
La emisión de billetes catalanes en 1936
El caos monetario que vivió el territorio leal a la República durante la Guerra Civil es más que conocido. Existían unos billetes republicanos emitidos por el gobierno de Madrid y otros emitidos por multitud de municipios para su circulación local (uno y dos vídeos al respecto). Lo que es menos conocido es que algunos gobiernos autónomos dentro del territorio republicano hicieron sus propias emisiones independientes del gobierno de Madrid.
Emitieron billetes la Generalidad de Cataluña, el Gobierno del País Vasco, el Consejo de Asturias y León y la sucursal del Banco de España en Santander. Las tres últimas entidades emitieron su propia moneda al estar aisladas de Madrid por una meseta castellana que fue leal a los sublevados desde un primer momento. Pero la emisión más relevante fue la que llevó a cabo la Generalidad de Cataluña a finales de 1936. Esa emisión se definió en un decreto de Josep Tarradellas (entonces ministro de Lluís Companys) del 21 de septiembre de 1936 que se publicó el 11 de diciembre de ese mismo año en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya.
El decreto nos indica que el motivo de la emisión es “la falta de numerario para las transacciones comerciales y la vida ordinaria, derivado del atesoramiento injustificado de plata”. También se indica que se emitirán 20 millones de pesetas garantizados por la “revalorización de los depósitos de oro y por el tesoro procedentes de las apropiaciones efectuadas como consecuencia del movimiento insurreccional”. Desde mi punto de vista, esta última frase es para llevarse las manos a la cabeza. No solo admiten haber perpetrado un saqueo a su propia población sino que el fruto de su saqueo lo usan para emitir billetes que esa misma población debe aceptar (y así financiar de nuevo a la Generalidad).
En ese mismo decreto se indica que se emitieron tres series de billetes:
- Serie A, dedicada a los billetes de 2,50 pesetas. Eran 2 millones de ejemplares en total.
- Serie B, dedicada a los billetes de 5 pesetas. 1 millón de ejemplares.
- Serie C, dedicada a los billetes de 10 pesetas. 1 millón de ejemplares.
Es decir, aunque hay tres series cada serie se dedica a un valor diferente. Por ello, cada valor solo tiene una serie.

Observando los billetes
Nos podemos dar cuenta de que son billetes con una denominación bastante alta. Dos pesetas y media era un dinero considerable para la época; significativamente más de lo que costaban muchas de las compras cotidianas. Por eso su uso se vio siempre complementado con los billetes locales emitidos por los municipios, de una cuantía mucho menor. Además, estos billetes de la Generalidad de Cataluña tampoco servían como ahorro, ya que su atesoramiento estaba expresamente prohibido en el decreto de emisión.
El diseño de los billetes se encargó a Josep Obiols, un importante artista noucentista. Estos billetes me recuerdan mucho a los carteles de propaganda soviética, en los que muchas veces se subrayaba el trabajo como parte del ideal revolucionario comunista (ejemplos). Esta similitud no nos debe extrañar puesto que Obiols también era un destacado cartelista.
Observando los billetes podemos ver que tienen un anverso común para todos ellos, donde solo cambia su valor. En cambio el reverso de cada valor muestra una escena de trabajo distinta: la industria pesada (2,50 pesetas); la agricultura (5 pesetas); y la pesca (10 pesetas). Las tintas también cambian para facilitar su distinción.
Los textos también son muy relevantes. En los anversos se hace explícito el decreto, la fecha de emisión y el hecho de que es un billete de curso forzoso en Cataluña (es decir, que nadie se puede negar a aceptarlo). En los reversos se reproduce el artículo cuatro del decreto de emisión, que viene a decir que a los falsificadores “se les castigará con las máximas sanciones aplicables en tiempos de guerra”.
Por último nos deberíamos fijar en lo que no hay. No hay ni una sola mención al Gobierno de la República Española. Todos los textos están escritos en catalán y en ningún momento se menciona nada relacionado con España o con el gobierno de Madrid. Ni en los billetes ni en el decreto. Es la mejor prueba de que en 1936 el gobierno catalán era independiente en materia económica del gobierno de España.

Notas para los coleccionistas
Estos billetes circularon legalmente hasta el 23 de febrero de 1938, cuando la Generalidad los retiró obedeciendo órdenes del Gobierno de la República. Nunca fueron billetes con contramarcas o sellos de ningún tipo.
Hay que destacar que el billete de 2,50 pesetas tiene dos variantes que atienden al número de serie. Ese número de serie nos lo podemos encontrar en color rojo o en color negro. A los coleccionistas les gusta tener ambos y por eso en la serie que ahora presenta Ibercoin están las dos variantes.
Los billetes catalanes de 1936 son raros. En calidades bajas son razonablemente asumibles pero encontrarlos en calidad sin circular es verdaderamente difícil. Una serie entera en esta calidad y con todo el apresto original es algo casi único.
También existen varias pruebas de diseño y pruebas de color de estos billetes. Esas pruebas son todas ellas únicas (o casi) pero, como siempre, las pruebas suscitan a los coleccionistas mucho menos interés que los billetes.

La próxima subasta de Ibercoin
Ibercoin organiza una nueva subasta de billetes para el día 27 de octubre de 2022. Es una subasta compuesta por 571 lotes, todos ellos de billetes españoles.
Personalmente, los billetes que más me han gustado han sido los del siglo XIX. Hay varios de bancos locales y vales del tesoro público, algún curioso falso de época y pruebas bastante interesantes.
Luego encontramos bastantes billetes interesantes de las primeras décadas del siglo XX. Un ejemplo son las 500 pesetas de 1927. Pero destacan sobre todo los billetes emitidos por los gobiernos durante la Guerra Civil Española. Sin duda es el mejor conjunto de toda la subasta. Ese conjunto viene capitaneado por las 1.000 pesetas del 18 de julio de 1937, uno de los billetes más emblemáticos y raros de la notafilia española. También hay que destacar los dos ejemplares de las 50 pesetas de 1927 con sello en seco de la República, así como el conjunto que ilustra esta entrada.
A partir de 1940 hay algunos billetes curiosos, como las 500 pesetas y las 1.000 pesetas de 1940. Pero quizá a mí me gusten más las curiosidades aunque no sean tan caras. Por ejemplo, la “muestra para ensayo” de los años 70, la prueba de 5.000 pesetas de 1979, el billete de 10 ecus o la serie de pesetas con numeración 004518.
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Una puntualización, Adolfo. 2’50 pesetas no era tanto en aquella época. Piensa en la inflación que sufrió la zona republicana. Es lo que costaba más o menos un litro de aceite, un kilo de alubias o un bote de leche condensada. La carne de vaca costaba a 9 pesetas el kilo, el café 18. Y oficialmente (precios fijados por decreto que nadie respetaba) la docena de huecos 8 pesetas, aunque en el mercado negro llegó a multiplicarse por cien. Un billete de 100 pesetas de 1925 del Banco de España no tenía el mismo valor en una zona que en otra durante la Guerra y particularmente a partir de 1938. Por cierto, el décimo de lotería de Navidad costaba la friolera de 50 pesetas, como si ahora costara 50-100 euros como poco.
Muy interesante muchas gracias