Monedas repasadas

Las monedas repasadas son aquéllas que han sido restauradas recientemente con un buril para que parezcan monedas más valiosas de lo que realmente son. Generalmente se tratan de monedas antiguas y en la inmensa mayoría son monedas de bronce (ases, sestercios, dupondios, maiorinas…) ya que el oro y la plata son metales mucho más duros que hacen demasiado evidentes las marcas de manipulación.

El proceso es manual y conceptualmente muy sencillo. Basta con coger una moneda antigua que tenga poco valor y con un buril ir repasando los bordes del motivo o de la leyenda con el objetivo de realzarlos visualmente y mejorar la apariencia de la moneda. Otra variante es no seguir el diseño original de la moneda sino utilizar el buril para añadir algún elemento o incluso para cambiar el motivo de la moneda. Por lo general el procedimiento de repasar las monedas destroza la pátina de las mismas por lo que muchas veces se repatinan a posteriori.

Lo bueno de las monedas repasadas es que un ojo experto las detecta de manera muy sencilla. Las piezas que han sido repasadas para cambiar su motivo son muy evidentes porque el arte no coincide con el original y porque suele verse restos del motivo de la moneda original. Un ejemplo clarísimo es el horrible bronce de abajo. En él podéis ver que el cuello y la frente del anverso son originales pero todo lo demás parece un chiste.

Otras veces se repasan monedas para crear un nuevo elemento en la pieza, como puede ser un delfín delante de la cabeza imberbe de un as ibérico. De nuevo esos detalles suelen ser muy fáciles de diferenciar porque el arte no es como el original y para generar el delfín habría que rebajar el resto del cambio de manera bastante evidente. Daos cuenta de que generar un elemento tan grande no es como manipular una estrella en una pieza de El Centenario. Ni qué decir tiene que tanto las monedas repasadas que cambian el motivo como las que intentan añadir elementos a la moneda no tienen ni el más mínimo interés para los coleccionistas y no deberían ofrecerlas los comerciantes serios.

El otro tipo de monedas repasadas busca realzar los motivos originales de la moneda. Esas a veces también se llaman monedas «realzadas» o, más coloquialmente, «peinadas». Aquí ya hay debate sobre si esto se debería hacer o no y hasta qué punto. Yo personalmente no colecciono moneda antigua, pero si lo hiciese no tendría interés en comprar monedas repasadas; por pequeño que fuese el repaso. Puede que haya coleccionistas que no quieran gastarse mucho en un sestercio y que quieran que se aprecien los detalles razonablemente bien. Aunque les entiendo mi consejo sería que si no pueden coleccionar una serie mejor se centren en otras más asequibles e igual de interesantes histórica y artísticamente hablando.

Aquí van tres monedas del Bósforo que han sido repasadas hasta la saciedad.

Se puede ver que sus relieves están demasiado elevados, como si la moneda tuviera dos alturas diferentes, una para el campo y otra para los relieves. Las letras tienen una forma rara, los detalles son cortantes… a pocas monedas que se hayan visto las diferencias son bastante evidentes.

Estas monedas tampoco creo que las tenga que vender un comerciante serio. Sin embargo hay otras que se han repasado para mejorar un detalle concreto o una zona de la moneda. No es que me gusten pero tienen cierta salida en el mercado y es fácil verlas en subastas o en convenciones. En este caso digo exactamente lo mismo que con las monedas limpiadas: entiendo que si un comerciante compra un lote de monedas y le entran unas cuantas tendrá que darlas salida. Por lo tanto es razonable que un pequeño porcentaje de una subastas o de la mesa de un comerciante en una convención esté formado por monedas ligeramente repasadas. Lo que no me parece bien es cuando toda la mesa son monedas repasadas o limpiadas. Y, por supuesto, el comerciante siempre debe informar al cliente de lo que le está ofreciendo.

