Las officinas en la Antigua Roma

Agustín es un joven mecenas del Blog Numismático. Toda una promesa del coleccionismo que os presenté cuando visité la Plaza del Cabildo en Sevilla. A pesar de su juventud, Agustín es todo un experto en numismática romana, especialmente en monedas de los siglos III y IV. Unas monedas que son especialmente complejas y de las que siempre tiene apuntes con un sorprendente nivel de detalle en las reuniones del Club Escudo.

Agustín me mandó un artículo suyo explicando el concepto de oficina en la Antigua Roma. Creo que es un tema que hemos tratado poco en el Blog, así que no está de más dedicarle un artículo específico. Aquí os dejo con la pluma de Agustín a partir de ahora.

——————————————————————–

Mi intención en este artículo es contaros un poco acerca de lo que suponían las «officinas» en la Antigua Roma. Me centraré en los siglos III y IV, pues es entonces cuando éstas toman un rol especialmente relevante. Notaréis también que escribo «officina» con doble f,  ya que tomo directamente el vocablo del latín (officina, officinae [1º declinación]). 

Las «officina» y sus marcas; origen y uso temprano

Una vez que Roma se estableció como la potencia dominante en el Mediterráneo, surgió la necesidad de una producción monetaria muy abundante para sostener y proporcionar numerario a toda la población de aquel entonces. Bastante más que lo que unos pocos operarios acuñando a martillo podían ofrecer.  Sin embargo, como bien sabréis, no fue hasta la Edad Moderna en la que se inventaron nuevos métodos más eficientes para acuñar monedas, por lo que podréis predecir que, si los romanos no inventaron métodos más eficientes para acuñar monedas,  el único método para aumentar la producción monetaria sería incrementar el número de operarios acuñando paralelamente. Eso fue justamente lo que hicieron. 

Esta solución presentaba un problema: al haber más de un responsable para la acuñación de las piezas no era tan fácil llevar un control de calidad efectivo e identificar culpables si se emitían monedas por debajo de la ley de metal exigida. Por lo tanto, es natural que los romanos decidieran adoptar un sistema de subdivisiones formales para la mayor organización y efectividad de la ceca. Esa subdivisión ocurrió primero en Roma y más tarde en las provincias. 

Así nacieron las officinas, como lugares de acuñación en los que se dividía cada ceca. De hecho, las officinas en las cecas romanas funcionaban como auténticas cecas en miniatura, las cuales se supone que funcionaban de manera prácticamente independiente entre sí.

Es natural que pensemos en que los romanos, para poder distinguir la producción monetaria de cada officina, agreguen algún tipo de marca o distinción a las piezas. Sin embargo, podréis haberos dado cuenta de que, a pesar de que este método organizativo ya estaba firmemente en uso durante la época altoimperial, no encontramos marcas de officina en monedas anteriores a Filipo I, que como sabréis reina en torno a mediados del siglo III d.C. Pero, ¿por qué es así? 

Esto último ha complicado muchísimo a los numismáticos la tarea de restablecer esta peculiar cronología monetaria, pues más allá de las monedas no existen apenas documentos o restos arqueológicos acerca del funcionamiento de las cecas romanas. No obstante, la ausencia de marcas no supondría ningún problema para los oficiales romanos, pues en realidad, guiados por lo que sabemos hasta el momento, podemos ver que en realidad cada officina estaba distinguida por los tipos de reverso. Es decir, cada officina acuñaba un tipo diferente (ejemplos: VIRTVS AVG, FIDES EXERCITUM, ANNONA AVGG, etc.) 

Sin embargo, ya en los tiempos de Filipo I el árabe comienzan a aparecer las primeras piezas con marcas de officina, numeradas primero con numerales griegos y más tarde con numerales latinos. Éstas en concreto son las emisiones 8º y 9º de su reinado, las primeras en llevar marcas de officina, fechadas en torno a los años 247 y 248 d.C. En la ceca de Roma funcionaban 6 officinas por aquel entonces, como muestra las siguientes imágenes (nótese que la serie novena se dedica a los “ludi saeculares”, los juegos que se celebraron por el milenio de la fundación de Roma).

La gran pregunta ahora es por qué se introdujeron unas marcas de officina que hasta entonces se entendían como marcas innecesarias. Algunos autores sugieren que en esos tiempos inicia su actividad la ceca de Antioquía, por lo que estas marcas podrían servir para diferenciar ambas cecas.

