El mercado numismático ayer, hoy y mañana

En esta entrada reproduzco, con permiso de su autor, un muy buen artículo que Gregorio Toulemonde publicó en el Boletín Monedas de Colombia #5 (pag. 22 y siguientes); este boletín es dirigido por Alexander Montaña Rodríguez, aquí podéis ver todos los números de este boletín.

Los seguidores de este blog ya conocen a Gregorio porque tuve la suerte de entrevistarle hace casi dos años. Se trata de un coleccionista colombiano con muchísima experiencia. Conoce muy bien el mercado de alto nivel latinoamericano y el mercado estadounidense. Quizá en Europa estemos un poco retrasados con respecto a Estados Unidos, aunque todo lo que ocurre en América suele acabar imponiéndose a este lado del Atlántico. Os dejo con su experta opinión, que seguro que se ve complementada con muchísimos comentarios.

Los dos dracmas partos que ilustran la entrada son de Artabanos II y de Mitrídates IV. Ambas monedas salen a la venta en la triple subasta que organiza V.L. Nummus entre el 7 y el 9 de febrero. Las otras tres piezas son monedas medievales papales que subasta Nomisma el 13 de febrero. Concretamente, se tratan de un gros a nombre de Carlos de Anjou, un bolognino de Gregorio XI y otro bolognino de Pio II.

He coleccionado monedas desde los 6 o 7 años, es decir desde 1.970 o 71. Esto es una larga trayectoria de casi 50 años, que me ha permitido vivir de primera mano cómo ha cambiado la manera de comerciar con monedas.

Un poco de historia… El Ayer…

Cuando era un chiquillo que comenzaba a coleccionar, en los años 70, lo más importante y a la vez más retador era obtener buenos catálogos. Los coleccionistas clamaban por catálogos completos, fidedignos y con precios realistas. No existían como tal. Por esta razón, yo, como joven coleccionista, dependía en gran medida de la experiencia que pudiera adquirir de los otros coleccionistas y de lo poco que querían enseñar los comerciantes a un novato. Veía a estos últimos como dioses que lograban conseguir esas monedas insospechadas que incluso no se ilustraban en los pocos catálogos que se conocían. La información era escasa, fragmentada y poco compartida lo que iba en detrimento de los coleccionistas pero también de los mismos comerciantes.

La segunda época que viví fue la de los años 80. Por primera vez me acerqué al mercado internacional y pude ver cosas nuevas. En aquel entonces ya existían mejores catálogos y más ampliamente difundidos. La mayoría de los mercantes seguía ejerciendo su dominio, buscando y consiguiendo piezas en ferias, mercados y sobre todo a través de sus relaciones con otros comerciantes. Igualmente, y según con los caprichos del correo, llegaban las famosas “listas a precios fijos” que esperaba ansiosamente. Era el dominio del “first come first served”. Había que apresurarse para pedir, por correo, con cheque incluido, las mejores monedas. Siempre llegaba tarde pues los comerciantes astutamente reservaban sus mejores ejemplares para sus mejores clientes. Yo, joven estudiante universitario, no hacía parte de ese selecto grupo.

dracma Artabanos II
Dracma Artabanos II

Sin embargo, tímidamente se asomaba una gran revolución, la subasta por correo no presencial… Las primeras subastas que recuerdo fueron las de Freeman Craig. Éste mandaba su folleto, bien ilustrado por cierto, por correo y por esta misma vía se respondía marcando el precio máximo de puja en la hoja. Las pujas debían llegar por correo antes de una fecha y hora específica, sometiéndose el comprador a las huelgas, mal tiempo o errores de entrega de correo que invalidaban su puja.

En los años 90 el gran cambio fue el desarrollo de las subastas, aunado en mi caso, por fin, a buenos catálogos. Las casas de subasta más grandes dedicaban grandes esfuerzos para sacar catálogos de venta con todas las piezas ilustradas a color. Se modernizaron con el uso del fax, que eliminó las incertidumbres del correo, publicaban los resultados, lo que era una novedad, y daban posibilidad de comunicarse con ellos por teléfono. Fueron grandes cambios que dinamizaron y democratizaron el mundo numismático. Ya podía como coleccionista medio competir con cualquiera en igualdad de condiciones. Para mí, el pionero de estos cambios fue Ponterio que hizo en esos años subastas increíbles.