Abajo os presento un ejemplo de una de esas monedas repasadas. Con un simple vistazo se observa que la pieza tiene mucho desgaste pero que de alguna manera maravillosa el pelo y el rostro tiene detalles bastante claros que ayudan a realzar la figura entera. Es bastante obvio que esos detalles están repasados. Igualmente se puede ver que unas letras de la leyenda tienen bastante más relieve que otras por el simple motivo de que también han sido repasadas. Un repaso muy burdo y feo es lo que tiene.

Otro ejemplo no tan feo de una moneda repasada parcialmente:

Y otro más (podéis pasaros por aquí para ver más):

También hay que destacar que muchas veces las monedas con repasadas se repatinan para cubrir las marcas que produce el buril. La tierra cubre las rayas y cicatrices hechas en la superficie de la pieza y hace que pasen más desapercibidas. Como siempre, todo lo que tape y cubra en exceso es indicio de una posible falsificación.

Creo que con esto nos podemos hacer una idea de lo que son las monedas repasadas. A estas piezas no hay que tenerlas mucho miedo porque, como os digo, son bastante fáciles de detectar en cuanto se es un poco experto. El coleccionista que empiece no caerá en estas trampas si cuenta con el asesoramiento de un buen profesional, y el coleccionista que lleva un tiempo es capaz de ver los repasos a la primera.

Para acabar tengo que dar las gracias al foro Denarios y a Pietro, sin quienes no podría haber escrito esta entrada. Con Pietro me reí bastante cuando me hablaba de las monedas repasadas que se acababan convirtiendo en «monedas transexuales» porque de un Antonino hacían una Faustina.

Comentarios en: Monedas repasadas

  1. Creo que mas alla de que el estado de una pieza no nos guste hay que tener respeto por su historia y como ha llegado a nuestras manos,y dejarla tal cual esta. piezas repasadas, agujeros tapados y demas remiendos solo desvirtuan el pedazo de historia que tenemos entre manos y lo convierten en una fantasia. mi opinion saludos!

  2. Hola a todos: gracias por esta entrada tan formativa. Será fácil ver estas manipulaciones, cuando cuente con más experiencia, pero en mi caso, hoy, no me daría cuenta. Por ello, me da un cierto temor la cantidad de posibles incidencias que pueden afectar a una compra…

    Pienso, por otra parte, que los «retocadores» y comerciantes podían señalar que se ha restaurado y como dice Adolfo, hay casos que quedarían hasta bien esas intervenciones. Al fin y al cabo, muchas obras de arte como las pinturas se limpian, se restauran…Lo que no me parece honrado es ocultarlo, cuando en numismática se valora tanto el grado de conservación sin interferencias de restauradores.

    1. El caso del retoque de monedas mediante buril es, al igual que en el caso de las falsas, la otra cara de la figura del chollerismo. Lo que pasa es que se suele tratar de un chollerismo de más capacidad adquisitiva.

      Y es que es muy simple: un sestercio de Claudio en EBC cuesta 2000 euros o más. Un sestercio de Claudio burilado, con aspecto de EBC aunque fácil de distinguir para un experto, cuesta 600. La diferencia, como se puede comprobar, es enorme. Este ejemplo es muy bueno del fenómeno en cuestión ya que lo que más abunda, de entre las monedas buriladas, son los sestercios burilados.

      Como bien dice Adolfo la moneda burilada es bastante fácil de diferenciar, mucho más que la falsa desde luego. A su vez suele ser una moneda de cierto importe ya que la gracia es conseguir un ejemplar de alta calidad a partir de otro en baja. Sumando dos y dos ¿qué nos queda? que el habitual comprador de buriladas es un coleccionista poco o muy poco perito, con altas exigencias en lo que a calidad de piezas se refiere pero poca disposición a pagarlas en lo que cuestan en esa calidad (2000 euros frente a 600).

      Agregar finalmente que yo, como profesional, considero un fraude vender monedas buriladas sin advertencia de su condición de tal aún en el caso de que sean mucho más baratas de lo esperable en un ejemplar de esa calidad. Esto es un poco como el timo de la estampita: el que vende burilada comete fraude, pero el que las compra (el listillo) tampoco hace gala precisamente de una sobresaliente calidad moral intentando comprar sestercios de 2000 euros a 600.

