Continuar con la afición en distintas fases de la vida

Las aficiones a lo largo de la vida

En muchos aspectos de la vida es muy bueno recibir los consejos de personas más experimentadas que hayan recorrido el camino que nosotros estamos recorriendo ahora. Esta es una práctica excelente, pero hay que ser consciente de un sesgo importante que casi siempre está presente en las respuestas: los consejos suelen reflejar las conclusiones globales de alguien que ha quemado muchas etapas de la vida y que hace ya tiempo que se encuentra en una etapa de madurez razonablemente constante. Sin embargo, quien recibe los consejos ve un largo camino delante de él y apenas puede prever los condicionantes que tendrá en el futuro. Por lo tanto, la estrategia que sirve para el primero puede no servir para el segundo; de esto hay que ser consciente.

2 pesetas 1937, Alcaudete (Jaén)
2 pesetas 1937, Alcaudete (Jaén)

Aterrizando este comentario general al caso de la numismática, es muy típico que los jóvenes preguntemos a quienes llevan décadas coleccionando (y décadas de una vida «razonablemente constante») y nos digan que seleccionemos una serie, profundicemos en ella y que vayamos adquiriendo monedas de manera constante. Es un consejo muy bueno, sino fuese porque nuestra vida no va a ser una constante. O al menos no en los próximos años. Además, alimenta la falsa creencia de que un coleccionista compra monedas más caras cuanto más experto es. Mi experiencia es que no es así, aunque el ego de muchos no opine lo mismo.

Un ejemplo: Enrique

Yo a todos los jóvenes les diría que el primer objetivo, mucho antes de cualquier otro, debería ser forjar una estrategia que les permita mantener su interés por la numismática. Lo ejemplificaré con Enrique.

A Enrique se le despertó su interés por la numismática siendo bastante joven; desde niño ya estaba adquiriendo monedas. A los veintitantos fue comprando piezas algo mejores y, una vez que empezó a trabajar, dedicó un porcentaje significativo de su sueldo a su colección de monedas. Para entonces coleccionaba 8 reales de los Borbones, dejándose 200-300 euros todos los meses en alguna pieza; prácticamente todo lo que pueden ahorrar con su sueldo de mileurista.

Su vida profesional progresaba adecuadamente e iba cambiando de trabajo, aumentando de posición y de sueldo; también dedicaba más tiempo a su afición a la numismática. Tampoco es que les importase demasiado: si tenía 10.000 euros en el banco podía gastarse 3.000 en una onza preciosa de Carlos III. Total, no tenía a nadie a quien dar cuentas y sabía que a principios del mes siguiente volverán a recibir un sueldo que le permitiría vivir holgadamente.

Pero llega un momento en el que se casa y aparece esa mujer a quien tanto quiere y que ahora, de repente, tiene algo que decir a sus caprichos numismáticos. Caprichos que son muy difíciles de justificar, pues un gasto puntual de 2.000 euros o un gasto mensual de 200 euros es muy significativo para una familia; ahora a Enrique le cuesta mucho poder seguir con su colección de duros. No digamos nada en el momento en el que hay una hipoteca que pagar o en el que aparecen los hijos. Ahora esos 10.000 euros de la cuenta no se pueden usar sin estar totalmente seguro de que los gastos de la familia van a estar plenamente cubiertos los siguientes meses. Y, aun así, gastarlos probablemente suponga un problema importante con su pareja. Por no hablar de que las seis o siete horas que dedicaba a la numismática todas las semanas, ahora se esfumaron tras una enorme cortina de responsabilidades profesionales y familiares. Así que no tiene tanto tiempo ni tanto dinero como antes para comprar o estudiar las monedas.

Al final es típico que Enrique aparque su colección. El tiempo y el dinero que dedicaba se ven consumidos por las muchas responsabilidades familiares que tiene y, al cabo de unos años, se da cuenta de que lleva mucho tiempo sin prestar atención a la numismática. Así que empieza a ver sus monedas como un capital importante que tiene «parado» y al que no hace el más mínimo caso. Como ya vimos en un ejemplo real, muchas veces acaban por vender la colección y ponen punto final a una afición que tanto les ha aportado durante décadas.