«nuestro “hobby” o pasatiempo está más vivo y vibrante que nunca»

Con el cambio de siglo llegó un cambio en el mercado numismático. Apareció lo que en pocos años se volvería la némesis de los comerciantes: el Internet. Aparece primero Ebay, que en sus albores, era una subastadora de prestigio que se dedicaba a rematar al mejor postor monedas de alto calibre. Era algo arriesgado en sus inicios pero muy prometedor. Por primera vez podía participar en tiempo real en una subasta. Esta idea revolucionaria sería rápidamente integrada por nuevas casas de subasta que surgen en esos años y que permitían inicialmente ver las monedas a rematarse en su sitio web y con el pasar de los años a rematar en vivo. Este servicio llevaría al relativo declive de Ebay hasta convertirse en lo que es hoy.
Los comerciantes lentamente se irían replegando y desapareciendo pues las casas de subasta – ahora poderosos emporios que incluso pueden anticipar dinero a los vendedores o financiar compradores – los dejaron sin oxígeno y sin clientes.

Dracma Mithradates IV
Dracma Mithradates IV

A principios de esta década aparece la otra gran innovación en nuestro mundo: las empresas encapsuladoras. Aunque ya existían tímidamente desde los años 90, cogen vuelo hacia el 2.005 inicialmente dedicándose a graduar moneda de los EEUU pero poco a poco se van adentrando en las monedas mundiales. Al principio existían muchas empresas encapsuladoras que terminaron convirtiéndose en un duopolio de feroz competencia, el PCGS y el NGC. En total se han certificado decenas de millones de monedas de colección. Estas empresas son una realidad cada día más presente. Su trabajo es muy conveniente tanto para el inversionista, como para el comprador esporádico y para el novato, pero sobre todo para las casas de subasta. Por fin se logró eliminar el riesgo y las disputas asociadas a la autenticidad y estado de conservación de las monedas. Por primera vez alguien puede comprar sin ver una moneda y estar más o menos seguro de la calidad de la moneda que recibirá.

¿Cuál es la situación actual del mercado numismático? El Hoy…

Hoy las casas de subasta reinan poderosas en el mercado. Pocas monedas de calidad se venden por fuera de subasta pública y otros pocos vendedores se arriesgan a vender de otra manera.

Estas casas, en asocio con las empresas encapsuladoras, ofrecen un paquete imbatible. Funciona de esta forma: un consignatario entrega la moneda para la venta a una casa de subastas, ésta sin ni siquiera revisarla la remite a la empresa encapsuladora que procede a graduarla, fotografiarla, catalogarla e incluso describirla. La encapsuladora la devuelve a la casa de subastas que así evita tener que llevar a cabo estas tareas y elimina gran parte de sus gastos asociados a una subasta (por ejemplo no hay fotógrafos, ni catalogadores o ni siquiera podría pensarse en numismáticos entre otros). Con la información recibida el subastador procede a elaborar digitalmente el catálogo de ventas fácilmente y sin mayores costos o contratiempos. Por lo tanto el costo de una subasta se abarata enormemente.

Por su lado, los coleccionistas están encantados, pues ya saben cuál es el estado (¿y precio?) de sus monedas e incluso pueden competir virtualmente unos con otros a través del servicio que ofrecen las encapsuladoras, consistente en crear colecciones virtuales en sus webs con puntajes asignados según el estado de conservación de cada moneda. En éstas páginas puedo, por ejemplo, crear una colección de monedas de 1 escudo de Fernando VII de la ceca de Lima o de monedas de 20 centavos del siglo XX de Colombia y presentarlas virtualmente para admiración de todos.