  3. A estas alturas hablar de retoques en monedas no lo veo cuando se refiere a la importancia en su circulación de compra y venta, otra cosa es lo que cada uno hace con sus monedas.Utilizo monedas de poco valor para experimentar con ellas, lavarlas y darles vaselina para que no se oxiden más de lo necesario, lo de repasarlas la verdad es que no se me había ni ocurrido porque a mí lo que me gusta es verles la cara..una mania mia que me da resultados.De todas maneras levantan muchas sospechas los relieves excesivos en monedas entraditas en siglos.
    Saludos

  4. @Andres, lo que tú apuntas es el eterno debate tanto en monedas como en billetes. Bueno, mucho más en billetes porque ahí las restauraciones son mucho más corrientes. La pregunta de cuándo es aconsejable restaurar y cuándo no es bastante complicada de responder.

    @Juan Luis, hay coleccionistas que limpian o manipulan las monedas de su colección. Pero luego esas monedas volverán a entrar en el mercado antes o después. Y ya no habrá remedio: estarán limpiadas o manipuladas para siempre jamás. Luego hay algunos comerciantes que sistemáticamente limpian o manipulan todo lo que les entra en las manos porque se dirigen a un público que compran mejor ese tipo de monedas que las que no han sido tratadas.

    @Pedro, yo estoy (de nuevo) muy de acuerdo con @Luis: las monedas buriladas tienen que venderse como tal. Los comerciantes lo suelen hacer aunque no pongan un cartelito en la moneda que diga «repasada». Si coges una moneda repasada y le preguntas el precio lo normal es que te lo digan… o que te dejen que te encapriches de ella pero que te digan que está repasada antes de comprarla. Ya os digo que no suele haber muchos problemas en este aspecto porque el buril se detecta fácilmente a poco experto que se sea.

    Saludos,
    Adolfo

    1. Adolfo: No estoy en contra de, por ejemplo, quitar oxidaciones que no permitan que se aprecien los detalles originales de la pieza o su fecha; lo que si estoy en contra es alterar, acentuar o crear falsos relieves mediante metodos que agreden la superficie original de la pieza.

      1. Ya te digo que éste es un debate muy largo. Un día si queréis entramos en él de lleno.

        Por mi parte, ya que se restauran cuadros, esculturas, murallas, castillos, cerámicas… no veo por qué no se van a poder restaurar las monedas. Otra cosa es destrozar la pieza y/o venderla como si no hubiera estado retocada.

        Saludos,
        Adolfo

  5. La mayor parte de los comerciantes te lo advierten, ¿Que hay sinvergüenzas en todas las profesiones?
    Sin duda, pero lo más valioso que tiene un comerciante numismático es su prestigio, y este se basa en su fama y en su palabra…
    Por cierto, el artículo original no tiene desperdicio, es de Calgary coins, si me acuerdo pondré el enlace (yo fui uno de los que tradujo el artículo al español)

  6. Un poco tarde para el comentario pero vale la pena.
    Estos “ retoques “ en buril también fueron hechos por el grabador en la fecha originaria, para intervenir detalles en la moneda que pudieron salir mal en el proceso de confección, hay claros ejemplos.
    En mi caso colecciono monedas de Costa Rica, y un ejemplo de estos retoques recurrentes se da en la moneda de Plata ley 650 de 25 céntimos de 1924. Es común encontrar evidencia de utilización de buril en el campo de la fecha y en el de la ley de Plata. Es curioso porque fue una moneda muy intervenida y no obedece a alteraciones posteriores para incrementar valores de la misma etc, ya que ciertamente es una moneda muy común y muchos son los ejemplos.
    Es una moneda sobre la cual me he detenido a repasar errores y eventualmente variantes, generalmente se encuentra con algún detalle y lograr encontrarla “limpia “ es difícil, siempre se le encuentra algo.
    Lastimosamente desconozco como adjuntar imágenes pero por lo menos aporto los comentarios. Saludos

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