LBCOIN, la primera moneda digital de colección

El Banco de Lituania va a emitir LBCOIN, la primera moneda digital de colección del mundo, el próximo 23 de julio. Ya sabéis que el Banco de Lituania y la ceca de Lituania son muy innovadores. Esto les ha hecho ganar algunos premios internacionales a la mejor moneda y también un premio del Blog Numismático a la peor. En este artículo os voy a comentar de qué va el LBCOIN, por qué es novedosa y mi interpretación al respecto.

Antes de nada quisiera aclarar que LBCOIN no tiene nada que ver con Bitcoin. LBCOIN utiliza la tecnología blockchain, al igual que Bitcoin y otro tipo de criptomonedas. Blockchain es una tecnología tremendamente compleja que, a través de técnicas de encriptación, consigue generar un registro contable distribuido y fiable sin necesidad de que haya un nodo central que ejerza como autoridad (y en esa ausencia de autoridad es donde está la gracia). En cualquier caso, es posible comprar LBCOIN sin necesidad de entender la tecnología Blockchain. Lo que sí hay que entender es que LBCOIN es solo una moneda de coleccionista, no un medio de pago ni nada que se pueda cambiar por divisas de ningún país. Esto no es baladí: los LBCOIN no se pueden cambiar por euros ni por ninguna otra divisa, pues tal cosa sería ilegal en la zona euro. Ya lo intentó Estonia y el Banco Central Europeo les tiró de las orejas (además de que un banco nacional emita criptomonedas es todo un oxímoron). Otro punto importante es que en el caso de LBCOIN, y al contrario que en Bitcoin, las transacciones quedan registradas y son públicamente accesibles; es decir, no es posible hacer transacciones anónimas de LBCOIN.

El proceso de compra de un LBCOIN es como sigue: primero hay que registrar un monedero de «tokens digitales». Se compra un LBCOIN por 99 euros y el Banco de Lituania otorga al comprador seis tokens. En total hay 20 tokens diferentes, correspondientes a los 20 miembros del Consejo de Lituania (los de la foto), que fueron quienes firmaron la independencia del país en 1918. Estos tokens se dividen en seis categorías que agrupan a los miembros según su profesión: 4 académicos, 3 empresarios industriales, 4 diplomáticos, 3 funcionarios, 2 presidentes y 4 curas. La gracia está en ir cambiando los tokens que te han tocado por otros para conseguir un token de cada uno de los grupos. Cuando se consiga un token de cada categoría se pueden cambiar por una moneda de plata.

Por poner un ejemplo aclaratorio. Imaginad que compro un LBCOIN y el Banco de Lituania me da 2 académicos, 1 industrial, 1 diplomático y 2 presidentes. Lo que tendría que hacer es encontrar a una o dos personas interesadas para cambiar 1 académico y 1 presidente por 1 empresario y 1 cura (al escribir estas líneas me viene a la mente esta escena). Una vez que tuviese uno de cada puedo solicitar al Banco de Lituania que me cambie los tokens por una moneda física.

Durante los 24 primeros meses de vida de los tokens es necesario tener uno de cada categoría para que el Banco de Lituania los cambie por una moneda de plata. Pero entre los meses 25 y 30 se podrán cambiar seis tokens, sean los que sean, por la moneda. De esta forma se da respuesta a quienes quieran comprar un LBCOIN pero no andar intercambiando tokens (o no tengan amigos que hayan comprado LBCOIN). A partir del mes 30 ya no se cambiarán más tokens, pero ellos podrán seguir viviendo en los monederos de los coleccionistas que hayan decidido no cambiarlos.

Con todo, tenemos que el LBCOIN es una moneda que se compra de una manera muy innovadora: se abona el dinero, se reciben unos tokens y se entra en el juego de los cambios de tokens para conseguir la moneda; si no se entra en ese juego hay que esperar dos años para obtenerla.

El LBCOIN es la moneda de la imagen. Es una moneda que combina innovaciones estéticas y técnicas con alusiones a hechos pasados. Se trata de una pieza que pesa 36,36 gramos y fue diseñada por Giedrus Paulauskis. Desde luego que no dejará indiferente a nadie pues es rara la agarremos por donde la agarremos. Para empezar es cuadrada y tiene un valor de 19,18 euros (una clara alusión a 1918). En el anverso incluye una transcripción de parte del Acta de Independencia y también el famoso jinete lituano en una especie de código QR. En el reverso aparece la foto de grupo de los miembros del Consejo de Lituania junto con sus firmas, la bandera del país y un montón de «0» y «1».