Gross Carlo Dangio
Gros Carlo Dangio

Los comerciantes, por su lado, han casi desaparecido y se han transmutado en “asesores” numismáticos de coleccionistas (muchas propuestas recibo al respecto) o vendedores de piezas de menor calidad. Las convenciones están cada vez menos en boga, salvo que estén asociadas a una venta pública en cuyo caso son más reuniones sociales entre amigos coleccionistas.

Finalmente, vale la pena hablar de la nueva moda del CAC que, a pesar de ser aún tema americano, ineludiblemente llegará a otras latitudes tal y como lo hiciera la moda del encapsulamiento. CAC es un sello de calidad que pone en la cápsula a una tercera empresa, que tiene como objetivo “confirmar” si la moneda está bien graduada o podría merecer una mejoría. Sólo se pone el sello CAC en aquellas monedas que se consideran merecedoras una mejor graduación.

Futuro del mercado numismático

Es siempre una tarea ingrata predecir el futuro, pero es evidente que en nuestro mundillo hay algunas tendencias que parecen ser de largo plazo.

En primer lugar, las casas de subasta seguirán mandando la parada. Sin embargo, a medida que los costos de las subastas se abaratan, nuevos competidores surgirán. Hoy, alguien con un poco de conocimiento tecnológico apoyándose exclusivamente en ventas de monedas encapsuladas y con sus respectivas fotografías puede organizar una subasta desde la sala de su casa. Lo único que necesita es conseguir monedas para vender. Es probable que estas nuevas casas de subasta no rematen los ejemplares más exclusivos, pero podrán posiblemente aplicar mejores tasas. Esta tendencia ya es evidente en varios países y a título de ejemplo sólo mencionaré una pequeña casa que está dedicada a este nicho y con mucho éxito, Numis-or, ubicada en Suiza.

En segundo lugar, es muy probable que las empresas encapsuladoras sigan expandiendo su mercado a otros sectores del coleccionismo como son, por ejemplo, la moneda antigua (que NGC ya comenzó a atacar) o las macuquinas que todavía miran con recelo. Esto es una tendencia imparable a pesar que algunos de nosotros despotriquemos de las cápsulas, llamadas por algunos viejos ataúdes para entierro de monedas, los beneficios que trae encapsular monedas son demasiado grandes y cubren a todos los actores.

Bolognino Gregorio XI
Bolognino Gregorio XI

Tercero, CAC o un competidor terminará extendiéndose a monedas no americanas. Primero atacarán la moneda europea moderna y luego a medida que vayan sintiéndose más confiados, irán cubriendo más mercados. Es difícil entender las razones por las que CAC ha tenido tanto éxito pero pienso se derivan del hecho que su sello en una moneda incrementa su precio de inmediato.

Cuarto, los coleccionistas serán cada vez más ávidos de monedas encapsuladas. De hecho en muchas redes sociales, notablemente en EEUU, se advierte a cualquier comprador que no adquiera monedas sin encapsular. Además, la moda de hacer sets o colecciones compartidas en línea está tomando mucho vuelo. Ahora solo se hacen en las web de las mismas empresas encapsuladoras, pero el problema de no admitir monedas de su otro competidor es inherente. Esto cambiará pues es muy atractivo para los coleccionistas competir con cualquier otro compañero sin tener que sacar las monedas de su casa.

Estas tendencias, nos guste o no, también implican cambios en la forma como los coleccionistas, inversionistas o clientes esporádicos comprarán a futuro. Cada vez es menos necesario tener los conocimientos técnicos para saber graduar o catalogar las monedas. Este aspecto se delega a las empresas encapsuladoras. La rareza de las monedas se determinará de acuerdo a las estadísticas de encapsulación. Las casas subastadoras ya indican en cada lote las estadísticas de cada moneda, detallando cuántas se han encapsulado y en qué grados. Al coleccionista solo le resta dedicarse a estudiar los aspectos históricos relativos a la moneda.

