Billetes de la Guerra Civil autenticados por una huella dactilar

Periodo: Edad Contemporánea

País: España

Municipio: Figaró (Montmany, Barcelona)

Denominación: 10 céntimos

Periodo: Segunda República

Calidad: MBC-

Casa de subastas:  Áureo & Calicó

Fecha: 16 de marzo de 2022

Precio de salida: 90 euros

Los billetes de Figaró en la Guerra Civil

Se ve que, en algún momento a principios de la Guerra Civil, en el municipio barcelonés de Figaró (Montmany, en catalán) necesitaban circulante. Esto ocurrió en muchísimos pueblos catalanes y otras zonas leales a la Segunda República. La diferencia es que en Figaró, al parecer, no contaban con una imprenta ni ningún tipo de maquinaria para fabricar estos billetes.

Alguien, seguramente un funcionario del ayuntamiento, encontró una solución provisional. Sobre un papel oficial de los que se usaban en el ayuntamiento escribió “Vale diez céntimos” (en castellano, lo cual no era tan común en los municipios catalanes). Como era un vale tan artesanal, tan fácilmente falsificable y tan difícil de aceptar en el pueblo, el funcionario le dio validez aplicando tres medidas de seguridad: un sello de la ciudad, que indica “Fígaro” (el municipio se denomina Figaró-Montmany); su firma; y su huella dactilar, claramente visible. Es curioso que no indicase quién era el autor de la firma o de la huella (supongo que fuesen la misma persona), ni tampoco la fecha.

Ya en abril de 1937 hicieron otra emisión mucho más amplia. Se emitieron billetes de 50 céntimos y de 1 peseta, que para mí son de los billetes locales más bonitos.

Ayuntamiento de Montmany. 50 céntimos y 1 peseta.

Además, se emitieron otros billetes de 25 céntimos, 50 céntimos y 1 peseta con la misma fecha de emisión que los dos billetes anteriores. Son billetes más sobrios y menos coloridos que los anteriores. Fueron fabricados en una imprenta de Granollers. 

Ayuntamiento de Montmany. Billetes de 25 céntimos, 50 céntimos y 1 peseta.

La huella dactilar del billete de Figaró

La huella dactilar imprimida en el billete de Figaró abre unos cuantos interrogantes. El primero es a quién pertenece. Es razonable pensar que esa huella es de la misma persona que firma, de ese funcionario que fabricó el billete de manera artesanal. Lo que no sé es quién será el funcionario, pues su firma no coincide con la del alcalde y el depositador que firman los billetes posteriores.

Bien es cierto que el alcalde firma las dos series de billetes posteriores con firmas distintas. Por ello no descartaría que fuese el mismo alcalde quien firmase también el “vale diez céntimos”, cambiando de firma como quien cambia de camisa.

También podríamos pensar que la firma y la huella no perteneciesen a la misma persona. Durante mucho tiempo las personas más humildes que no sabían escribir ni firmar utilizaban su huella dactilar como firma (en algunas partes del mundo se sigue haciendo). Pero es de suponer que un funcionario que ostentase un cargo en el Ayuntamiento de Figaró fuese más que capaz de firmar. Por lo tanto, la huella debe ser un complemento a la firma y no un sustituto de la misma.

Pero lo más sorprendente es el uso de una huella dactilar (esto lo estuvimos comentando en el grupo de Discord del Blog Numismático). El uso generalizado de las huellas dactilares en España no se dio hasta la introducción del DNI el año 1951. ¿Qué hacía un funcionario de Figaró innovando en el uso de huellas dactilares 15 años antes de su uso generalizado y en medio de una contienda bélica?

He estado leyendo un poco sobre los orígenes de la dactiloscopia en España (uno y dos; ¡¡hay que ver hasta dónde nos lleva la notafilia!!). Resulta que el estudio científico de las huellas dactilares arrancó a finales del siglo XVIII, volviéndose más importante a mediados del XIX. Desde los primeros años del siglo XX ya había propuestas en España para el uso generalizado de las huellas dactilares como método de identificación (el Dr. Olóriz fue el pionero). Durante los años 20 y 30 se había formado a guardias civiles y a militares en las prácticas de la dactiloscopia. Además, en 1934 se había creado la Comisaría General de Identificación.  

