Consell Municipal de Roses, 50 céntimos

El dinero anarquista

Para los anarquistas del principios de primer tercio del siglo XX el dinero es un aspecto clave. Consideraban que el dinero era una creación de una autoridad y representaba la expresión de la opresión burguesa y capitalista sobre las masas trabajadoras. Por ello, propusieron la abolición del dinero, disparando así contra la línea de flotación de un sistema capitalista al que pretendían eliminar. Pero se planteaba el problema de cómo sustituir el dinero para que la economía pudiese funcionar de alguna forma. Hubo varias respuestas:

• Unos eran «anarco-individualistas», que entendían que había que generalizar el negocio bancario para así hacerlo menos lucrativo. Lo que planteaban era la posibilidad de emitir vales de manera particular respaldados por el capital que cada cual tuviese. Sería algo así como emitir indiscriminadamente billetes de mobilización.
• Otros eran «anarco-comunistas», que entendían que a cada cual se le debía  dar según sus necesidades. Lo que planteaban era dejar de utilizar dinero para usar cartillas de racionamiento, que eran repartidas según las necesidades de cada cual.
• También estaban los «anarco-sindicalistas», que entendían que a cada cual se le debía recompensar según el trabajo realizado. Por ello se daban vales según las horas de trabajo realizado, pagando a todos los trabajadores por igual independientemente del puesto de trabajo (bueno, a todos no: las mujeres cobraban menos).

Los anarco-individualistas eran clara minoría y no estaban muy bien considerados por los demás. El motivo es que planteaban un sistema en el que se permitía el ahorro (tenían bastantes similitudes con las corrientes anarquistas de propiedad privada actuales). Los otros dos sistemas lo que buscaban es que nadie pudiese ahorrar de manera individual, puesto que entendían que en la acumulación de capital está justamente la raíz de la opresión social. Es obvio que ignoraban muchos de los principios básicos de la teoría económica y de la naturaleza del ser humano.

En algunos casos las colectividades anarquistas emitieron sus propios billetes. Podemos ver, por ejemplo, los emitidos por la Colectividad Agrícola de Rosas de Llobregat (lotes 2339 y 2340). Pero en muchos casos los emitieron los ayuntamientos locales (a los que llamaban «Consejos Municipales» para que pareciesen más revolucionarios) por algo tan práctico como permitir el comercio. De hecho, hubo tensiones dentro de la CNT (el principal partido anarquista durante la Guerra Civil) porque hubo quienes quisieron eliminar el dinero mientras otros se dieron cuenta de que no era posible hacerlo «todavía», ya que los obreros estaban acostumbrados a utilizarlo. Es más, estaban acostumbrados a utilizar pesetas.

Entonces se dio una paradoja:

Los anarquistas querían abolir el dinero, pero se dieron cuenta de que no era posible tan pronto. Así que emitieron su propio dinero -generalmente sin respaldo alguno- para que circulase en el municipio o la colectividad. Entonces viene la teoría económica que ignoraban: ¿por qué alguien iba a aceptar un billete municipal sin respaldo alguno a cambio de un bien de consumo o de capital?

La teoría económica indica que nadie lo aceptaría de manera libre y voluntaria. Por lo tanto, la aceptación de este dinero dependía de la capacidad coercitiva de los ayuntamientos o sindicatos. Es decir, al final habían liberado al obrero del malvado capitalista pero lo habían subyugado al sindicato, al partido o al ayuntamiento.

Un buen ejemplo de esto que comento ocurrió en Rosas, un bello municipio de Gerona (el mismo donde se forjaron unas de las primeras monedas de la Península Ibérica) que estaba controlado por la CNT. En Roses hubo dos colectividades importantes, una agraria y una de pescadores, que en buena forma se complementaban. El Consell Municipal de Roses emitió vales de 50 céntimos y de una peseta.

La Policía de Roses tuvo dos intervenciones importantes en 1937. La primera fue para extraer toda la cosecha del Pau (un municipio cercano que también emitió sus propios billetes), pues los trabajadores se negaban a plegarse a las órdenes del sindicato. Al final la cosecha acabó en manos del alcalde, Pere Teixidor, que vendió el grano buscando su lucro personal. La segunda intervención fue menos violenta pero igualmente dura: la policía se llevó el dinero que había en la caja de la Industria Pesquera Colectivizada. De ese dinero, que era el fruto del trabajo de los pescadores de Roses, nunca más se supo.

Precio de 50 céntimos del Consell Municipal de Roses

Como todos sabéis, hay miles de billetes y vales emitidos por los municipios republicanos durante la Guerra Civil. Un coleccionista se podría pasar la vida entera coleccionándolos. Hay algunos muy raros pero muchos de ellos son muy comunes. Tal es el caso de los billetes del Consell Municipal de Roses. Son billetes que se pueden comprar sin mucha dificultad por 20-25 euros.

¿No me diréis que no es una suerte poder adquirir objetos de la Guerra Civil, con tanta historia, por un precio tan pequeño?

La Colección J. Vila y otras de Áureo & Calicó

Áureo & Calicó arranca la temporada con una triple subasta los días 15 y 16 de noviembre. Son subastas online propias del mes de septiembre: llenas de monedas asequibles en calidades medias y que dan oportunidades de compra a los coleccionistas que no tenemos bolsillos demasiado potentes. Concretamente, se presentan tres colecciones:

• 15/09, subasta on-line:  es una colección que da el típico repaso a la historia de la numismática con monedas en calidades medias. Sin duda, lo mejor es la colección de 314 monedas locales y pellofas. Sin duda llamará la atención a quienes buscan este tipo de monedas locales.
• 16/09, subasta J. Vila: es una colección de 709 lotes de billetes locales de la Guerra Civil Española. Se podría decir que es una «colección humana», en el sentido de que un trabajador de clase media sería perfectamente capaz de construir una colección así a base de tiempo, paciencia y cariño.
• 16/09, colección de billetes: es una colección de 225 lotes de notafilia. De nuevo, la considero una «colección humana»  pero tiene cositas interesantes: pruebas fotográficas, billetes locales, vales prenotafílicos… y ¡una soberbia pareja correlativa de 10 pesetas de 1936 en calidad sin circular!

El pasado mes de julio Áureo & Calicó también anunció dos subastas más para otoño, aunque todavía no han sido publicadas: el primer volumen de la Isabel de Trastámara medieval y la Colección General Prim, dedicada a El Centenario de la Peseta. Tienen pinta de ser colecciones muy potentes. Ya han generado mucho revuelo en las redes sociales (un ejemplo y otro). Yo os mantendré informado al respecto.

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Descripción de Áureo & Calicó

Roses. 50 céntimos. (T. 2555). MBC-.

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