50 Pfennig, campo de concentración de Oranienburg

50 pfennig Oranienburg

Periodo: Edad Contemporánea

País: Alemania

Denominación: 50 pfenning

Año: 1933

Lugar: Campo de concentración de Oranienburg

Calidad: FDS (SC)

Casa de subastas:  InAsta

Fecha: 23 de febrero de 2021

Precio de salida: 600 euros

Los billetes del campo de concentración de Oranienburg

Muchos se sorprenderán al saber que la Alemania Nazi imprimió billetes para el uso exclusivo de presos en los campos de concentración. Estos billetes son muchísimo más raros que los famosos Notgeld, fabricados masivamente durante la hiperinflación de la República de Weimar.

Oranienburg, 5 pfennig
Oranienburg, 5 pfennig
Oranienburg, 10 pfennig
Oranienburg, 10 pfennig
Oranienburg, 1 marco
Oranienburg, 1 marco

Para los nazis, crear estos billetes para el uso exclusivo de los campos de concentración tenía una finalidad semejante a la que vimos en algunos lazaretos unas décadas antes:

  • Evitar la fuga de presos, ya que estos nunca tendrían dinero que pudiese usarse fuera del campo.
  • Obtener fondos para mantener el campo de concentración, ya que los presos estaban obligados a convertir su dinero «de verdad» en este dinero «para dentro del campo de concentración».
  • Generar propaganda y atemorizar a los presos.

Hubo algunos campos de concentración que tuvieron sus propios billetes, como el de Oranienburg o el de Lichtenburg. Otros, en cambio, utilizaron unos billetes genéricos que sirvieron para varios campos de concentración.

El campo de Oranienburg fue el primero en utilizar billetes para su uso interno. Consta su uso en julio de 1933, pocos meses después de que se inaugurase el campo. Para ello se pidió a Willi H. Lippert -un artista de Rathenow que ya había diseñado más de 20 notgelds y que estuvo unas semanas preso en Oranienburg- que diseñase unos billetes para este campo de concentración. Lippert no tenía opción de negarse, así que diseñó billetes de 5, 10 y 50 pfennig, así como de 1 marco (todos en las imágenes). La dureza de los diseños hiela la sangre a cualquiera. Son la versión notafílica de los cuadros de Zoran Mušič.

Curiosamente, Lippert realizó cierto acto de sabotaje con estos billetes. En los billetes se indica la palabra «konzentrationslagers» («campo de concentración») en letras góticas. Lippert desgastó levemente la plancha para que la «g» no acabase de cerrar su círculo superior y se convirtiese en una «y». De esa forma se convertía la palabra en «konzentrationslayers» («concentración asesino»). Así, algunos de los billetes de 50 pfennig de Oranienburg indican «konzentrationslagers» y otros «konzentrationslayers«. Afortunadamente para Lippert los nazis no se dieron cuenta de este pequeño detalle y él vivió lo suficiente como para contarlo en los años 80, poco antes de morir.

Precio de unos 50 pfennig del campo de concentración de Oranienburg

Con estos billetes pasa como con algunas monedas de la Guerra Civil: no hay una documentación que describa las emisiones, por lo que son propensos a falsificaciones y fantasías. En el caso concreto de los 50 pfennig, se sabe que existieron unos billetes con fondo ocre (iguales al que ilustra la entrada, salvo por el fondo). También se sabe que hay bastantes falsificaciones de los billetes con fondo negro (como el que ilustra la entrada). Pero el que los billetes de Oranienburg con fondo negro fuesen una fantasía o fuesen billetes auténticos es tema de debate.

En caso de ser auténticos, bien podrían costar algo semejante a los de fondo ocre. Como referencia, este ejemplar sin circular se remató en $1.100. Los billetes de 5 pfennig y de 1 marco son aproximadamente igual de raros. Los de 10 pfennig son algo más comunes, pero un buen ejemplar bien puede costar 500-600 euros.

Otros billetes de campos de concentración son bastante más baratos que estos de Oranienburg. Sin ir más lejos, en la subasta de InAsta hay un par de ejemplares mucho más baratos: uno y dos.

Las próxima subasta de InAsta

InAsta organiza una subasta los días 22 y 23 de febrero. Es una subasta en vivo que da un amplio repaso a la historia de la numismática con 2798 lotes. La mayor parte de las monedas que se ofrecen son piezas en calidades medias, aptas para bolsillos de a pie.

Entre tantas monedas no es complicado encontrar algunas a buen precio, como los 10 sólidos bizantinos que se ofrecen. También hay algunas monedas bonitas; me han gustado especialmente las del Imperio Romano. Dentro de la moneda extranjera hay piezas españolas, incluyendo varias macuquinas de Felipe IV. Por supuesto que tampoco faltan las monedas italianas a nombre de reyes españoles.