Se ve que la identificación mediante huellas dactilares no era algo generalizado en España durante la Guerra Civil pero sí que existía un conocimiento sobre la dactiloscopia, así como un interés en extender su uso. Por eso, el funcionario de Figaró entendió, con muy buen criterio, que sería mucho más difícil falsificar su huella dactilar que falsificar su firma. Por lo tanto, añadió su huella en el vale como medida de seguridad.

Finalmente, hay que decir que la idea de utilizar una huella dactilar como medida de seguridad en un billete es algo verdaderamente extraordinario. En todo el mundo yo solo conozco el caso del billete de Figaró y de los tres billetes del Consejo Municipal de Les Borges del Camp. Son todos billetes rarísimos.

50 céntimos y 1 peseta. Consejo Municipal de Les Borges del Camp.

Las próximas subasta de Áureo & Calicó

Áureo & Calicó ha publicado tres subastas para este mes de marzo: el segundo volúmen de la Colección Martí Cot, el 16 de marzo; una subasta en sala, el 17 de marzo por la mañana; la Subasta Selección, el 17 de marzo por la tarde. 

La Colección Martí Cot es una impresionante colección de billetes y monedas de la Guerra Civil Española compuesta por unos 10.000 ejemplares. La introduje cuando se subastó el primer volumen, que se dedicaba a los municipios catalanes de la A a la J. Este segundo volumen se dedica a los municipios catalanes de la L a la X. Al igual que el primer volumen, es una auténtica golosina para los coleccionistas de billetes de la Guerra Civil. Hay muchas piezas de extrema rareza.

La subasta en sala da un repaso a la historia de la numismática en 530 lotes. Hay muy buenas piezas a lo largo de toda la subasta, por lo que es complicado destacar solo algunas de ellas. Como conjunto, los oros griegos son muy relevantes; deben de pertenecer a una colección de oro de la Grecia Arcaica que va apareciendo en las últimas subastas en sala. También me han llamado mucho la atención las monedas andalusíes, tanto los dinares de indicción como, sobre todo, el dinar hammudí. Otras monedas de oro a destacar es la rarísima media onza de Santiago de 1750 o las onzas “cara de rata”.

La subasta selección la comentaré con algo más de detalle en otra entrada. Por ahora os he ido dejando varios vídeos en el canal de Youtube del Blog Numismático donde muestro algunas de las monedas más destacadas.

Además, la semana pasada estuvimos desgranando la Subasta Selección en el grupo de Discord del Blog Numismático. Aquí os dejo la grabación de la reunión (donde Vicenç también nos comenta algunos de los billetes que más le gustaron del segundo volumen de la Martí Cot). La dejo solo para mecenas porque es una conversación privada donde muchos de los partícipes hacen comentarios personales. 

 

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7 comentarios en “Billetes de la Guerra Civil autenticados por una huella dactilar”

  1. Excelente entrada Adolfo.

    Por cierto, no es que Montmany sea la forma catalana de Figaró, sino que se trata de dos núcleos de población distintos dentro del mismo municipio. El Figueró es donde se concentra la mayor parte de la población (debido a su situación en el fonde del valle y al lado de la autovía de Barcelona a Vic), mientras que Montmany es un conjunto de masías en la parte alta del municipio, alrededor de la iglesia de Sant Pau.

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      He actualizado la entrada para enmendar mi error.

      Un error que se debe, sobre todo, a no haber hecho un viaje del que tengo ganas: una ruta en coche recorriendo los pueblos catalanes. Aunque con el precio que está la gasolina últimamente a lo mejor me sale más barato viajar a la Antártida.