Se van a emitir 4.000 ejemplares de LBCOIN, lo que implica emitir 24.000 tokens (eso no es nada para una infraestructura de blockchain). Esto es un volumen de emisión muy alto para una moneda conmemorativa y más de un país como Lituania. Las monedas conmemorativas que emiten (ejemplo) suelen tener una tirada de 2.500 ejemplares. Se ve que el Banco de Lituania es muy optimista en la aceptación que tendrá el LBCOIN. Tanto optimismo tienen que, para evitar futuros problemas, durante los seis primeros días solo se puede comprar un LBCOIN por persona. Esto a pesar de que, en la práctica, esta moneda solo la podrán comprar los lituanos. Esto se debe a dos motivos: es poco probable que haya grupos de amigos extranjeros interesados en comprar e intercambiar los token; y que estos tokens solo se cambian por LBCOIN en Lituania, de manera que quien compre ahora un token tiene que ir a Vilna entre julio y diciembre de 2022. Una visita que, por otro lado, es siempre placentera (aquí mi visita al Museo del Banco de Lituania).

LBCOIN supone una innovación más -y quizá sea la más importante- que a primera vista puede pasar desapercibida: la forma en la que se ha desarrollado la moneda. LBCOIN se concibió en marzo de 2018 y en junio de ese mismo año se organizó un hackathon para generar ideas de cómo llevar a cabo el proyecto. Posteriormente se hizo un concurso para que encontrar una empresa que lo desarrolle (no sé si los ganadores del hackathon trabajarían en dicha empresa) y ya en 2020 se presentó la moneda física con su consiguiente publicidad para generar expectativa. Pocos proyectos de bancos nacionales involucran de esta manera a la sociedad civil. No me extraña nada que este tipo de innovaciones provengan de los Países Bálticos por múltiples motivos que serían largos de relatar.

Muy probablemente muchos de vosotros hayáis arqueado las cejas al leer todo esto. A los coleccionistas «de toda la vida» nos cuesta entender que alguien compre una moneda y no adquiera la moneda en sí, sino unos tokens digitales que tiene que intercambiar para obtener la moneda. Sin embargo, este juego anterior a la compra puede ser un aliciente para muchos jóvenes que intercambiarían los tokens como quien intercambia cromos de jugadores de balompié. Es divertido para ellos y probablemente un aliciente para acercarse a la numismática. De hecho, el Banco de Lituania pretende atraer a los jóvenes y permite que menores de edad adquieran LBCOIN (con permiso de sus padres).

Ahí es donde hay otro punto escondido que, en mi opinión, es donde está la gracia del asunto y lo que está buscando el Banco de Lituania aunque no lo diga en ninguna parte: quizá los coleccionistas empiecen a coleccionar tokens en vez de LBCOIN. Es decir, que una vez que tengan un token de cada categoría se los guarden en su monedero digital y no los cambien por una moneda de plata. Quizá vean que incluso hay jóvenes que quieren tener los 20 tokens distintos con los 20 miembros del Consejo de Lituania, habiendo comprado para ello cuatro LBCOIN que nunca llegarán a materializar en una moneda de plata. De nuevo hay un salto cultural importante; seguramente eso parecería una idiotez en la mente de una persona de 80 años, pero muchos chavales de 15 años preferirán tener 20 tokens digitales que los pueden mostrar en su móvil que 4 monedas de plata olvidadas en el cajón. Vemos también la importancia de haber organizado el hackathon para recibir ideas justamente de gente joven con grandes conocimientos tecnológicos: el Banco de Lituania les ha pedido que diseñen una moneda digital para sí mismos.

Si tal es el caso, el Banco de Lituania ha organizado un truco: se emiten 4.000 tokens de cada una de las categorías pero en las categorías hay distinto número de tokens. Es decir, si hay 4 académicos y 2 presidentes, se emitirán 1.000 tokens de cada presidente y 2.000 tokens de cada académico. Por lo tanto, quien quiera coleccionar tokens en vez de coleccionar monedas verá que unos son más difíciles de conseguir que otros, por lo que aparecería un mercado de intercambio donde unos tokens tienen más valor que otros. Esto suponiendo que dentro de cada categoría se distribuyan de manera equitativa los tokens, porque si no la cosa empeora.