Bolognino Pio II
Bolognino Pio II

Quinto, el servicio suministrado por la encapsuladora, combinado con servicios de competencia virtual, hace que las monedas más apetecidas sean las de más alta graduación. Esto se llama en inglés el “Top-Pop” (población tope), consiste en la búsqueda de la mejor moneda conocida de un tipo y por la cual se pagan altísimos precios. Un “top pop” para una moneda de las que colecciono, vale entre 5 y 10 veces más que la segunda mejor conocida. Esto no tiene en cuenta la posibilidad de que existan mejores ejemplares aún no encapsulados. Por ejemplo, en el caso de los EEUU un “top pop” de un simple céntimo de los años 90 puede llegar a costar más de 10.000 dólares. Uno en ligeramente menor estado vale escasamente unos pocos dólares.

En conclusión, puedo decir que nuestro “hobby” o pasatiempo está más vivo y vibrante que nunca, y se adapta a un mercado cambiante y más adaptado a las nuevas generaciones, más digitales y activas. Sin embargo, los coleccionistas más jóvenes o más curtidos seguiremos gozando de este bello entretenimiento llamado simplemente ¡¡¡NUMISMÁTICA!!!

27 comentarios en “El mercado numismático ayer, hoy y mañana”

  1. Yago Abilleira Crespo

    Es un poco lo que ha pasado con el comercio local y Amazon. Los vendedores se han puesto a criticar internet pero no han movido ficha, casi ninguna numismática tiene web y las que la tienen, salvo excepciones, son webs de poca calidad. ¿Causas?, ya se han comentado.

    En cuanto a encapsular…yo encapsulo algunas piezas interesantes, pero porque quedan de lujo encapsuladas, ejemplo: Conseguí una medalla monetiforme que quería regalarle a un amigo, en vez de dársela en una fundita de plástico (queda cutre), se la encapsulé y flipó. También veo bien encapsular para mantener el pedigree de la misma (naufragios, tesorillos y así) o monedas de exquisita calidad y alto precio para protegerlas.
    A coleccionar encapsuladas no le veo sentido, a hacer colecciones virtuales tampoco, a las empresas de reclasificación tampoco (¿habrá empresas de re-reclasificación?).

    El pasado ya está y el presente lo vemos (todo magníficamente explicado en esta entrada, enhorabuena). ¿El futuro? veo falta de relevo generacional entre los coleccionistas españoles y eso va ser un problema. Creo que la culpa la tiene el euro.
    También veo un problema que se centralice todo en casas de subastas, esto se vuelve más frío. De nada sirve tener contactos como antes, ahora va todo a quien pague más.

  2. Muy interesante la entrevista.

    Con respecto a las cápsulas, yo las huyo, nunca he comprado moneda encapsulada, y espero no hacerlo nunca. Supongo que para moneda contemporánea, acuñadas con prensas automáticas, pues tiene su interés por los matices de la graduación. Pero para moneda más artesanal, no me gusta. A parte de que se nota que estas casas certificadoras en cuanto las sacas de moneda USA patinan que da gusto… les cuelan hasta monedas fundidas. Si detectar monedas falsas a veces es muy complicado, si encima se encapsulan y están certificadas….

    A mí, además, la moneda me gusta tocarla, verle el canto, pesarla, mirar con lupa el campo, etc…

  3. Muy buen artículo, describe a la perfección lo que ha pasado aquí en España.
    En cuanto a lo de las cápsulas…
    las cápsulas no surgieron para dar un servicio a los coleccionistas sino más bien a un grupo de inversores que ni sabían ni querían entretenerse en aprender nada de numismática y que en el boom de los noventa decidieron diversificar sus inversiones.
    En un principio estos señores palmaban pasta a raudales comprando «chollos» que después tenían que vender a una fracción de su precio de compra.
    La solución era pagar a tasadores y asesores que supieran del tema a la hora de comprar; como podéis imaginar esto requería contratar los servicios de estos asesores cada vez que la moneda cambiaba de manos…
    Cuando a una empresa se le ocurrió lo de las cápsulas las monedas dejaron de ser piezas de colección para convertirse en simples cromos que cualquier paleto podía valorar con ayuda del catálogo simplemente echando un vistazo a la gradación que le habían asignado (tened en cuenta que hasta hace muy poco encapsulaban casi exclusivamente moneda de EEUU).
    Como podéis ver yo personalmente odio este sistema al igual que detesto el ordenador pero soy consciente de que no se puede luchar contra la corriente…

  4. Efectivamente, la tendencia de esta época que nos ha tocado vivir es a simplificar todo, a poner las cosas muy sencillas y evitar que la gente tenga que pensar demasiado. Ahí entran los TPG.