InAsta organiza su subasta en Bid Inside. Podéis ver otras tiendas disponibles y subastas organizadas en Bid Inside. También podéis seguir a Bid Inside en Twitteren Facebook y en Instagram.

Descripción ofrecida por InAsta

CARTAMONETA ESTERA – GERMANIA – Terzo Reich (1933-1945) – 50 Pfennig Oranienburg (Sachsenhausen) RRR Questi buoni furono fatti stampare direttamente dalle autorità nazionali delle SS
Grading/Status: FDS

Notes
Questi buoni furono fatti stampare direttamente dalle autorità nazionali delle SS

Fuente

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27 comentarios en “50 Pfennig, campo de concentración de Oranienburg”

  1. Interesante entrada. Gracias, Adolfo. Un hecho poco conocido yo creo que por la inmensa mayoría de numismáticos españoles es que, en muchos campos de concentración franquistas, también se usaron vales propios. Lo sé por cierta literatura acerca de esos campos de concentración que no se detiene en describirlos. Al menos eso ocurrió aquí, en Mallorca, pero intuyo que lo mismo puede decirse de otros campos de concentración de la península. Sin embargo, lo cierto es que no he visto nunca ninguno, por lo cual imagino que debieron ser destruídos masivamente.

  2. Muy interesante Adolfo, un día seria interesante comentar la Operacion Bernhard, de como los nazis , obligaron a presos judíos falsificar masivamente doláres americanos y libras esterlinas. Tal fue la perfección que el banco de Inglaterra no percató en los falsos e incluso tuvo que autentificar los falsos ante tal colapso en circulación.

  3. Yago Abilleira Crespo

    Me parece totalmente inmoral comerciar con objetos de los campos de concentración. No comprendo cómo alguien querría «eso» en su colección. Es como la comercialización de manillas (dinero para comprar esclavos en África), inaceptable para mí.

    1. Preservar la historia a costa de ser malinterpretado:

      Desafortunadamente, no hay manera de abordar la posesión de cierto material sin ofender potencialmente a algunas sensibilidades. La “excusa” de la historia tangible (realismo táctil que un libro nunca puede aportar) les parece inaceptable.

    2. Adolfo Ruiz Calleja

      Yo no estoy muy de acuerdo contigo. Creo que esto es parte de la historia de Europa, nos guste o no.

      Estos billetes representan un periodo muy doloroso y muestran un enorme sufrimiento. Pero, si extendemos esa catadura moral, también podríamos considerar inmoral coleccionar monedas griegas, romanas o del Imperio Español: los trabajadores de las minas no tenían, precisamente, buenas condiciones laborales.

      Lo dicho: es un pasaje muy triste de la historia reciente, pero no creo que haya una inmoralidad en su coleccionismo. Ahora bien, respeto totalmente que tú, por motivos éticos, prefieras no coleccionarlos.

      Saludos,
      Adolfo

    3. Bueno, por poner un solo ejemplo, la mayoría del oro y plata de las monedas romanas fueron extraídos por mineros esclavos en condiciones similares a la de los campos de exterminio nazis.

      Y en las subastas de casas israelíes siempre hay a la venta monedas y billetes de los campos de exterminio y los diferentes ghettos de la Europa ocupada

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Entiendo que Yago no se refiere a su estudio, sino a su mercadeo. El hecho de que objetos producidos por el dolor de otras personas se hayan convertido en bienes de mercado.

      Todo hay que decirlo, yo considero bastante inmoral el «turismo bélico» de los conflictos actuales. Como las excursiones para ir a ver la zona desmilitarizada coreana o para visitar Nagorno Karabaj (tristemente famosa últimamente). Otra cosa es ver escenarios bélicos antiguos, como las playas del Desembarco de Normandía o las trincheras vietnamitas. Eso ya no me parece mal. Al fin y al cabo, muchos de los castillos que pueblan España han sido escenarios bélicos. Y ni qué decir tiene de la cantidad de fiestas que me he corrido en Villalar de los Comuneros conmemorando la batalla de 1521…

      La diferencia está en que con el turismo bélico actual estás financiando (o, al menos apoyando de manera indirecta) el conflicto actual. Los conflictos pasados los veo como una cuestión histórica.

      Del mismo modo, no encuentro ningún impedimento moral para coleccionar estos billetes, pero sí para adquirir monedas del Estado Islámico.