Gracias a estas piezas hemos podido reconstruir, en base al análisis de cuños, la composición de las officinas durante este reinado, en una época en la que la inclusión de marcas de officina no era ni mucho menos generalizada. De hecho, éstas no se generalizan hasta las últimas emisiones del reinado de Galieno (la famosa «serie del bestiario»). Aunque bien es cierto que en algunas cecas (v.gr. Antioquía) sí que se utilizan en algunas emisiones de antoninianos y tetradracmas provinciales, las cuales suelen marcar mediante el uso de un número determinado de puntitos (pellets, en inglés) bajo el busto en anverso en los reinados de Filipo, Trajano Decio y Treboniano Galo. Como ejemplo, el siguiente tetradracma incluye la marca de la quinta officina. 

Sin embargo, los numismáticos hoy en día recalcan que hasta el momento sólo es teóricamente posible retroceder esta cronología numismática y reconstruir esta asignación de officinas hasta más o menos el año 232 d.C., pues ése es el año en el cual Alejandro Severo reorganiza la ceca de Roma. Por lo tanto, para cualquier pieza anterior a dicho año es prácticamente imposible de asignar verazmente una officina a día de hoy. Ya son varios los autores que están empezando a asignar officinas a reinados inmediatamente anteriores al de Filipo, tales como el de Gordiano III (238-244 d.C.), pero hasta el momento sólo podremos retroceder un par de años más.

El uso de las marcas de officina tras Filipo I el árabe 

Una vez concluida la novena emisión de Filipo I el árabe estas marcas desaparecen. La causa posiblemente sea su innecesaridad. Así, las emisiones del resto del reinado de Filipo I, y los reinados de Trajano Decio, Treboniano Galo y Emiliano, carecen en su totalidad de marcas de officina.

No obstante, una vez que toman la púrpura los co-emperadores Valeriano y Galieno (padre e hijo, respectivamente), se produce, sobre todo durante la última etapa de reinado de Galieno, (una vez muerto Valeriano) una drástica descentralización de la acuñación, que se agudizará en los reinados sucesivos. En total, son seis las cecas que acuñaron en este periodo, por lo cual es comprensible que se introdujera marcas para clarificar la ubicación de la ceca en donde se acuñaron. En Roma esto ocurre durante los últimos dos años de su reinado (267-268 d.C.), por ejemplo, en la famosa “serie del zoo de Galieno” o “serie del bestiario”, en donde Galieno pide por su protección a los dioses a los cuales representa mediante animales. En esta serie, en el exergo de las piezas se puede apreciar la marca de oficina (12 en este caso), numerada combinando notación griega y romana. En la siguiente tabla se puede apreciar la marca de cada oficina y qué animal representaba cada una.

Cabe especial mención el caso de la 9º officina, la cual se representa con una N (que normalmente representaba el número 50) en un intento de evitar la letra Theta, que era la primera letra de la palabra griega thanatos [muerte] lo que hacía que se considerara la “letra de la mala suerte” y por tanto, impropia de ser plasmada en las monedas. 

Debajo se muestra un ejemplo de un antoniniano de esta serie, de la cuarta officina, representando un grifo que a su vez representa a Apollo:

Ya en los reinados siguientes vamos a observar una tendencia más pronunciada a marcar las officinas, especialmente tras la reforma de Aureliano. En la siguiente pieza, de la ceca de Siscia, se aprecia en el exergo la marca “VI” designando la 6º officina (además de una estrella que marca la emisión, como veremos más adelante).

Además, tras esta reforma, aparece también una peculiar marca que nos revela la ley de las piezas, de acuerdo con lo establecido en su reforma; “XXI” (junto con su equivalente griego “KA”) es decir, veinte partes de cobre por una parte de plata.

En la siguiente pieza, esta vez de Probo, podemos apreciar esta marca, además de la marca de officina (“P” [1º], marcada en rojo) y la marca de emisión (“E”, marcada en verde):

Las marcas en las piezas tras la reforma de Diocleciano

Esto nos lleva a la reforma de Diocleciano del año 294 d.C. en la que desaparece el antoniniano y se crea un cono monetario completamente novedoso basado en el follis.

Un resultado de esta reforma es la estandarización de estas marcas tras ésta, ya que a partir de entonces todas las piezas incluyen tanto marca de ceca como marca de officina y a veces, marcas de emisión.

