Oro para defender tu colección

José Barcala (de Numismática Barcala) me comentó una idea a la que yo le he dado unas vueltas antes de escribirla aquí. Consiste en tener una colección de monedas de oro que sirva como protección a la colección principal.

Vender oro vs. vender monedas históricas

La numismática y el oro son inversiones distintas. Una de las diferencias principales es que el oro, al igual que el resto de metales preciosos, cotiza en los mercados bursátiles mientras que las monedas no. Como consecuencia, definir el precio de unas monedas bullion es totalmente trivial: simplemente hay que ver cuánto cotiza el oro y multiplicar por el peso de oro que se quiera vender.

Vender monedas de oro a precio de mercado es rapidísimo. Sin más que hablar con un comerciante, cualquiera de nosotros podrá vender tantos kilos como quiera de un día para otro. Si es más hábil en la negociación conseguirá un precio un poco más alto, y si es menos hábil un poco más bajo. Pero las diferencias entre ese precio alto y el precio bajo no pasará de un 2%. 

2 pesetas 1882/1
2 pesetas 1882/1

Eso no ocurre con las monedas históricas. Está el dicho “quien vende por necesidad pierde por obligación”, que nos recuerda que quien tenga que vender rápidamente su colección no podrá negociar un buen precio de venta y, por tanto, lo normal es que se vea obligado a venderla barata. Hay monedas más líquidas y otras menos líquidas, pero el oro siempre va a ser más fácilmente liquidable que una colección de monedas. Además de que no hay mucho margen para negociar el precio ni por parte del vendedor ni por parte del comprador.

Por otro lado, las monedas históricas que se venden por su precio de metal son muy sencillas de encontrar para cualquier coleccionista. Pongamos por ejemplo unas monedas de 25 pesetas de El Centenario, o de 100 reales de Isabel II u 8 escudos comunes en calidades bajas… son monedas que fácilmente se podrán volver a encontrar en el mercado. Por eso la venta de una colección de monedas “a peso de oro” es mucho menos dolorosa que la venta de una colección de monedas con valor numismático: el coleccionista sabe que cuando se recupere económicamente podrá rehacer su colección sin problemas.

El consejo de Barcala

El consejo que da Barcala es destinar un porcentaje de la inversión numismática a comprar monedas de oro que valgan a peso o casi. La idea es que si llega el momento en el que se tenga que vender la colección por necesidades económicas, será mucho más fácil y menos doloroso vender esa colección de oro que la colección principal.

Por ejemplo, un coleccionista podría considerar que por cada 2.000 euros que invierta en monedas históricas para su colección también adquirirá una moneda de 25 pesetas de Alfonso XII; y si hace una compra de 6.000 euros en monedas históricas, también adquirirá un 8 escudos por su peso en oro (o poco más). 

Pasados unos años ese coleccionista quizá tenga 100.000 euros en monedas históricas y 20.000 euros en monedas de oro. Si resulta que se quiere comprar un coche y necesita vender parte de sus monedas, se deshará de las monedas de oro sabiendo que son muy fáciles de vender rápidamente y que según vaya ahorrando se podrá hacer con una colección de oro semejante. Queda claro que esa colección de oro ha protegido de las necesidades familiares a la colección histórica, pues no ha sido necesario echar mano de ella.

Mi opinión al respecto

Creo que el consejo de Barcala es muy interesante si se dan dos circunstancias que no se cumplen para la inmensa mayoría de los coleccionistas:

  • El coleccionista ve su colección numismática como una inversión, en el sentido de que en una hipotética venta futura espera sacar una rentabilidad a la compra-venta de las monedas.
  • Buena parte del patrimonio familiar está invertido en la colección de monedas

Todos aquellos que ven la numismática como una afición a la que dedican un gasto mensual o anual (es decir, que no piensan en una potencial venta futura), no creo que deban preocuparse por esto. Estos coleccionistas, que son amplia mayoría, simplemente compran las monedas que pueden permitirse para hacer una colección que a ellos les satisfaga. Simplemente deben centrarse en disfrutar, que es lo más importante.

16 maravedís 1664, Granada.
16 maravedís 1664, Granada.