Cómo mantener el interés por tu afición

Es complicado lidiar con estos temas. Es típico que el coleccionista sufra una tensión interna entre lo que desea y los condicionantes externos que tiene. Está claro que los condicionantes para un coleccionista casado, con dos hijos y con una hipoteca son bastante más altos que para ese mismo coleccionista apenas 5 años antes en los que disfrutaba de una soltería. Así que lo normal es que esos condicionantes le fuercen a reducir sus expectativas como coleccionista. Pero justamente ahí está lo difícil. Como decimos en Castilla, de lo malo a lo bueno se va muy bien, pero de bueno a lo malo… ¡ay qué difícil es!

1 Unidad 1937, Binefar (Huesca)
1 Unidad 1937, Binefar (Huesca)
50 céntimos 1937, Caldes de Montbui (Barcelona)
50 céntimos 1937, Caldes de Montbui (Barcelona)

Esto es exactamente lo mismo que en otras aficiones. Es muy típico que a quienes les guste jugar al balompié puedan dedicar muchas horas cuando están solteros, entrenen un par de horas cuatro días por semana y jueguen en la liguilla regional. Pero cuando se casan y tienen hijos, con suerte podrán jugar un partido los domingos con los amigos del barrio. ¡Pero lo importante es que no dejen de jugar!

Pues en la numismática lo mismo: lo importante es mantener el interés por la numismática. Lo importante no es comprar cada vez más y mejores monedas, sino entender que las distintas etapas de la vida nos condicionan de distinta manera y que hay veces que podremos dedicar poco tiempo o poco dinero a nuestras aficiones. Quizá a los 30 podíamos dedicar 5.000 euros al año y 10 horas a la semana, mientras que a los 40 solo podamos dedicar 300 euros al año y 4 horas al mes. No pasa nada: quizá a los 50, cuando la hipoteca esté más controlada y los hijos no requieran tantos cuidados, podremos volver a dedicar más tiempo y más dinero a nuestra afición.

Al coleccionista que vea que los recursos que puede dedicar a la numismática se han visto reducidos le recomendaría que aceptase la situación y la vea como una fase más de la vida. Mi recomendación es que reflexione sobre los recursos (tanto tiempo como dinero) que puede dedicar a su afición de manera realista. Probablemente no pueda dedicar mucho tiempo ni mucho dinero, pero quizá sea suficiente como para ir a un para asistir a las convenciones online, adquirir tres o cuatro monedas más un libro y mantener el contacto con otros aficionados. Otra opción sería buscar una serie más barata -pero igualmente interesante- para coleccionar y echar un vistazo mensual a las subastas numismáticas para pujar por alguna pieza de vez en cuando.

El Blog Numismático ayuda

25 céntimos 1937, Sesrovires (Barcelona)
25 céntimos 1937, Sesrovires (Barcelona)

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Las imágenes que ilustran la entrada son cuatro billetes de la Guerra Civil pertenecientes a la Colección Cid-Pulido. Si bien el grueso de esta colección se va a subastar en Heritage el 22 de enero (uno y dos), los billetes de la Guerra Civil se subastarán en Ibercoin el día 20 de enero.

21 comentarios en “Continuar con la afición en distintas fases de la vida”

  1. Es que hay que separar lo que es numismática de coleccionismo. Cada aficionado tenderá más hacia uno u otro lado y en un extremo habrá quien estudie mucho pero jamás compre una moneda y viceversa. Eso sí, el estudioso tendrá la ventaja que afortunadamente hoy en día se puede leer muchísimo sin tener que gastarse prácticamente nada. En todo caso, se esté donde se esté, creo que lo importante es que el dinero jamás suponga ningún problema. Si alguien «sufre» económicamente o emocionalmente para comprarse una moneda lo mejor es dejarlo o centrarse en piezas o colecciones más baratas

    También hay que tener presente que el «gen coleccionista» difícilmente se pierde. Así que si alguien pasa por una racha de desinterés que se lo piense dos veces y tenga paciencia. No sería el primer caso que alguien en un impulso se lo venda todo y al cabo de un tiempo se arrepiente y empieza de nuevo a comprar lo que había vendido.

