El dinero más sabroso: El uso del cacao como medio de pago

Es muy conocido que en la Centroamérica prehispánica se utilizaban granos de cacao como moneda. Pero a muchos sorprenderá que el cacao se siguió utilizando como moneda durante toda la etapa colonial y hasta muy entrado el siglo XIX. En este artículo ofrezco unos pequeños apuntes sobre lo poco que sabemos de esa mercancía tan sabrosa.

¿Por qué el cacao es una buena moneda?

Resulta imposible saber cómo los granos de cacao llegaron a convertirse en un medio de pago socialmente aceptado. Las evidencias arqueológicas nos muestran que el cultivo del cacao ya se daba en el 2.000 a.c. y que su uso para producir bebidas era común en la zona sur de Centroamérica (actual sur de México, Guatemala, El Salvador y Honduras) sobre el año 500 a.c. Esa bebida es realmente apetecible no solo por el sabor, sino también porque el cacao es un estimulante, así que supongo que a otros pueblos centroamericanos también les agradase. Sin embargo, el cacao necesita un clima muy concreto para crecer y su cultivo eficiente no se puede dar en todo Centroamérica. Por eso, supongo yo que se convertiría en una de las principales exportaciones de la zona sur centroamericana. Exportaciones que son fácilmente divisibles en las pequeñas unidades que supone cada grano de cacao, por lo que tiene todo el sentido que al cabo de un tiempo la gente empezase a mercadear con ellos para el menudeo. Supongo que los utilizasen como moneda porque sabían que siempre habría algún comerciante dispuesto a comprarlos. Hasta que su uso se generalizó.

Mapa cacao época pre-hispanica

Los granos de cacao tienen todas las propiedades físicas para ser una moneda. Son objetos que perduran, pues no se desgastan ni se desgarran fácilmente además de aguantar años como una semilla seca. Su tamaño es razonable, pues no son ni muy grandes ni muy pequeños. Y, además, son muy fácilmente distinguibles de otros objetos u otras semillas. Estas características hacen que se puedan transportar cantidades bastante grandes de cacao (v.gr. cientos de ejemplares) o que se puedan almacenar durante un tiempo prolongado. Además, a priori es complicado el engaño y que cuelen una semilla de café o una alubia por un grano de cacao. Digamos que es un objeto ideal para ser usado como moneda.

cacao

Pero hay un problema: si los granos de cacao fuesen dinero, el dinero literalmente crecería en los árboles. En otras palabras: hace falta generar mecanismos para controlar la producción de cacao porque si no todo el mundo tendría una plantación de cacao y la abundancia sería tal que acabarían por no valer nada.

De nuevo, la propia naturaleza del cacao ayudó a resolver ese importante problema. El cacao crece en climas tropicales, bastante abundantes en Centroamérica. Sin embargo, es una planta muy exigente cuando se trata de su cultivo, ya que necesita unas condiciones de luz, agua y suelo muy concretas para generar grano abundante. Por eso las plantaciones relevantes de cacao se daban en zonas muy concretas: la costa del Pacífico del actual sur de México y norte de Guatemala; e Izalcos, en el oeste del actual Salvador. Además, pasan varios años desde que el árbol del cacao se planta hasta que da frutos. Esto hace posible controlar su producción, ya que es complicado que haya una plantación significativa de cacao que produzca granos sin que el poder público se haya dado cuenta antes.

La religión echó una mano para llevar a cabo esos mecanismos de control de la producción. El cacao se consideraba un alimento místico, evitando así que el pueblo llano malgastase un bien tan preciado. El cacao se utilizaba en ritos religiosos y también como ofrenda a los dioses. Lo bebían sacerdotes, reyes y nobles. También se utilizaba como medicina. Y, por supuesto, solo lo podían cultivar un selecto grupo social: la nobleza, los guerreros de más alto rango y algunos mercaderes importantes. Vemos que así no es tan difícil controlar la cantidad de circulante existente.

El uso del cacao como moneda

Con todo lo anterior vemos que el grano de cacao era la unidad de tan peculiar sistema monetario. Pero esta unidad también tenía sus múltiplos. El “zontle” eran 400 granos de cacao y el “jiquipil” eran 8.000 granos (también había zontles y jiquipiles de maíz o de otros granos). También se hablaba de “cargas”, que equivalían aproximadamente a dos arrobas castellanas (unos 25 kilos), entendiéndose que era la máxima carga que podía transportar un hombre. Una carga equivalía a 24.000 granos de cacao.

cacao colection
Dios creador maya Itzamna, collecta de cacao

En cuanto a su capacidad de compra, variaba bastante dependiendo de las cosechas de cacao. Digamos que con este sistema monetario no había un “banco central” que pudiera controla la inflación o la deflación, por lo que eran las cosechas las que incidían de manera fuerte en el cambio de otros bienes por granos de cacao. Pero para hacer una idea, bastará con decir que un conejo podría costar entre 10 y 20 granos de cacaos, mientras que un esclavo podría costar entre 3.000 y 4.000. Vemos que en esa sociedad el grano de cacao tenía un precio bastante significativo y que la vida humana no era de gran valor.

