Encuéntrame una moneda

Yo no recomendaría a nadie que le dijese a un comerciante que le «encuentre una moneda». Quien lo haga debe saber que está haciendo un encargo para una compra futura. Se le está encargando una tarea y, si el comerciante es bueno, es muy probable que la satisfaga en un periodo de tiempo bastante corto. Luego la venderá al coleccionista caprichoso que la buscó. Pero lo normal es que se la venda cara. Para algo ha estado trabajando para él. Justamente por este sobreprecio es por lo que no recomiendo a nadie que encargue explícitamente una moneda a un comerciante. Pero quien quiera hacerlo, aquí tiene algunas consideraciones a tener en cuenta.

A la hora de hacer el encargo no hay que «pedir imposibles». Uno de esos imposibles es pedir una moneda de extrema rareza, bien porque te guste o bien porque se sea un coleccionista muy avanzado a quien solo le faltan unas pocas piezas. Si es la típica moneda que sale a subasta una vez cada 15 años, pues es muy poco probable que el comerciante vaya a estar pendiente a ver si da la remota casualidad que tenga un ejemplar algún conocido suyo. Otro de los «imposibles» es pedir una moneda y, además, pedir un precio. Un precio que suele ser un chollete. Al como: «si sabes de alguien que venda un medio escudo sin circular en 120 euros, me avisas». Tras esa frase el comerciante asentirá con la cabeza, dará al parabién e intentará que ese chollero se aleje lo más rápido posible de su vista para dejar de perder el tiempo. ¡Si encuentra un durillo sin circular por 120 euros se lo quedará él y ya lo venderá por 250!

cartera España World Money Fair 2020

Lo razonable es solicitar una moneda que sea fácil de conseguir, como por ejemplo «un croat de Fernando el Católico», o directamente muy sencilla, como por ejemplo «un columnario bonito». En esos casos, que el comerciante se haga con la moneda suele ser cosa de una semana: no tiene más que llamar a un par de colegas o ir a una convención para hacerse con algún ejemplar que satisfaga a su cliente. Como el esfuerzo ha sido pequeño el sobrecoste seguramente también lo sea. Pero claro, igual que es fácil para un comerciante hacerse con una, suele ser sencillo para un coleccionista a poco que se mueva.

Cuando el comerciante ha satisfecho el encargo, la negociación debería ser muy sencilla: el coleccionista paga la moneda y listo. Llegados a este punto cualquier regateo, solicitud de bajada de precio o excusas para no pagar la moneda sentarán especialmente mal al vendedor. Digo esto porque es todo un clásico que a alguien se le llene la boca pidiendo a un comerciante que le encuentre una moneda que vale 1.500 euros y que cuando el comerciante se la ofrece le hayan ocurrido un montón de desgracias: tiene el coche en el taller, los libros de los niños son muy caros, su mujer ha querido tirar una pared para unir dos habitaciones… y por todo eso, resulta que ya no puede comprar la moneda y ya no la quiere. Y claro, el comerciante ha estado trabajando, ha encontrado la moneda, ha pagado un precio más alto por ella del que generalmente hubiese pagado porque creía que tenía una venta segura, y ahora resulta que se queda sin venta y con una moneda que quizá no tenga tan buena salida comercial. Que nadie se extrañe si luego ese comerciante no se vuelve a fiar de la palabra de ese coleccionista.

Llegado el caso de que el comerciante ofrezca la moneda solicitada al cliente y éste en realidad no pueda pagarla en ese momento porque tenga ciertos problemas familiares que le aprietan temporalmente, lo justo sería pagar una parte y que la moneda quede reservada. Por ejemplo, si la moneda cuesta 1.500 euros, pues se pueden pagar 300 en el momento y pedir al comerciante que guarde la pieza hasta que se pueda pagar el resto. Eso es lo honrado y no creo que vaya a sentar mal a ningún comerciante. Todo lo contrario.

cartera España World Money Fair 2020

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Personalmente, nunca he solicitado a ningún comerciante que me encuentre una moneda. Como digo, es algo que tampoco recomendaría hacer porque se paga un sobrecoste por ello. Un sobrecoste que es razonable porque el comerciante está «trabajando para satisfacer el encargo»; pero personalmente prefiero ahorrármelo. Lo que sí he hecho es hacer que muchos comerciantes sepan en qué tipo de monedas estoy interesado, de forma que cuando se hacen con alguna me la ofrezcan sin compromiso.