  2. Adolfo Ruiz Calleja

    En el grupo de Facebook de We Are Numismatics, J. Luis Mendoza ha escrito el siguiente comentario:

    «No entiendo mucho de notafília, pero (sin restarle valor) yo diría que eso no es un billete local de necesidad, como se entiende, sino un vale por diez céntimos para otro fin.
    También llama la atención que el sello no sea el del Ayuntamiento, como en los billetes del 37 (tampoco se conoce la fecha de este).
    Yo pienso más que se trata de un vale, que entregaba el Ayuntamiento o quizás otra institución local, para algún fin concreto, como podía ser de ayuda a transeúntes, como se sigue haciendo en muchos ayuntamientos hoy en día, que se da un vale para gastar en determinadas tiendas de alimentación de la población. Y más teniendo en cuenta que en la época pasaban muchos refugiados de camino para cruzar los Pirineos
    Aún así, lo considero interesante y no por ello de menos valor.»

    Mi respuesta:

    «según tu propio razonamiento, y siguiendo tu hipótesis, sería un vale emitido por una entidad local para el pago de unos servicios y/o para un subsidio, esperando que otros comerciantes lo acepten. No hay mucha diferencia entre eso y un billete municipal.
    A mí me resulta interesantísimo por lo rudimentario y lo artesanal del «billete» (o vale, o como quiera que lo denominemos).»

  3. Adolfo, tras mi pudor inicial a que pusieras aquí mi comentario (ya que yo de notafília no tengo muchas nociones) me he mirado cierta información que tenía, para apoyar un poco mi teoría y no digo que sea cierta, aunque me gustaría pensar que sí lo es, más que nada por cierta empatía a lo que tristemente estamos viendo en la actualidad…
    «¿CORREDOR HUMANITARIO EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA?
    Por unos comentarios míos en esta entrada del Blog Numismático de Adolfo Ruiz Calleja, dando mi humilde opinión y sintiendo cierto pudor por meterme en un campo desconocido para mí (el de la notafília). Al rato, como curioso empedernido que soy me ha llevado a investigar sobre mi primera opinión de si ese “billete” que sale en la subasta de Aúreo & Calicó se trata en realidad de un billete local de necesidad o puede tener otra denominación…
    Tuve la gran suerte de asistir a la pre-inauguración de una exposición en Camprodón (Girona) llamada “La Retirada” donde se exponían cantidad de objetos “abandonados” en el éxodo (o Retirada) de más de cien mil personas, para pasar la frontera a Francia por el paso de Molló (Vall de Camprodón) en febrero de 1939, dado el avance de las tropas franquistas en Cataluña.
    Ya que también he tenido la oportunidad de pasar por la población de Figaró varias veces en este último año, en la carretera que une la Alta Garrotxa con Barcelona, se me ocurre que este gran movimiento de gente que huía de la represión franquista y que necesariamente tenía que pasar por esta población, este supuesto billete podría ser en realidad un “vale humanitario” para las personas más necesitadas en su éxodo, con valor de diez céntimos (por persona) para que ese día pudiesen comer algo a su paso por la población. Algo que sigue haciéndose en muchos ayuntamientos en la actualidad, en los que a los transeúntes sin recursos (los llamados vagabundos o sin techo) se les da un vale por una cantidad que puedan cubrir sus necesidades por un día (alcohol y tabaco no entra) y que pueden canjear en determinados negocios locales, que posteriormente estos pasaran a su cobro al ayuntamiento.
    Este vale, no tendría por qué ser necesariamente del Ayuntamiento de Figaró (ya que no consta el sello oficial del Ayuntamiento) y cabría la posibilidad de que fuese emitido por alguna “entidad local de auxilio” a esas personas que en muchos casos se fueron con lo puesto.
    Quizás con la saturación informativa en estas semanas sobre “Ayuda Humanitaria” y los “Corredores Humanitarios” quiero pensar que existió como tal en nuestra “Guerra Incivil” ese corredor humanitario y este vale es testigo de ello, con lo que no le resta valor sea billete o no, sino todo lo contrario.»
    (Publicado con imágenes en We are Numismatics)

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Hay un detalle: el billete que ilustra la entrada es del principio de la Guerra Civil. Los corredores de evacuados fueron al final de la Guerra.

      Por cierto, José Antonio Castellanos acaba de publicar un vídeo comentando algunos de los lotes de esta subasta: https://youtu.be/PrZ3mx6Nzag

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