    Yo he comprado alguna moneda encapsulada, siempre bajo la condición de comprarla al mismo precio que pagaría por ella sin encapsular…. y en cuanto ha llegado a mi poder: ¡¡¡GUILLOTINA!!! (creo que esto mismo lo hemos comentado alguna vez en Imperio, Lanzarote). Conservo la etiqueta con el código de barras y ya está.

    Tengo que disentir un poco con Yago. Creo que el relevo generacional está llegando en este momento. Con la generación que conocimos la peseta pero en realidad nos hemos criado con el euro (creo que soy más o menos de la quinta de Adolfo, mediada la treintena). Tened en cuenta que los jóvenes cada vez comenzamos más tarde a tener estabilidad económica y, por tanto, a contar con la posibilidad de desviar parte de nuestro capital a un hobby «no necesario para sobrevivir».

    Veo bastante aficionado joven forjando colecciones, que si siguen a este ritmo, dentro de algunos lustros van a ser colecciones muy potentes. Eso sí, estamos de acuerdo que hay una clara tendencia: menos coleccionistas, pero con colecciones más cuidadas. Este tema ya se ha tratado en el blog bastantes veces.

    En lo que sí coincidimos plenamente es en la opinión sobre este tipo de series virtuales intentando demostrar que la tienes más grande que tus competidores (la cuenta del banco, malpensados), las empresas de recalificación, y demás ‘fauna’ creada como satélites de los TPGS.

    El artículo de Don Gregorio, excepcional. Siempre se aprende bastante con la visión de alguien que lleva en esto tanto tiempo que cuando él empezó, yo no había nacido. Gracias :)

      1. Jajajaj pues tú también eres parte del relevo generacional, yo del 85. Piensa que los de nuestra quinta tenemos por delante unos 30-40 años para forjar la colección, y en ese tiempo da para hacer muuuuuchas cosas :) Algunos lo dejarán, otros entrarán un poco más maduros, pero conozco a gente muy joven, incluso más jóvenes que nosotros, con colecciones que tienen un potencial altísimo.

        Evidentemente no podemos aspirar al nivel de la gente más potente. Yo llevo coleccionando desde crío, pero he conseguido estabilidad económica hace poco, y ahora sí me puedo permitir monedas un poco más serias. Aún así, no podemos haber llegado en 5 años al nivel de los que tienen 40-50 años de experiencia (a no ser que tengamos una cuenta bancaria sin fondo, que al menos hablando por mí, no es el caso).

        Saludos! :)

        1. Yago Abilleira Crespo

          Estoy de acuerdo. Cada vez se consigue más tarde una estabilidad económica, que es básico para un coleccionista, pues es cuando se pasa de «chatarrero» a serio, quizás de ahí mi sensación de que no hay relevo.
          Y, desde luego, no me preocupa llegar al nivel de otra gente. Tengo la suerte de poder dedicar algo de dinero a la colección, con eso me vale. De hecho, disfrutaba más en mi época de chatarrero que ahora que puedo ir a por alguna moneda seria…tengo que reorientarme…

          Veo que todos coincidimos en lo de las cápsulas y colecciones virtuales. Opino que lo de las colecciones virtuales también es un medio de lucha contra las falsificaciones. Se han detectado encapsulamientos falsificados pero, con la colección virtual saltaría la alarma (o reclaman dos la propiedad de una moneda o alguien escribe porque su moneda no la puede subir a la virtual). Eso sí, a ver qué pasa el día que Hacienda se ponga a tevisar esas colecciones virtuales con precios y todo.