      Saludos,
      Adolfo

      1. Yago Abilleira Crespo

        Justo Adolfo, el comercio de bienes fabricados exclusivamente para el dolor. Una cosa es un objeto común que aparezca en un lugar trágico (como las monedas naufragadas que colecciono), o un objeto común de un periodo oscuro (coleccionar Reichmarks con la esvástica, por no salir de la temática). Pero comerciar con esos billetes, para mí es otra cosa muy distinta. Es como comerciar con el dolor y el sufrimiento de esa gente y no comprendo los motivos de alguien para comprar eso, salvo morbo y cosas así. Al igual que esta moda de ir de turisteo (que no viaje cultural) a Auschwitz o Chernobil, ni lo comprendo ni me parece bien.

  4. Jorge ( tutmosis V)

    No se colecciona por morbo, como el que puede estar coleccionando cabezas humanas reducidas. Se colecciona para aprender de la Historia, aunque hay muchos episodios muy dolorosos.
    Gracias Adolfo, desconocía todo eso.

  5. A pesar de ser un notable aficionado a la 2a Guerra Mundial y todo lo relacionado con ella, desconocía este aspecto que, gracias a tu artículo, he podido conocer . Todo lo más que conocía relacionado con la moneda de la 2a GM fue el intento nazi de falsificar billetes británicos a gran escala con el objetivo de generar una hiperinflación en el RU cosa que no lograron, a pesar de contar con los mejores falsificadores judíos de la época (que no pudieron negarse). Esto de la moneda para los campos de concentración no deja de ser algo macabro, pero historia al fin y al cabo.
    Gracias por tus apuntes de historia.

  6. Buen artículo Adolfo, no conocía la historia de estos billetes. Yo no colecciono billetes ni otros objetos de la IIGM, pero tampoco me opongo a que otras personas lo puedan coleccionar… no lo considero inmoral. Admitir la inmoralidad de coleccionar estos objetos supondría tanto como admitir la inmoralidad de coleccionar moneda de Calígula, de Atila, de Ivan El Terrible o de tantos otros.
    Cambiando de tema, me pregunto una cosa leyendo este artículo… tanto en monedas como en billetes hay algunos casos en los que existe la duda de si son verdaderos o fantasías posteriores, y me sorprende lo mucho que se paga por ellos a pesar de desconocer su autenticidad.

  7. Desconocía la emisión de billetes para comerciar en los campos de concentración que se utilizaron para realizar una limpieza racial en la Alemania nazi, yo nunca tendría un ejemplar en casa, los veo más bien para un museo de los horrores,

  8. Hola, hay que diferenciar entre campo de concentración y campo de exterminio. El de Orangeburg (al norte de Berlín, más conocido como Sachsenhausen) era un campo de concentración, una cárcel con condiciones infra humanas cierto, pero no estaba diseñada para matar miles de personas al día. Era una cárcel, trabajos forzados, desnutrición y lo que conlleva. Por eso habían «billetes», pq los presos vivían allí. En cambio los campos de exterminio (Treblinka, Auschwitz) estaban diseñados para asesinar a las persons ni bien llegasen al mismo. Cámaras de gas, crematorios, de eso iba la cosa. Algunos prisioneros eran seleccionados para trabajar pero por lo regular no sobrevivian más de 3 meses. Es importante conocer la historia, no sólo los grandes logros de la humanidad sino también aquellos episodios oscuros que nos recuerdan que el homo sapiens sapiens conserva aún rasgos inicuos. Sobre los billetes, hay algunos que eran de uso exclusivo para los guettos judíos, bastante comunes y coleccionables. No sabía que habían billetes para konzentrazionlager. Un saludo

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Yo no sé si esa distinción es muy clara.

      Hubo billetes circulando en el campo de concentración de Dachau (está cerca de Munich). En ese mismo campo había cámaras de gas. Yo mismo estuve dentro de una de ellas, totalmente reconstruida, unos 15 minutos totalmente solo y en silencio. Fue una experiencia bastante intensa.

      Saludos,
      Adolfo

  9. Gracias Adolfo por tu artículo.
    Creo que alguien dijo en su día que había que seguir el rastro del dinero para conocer la realidad de lo ocurrido.
    Una muestra de la trajedia que supuso el nazismo son estos billetes para que futuras generaciones no olviden y conozcan lo sucedido. Y sí, lo cierto es que a uno se le hiela la sangre al ver estos billetes.

    De otra parte, una moneda que muchos conocemos son los 25 céntimos de 1937- 1938 , II Año Triunfal, que como bien explicaste en otro artículo fueron fabricados los cospeles por Berndorfer Metallwarenfabrik Arthur Krupp A. G., de la familia Krupp, cuyo jerarca fue condenado tras la 2°GM por emplear en sus fábricas a presos judíos. No quiero decir que los cospeles de los 25 Cent. lo hicieran presos judíos o no, pero vamos todo apuntaría a ello.

    Así, como otros ya han apuntado lo inmoral no es coleccionarlo, considero que lo inmoral fue aquello que aconteció en la Historia.

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