Ni qué decir tiene que este coleccionismo de tokens sería una bicoca para el Banco de Lituania, pues les permitiría vender monedas de plata que luego nadie va a recoger. Eso lo querría cualquier banco o cualquier empresa. Es más, si finalmente se genera un mercado donde unos tokens valen más que otros se generaría un mercado donde el Banco de Lituania tiene la sartén por el mango, ya que es el único que puede generar nuevos tokens y además los genera a coste cero. Que se llegue a una situación así lo veo improbable, pero yo entiendo el LBCOIN como un globo sonda en esa dirección. Si encuentran un filón repetirán la idea y no creo que otros bancos nacionales tardasen en imitarles.

LBCOIN

Finalmente os apunto que esta idea de coleccionar tokens no es una novedad del Banco de Lituania (sí lo es el que los tokens se puedan canjear por una moneda). Ya existen empresas privadas que utilizan la tecnología blockchain para emitir artículos digitales de colección. Dentro de las criptodivisas el ejemplo más conocido son los CryptoKitties, unas imágenes de gatos por las que se llegan a pagar miles de dólares. Aquí tenéis una buena introducción a su funcionamiento y su interés. Otro ejemplo que promete pegar muy fuerte es NBA Top Shot (más y más), donde la NBA pretende ofrecer artículos de colección digitales. My Crypto Heroes o Gods Unchained son otros dos ejemplos de juegos en los que de alguna manera se «coleccionan personajes» basados en blockchain.  En todos estos casos la gracia está en que el coleccionista tiene sentimiento de pertenencia por un producto digital que entiende como escaso ya que nadie, ni siquiera la empresa emisora, puede emitir estos productos indefinidamente. Y eso es algo que, hasta la fecha, solo permite la tecnología blockchain.

Solo el tiempo dirá si estamos ante un nuevo tipo de coleccionismo o si todo esto pasará sin pena ni gloria. Lo que os puedo adelantar es que mucho tienen que cambiar mis pareceres para que yo prefiera gastar mi dinero en un gatito digital que en un sestercio romano.

Tengo que agradecer a Juan Luis Laplana haberme apuntado a esta novedad del Banco de Lituania; si no es por él no conozco las LBCOIN.

16 comentarios en “LBCOIN, la primera moneda digital de colección”

  1. Buenas Adolfo, interesante artículo. Esto lo llevan haciendo los videojuegos 30 años. Conseguir todos los coches, las armas, los personajes, las habilidades, desbloquear todos los mundos, las canciones, las equipaciones, los modos de juego, ver todos los finales disponibles, con la premisa de que ahora puedes comprar esos ítems, generando importantes ingresos a los programadores. En los juegos, es un aliciente, son extras que mejoran la experiencia de juego y le da cierto toque de coleccionismo, pero aplicado a la numismática…no hay por donde pillarlo. Pero como bien dices, es lo que la gente quiere ahora. De todas formas pienso que si al coleccionismo le quitas el coleccionismo te queda algo que no es coleccionismo, y aunque truinfe, es otra cosa

  2. Me parece un tema interesante a debatir, no puedo negar que me ha sorprendido mucho todo esto, opino que esto se aleja de la verdadera numismatica, y que próximas generaciones pueden hacer que este mundo desaparezca poco a poco si esto tiene un buen tirón, yo tengo 30 años y ni se me pasaría por la cabeza coleccionar algo que es digital totalmente… Ami personalmente me entristecen estos avances o ideas innovadoras, pienso que al final también pueda interferir en el valor históricocultural y conocimiento numismatico propios de las personas que van pasando de unos a otros con el paso de los años… Sólo espero que no afecte mucho a la numismatica en si. Ami esto me recuerda a la desaparición inminente del dinero físico y que dificultad habrá en coleccionar monedas en un futuro

  3. Adolfo Ruiz Calleja

    @dracmasydenarios, es cierto que lo de vender productos digitales se lleva haciendo unos cuantos años.
    Yo no tengo ningún problema en pagar por un videojuego, un software o un contenido que sea simplemente digital y no tenga un respaldo físico. Pero los videojuegos actuales, donde los logros, personajes extra y demás se consiguen a base de pagos… pues como que no. Prefiero los juegos de los 90.
    En cualquier caso, aquí hay un punto importante que diferencia estos tokens de las compras de un videojuego: la escasez. Con la tecnología blockchain se puede limitar el número de tokens que pueden llegar a existir; es decir, el Banco de Lituania no podrá emitir todos los tokens que quiera. Por eso esos tokens -al igual que las monedas y al contrario que las compras de los videojuegos- son bienes irreproducibles. Ahí está la quintaesencia del tema.