Por completar la información sobre el numerario prehispánico en Centroamérica, hay que decir que también se utilizaban las quauchtli. Se trataban de unas telas blancas hechas de algodón que también tenían una relación directa con los ritos religiosos. El valor de estas telas –y obviamente su relación de precio con los granos de cacao- dependía de la calidad de las mismas en un umbral entre 60 y 100 granos de cacao por tela.

Tras el Descubrimiento

Con la llegada de los castellanos a América todo este sistema cambió radicalmente. Los conquistadores trajeron un sistema monetario basado en el oro, la plata y el cobre, que nada tenía que ver con los granos de cacao y las telas utilizadas por los nativos centroamericanos. Pero esto, obviamente, no evitó que los nativos siguiesen comerciando con sus granos de cacao. Tanto fue así que al final toda la población centroamericana –nativos, conquistadores y mestizos- acabaron comerciando con granos de cacao. De hecho, el propio Hernán Cortés utilizó los granos de cacao como parte del pago a sus soldados. Unos granos que luego pudieron cambiar fácilmente con la población local por otros utensilios o servicios. Es curioso que esos cambios no se deban con las monedas de cobre, puesto que los nativos no entendían el valor de las mismas y, literalmente, las tiraban al río. Eso hizo que las monedas de cobre se acuñasen en México durante un breve periodo del siglo XVI; allí eran bastante inútiles.

Tabla de equivalencias del cacao

Los castellanos vieron en este sistema monetario más una solución que un problema. Por un lado, permitía resolver el problema de falta de numerario menudo, un problema que siempre afectaba a los territorios de ultramar (y a las colonias de cualquier otro país a lo largo de muchos siglos). Por otro lado, si la población local podía utilizar granos de cacao como numerario, habría más cantidad de oro y de plata que se podía exportar a Europa. Se estima que el 90% de la plata acuñada en la ceca de México en el siglo XVI se exportó a Europa, dejando solo el 10% como circulante en América.

Las ventajas eran tales que se llegó a institucionalizar el uso del grano de cacao como moneda. Parte de los impuestos se pagaban en granos de cacao e incluso se llegó a definir un valor de cambio con el real. Así, por Orden Virreinal de 1555, el real de plata equivalía a 140 granos de cacao. Este valor varió significativamente a lo largo de los años. En 1575 se establece como tipo de cambio que 1 real equivalía a 100 granos de cacao, para mantenerse hasta finales del XVII con relaciones entre 1:60 y 1:100.

No hicieron lo propio con las quauchtli porque esa protomoneda adolecía de un problema importante: no se puede controlar su producción. Es decir, no es posible evitar que los nativos produzcan muchas quauchtli, inunden el mercado y hagan que su precio descienda drásticamente. Algo que sí se puede evitar con las cosechas de cacao, como indiqué anteriormente.

Los cronistas nos hablan del cacao

Son muchos los cronistas de la época que describen, sorprendidos, cómo los nativos utilizaban granos de cacao como medio de pago. También describen cómo atesoraban granos de cacao en sus casas, pues eran su principal patrimonio, y cómo los árboles de cacao pasaban de padres a hijos como una valiosa herencia. Algunos quedaban maravillados con ello. Tanto fue así que en el siglo XVII el Maestro Fr. Pedro Flores de León propuso introducir los granos de cacao como moneda menuda en Castilla.

Copia europea de lista de tributos aztecas. Francisco Antonio de Lorenzana (1770) Historia de la Nueva-España, plate 24 after p. 175. México, en la imprenta del Superior Gobierno, del Br. D. Joseph Antonio de Hogal en la Calle de Tiburcio

También resulta muy curioso que estos granos de cacao se falsificasen. Según los cronistas de la época había dos formas de falsificar el grano de cacao. La primera de ellas era crear una pasta con amaranto, cera y semillas de aguacate a la que después se daba forma de pepita de cacao. La segunda manera era guardar la cáscara del cacao una vez consumido y rellenarla con una pasta semejante a la anterior.

Bernardino de Sahagún nos habla de estas prácticas –que, obviamente, eran anteriores a la llegada de los castellanos a América- y también de la forma de detectarlas. Para saber si el grano de cacao era falso lo que hacían era hincar el dedo índice en el mismo y comprobar así que la textura era la que debería ser. Sahagún también escribe que en los mercados había inspectores locales cuya función era detectar a los falsificadores y llevarles ante la justicia.

Conclusión

Como conclusión, hemos visto que en dos sistemas monetarios tan diferentes como el castellano y el azteca había ciertos problemas comunes: cómo controlar la cantidad de numerario, cómo detectar y perseguir las falsificaciones, cómo establecer un tipo de cambio… Pero no eran sistemas monetarios equivalentes en naturaleza. Los granos de cacao se entendían como unos “commodities que se consumían” y que también servían para intercambiarlos o para almacenarlos. Pero no eran “dinero” en el sentido moderno de la palabra. Digamos que nuestro dinero no se puede consumir.

