El Estado siempre gana

En esto de la numismática el Estado es como la banca de los casinos: siempre gana. Es evidente que gana de forma indirecta, puesto que la numismática mueve dinero y eso crea puestos de trabajo que pagan sus impuestos y dejan de engordar las colas del paro. Pero no me refiero a eso, me refiero a dinero que de forma directa gana el Estado a costa de los coleccionistas.

En principio, la idea de una moneda que emite la Fábrina Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) es una especie de vale que va circulando de mano en mano y que en algún momento vuelve al Banco de España para dejar de circular. Evidentemente, el coste de fabricación de la moneda debe ser menor que el valor que tiene dicha moneda, por lo tanto, todo el dinero que anda circulando es como si fuese dinero que el Banco de España debe a sus propietarios. Pero resulta que hay algunos tipos raros que en vez de circular esas monedas se las guardan porque las coleccionan, de forma que nunca vuelven al Banco de España y eso que el banco se ahorra. Bueno, para ser justos, realmente el Banco de España se ahorra el valor de la moneda menos lo que cuesta acuñarla. Ese negocio es estupendo, y ya quisiera yo poder emitir monedas o cromos o lo que fuese que después la gente coleccionase. Después, el siguiente paso que ha dado el Estado es emitir moneda conmemorativa, que viene a ser moneda pensada para que la gente se la guarde y ganar de esa forma más dinero. Está claro que no es casualidad que se hagan monedas conmemorativas de dos euros, o de tres en el caso de Eslovenia o de cinco en el caso de Finlandia, pero ningún país hace monedas conmemorativas de un céntimo.

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Según El País el 60% del coste de una moneda es el material del que está formado, mientras que el 40% lo representa la manipulación del mismo para crear la moneda. Teniendo en cuenta  que una moneda de dos euros pesa 8,5 gramos de cobre, níquel y latón, donde lo más caro es el cobre, se puede estimar el coste de fabricación de la moneda en unos 6 céntimos, por lo que el Estado gana 1,94 euros por cada moneda que guardamos. Ahora bien, españa emitió 8 millones de monedas conmemorativas de dos euros en 2009, por lo que sacó en limpio más de 15 millones de euros. Ahí es nada.

Y, como ya se irá comentando, estas monedas no son el único negocio numismático con el que juega el Estado.

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