    «De todas formas pienso que si al coleccionismo le quitas el coleccionismo te queda algo que no es coleccionismo, y aunque truinfe, es otra cosa»
    No he entendido eso de quitar al coleccionismo el coleccionismo.

    @Angel, creo que tu opinión es compartida por todos los aficionados a la numismática. Ninguno cambiaríamos nuestros denarios o nuestros reales por unos tokens existentes en una cartera digital. Mucho me temo que nosotros no somos el público objetivo del Banco de Lituania.

    Saludos,
    Adolfo

  4. Ramón María del Valle-Inclán ya inventó hace un siglo un término para definir estas cosas: esperpento.

    Tendrá éxito?, si ha tenido éxito el reggaeton…. perfectamente puede tener esto éxito. :)

    1. Adolfo, soy yo que me explico muy mal. Que ese tipo de coleccionismo por llamarlo de alguna manera, en mi humilde opinión no tiene nada que ver con la numismática. La numismática es un registro físico y material de la historia de la economía, la soberanía, la identidad y los rasgos mas característicos de una civilización, imperio o país. Esto es una cosa electrónica, como una mezcla de: «ya no se que inventar» más «la digitalización, lo moderno, ahora todo es digital», y lo han mezclado, como el que le pone trocitos de chorizo al yogur, que seguro qur a alguien le gusta. A mi la verdad, no me gusta, entiendo que seguramente tenga su público, pero… Mmmnmmm

  5. Todos los elementos transgresores que se dan en la historia, han sido generalmente mal vistos por las generaciones donde éstos tuvieron lugar…unos por falta de conocimiento, o poca protección mental, y otros, porque verdaderamente eran una ‘farsa» bien montada… Me supongo, que sí este tipo de coleccionismo, siguiera con el tiempo, nuestros nietos… lo verían como algo perfectamente válido y normal… aunque, yo, personalmente creo que tiene un 1% de lo que consideraríamos coleccionismo numismático, y ya es darle mucho porcentaje.

    El arte posee una escala de valores, y de códigos, que hacen, que la creación sea considerada como una obra maestra o como una simple anécdota… para mi, todo este movimiento, es como hacerte un café con leche, sin café… es decir, una engañifa en esencia…

  6. Se me olvidaba decir, que toda esa pasión que genera el buscar una pieza, el ir a una tienda o buscar en una subasta, o encontrate de repente sin más, con algo que habías estado buscando durante años… desaparece con esta nueva práctica… el coleccionismo, como todos sabemos, es algo más que acaparar un objeto
    … para mi, los LBCOIN no tienen nada que ver con la numismática.

  7. ¡La confabulación de la modernidad contra todo coleccionismo clásico!

    Los coleccionistas de relojes la padecieron antes, con la llegada de los smartwatches. Ahora es vuestro turno, numísmatas. Llegó LBCOIN.

  8. Gracias por esta curiosa información, Adolfo. Y también por dejarnos entrar en tu casa a comentar esta.
    Yo tengo serias dudas en que a esto se le pueda llamar numismática, pero en cualquier caso me parece fantástico. Ojalá se haga también en España. Me explico:
    Me encantaría ver a gente joven intercambiandose tokens de padres de la constitución o personajes históricos (por poner algo similar) en vez de estar jugando a otras cosas con el movil/pc. Seguramente a un pequeño porcentaje, ahora o en el futuro, le picará la curiosidad por querer saber más de estos personajes y sus contextos históricos. Igual alguno/a acaba coleccionando monedas de verdad.
    Estaría bien que nuestra FNMT innovase y probase con algo similar, a un precio más asequible. Aunque yo desde luego seguiré enredando con mi chatarrilla.