Antes de continuar, vamos a definir cada tipo de marca que puede aparecer por ende en este periodo:

La marca de officina designa la officina en la que la pieza fue acuñada (primera, segunda, tercera etc.).

La marca de ceca designa la ceca en la pieza fue acuñada (ejemplos; Roma, Ticinum, Antioquía, Siscia etc.). 

Y por último la marca de emisión recalca una emisión particular que designa el marco temporal en el que una pieza fue acuñada. Por ejemplo, La marca “E” en el campo del reverso del ejemplar inmediatamente anterior a estas líneas coloca este ejemplar en la 10º emisión bajo el emperador Probo, que sabemos que fue realizada en el año 282 d.C. Para distinguir este tipo de marcas podemos tener en cuenta que en la amplia mayoría de los casos aparecen en el campo del reverso, a diferencia de los otros dos tipos que casi siempre aparecen en el exergo. Estas marcas, a diferencia de las otras dos, también puede tomar forma de símbolos en vez de letras (corona de laurel, rama de olivo etc.)

Un ejemplo de esto es el siguiente follis, acuñado una vez retirado Diocleciano. En este caso, podemos apreciar la fórmula siguiente (la más habitual): en el exergo, marca de officina (“P” [1º]marcado en rojo) seguida de marca de ceca (“TR”[Treveri]marcado en amarillo), con marcas de emisión que denotaban las diferentes “emisiones” acuñadas en una ceca determinada en este caso en el campo de la pieza  (“S-F” marcado en verde).

Esta fórmula continúa más o menos invariable durante la totalidad de los siglos IV y V d.C. , como se muestra en los siguientes ejemplos:

Follis de Licinio, segunda officina de la ceca de Aquileia:

Centenionial de Constante, tercera officina de la ceca de Siscia:

Decargiro de Honorio, tercera officina de la ceca de Nicomedia (nótese que a la marca de ceca se le añaden las siglas “SM” que puede significar “sacra moneta”[sagrada moneda de…] o “signata moneta” [moneda acuñada en…]):

Gracias a estas marcas es posible conocer el número de officinas en las cuales acuñaba cada ceca. Tomemos como ejemplo esta útil tabla extraída del RIC VII mostrando las cecas que acuñaron durante el reinado de Constantino I “el grande” y la evolución de su número de officinas durante dicho periodo:

¡Y eso es todo por hoy! Espero que os haya parecido interesante este artículo y a partir de ahora entendáis en más profundidad este concepto, que como hemos visto está íntimamente ligado a las piezas del Bajo Imperio Romano y supone una parte inexorable de su estudio. También me gustaría agradecer a Damián Salgado por resolver las dudas que me surgieron al escribir el artículo.

¡Hasta la próxima!

Fuentes consultadas:

https://www.forumancientcoins.com/dougsmith/officina.html

https://www.forumancientcoins.com/dougsmith/philip.html

https://www.forumancientcoins.com/numiswiki/view.asp?key=The%20Age%20of%20Gallienus

https://www.forumancientcoins.com/numiswiki/view.asp?key=Gallienus%20Zoo

https://www.forumancientcoins.com/numiswiki/view.asp?key=ERIC%20-%20GALLIENUS

http://www.fredericweber.com/GALLIEN/emission_du_bestiaire/index.htm

http://divoprobo.org/?page_id=1472

https://tesorillo.com/roma/index.htm

Comentarios en: Las officinas en la Antigua Roma

  1. Me quito el sombrero!!! Y ya hacía falta un artículo como este. Uno de los bloqueos que tengo yo con la numismática antigua es perderme en la nomenclatura pero por falta de afianzar conocimientos. Y estos artículos son una maravilla!!

  2. Comparto todo lo comentado por otros usuarios. Rigor y pedagogía. Hay algo más: consigues acercar lo más complejo y menos conocido de la moneda romana, además de dar confianza y luz al coleccionista. Todo lo mejor en futuros trabajos!

  3. Me sumo a los comentarios anteriores para dar mi más sincera enhorabuena a Agustín por su magnífico artículo, a partir del cual nos ha aclarado bastantes dudas, especialmente en mi caso sobre la marca de emisión. Le animo a seguir publicando sobre la numismática de antigua Roma, afición que comparto plenamente con él.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio