San Eloy, patrón de los numismáticos

Hoy es 1 de diciembre, San Eloy, patrón de los plateros, los orfebres, los herreros, los joyeros… ¿y los numismáticos? Pues parece ser que no, que los numismáticos no tenemos patrón, aunque hay quien piensa que deberíamos tenerlo y que debe ser San Eloy. ¡Qué cosas!

Según cuenta Silectes aquí la Asociación Numismática Avilesina (no tiene página web, por eso no la pongo) ha pedido a las altas esferas de la Iglesia Católica que reconozca oficialmente a San Eloy como patrón de los numismáticos. Mientras tanto, y por no esperar de brazos cruzados a que tan fascinante acontecimiento ocurra, ellos celebran con una convención el día de su santo patrón.

Ya que estábamos, me he informado un poquillo quién era ese tal «San Eloy«, y me he llevado la desilusión de que es uno de tantos santos medievales, aunque en este caso parece que hay evidencias de que realmente existió (es típico que los santos de principios de la Edad Media proveniesen de fábulas y cuentos populares). El caso es que el bueno de San Eloy era un orfebre al que el rey Clotario II le mandó hacer un trono, y como lo hizo tan bien, en vez de uno sacó dos con ese mismo material. El rey vio que el muchacho valía y que era honrado y le puso a acuñar moneda (cita). He estado buscando alguna moneda acuñada por San Eloy, porque según se dice aquí y aquí todavía deben existir y se conocen trece variedades. Sin embargo, no he encontrado ninguna foto ni detalles más concretos. Después, como corresponde a todo buen santo patrón, pasó por el mundo haciendo milagros, tanto cuando estaba vivo como después de palmarla.

Esos milagros siempre son fábulas y cuentos, así que para mí no tienen mayor valor que el meramente folclórico o, algunos de ellos, como metáforas para profundizar en la fe, pero eso es otra cuestión. Más interesante es ver a los santos como motivos artísticos. En este caso he ilustrado la entrada con un par de cuadros del Museo Nacional del Prado. El primero se trata de San Eloy ante el rey Clotario, pintado por Taddeo Gaddi en 1365. El segundo es de la misma época (no se conoce fecha exacta), de un pintor anónimo y representa a San Eloy en el taller de orfebrería.

Y para despedirnos, nada mejor que una oración a San Eloy propuesta por Dr. Carlos Abel Amaya Guerra en «La Biblia a través de sus monedas»:

Señor Dios, tú que creaste todas las cosas para nuestro provecho
y alentaste a Noé para que fuera el primer coleccionista
ayudándote así a salvar y glorificar parte de tu creación;
haz de nuestra colección numismática un instrumento
para preservar y admirar el trabajo del hombre,
la inspiración del artista y la belleza de los materiales que creaste.
Danos la sabiduría y la paciencia para compartir lo poco que sabemos,
la sensibilidad del buen samaritano para ayudar al que lo necesite
y la sagacidad del administrador para invertir en el tesoro verdadero.
Ayúdanos a vencer nuestra avaricia con la generosidad de la viuda pobre
para entregar hasta nuestras dos últimas monedas; y así, libres,
esforzarnos en encontrar la dracma de tu voluntad.
No permitas que te traicionemos por algunas monedas, antes bien, haz;
que al igual que tu siervo San Eligio, dupliquemos los talentos
que nos distes para gozosos recibir el denario de tu justicia.
Preserva nuestra colección para las futuras generaciones;
al igual que nuestra alma, cúbrela con la patina de tu protección
y enséñanos el camino al lugar donde ni el ladrón llega ni el moho corroe.
Amén.

1 comentario en “San Eloy, patrón de los numismáticos”

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