  2. Para mi una entrada perfecta y de la que podemos sacar provecho, solo le pondría un pero, es difícil mantener la ilusión cuando se le puede dedicar escasos recursos a la afición.

  3. José David Rodríguez

    En mi opinión un coleccionista no debe ser un mero acumulador de piezas, claro es que en determinadas fases de la vida, mengua la capacidad economica para poder adquirir piezas, pero el interés numismático puede mantenerse e incluso incrementarse con el estudio, la lectura y la adquisición de conocimientos, más hoy día si cabe con la facilidad de medios para ello. Estoy completamente de acuerdo con lo que comentas de que es imprescindible que el coleccionista haga un proceso interno de readaptación a las nuevas situaciones

  4. Leyendo este post me veo bastante identificado, tengo 54 años y soy coleccionista y me gusta la Humanística, y más en concreto la Notafilia, desde hace unos 30 años. En los años 90 cuando empecé los jóvenes eramos una minoría, y la información te la tenias que trabajar tu a través de libros, revistas (Crónica Humanística, la recodáis?) y preguntando a los más veteranos, era un grupo un poco cerrado y de los comerciantes había de todo, desde el que trataba como un hermano mayor hasta el que era un perfecto gilip…. Los catálogos tanto de monedas como de billetes eran un pequeño tesoro, para mi el del Banco de España era como la Biblia. En mi caso se pasa a principios del siglo 21 de estar soltero a casado, y de todo analógico a algo que llaman internet (en mi caso a través de arrakis). En poco más de dos décadas paso de poder gastarme lo que me daba la gana a mirarlo todo con lupa, y en algunos foros, como Anverso y Reverso, me doy cuento de que en algunas monedas y billetes me han estafado tanto en el precio como en el estado de conservación. Ahora, por motivos familiares apenas compro nada, me he centrado más en leer libros, y hay un montón de cosas que antes eran muy difíciles de saber, además todo se ha hecho todo mucho más internacional, cosas de la globalización.

  5. Adolfo Ruiz Calleja

    @Curial y @José, palabras muy sabias las vuestras.

    @Jesús, ¿y qué son bajos recursos? ¿10 euros/mes? ¿50 euros/mes? ¿5.000 euros/mes?
    Todo depende a quién preguntes.
    Yo creo que lo difícil es lidiar con el «bajón de recursos». Asumir que antes podíamos coleccionar 8 reales y ahora solo podemos coleccionar vellón. Una vez que se entiende, todo funciona.

    @Celso, me alegro de que te hayas visto representado. He acertado :-)
    En realidad, con la historia de Enrique sintetizo la experiencia de varios coleccionistas a los que he conocido.

    Como global, a partir de vuestros comentarios, queda también claro que quien entiende la numismática como un estudio no sufrirá tanto ese bajón de recursos: se asume que se puede seguir aprendiendo y profundizando en las emisiones monetarias a pesar de que no se puedan adquirir tantas monedas.

    Un saludo,
    Adolfo

  6. Reflexión interesante pero más los comentarios, de los que se pueden sacar ideas inconexas que lo describen todo: numismática, afición, coleccionista, ilusión, estudio….
    Una persona con ilusión por algo, con afición y disfrute, podrá seguir disfrutando si, al igual que cambia su vida, es capaz de darle una vuelta a la misma afición, que es lo que sugieres Adolfo. Desde mi humilde opinión, el que se ve forzado a cerrarse una vía definitivamente, con las opciones y abanicos que tiene ahora…es porque tiene un problema de fondo que hay que atajar.
    Siempre habrá casos en esta vida, pero los coleccionistas y numismáticos se suelen cortar por el mismo patrón, y si ese patrón se parece algo al mío….con un poquito de lectura, un pelín de sensación de comunidad y con que alguien de tu familia te escuche pacientemente una vez al mes…. Se puede mantener viva la llama hasta que vengan tiempos mejores.
    Es como nuestra vida actual, con soñar en ir de bares sin maacarilla nos vale…de ilusión y afición también se vive.
    Gracias a la comunidad, que nos ayuda a los «flojos» a seguir en la brecha. Feliz año

