Hace poco hablábamos de la moneda episcopal en el Reino de León. Ese tipo de moneda fue muy excepcional en León y en Castilla, pero no lo fue tanto (aunque no dejó de ser rara) en los condados catalanes. Estos condados mantenían complejas relaciones de vasallaje unos con otros, lo que propicia una mayor descentralización del poder y que incluso el derecho de acuñar pueda caer en quien no es ni rey ni conde, sino obispo.
Tal fue el caso del Condado de Osona, cuya capital era Vic. Este condado se integró en los dominios del conde de Barcelona a principios del siglo IX. Según nos cuenta Crusafont (mi principal fuente), consta que en el año 911 Wilfredo II Borrell dio permiso al obispo de Vic para que acuñase moneda obteniendo un tercio del beneficio de acuñación. La hipótesis de Crusafont es que este derecho no era más que una forma de legalizar unas acuñaciones que ya se estaban realizando.
A partir de entonces se hicieron varias emisiones, siempre en muy pequeñas cantidades, hasta la prohibición definitiva por parte de Jaime I el Conquistador en el año 1273. Unas prohibiciones que no ratificó el obispo de Vic hasta 1315. Tampoco fueron emisiones continuas. Hubo grandes periodos en los que no salió dinero ninguno del obispado de Vic. Periodos tan prolongados como prácticamente todo el siglo XI.
Las monedas de Vic son, por lo general, muy raras y muy variadas. Nos han llegado contados ejemplares con una iconografía religiosa y un exquisito arte románico. Solo hay que observar los tres ejemplares que acompañan estas líneas para apreciarlo:
- La Figura 1 muestra un dinero del obispo Berenguer Sunifred. En el anverso aparecen San Pedro y San Pablo, lo cual es explícito en la leyenda. En el reverso está un hombre sembrando con una yunta de bueyes. Indica “Ausona” de manera explícita. Este dinero es tan bello que es unánime entre los numismáticos considerarlo una obra maestra del arte románico. Sorprende muchísimo que se haya acuñado en el siglo XI.
- La Figura 2 muestra un dinero del obispo Pere de Redorta. En el anverso se ve una cruz con las letras “AVSO”, que sirven para marcar la ceca. En el reverso está una mano bendiciendo, un motivo típico de la iconografía románica.
- La Figura 3 muestra un dinero del obispo Bernat de Mur. En el anverso aparece el busto de un obispo con báculo y mitra con la leyenda “EPISCOPI VICI”. En el reverso se representan dos llaves (símbolo de San Pedro y, por extensión, del papado) y la leyenda “SANTI PETRI”.
Nos podemos fijar que los dineros de Osona hacen referencia explícita su carácter episcopal, pero en ningún momento mencionan al obispo que los mandó acuñar o al conde de Barcelona. Si a eso le sumamos la enorme rareza de las monedas y que los hallazgos arqueológicos son muy puntuales, nos daremos cuenta de que establecer una cronología de las emisiones es harto difícil.
Para poder realizar esa cronología los investigadores han tenido que escarbar en la documentación de la época. Hay cartas entre los obispos de Vic y los condes de Barcelona o los papas que han permitido datar algunas emisiones. En otros casos son simples documentos de compra-venta. Por ejemplo, hay documentos de época que se refieren a “las monedas de los bueyes”, refiriéndose a las monedas de la Figura 1. Se ve que esos dineros despertaban tanta admiración en la época como la despiertan hoy en día.
Subasta Selección 2023 de Áureo & Calicó
Áureo & Calicó organiza para el 16 de marzo su clásica “Subasta Selección”. Como cada año, presentan 500 lotes de muy alta calidad. Es una subasta que atrae mucha atención del público internacional; también los aficionados españoles están atentos porque varios de los mejores remates que se realizan en todo el año ocurren precisamente en esta subasta. Esta Subasta Selección viene acompañada de otra subasta en sala con 576 lotes que acontecerá el mismo día 16 por la mañana. En lo siguiente comentaré las mejores piezas de la Subasta Selección que no pertenecen a la monarquía española (esas las dejo para una entrada futura).
La numismática antigua se resume en 11 lotes de una calidad magnífica. Destacan tres áureos que dejarían boquiabierto a cualquiera: uno de Aureliano, otro de Diocleciano y otro de Maximiano. En otro orden de precios, pero igualmente sorprendentes en cuanto a su calidad, son los denarios ibéricos. El ejemplar de Sekaisa o el dracma de imitación emporitana son ejemplares magníficos.
Entrando en la Edad Media hay ejemplares bellísimos. Dentro de la moneda visigoda destaca el tremis de Suintila de Tuy, tan raro como casi todos los tremises gallegos. Dentro de los reinos cristianos hay que subrayar las monedas episcopales de los condados de Osona y de Gerona; una auténtica delicia para los amantes del románico. Ya con la Corona de Aragón hay muy buenos croats y florines, aunque quizá destaquen más los oros del siglo XV: un ducado de Zaragoza de Juan II, un principat de Fernando el Católico y un ducado valenciano de ese mismo rey. Con Castilla y con León el oro sigue siendo el protagonista. Hay que destacar dos morabetinos, uno de Fernando II y otro de Alfonso IX. También hay una dobla de Pedro I sin marca de ceca y un precioso enrique de la silla baja. No puedo dejar sin citar el real coruñés de Juan I.
Por lo demás, hay una curiosa selección de moneda internacional donde destaca el oro brasileño y francés. Obviamente son las monedas medievales francesas las que más han despertado mi atención, comenzando por este precioso mouton d’or. Los seis billetes clásicos que se presentan también atraerán atención, especialmente las 25 pesetas de 1875 (no recuerdo haber visto ese billete en el mercado recientemente).
Podéis seguir a Áureo & Calicó en su web, en Facebook, en Instagram y en Twitter.