Las que sí que pueden tener sentido solicitar a los comerciantes son las novedades numismáticas. Un comerciante que trabaje novedades tendrá contactos con los distribuidores, que le surtirán de manera periódica. Cualquier comerciante estará encantado de que un coleccionista le pida que cuente con él para ciertas novedades, pues, en cualquier caso, las venderá al precio oficial. Por parte de las novedades de la FNMT del año 2020, todavía no se ha publicado en el BOE ninguna orden ministerial que permita la emisión de moneda conmemorativa. Las que sí se está comercializando es la cartera de la World Money Fair (dos primeras imágenes); el sistema monetario en versión sin circular (tercera imagen) y en versión «proof» todavía no los he visto, aunque ya hay comerciantes que los ofrecen. Ya sabéis que este año la moneda de 2 euros y las carteras se dedican al mudéjar aragonés, siguiendo así con la serie de monedas conmemorativas del Patrimonio de la Humanidad Español.

14 comentarios en “Encuéntrame una moneda”

  1. Los comerciantes normalmente piden mucho por conseguir una pieza por lo que la pagas 2 o 3 veces el precio de la moneda. Solo interesa en caso de que sea una pieza muy especial que no puedas encontrar 👀👍

  2. Adolfo Ruiz Calleja

    Está claro que los comerciantes van a vender monedas más caras de lo que ellos las compran, pero pocos son los que piden 2-3 veces el precio de la moneda y consiguen vender algo. Salvo que sean monedas muy baratas, que luego solo comprarán a precio de derrumbe ( https://blognumismatico.com/2018/07/10/lo-que-valen-las-monedas-que-no-valen-nada/ ) no es normal esos casos.

    Vamos, que si una moneda se vende en subastas por 200 euros, no creo que un comerciante vaya a pedir por ella 400-600. En tal caso va a ser complicado que ese comerciante la venda porque hoy en día los coleccionistas estamos, por lo general, muy bien informados.

    Saludos,
    Adolfo

  3. Ignasi Gutiérred

    Otra que también yo hago mucho es decirle a un comerciante que me guarde una moneda, que yo me lo voy a pensar, y mientras busco si alguien me vende esa pieza a un preciovenden más barato. Soy experto en pedir que me guarden monedas y luego no me las llevo. Estoy hecho un crack.

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Entiendo el tono jocoso del comentario.

      Una variante semejante es la de pedir que busque una moneda y cuando el comerciante la trae decir: «pero es que no sé quién me las deja a mitad de precio». Obviamente eso no se lo cree nadie, pero es la manera de intentar reducir drásticamente el precio de esa moneda.

      Ni qué decir tiene que estos «cracks» se vuelven unos indeseables y se aislan como coleccionistas en cuanto usan esa estrategia tres veces. Los comerciantes también hablan entre ellos.

      Saludos,
      Adolfo

  4. Hola, Adolfo, por alguna razón he dado con tu gran actividad no solo abaocada a internet, sino también a nivel intelectual como personal. He visto en Youtube muchos de tus vídeos en cuanto a cientos de monedas diferentes. Soy una persona que por diferentes razones tengo multitud de monedas, de las cuales, según tus vídeos, sólo son chatarra. Pero, tengo algo que por alguna razón, mi mujer a principio de los ochenta, antes de que se acumulara arena artificialmente en las playas de la Victoria de Cádiz, encontró algo extraño. Se trata de un real de a ocho de plata, pero, ni tiene la medida, ni el espesor, ni la forma del clásico real de a ocho de plata. Siempre pensamos que era algo conmemorativo, pues carecía de las estrías periféricas, pero consta de todos los pormenores de la moneda. Mide bastante menos que el clásico Real de a ocho, está en impecables condiciones. Es de plata, y siempre creímos que fuera acuñada como copia o algo así. La cosa es que es única. Llevo años buscando algo igual y es in-encontrable. Tiene la medida de una moneda de Franco de cinco pesetas, pero con algo menos de espesor. Tiene la ceca mexicana, es de mil setecientos cincuenta y cuatro. Y francamente, no tengo idea de qué es. igual no es moneda es medalla o algo conmemorativo, como te he dicho, pero, ¿qué hacía entre las arenas de la playa de la Victoria de Cádiz, donde tantos famosos «duros antiguos» se hayaron? Si estas interesado puedo enviarte fotos. Desde aquí no sé como hacerlo. Un abrazo.

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Por cierto, esas monedas que económicamente son «chatarras» tienen tanto valor histórico como las que cuestan 1.000 veces más.

      A pesar de que hablo más de las monedas caras que de las monedas baratas (porque son más vistosas), te puedo asegurar que disfruto mucho más un velloncito medieval que cuesta 15 euros que una onza de Carlos IV que cueste 3.000.

      Saludos,
      Adolfo

  5. Mi amigo Francisco no tenía nunca pegas en reservar monedas a sus clientes…
    A los «serios» sin ningún problema, y a los demás les pedía una «paga y señal» de 5000 pelas; si en el plazo estipulado el cliente daba la cara, quisiese o no la moneda el les devolvía la pasta pero si no aparecía sin dar más explicaciones el dinero iba a un bote que tenía para sufragar los gastos de las convenciones (viajes, alojamientos etc)

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Eso me parece razonable: a los clientes de confianza se les encuentra monedas, eso lo hará cualquier comerciante; con quienes no se tenga confianza se les pide una señal. Así desmuestran que ellos sí tienen confianza en el comerciante.

  6. Un tema interesante. En mi caso particular no aplico ninguna norma fija en los casos en que me piden que busque una moneda pues depende mucho de qué moneda y quién la pida. Es por ello que se debe conocer con cierta profundidad al coleccionista solicitante antes de tomar una decisión. Y es que con una moneda de 100 euros no suele haber problemas para cerrar la venta pero con una de 1500 las probabilidades de «coche en el taller» (el coche en el taller es la excusa predominante en esta clase de situaciones) se incrementan muchísimo. En el caso de coleccionistas de clase media dichas probabilidades superan holgadamente, me temo, el 50%. Es por ello que si no veo algo de músculo económico no suelo considerar mucho los encargos de monedas caras.

    Yo lo que siempre hago es pactar calidad y precio de la «futura» moneda. Haciendo eso nadie se llama a engaño por lo que no suele haber problemas a la hora de terminar de cerrar la venta. De hecho sólo me ha pasado una vez que un coleccionista pretendiera un descuento del 30% sobre el precio pactado de antemano, me imagino que pensando que me avendría a darle ese descuento ante la expectativa de quedarme con la moneda enganchada. Una anécdota y nada más. Ni siquiera me salió mal porque, por fortuna, la moneda no era mía, me la habían dejado.

    También es importante diferenciar si el coleccionista va a seguir buscando la moneda por su cuenta o, por el contrario, te encarga a ti, y sólo a ti, conseguirla. En el primer caso tomo nota y, si me encuentro con la moneda a buen precio, la compro; más no hago pues el riesgo de encontrarte luego con que el cliente ya ha conseguido la moneda es elevado y si la has comprado un poco cara pues mal negocio. En el segundo caso sí que me esfuerzo más, incluso pagando más por la pieza de lo que normalmente pagaría ante la expectativa de una venta segura.

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Si te refieres a la cartera de España, o a la tira de monedas sin circular, he leído un comunicado en el que se va a retrasar la emisión de la conmemorativa. Si las quieres, te recomiendo que hables con cualquier profesional numismático, pues seguro que las trabajará y las tendrá en cuanto se emitan.

      Saludos,
      Adolfo

  7. Interesante tema y por supuesto, interesantes opiniones sobre todo la de Luis, desde el punto de vista del comerciante. Hoy en día es fácil que te la dejen tirada por la «facilidad» de encontrar / consultar por monedas específicas a comerciantes, decenas de subastas mensuales, tiendas online del mundo entero, comerciantes que se mueven en grupos de whatsapp o telegram, foros… Por lo que entiendo que al final, el modelo tradicional tiene que seguir evolucionando hasta encontrar su sitio.

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