    1. Una colección generalmente suele ocupar una parte importante de la vida de una persona, en el transcurso de tantos años las condiciones económicas de una persona cambian por innumerables motivos. La clave siempre está en saber adaptarse, no frustrarse en los momentos económicos bajos, no vender la colección a la mínima dificultad. Yo tengo 31 años, llevo coleccionando unos 9 años, ahora tengo mujer e hijos y he pasado por meses o incluso años en los que los recursos han sido a escasos, en alguna ocasión intente vender todo y ahora solo puedo decir que me alegro de seguir en la afición y que esto me ayuda en los momentos difíciles y hace mejor los momentos buenos. Un saludo y feliz año a todos

  7. Alberto Cervera Romero

    Todo es cuestión de adaptarse…
    Por mucho dinero que tengas nunca podrás tener TODAS las monedas que se emitieron, así que si es imposible alcanzar la meta lo que nos queda es disfrutar del camino, disfrutar de la compañía de nuestros colegas y desde luego no hacernos «mala sangre»…
    Siempre puedes dejar los áureos por los denarios, los denarios por los antoninianos, la plata por el bronce…
    Puedes ponerte a investigar a fondo cada moneda de tu colección, escribir tu propio catálogo adaptado a tu colección, leer sobre el tema…

  8. Hola
    Quien crea que la numismatica es cuestion de dinero creo se equivoca, hoy dia es inabarcable la cantidad de material de estudio de acceso gratuito.
    Por otro lado me parece que aunque el articulo refiere puntualmente a la coleccion de monedas, el planteo que realiza se podria aplicar a cualquier aspecto de la vida, y quiero decir que ver al matrimonio como practicamente el fin de la vida del hombre es un poco exagerado por lo menos.
    Si uno tiene en claro sus gustos y aficiones el pasar a jugar en el bando de los casados no deberia ser un impedimento, eso si, quien quiera mantener un espacio particular en su vida aun despues de casado que se busque una compañera o compañero acorde, que quiero decir, que tambien tenga intereses particulares, que no sea muy dependiente en lo economico, y que comprenda y acepete que ya tienes una vida y que por el hecho de casarte no la vas a tirar a la basura.
    Dicho esto, lo demco, sea para la numismatica o para cualquier otra cosa, es una desicion muy personal donde solo uno en su intimidad sabe lo que mas le gusta y lo que mas le pesa.
    Saludos

    1. Coincido contigo. Cuando conocí a quien ahora es mi mujer, me parece que una de las primeras cosas que le comenté fue mi afición por las monedas :-) También es cierto que he tenido la suerte de encontrar a una compañera con quien respetamos nuestros espacios propios.

    2. Adolfo Ruiz Calleja

      He puesto el ejemplo del matrimonio porque es una fase de la vida «dulce» por la que la mayoría de las personas han pasado o esperan pasar.

      Puede haber muchos otros eventos que hagan que el tiempo y el dinero disponibles para nuestras aficiones disminuya drástricamente. Pero no suelen ser eventos tan agradables: enfermedades, discapacidades (nuestras o de algún familiar), quiebra de un negocio…
      Si pusiera esos ejemplos muchos de los lectores pensarían «eso no me va a pasar a mí» (los seres humanos somos así). Además de que la reflexión podría derivar en «si resulta que tienes un hijo con necesidades especiales, es obvio que cualquier afición tuya va a pasar a un cuarto plano».

      Lo esencial es que, estructures tu vida como la estructures, va a haber momentos en los que se va a poder dedicar más tiempo y dinero a la numismática (o cualquier otra afición) que otros.

      Saludos,
      Adolfo

  9. Alfredo Chávez Macías

    Bueno: Pues tengo unas dos docenas de «Falsas de época» Las compré en su momento casi regaladas, pues todos sabíamos que eran falsas. En estos dos últimos años las «Falsas de Época» se pelean en las subastas y se adjudican a veces más caras que las auténticas, sobre todo si están bonitas, claro está.
    Acabo de recordar que tengo otra docena de falsas de esta época, son bimetálicas y en su momento el centro era de plata y nadie las quería excepto los iniciados . Los vivales cambiaban el centro y a veces toda la moneda por unos «esperpentos» que a mì se me hacen bellisimos. Tambièn son piezas baratas pero muy ambicionadas.
    Buscar un Primo de Verdad y Ramos «sin puntos» o un 10 pesos grafila invertida del 97 son actividades gratuitas.
    Los libros siguen siendo muy baratos. Los adquiero muchas veces autografiados y/o dedicados por el autor, total, que el encierro me ha caido «Como anillo al dedo».

