más. Aquí os dejo unos ejemplos, tomados de otras casas de subastas, para que los apreciéis. Os dejo ejemplares de 2 reales, aunque también se aprecian en otros módulos.

Ya veis que la tonalidad concreta depende mucho de la técnica que hayan aplicado para fotografiar las monedas. Las diferencias de iluminación hacen que cambien muchos los tonos que presentan las piezas, pero en todos los casos se muestran unos tonos más oscuros en el busto por ser la parte de la moneda con más relieve.

Monedas de cobre

Algo semejante ocurre con los cobres. Los cobres suelen presentar diferencias de tonalidad mucho más marcadas. El motivo, de nuevo, es que el cobre es un material mucho más activo que la plata o el oro. Si está en un perfecto sin circular con el paso de los años tenderá a oscurecerse, pero no de manera homogénea. Por eso encontraremos muchos tonos en ellos que, de una manera u otra, se ven reflejados en la fotografía.

Aquí tenéis algunos ejemplos tomados de varias casas de subastas:

Valorar las tonalidades de los cobres en el mercado estadounidense es una auténtica locura. Se valora mucho mejor una moneda que tenga tonos rojizos (se suelen encapsular como “RD”) que una que tenga tonos marrones (“BN”) o marrones y rojizos (“RB”). Aquí tenéis una pequeña introducción a esas valoraciones.

Otras monedas

En otro tipo de monedas pasa algo semejante. Es muy típico fijarse en estas tonalidades cuando se ven las pesetas de 1947. Es muy buena seña que las pesetas presenten una diferencia en su tonalidad con colores que tienden a ser anaranjados. Eso es típico de pesetas en calidad sin circular con un brillo original que, de manera natural, se ha ido perdiendo en parte.

Os dejo algunos ejemplos, de nuevo de varias casas de subastas: