La vez que Enrique dejó a su mujer en el hospital por unos billetes

Me contó un Enrique colombiano que hace 40 años tuvo su primer hijo. Eran momentos de mucha juventud, mucha ilusión y poco dinero. Madurez tampoco había demasiada, visto lo visto.

Enrique acompañó a su mujer los dos días que estuvo ingresada en el hospital tras el parto. Al tercer día fue de nuevo al hospital con todo lo que tenía: 35.000 pesos, calculando que el taxi del hospital a casa costaría 30.000 pesos. No tenía más dinero pero sí mucha ilusión de regresar a casa con su mujer y su primogénito recién nacido. 

Como era domingo, de camino al hospital dio un pequeño rodeo para pasar por el mercadillo dominical. ¡Resulta que su amigo Paco acababa de recibir un lote de billetes! Los estuvo mirando y detecto un par de ellos bastante raros. Paco no era un gran conocedor de esos billetes y ésa era una extraordinaria oportunidad para hacerse con ellos. Se los dejaba en 25.000 pesos, un dinero que tenía en el bolsillo pero comprometido para regresar a casa con su mujer y su hijo.

La tensión moral fue enorme: los billetes o regresar a casa en taxi con su mujer. Finalmente se arriesgó. Aprovechó la oportunidad de adquirir los billetes y pensó en un plan para poder retrasar un poco el regreso con su mujer.

Nada más llegar al hospital Enrique fue a hablar con el médico de la planta. Le dijo que, por favor, dijese a su mujer que era conveniente que se quedara un día más en el hospital. Fue sincero con él: le dijo que no tenía dinero para un taxi pero que de seguro lo conseguiría para el día siguiente. “Mi mujer me mata si se entera, doctor”, fueron las palabras que le convencieron.

El médico habló con la mujer y le dijo que era conveniente retrasar su salida sin decirle que, en realidad, estaba ayudando a salvar su matrimonio. 

Enrique llegó después a la habitación y pasó buena parte del día con ella. Por la noche corrió a casa de sus padres para pedirles prestados 30.000 pesos con los que pagar el taxi. Así, al día siguiente regresó a casa con su mujer y su hijo. Para entonces sus dos nuevos billetes ya reposaban en su colección.

Enrique se sinceró con su familia cuando su hijo cumplió 18 años. Fue entonces cuando se lo contó a su mujer y a los tres hijos que tenía. Los hijos se rieron. La mujer estuvo tres meses sin hablarle.

7 comentarios en “La vez que Enrique dejó a su mujer en el hospital por unos billetes”

  1. Hoy mismo le voy a decir eso a mi contraria. Con un poco de suerte no me habla en tres meses y eso que gano.

    En este blog no solo se aprende de numismática y de notafilia, también de la vida.

    Grande, Enrique de Colombia.

    1. Como no va a gustar, Adolfo, si es el caso extremo, y un ejemplo más, de la irracionalidad que existe en cualquier mercado, y donde cada uno de nosotros se ubicaría dentro de una escala de grises, de menos a más.
      Recuerdo haber leído hace tiempo que existen 3 fuentes para explicar la irracionalidad, y que pueden trabajar conjuntamente o por separado:
      1) la ignorancia.
      2) la estupidez.
      3) la que es fruto de las pasiones (ej. euforia, miedo).
      No se salva nadie, lamentablemente. Como mucho, afrontarlo en lo posible.

  2. Una buena historia, lo malo es que cometió el horror de contarla en el lugar inadecuado.
    Esas historias solo se cuentan a los amigos, y no a todos, porque alguno siempre se puede ir de la lengua también.
    Pero bueno, las historias, historias son.🥳

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