Fuentes

El uso de cacao como moneda en la época prehispánica y su pervivencia en la época colonial

La moneda tejida: manta como moneda en el mundo prehispánico (pag 37-51)

Cuando la «chapuza» era una moneda

The Town of San Felipe and Colonial Cacao Economies

Cacao Money

Cocoa Bean Currency

When Money Grew on Trees: Cocoa Beans as Currency in Mayan and Aztec Societies

Counterfeit Chocolate: The Use of Cacao as “Money” in Ancient Mesoamerica

12 comentarios en “El dinero más sabroso: El uso del cacao como medio de pago”

  1. Desconocía por completo que el cacao se siguiera usando como numerario tras la conquista. No te acostarás sin aprender una cosa más.
    Esto me recuerda al uso de los cigarrillos como medio de pago en las cárceles que tantas veces hemos visto en las películas.
    Gracias por la entrada que, como siempre, es muy interesante.

  2. Interesantisimo artículo sobre el uso del cacao, que desconocía.
    Gracias por tu labor pedagógica y de divulgación cultural, además de la numismática.

  3. Una entrada interesantísima y que me hace recordar a aquel debate tuvisteis para definir lo que es una moneda; para mí se ha convertido en una prueba muy «extrema» y fuerte para justificar que una moneda siempre requiere de su validación social, no tanto legal; es decir, me adhiero a la línea de pensamiento de Francisco. Sin embargo, creo que al final son dos caras de lo mismo, simplemente que lo legal suele ir a remolque de lo social.

    No me queda tan clara tu reflexión final sobre la diferencia entre el dinero actual y este dinero de origen precolombino; si aceptamos las tres funciones del dinero (reserva de valor, unidad de cuenta y medio de intercambio), las cumple todas. Incluir una cuarta función (alimento) y diferenciarla de otros tipos de consumo no lo veo; al final, el metal de las monedas tiene una función de consumo similar: su uso industrial. Tanto es así que se usa como argumento para justificar parte del valor actual de la plata.

    Un saludo y un placer reencontrarnos.

    1. Muy interesante todo….con respecto a las equivalencias de sistemas creo que mientras nosotros usamos oro, plata y cobre se podria decir que lo eran…ahora con el actual dinero fiat….papel pintado…no…era muy superior el cacao.
      Saludos y de tanto cacao ya me voy a tomar una chocolatada bien fria.
      Aclaro…aquie es pleno verano.

  4. Hola, la diferencia es que su dinero si tenía un valor tangible, y el nuestro no. Pero era dinero por servir como precio de referencia para todo. Es decir, la moneda implicó el cambio importante de empezar a dar valor a algo que no lo tiene. Porque los lingotes de bronce usados en diversas culturas anteriormente, si tenían valor, pues permitían hacer herramientas. El aceptar moneda, que no tiene valor per se, es un cambio importante y se extendió siguiendo las leyes del mercado por toda Eurasia.

    1. Este cuarto uso «utilitarista» va precisamente en línea de lo que le he criticado a Adolfo.

      Personalmente, creo que es una cuarta función no eficiente que, a la larga, invalidaría este tipo de dinero. Me explico.

      Por un lado, se favorecería una tesaurización por parte de sectores mineros o industriales que afectaría a la difusión de este tipo de dinero entre la sociedad. Siempre me pareció curioso que oro y plata sean reservas de valor, pero los diamantes no; pero es lo que sucede, no son vistos como dinero por nadie porque su mercado está fuertemente intervenido y en manos de unas pocas «familias».

      Por otro lado, el valor de esa dinero estaría más ligado a su valor industrial que al de las otras tres funciones, lo que provocaría distorsiones graves a la larga. El mejor ejemplo lo tenemos en la plata.

  5. Es increíble lo que hace el género humano cuando se da cuenta que no puede conseguir lo que se propone por la fuerza, con los recursos que se encuentran a nuestro alrededor conseguimos lo que nos proponemos, el trueque es uno de los saltos evolutivos más importantes, a parte del intercambio físico, se encuentra el intercambio social que nos ha hecho crecer para ser lo que somos hoy en día;

  6. Lic José Antonio Juarez Muñoz

    Muy buena descripción del dinero en mesoamerica y su gran relevancia antes de la llegada de los españoles a nuestras tierras, y con esto se demuestra que ya existía una gran civilización con sus propios medios de comercio y con una moneda en general y muy buena comunicación entre los pueblos que la manejaron para subsistir, gracias.

  7. Me temo que yo nunca llegaría a pagar nada en granos de cacao… me los habría comido antes.

    Aún recuerdo la primera vez que vi plantas de cacao, en la Isla de Cuba; en la ciudad de Baracoa.

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Yo la primera vez que la vi y que probé el amargor de la pepa de cacao, fue en Perú haciendo una caminata de tres días hacia el Machu Picchu.

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