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Yo me pierdo en los detalles de la numismática mexicana de los últimos 200 años.

      Pero las falsas de época, al menos en España, no son muy valoradas.

  10. Hola Alfredo, supongo que te refieres a piezas mexicanas, lo comento porque los que no conocen las piezas a las que te refieres no se pierdan, aunque no es tan fácil encontrar los Primo de Verdad sin puntos ni los 10 pesos de grafila invertida. Mas complicado ya es coleccionar Revolución, cuartillas y medias cuartillas de los estados y fichas de rancho desde España.
    Saludos cordiales

  11. Feliz 2021, esperamos que sea algo mejor que el que dejamos atrás.
    Muchas gracias por la reflexión Adolfo, así como por los comentarios.
    Yo también me he sentido identificado: empecé con 10 años de la mano de mi padre y a lo largo de 30 años he habido cambios de circunstancias que han modificado la manera de relacionarme con mi afición.

    Al final es como todo en la vida: saber ser feliz con lo que tienes en cada momento. Si hay salud, amor y la capcidad de cubrir las mínimas necesidades, los aspectos materiales no deberían ser lo importante.

    A mi por ejemplo, ahora que no puedo invertir tanto dinero me ha dado por iniciar una nueva serie más asequible (columnarios) e invertir tiempo en buscar la procedencia de algunas piezas: es una satisfacción encontrar que algunas llevan en catálogos de subastas más de 100 años. Es la misma moneda, pero en cierto modo es como si fuera nueva.

      1. Si… reconozco que es curioso, raro incluso. Es un punto de vista diferente a la colección en un momento en que no puedo dedicar tantos recursos económicos. Tambien refuerza esa idea de que solo somos depositarios temporales de ese pedacito de historia, y por eso debemos cuidarlas

  12. Si eres numismático puro, creo que en los tiempos que corren es fácil mantener la ilusión, pero si eres coleccionista, necesitas crear colección y eso es dinero, depende del tipo de colección, necesitarás más o menos, pero en una cierta entidad y sin poder dedicar los recursos, crea frustración y entonces dejas de disfrutar del coleccionismo, ahora bien, si lo dejas aparcado en espera de mejores tiempos, sin duda volverás a disfrutar, pues al que le gusta la numismatica, es un gusanillo que nunca se va. Lo digo desde 44 años de esperiencia.

  13. Interesantes reflexiones todas, solo añadir que para los que coleccionan mucha variedad, siempre les será más fácil capear los temporales, si no puede ser plata, pues bronce, si no puede ser medieval, pues moderno, si no puede ser del país, pues del mundo.

  14. Buenos Adolfo
    Excelente reflexión y quanta razón tienes, yo son un coleccionista de monedas pero soy novato y ya se que me costara muchos tener muchas monedas de valor en mi colección pero aparte colecciono otras cosas sellos, placas de cava etc.
    Pero para mi el coleccionismo aparte de tener muchas monedas que puedes conseguir si tienes mucho dinero para poder invertir en ello.
    Es la satisfacción de conseguir las piezas poco a poco, hacer amigos que tengan tu misma afición y poder tener fórums para informarte y disfrutar en tu tiempo libre de tu afición
    Un Saludo

  15. Yo soy aficionado a la numismática y creo que acumular monedas por el mero hecho de poder hacerlo no sirve de nada, independientemente del tiempo que se dedique, en cambio, si es para su estudio me parece genial, porque creo que todo el mundo puede aportar algo, me gustaría que fuese positivo, pero no siempre es así, y sobre todo una cosa que no se hace (o que no está en mi conocimiento) es la trazabilidad de las piezas, yo si lo haré con las que tengo, son las monedas de curso legal que he retenido a lo largo de la vida, se las legaré a mis descendientes física y documentalmente (forma de adquisición, lo que fue esa pieza en su fecha, etc) para que ocupen su sitio en la historia y ojalá ellos puedan hacer lo mismo,

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