Quienes entiendan su colección como una inversión, además de disfrutarla deberían reflexionar sobre la relación de esa colección con el resto del patrimonio familiar. Ese coleccionista debería estructurar sus inversiones, entendiendo cuáles son más líquidas que otras. Esas inversiones más líquidas serían las primeras en venderse en caso de necesidad, mientras que las menos líquidas no deberían venderse rápidamente salvo en una necesidad extrema. Aquí tenéis un ejemplo de alguien que nos cuenta sus reflexiones al respecto

Si la colección supone una inversión que representa un porcentaje pequeño (pongamos, un 10%) del patrimonio total del coleccionista, yo creo que debería entenderla como un activo poco líquido que solo se vende en caso de extrema necesidad. Seguramente ese coleccionista tenga otros activos, como pueden ser fondos de inversión, plazos fijos en el banco, un piso en alquiler… El coleccionista tendrá que ver qué vender primero en caso de necesidad. Probablemente antes que la colección vendiese los plazos fijos y los fondos de inversión; pero eso es algo muy personal.

Si la colección supone un porcentaje muy alto (pongamos, un 80%) del patrimonio total del coleccionista, entonces sí que será necesario preocuparse por la estructura interna de la colección. Es decir, quien tenga gran parte de su dinero en una colección de monedas tendrá que pensar qué partes de esa colección liquidaría en caso de necesidad. 

Denario. D. Junius L. f. Silanus, 91 a.C.
Denario. D. Junius L. f. Silanus, 91 a.C.

Para ellos el consejo de tener una parte en monedas de oro a peso me parece muy bueno. También el de hacer dos colecciones en vez de una (no vaya a ser que el día que la queramos vender, justo esa serie no esté de moda). Y también el de tener algunas monedas que sean caras pero muy líquidas (v.gr., duros u onzas en alta calidad) junto con otras más raras y difíciles de vender (v.gr., platas pequeñas o cobres raros).
Las monedas que ilustran la entrada están a la venta en Numismática Barcala.

Comentarios en: Oro para defender tu colección

  1. Con todo respeto, son actividades diferentes. El inversionista en metales busca cobertura ante eventuales contingencias económicas. El que invierte en numismática no es un coleccionista, sino un comerciante. El numismático, sea coleccionista o comerciante, centra su interés en el conocimiento. El coleccionista tiene otro interés: lograr tener el objeto de su deseo. mas se habla del tema, mas se mezclan los conceptos, es cuestión de tener bien claro que es uno. Por mi parte, al aspirar a numismático, simplemente me centro en la devolución de conocimiento a la que me abre una pieza, y al ser coleccionista me importa un rábano que la moneda, billete, ficha o medalla que añoro y me quita el sueño, me cueste 10.000 dólares o 10 centavos. Es indiferente el precio, porque el precio no es el Valor que le otorgo a mi colección. Saludos desde Argentina

  2. Respecto a la entrada y el comentario anterior me ha hecho mucha gracia porque lo he sentido como una forma de «contentar a la familia»
    Obviamente el que es coleccionista, colecciona lo que quiere, como quiere y el precio o la venta futura no lo debería tener en cuenta. Eso es verdad para diferenciar al coleccionista del inversor, que a veces se mezclan, PERO….eso solo tiene en cuenta al coleccionista como persona individual.
    El caso que se plantea, descartando más inversiones, fondos fijos o lo que sea….suponiendo que la única reserva de dinero más líquida sea la colección, tal es la pasión del coleccionista que se lo gasta todo en monedas….Llegue el momento en que las circunstancias cambien y haya un tercero que diga que el dinero hace falta y las monedas «marchando»….en ese caso se ha disfrutado igualmente con la compra de la onza bonita, se ha estudiado, pero….da menos pena desprenderse de ella. Y contentas tanto al tercero, porque tú haces tu sacrificio, como a ti mismo preservando la mayor parte posible de la colección principal.

    No tienes que ser menos coleccionista, para saber que no estás solo en el mundo, y que tu colección tiene «enemigos» cercanos. Tal vez por ser una afición que es dificil de compartir en un ámbito familiar. A los que no se quieren privar de viajar, es un tema común. Pero la colección es liquidable y suele ser una pasión solitaria

  3. Hola,
    Yo el consejo lo veo perfecto. Y te diré, si compras una moneda de 500€ y no te preocupa nada «su retorno», genial, es que tienes mucho dinero. Claro que todas las monedas tienen un margen, pero si yo valoro comprar una moneda que me cuesta 1000€ y si la quiero vender solo me dan 250€ pues simplemente pienso que he comprado muy mal o las circunstancias de venta ha sido catastrófica. Con lo que tener oro para afrontar emergencias siempre es interesante, pero básicamente porque el oro es dinero.
    Por supuesto cada uno en la medida de sus posibilidades.
    Saludos

  4. Adolfo, una pregunta.
    Cómo se calcula el precio del oro de una moneda, por ejemplo, una onza, a partir de la cotización actual ?
    Gracias y un afectuoso saludo

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Hola José Manuel.

      No sé si entiendo bien tu pregunta.
      Si tienes una onza de oro y ves que la onza cotiza a 1773,27 euros (como es el caso hoy), ya tienes el precio de mercado de tu onza de oro.

      Ahora bien, puede ser que al comprarla la adquieras un poco más cara y al venderla la vendas un poco más barata. Es normal: el comerciante debe vivir de su trabajo. Para eso te recomiendo echar un vistazo a los precios de compra y de venta de Andorrano Joyería, puesto que son públicos y los actualizan diariamente. Ahí tendrás el precio al que un profesional serio compra y vende: https://www.andorrano-joyeria.com/precio-del-oro#productos

      Saludos,
      Adolfo

      1. Gracias, Adolfo.

        Lo que quería decir, es que no sé cómo calcular el precio del oro, independientemente del valor numismático, en el caso, por ejemplo, de una onza de Carlos IV, pues entiendo que sería inferior al precio de cotización, al no tratarse de oro puro.
        Quizás la pregunta sea de conceptos fundamentales, pero es una duda que tengo.

        Gracias de nuevo.

        Un saludo

        1. Hola, si tienes una onza de Carlos IV, y pongamos que pesa 27 g de y el oro era del 87%.
          Tienes por tanto 27*0,87 = 23,49 g de oro puro.
          Ahora una onza troy son 31,1g y pongamos que cotiza a 1720 euros.
          (23,49/31,1)*1720 = 1299,12 euros.
          Lo normal es que te paguen un poco menos y puedes mirar como comenta Adolfo lo que están pagando por onza en Andorrano Joyería para hacerte una idea.

  5. Si, este es un tema muy interesante y delicado.
    El otro día lo comentaba con el nefasto “numismático” Medina en Tenerife.
    Él me intentaba clavar una onza por el doble de su valor en el catálogo ósea, un Fernando VII de Santiago por 5000 euracos Él ni estudia ni tiene idea de cómo está el
    Mercado y defendía “el ladrocinio” porque el oro es un valor seguro y la numismatica también.
    Teniendo en cuenta que esa pieza se puede adquirir en la calidad que ofrecía en 3000-3700. Para sólo recuperar la inversión tendría que esperar unos 25 años .
    Acompañando su estrategia, expuso este ejemplo: “en los años de mi juventud, se compraba un 50 pesos mejicano por 5000 pesetas y ahora se vende por 2000 euros.
    Un negocio redondo decía. Sin tener en cuenta que ese era el sueldo que él me dijo que cobraba como sargento.
    Hoy, 30 años después, esos 2000 euros son el sueldo de un sargento.
    ¿Qué ha ganado entonces? Nada excepto el disfrute de verla y tenerla.
    Sin Embargo, un doble excelente costaba 2000 pesetas y ahora vale 2000 euros con lo que ha disfrutado de la moneda y además ha conseguido una rentabilidad.
    Pero también es verdad que lo que dice Barcalá es cierto, porque si te cae una gorda puedes vender el Bullion pero se compra a 57 y te lo compran a 45 y eso en tiendas serías como Andorrano (porque en los compro oro se ofrece 35)
    Es decir que esa inversión en oro tarda mucho en recuperarse pero tiene la seguridad de que se recupera mientras que en fondos, acciones, alquileres tal vez no y además en caso de holocausto es el mejor refugio para coserte las monedas en el gayumbo y salir por patas , como hicieron algunos abuelos después de la guerra (ahí, en ese caso , el valor del doble excelente va a ser 4 gramos porque la gente no va a estar para numismáticas y la perdida será enorme.
    A largo plazo, puede también que tenga la ventaja de que no pasa por hacienda y si cada mes, dentro de 20 años, acompañas tu pensión con la venta de un centenario y entonces es gloria bendita, mientras si cada mes metes 300 euros en un fondo de pensiones, tal vez no lo recuperes o que sea poco comparado al esfuerzo gracias a nuestro amigo El de hacienda que yo no digo que no lo seamos todos, pero el que ahorra y se lo quita de placeres eres tú.
    En definitiva, me acojo a la idea de Barcalá de 80/20 porque además te permite disfrutar de tu colección como dice Victoria y guardar los huevos en otra cesta.
    Un saludo

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