          1. No lo decía en ese sentido Yago, creo que me he expresado mal. Me refiero a que como cada vez que vemos un coleccionista importante, suele ser una persona madura, esto también puede contribuir a transmitir la imagen de que no hay jóvenes interesados.

            Pero es normal, las colecciones potentes tardan muchos años en hacerse, las únicas posibilidades de colecciones potentes pertenecientes a gente de nuestra quinta son, o un bolsillo sin fondo, o no ser la primera generación y haber heredado una cole que lleve décadas forjándose.

  5. Adolfo Ruiz Calleja

    Me alegro de que os haya gustado el texto de Gregorio tanto como a mí. Me parece realmente buena esta reflexión, al igual que los comentarios que habéis hecho, pues la enriquecen mucho. En Facebook también se han a hecho algunos comentarios interesantes.

    Sobre las encapsulaciones, tratamos mucho el tema en el Blog, pero hace años que no dedicamos un espacio específico a ello. Quizá deberíamos comentarlo en una entrada dedicada, pues ha habido algunos cambios en los últimos años. En Europa se ven cada vez más monedas encapsuladas de alto nivel, pero no sé llega a una absurdez de encapsular monedas de 10 euros o de pagar barbaridades ridículas por una pieza que sea «MS 69».

    Por parte de la juventud, yo creo que sí que hay un relevo generacional. Pero hay menos coleccionistas que hace unos años por el simple hecho de que hay una oferta de aficiones mucho mayor que hace 40 años.

    Saludos desde La Gomera,
    Adolfo

  6. Magnífica entrada. Buen análisis del pasado e interesante el del futuro. Me ha sorprendido lo del «top pop»: «Por ejemplo, en el caso de los EEUU un “top pop” de un simple céntimo de los años 90 puede llegar a costar más de 10.000 dólares. Uno en ligeramente menor estado vale escasamente unos pocos dólares». Conociendo a los americanos ya veo precios desorbitados por monedas relativamente comunes, pero «la mejor del mundo». Saludos.

  7. Otra cosa interesante es que ahora que todas las monedas históricas de EEUU están encapsuladas, las TPG compiten entre sí relajando los criterios de graduación. Así compensa romper una cápsula en MS63 de hace 15 años porque si envías ahora la moneda seguro que te dan MS64 por lo menos. Es un descojone.
    ‘Buy the coin, not the capsule’ (compra la moneda, no la cápsula)

  8. Excepcional artículo. Gracias Adolfo por traérnoslo.
    Yo veo una tendencia clara. He pasado de mi época de cercanía (mercadillos) hasta comprar alguna vez en subastas internacionales (te la juegas). Por qué? Primero porque el mercado físico al que tienes acceso (mercadillos, convenciones -cada vez más de capa caída-) se acota enseguida. Incluso las tiendas numismáticas, si les llega una pieza interesante no dura ni dos días… En una subasta tienes ‘alguna’ posibilidad, por lo menos ‘la ves’… sólo tienes que poner más dinero si quieres una determinada pieza. Bendito sixbid!
    Las cápsulas. Es la solución a el problema de la rigurosidad de graduación. Es imposible que nos pongamos de acuerdo a la hora de graduar, pues como las auditorías que lo haga una empresa externa.
    Y es un problema graduar, porque se aprende con el tiempo y con la experiencia. Y la encapsulación no lo resuelve completamente, pero cuando empiezas, lo normal es que no distingas. El sibaritismo del MS64 al MS65, a mí se me escapa, pero te puedo graduar sin problemas un EBC- un EBC y EBC+. Eso sí, siempre con mi criterio y con la pieza en mano.
    Como ha dicho Jesús, yo he comprado (sólo) una moneda en capsulada pero sin estar dispuesto a pagar más por estar dentro de la cápsula. Al final sigue en su ataud… Pero paso de «top pops» y pagar más por la encapsulación.
    Rescatré una frase de Pietro «La buena calidad añade mucho valor, pero hasta cierto punto.»
    En resumidas cuentas, sentido común.

  9. Muy buen reportaje. Des de mi punto de vista me gustan más las monedas que se pueden tocar, es decir sin estar encapsuladas. Es como que esta más al alcance, es diferente de tener una moneda dentro de un estuche. Por otro lado, esto de encapsular empezó en Estados Unidos y allí parece que sólo quieren tener las monedas que estén con su sello de NGC, etc. Según me han comentado gerentes de numismatica el mercado chino prefiere sin encapsular. Lo que personalmente no me parece normal es que una pieza sin encapsular se venda por 250$ y una encapsulada ascienda a 600$, Ejemplo son en Catawiki los Zecchinos venecianos.

    Otro tema a tratar, sé que algún día se hizo un post en este blog es el tema de asistir a convenciones, ferias, mercadillos, etc. Cuento mi experiencia porque creo que es un buen ejemplo. Se puede decir que con 25 años soy una persona joven dentro de este mundo numismático.
    Lo que los vendedores no saben es que llevo 13 años mirando y comprando monedas; 7 vendiendo. La primera frase que me sueltan cuando les pido el precio de un denario por dar un ejemplo es: «Es mis antigua, Romana, vale mucho» Zasca para empezar. Mi pregunta que saben ellos de cuanto dinero tengo? … Esto te tira atrás a seguir preguntando y comprar, uno piensa pues que le venda la monedita a otro… Otros vendedores que se piensan tener tesoros y tienen bajo imperiales dentro de cajas de hojalata y aún cuando las miras te dicen que las tratas mal… Si tan buenas son que las metan dentro de carboncillos de 0,005 céntimos y no se van a rallar. Esto, me pasa a mi, por la edad y lo sé. Por qué al de al lado que tiene más edad le tratan mejor. Conclusión es este sentido, ES MUY DIFICIL ENTRAR EN CONVENCIONES, FERIAS O MERCADILLOS SI NO TE CONOCEN O NO TIENES UNA EDAD. Por otro lado, mi experiencia en casas de Subasta como Calicó, Martí Hervera o Jesús Vicó un 10.

    A veces parece que estos comerciantes no ven que el futuro es de los jóvenes y cada vez hay menos gente joven que compré o la gente es de edad el hecho regeneraciones de las casas de Subasta ayuda a mejorar el trato con los nuevos compradores.

    Para finalizar mi opinión de este post. Creo oportuno que la numismática se tiene que vender como un valor de inversión. Así como el arte sirve de inversión la numismatica también, sino ver que las monedas de 25 pesetas de 1878, valen lo mismo que el oro. Pues empezar por aquí, ante un comprador de oro decirle que es mejor o más estético comprar una moneda de 25 pesetas del 1878 que no un lingote de 8g Au.

    Muchas gracias y espero no haber sido demasiado pesado.

  10. Muy buena reflexión y análisis del mercado numismático americano y de la evolución del mercado numismático de los últimos 40 años.
    Para mi, la gran revolución que ha puesto todo patas arriba es Internet, la posibilidad que los coleccionistas de provincias no dependan de lo que uno o a lo sumo dos comerciantes puedan tener en su tienda influye mucho. Si hubiera nacido 20 años antes, no tendría la posibilidad de tener la décima parte de las monedas actuales, ni mucho menos de otros países. Hay gente que se ha actualizado, y ha apostado fuerte por ello, y hay gente que prefiere seguir con sus clientes «de siempre» que no entrarán jamás a una subasta/comercio por Internet.

    Sin embargo, hay varias cosas que no me gustan del mercado numismático americano, y que espero de veras que no se implanten:
    > Los EE.UU. como país tienen sólo 300 años de historia, globalmente están en los albores, y su numismática histórica es escasa. De ahí que subir un grado en la escala para ellos sea muy importante, y por ello los precios que manejan, verdaderas animaladas por monedas de menos de 100 años. El desprecio que se tiene por cualquier moneda que no sea SC/EBC es patente (y al mismo tiempo se coleccionan monedas provenientes de pecios totalmente corroídas, coherencia..)

    > Las empresas encapsuladoras podrían tener su utilidad para monedas sin pátina que se quieran conservar sin humedades/corrosión ambiental. Sin embargo, realmente su uso es otro, inversión. No compras la moneda, compras un encapsulado que dice que trae una moneda con tal y cual conservación; para luego poder venderla exactamente en las mismas condiciones. Sin embargo, hay una cosa que no se dice, y que debe pensarse, las encapsuladoras NO AUTENTICAN, sólo certifican que si esa moneda es auténtica, tendría X graduación, ojo con eso. Y como Lanzarote ha dicho, se pegan unas patinadas, especialmente en medievales (lógico, si en USA no se colecciona > no existe).

    > Las empresas certificadoras…. me parece un chiste, una empresa certifica que otra empresa gradúa correctamente lo que una tercera empresa vende en una subasta…. ¿de veras nadie piensa en un conflicto de intereses? Sobre todo en ese mercado en el que se mueve mucho dinero, y donde grados diferentes implican miles de dólares/euros.

  11. Tomeu, me temo que lo que cuentas es algo que nos ha pasado en algún momento a todos pero no te preocupes porque la juventud es una dolencia que se cura con el tiempo…
    Yo tengo que reconocer que disfruto como cerdo en campo de bellotas escarbando en los montoncitos de monedas de los mercadillos, además es donde mejor se amortiza las horas de estudio y los cientos de euros invertidos en libros.

  12. Soy un nuevo coleccionista y me estoy especializando en la peseta desde su origen y en el euro, no como negocio sino como disfrute (los euros los tengo todos duplicados, menos los de Mónaco), lo hago para dejarlos en herencia a mis dos nietos e inculcarles esta afición vds. que don expertos ¿creen que esto es positivo?
    Gracias desde Tenerife.

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Yo lo que haría es motivarlos a que ellos hagan su propia colección. Por ejemplo, una colección de céntimos de euro… Que se puede completar con algunas monedas de denominaciones más altas o incluso alguna plata que les traigan los Reyes.
      Sí eso les motiva (a todos los niños les motiva coleccionar), seguro que admirar an la colección de su abuelo, ya sea de monedas de euro o de piezas históricas. Y si no… Pues nada que hacer :)

      Saludos,
      Adolfo

  13. Como herencia- inversión es una muy mala inversión, pero como herencia- cultural- afición, pues es muy buena herencia. Claro que en este último caso lo mejor es que no esperes a que las hereden, lo mejor es que les vayas dando las monedas a tus nietos y les ayudes a ir completando sus colecciones.

  14. Gracias por tú opinión es importante para mi.
    Este mes me ddesplazaré a Madrid y me daré uba vuelta por la Plaza Mayor y alrededores para buscar slguna pesetas antiguas y seguir con mi colección ¿me reconiendan algún puesto o alguna tienda. Yo suelo ir a Sanza
    Saludos.

  15. Rafael, si lo que de verdad quieres es que comiencen a coleccionar monedas lo mejor es que les prohíbas terminantemente tocar la colección del abuelo…
    …y luego «te despistes».
    A mi abuelo le funcionó conmigo…

  16. Rafael como inversión y como un buen recuerdo para tus hijos o nietos, que en tiempos venideros te recordaran con cariño dejales, monedas de plata de cualquier denominación si son de tu país mejor, para tener una referencia más cercana e histórica, también algunos cobres antiguos y sí puedes y te da el bolsillo alguna de oro. En cuanto a los euros de circulación de países europeos, yo avizoro que caeran en su cotización dentro de poco tiempo no le recomiendo invertir en ellos para nada, siempre y cuando pensando en el futuro.

  17. Adolfo Ruiz Calleja

    Gracias a todos por este extraordinario debate. Estos intercambios de pareceres son lo más interesante de este blog.

    Saludos desde Tenerife,
    Adolfo

  18. Digame donde hay casas de subastas donde solo compran encapsuladas, puyes ahi ire yo para comprar las que no las tenga, no es un sarcofrago en realidad parece una hamburguesa de MacDonall, horrible gusto quien la defienda.

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