  9. Adolfo Ruiz Calleja

    @Óscar, estoy de acuerdo de que todas las innovaciones revolucionarias se han visto como transgresoras, e incluso peligrosas, por una mayoría conservadora. Pero también hay que recordar que la mayoría de las innovaciones acaban fracasando. Es normal.
    Esto yo lo entiendo como un globo sonda para ver si hay suerte. Si sale bien será imitado; si no sale bien, ahí lo dejarán.

    Por cierto, que si esto sale bien seguramente veamos en el futuro juegos mucho más complejos para conseguir o intercambiar tokens.

    @Drinfeal, yo creo que a lo mucho esto será una extensión de la numismática, no un sustitutivo. Buena parte de la gracia del coleccionismo es el soporte físico de lo que se colecciona. Incluso en el caso de objetos que son fundamentalmente digitales. Este mismo fin de semana Heritage organizó una subasta de videojuegos de los años 80 y 90. Hubo juegos (El Mario Bros de la SNES, si mal no recuerdo) que pasaron de $100.000. Esto se paga por una caja sin abrir (y sin humedades, ni deterioros…) de ese videojuego clásico; un juego que cualquiera puede jugar gratuitamente o con un coste muy bajo, pero es esa unicidad del soporte físico por la que se paga. No creo que un token, por muy único e irreproducible que sea, tenga el mismo atractivo que un objeto físico.

    @Juan, gracias a ti por comentar. Siéntete como en tu casa :-)
    Esto que comentas de que te encantaría ver a los jóvenes intercambiando «cosas» que se refieran a personajes históricos, me recuerda al coleccionismo de cromos de los años 80, donde había colecciones de platas o de animales. Tenían bastante éxito entre los niños. Pero ahora, que yo sepa, solo hay colecciones de balompié y de los dibujos animados de moda.
    A principios de los 80 la Diputación de Palencia organizó unas colecciones de cromos de bajo coste. Eran baratos de comprar y no había unos cromos que fuesen más raros que otros. Estas colecciones eran tres: «El románico en la provincia de Palencia», «El gótico en la provincia de Palencia», y «El renacimiento en la provincia de Palencia». Yo no había nacido todavía, pero debía estar toda la provincia intercambiando cromos durante semanas. Ha sido la única colección de cromos que ha hecho mi madre :-)
    Algo parecido es lo que hace el Banco Nacional de Perú con las monedas de 1 sol. A esas habrá que dedicar una entrada en algún momento.

    En cuanto a las innovaciones de la FNMT, ésta innova más de lo que parece. Lo que pasa es que son innovaciones técnicas que muchas veces pasan desapercibidas incluso para los aficionados. Ejemplos son las imágenes latentes (doble, triple, cuádruple, en plástico…) o la aplicación de color en detalles milimétricos, lo que no resulta nada sencillo. Ahora bien, la FNMT no tiene una tradición innovadora en lo que a diseños transgresores o mercadotecnia se refiere.

    Saludos,
    Adolfo

  10. Cómo he podido pasar tantos días sin ver esto!!! Adolfo, me habrás echado de menos en esta entrada, no??.
    Gracias a Juan Luis Laplana efectivamente por no dejarnos perdernos esto. Voy a expresar mi evolución al leerlo, parecida supongo a la de todos… 1.- (antes de que lo indicara Adolfo) efectivamente una bicoca para la casa de la moneda, voy a emitir algo que me salga pseudo gratis, con ciertas probabilidades de que nunca me lo recojan… porque el tiempo siempre genera desgana o pérdida. 2.- Puede que gran parte de esos tokens se pierdan así que se garantiza en cierto modo que algo no retornará…3.- Exploran otra forma de coleccionismo e intercambio digital, efectivamente parecido a lo que se paga por espadas de videojuego en el mercado negro… probablemente tuvieron que poner lo de que se podría intercambiar por 6 tokens cualquiera la moneda al final pensando en «los perdedores». 4.- Puede que cuando se acerque el momento clave, o repitan la operación de otra manera… se llegue a pagar dinero de verdad por los tokens, para conseguir que alguien te cambie uno que no tienes.
    Para mi esto no es numismática, al menos la parte inicial, sí es coleccionismo y sí es un buen experimento, y enlazando con algo de lo que he visto arriba pero en sentido contrario «sí es un reflejo de cómo es la sociedad ahora» es una «moneda» que está reflejando de una forma muy bonita el cambio cultural.
    Saludos a todos…

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