La evolución de la afición numismática II

Hace tiempo escribí una entrada que explicaba el camino que suelen seguir los coleccionistas de monedas. Hablaba desde mi propia experiencia, viéndome a mí mismo y viendo a la mayoría de los aficionados que he conocido. Contaba que generalmente se entra al coleccionismo de monedas por el mero hecho de coleccionar y posteriormente tomaban mayor relevancia los aspectos históricos y artísticos de la moneda o la faceta de inversión de la colección. Creo que esos son los tres aspectos fundamentales de la afición a la numismática: coleccionismo, historia/arte e inversión. Lo normal es que el aficionado comience por el aspecto del coleccionismo y luego descubra los otros dos. Pero también hay casos en los que se comienza por alguno de los otros. Justamente a esos caminos alternativos voy a dedicar esta entrada.

Lo primero que hay que decir es que quienes comienzan interesándose directamente por los aspectos históricos o inversionistas de las monedas son personas adultas. Coleccionar es divertido para niños y para adultos, pero desde luego que leer tratados de historia o invertir dinero no son actividades que vayan a hacer menores de edad. La primera requiere madurez y la segunda responsabilidad. Ambas características se las dejamos a los adultos. Y no a todos.

Quienes se adentran en la numismática atraídos por su aspecto histórico forjan algunas de las colecciones más interesantes que se pueden encontrar. Su curiosidad nace de los libros, de leer o de estudiar historia y arqueología, que generalmente les apasiona. Luego descubren que por muy poco dinero pueden adquirir monedas acuñadas bajo los mandatos de los reyes a los que han estudiado, en el contexto de una guerra que les ha llamado la atención o que son prueba viviente del contexto político y económico de un lugar en un determinado momento. Posiblemente si en vez de monedas se pudieran permitir adquirir armas u otras obras de arte de diferentes épocas y lugares, muchos de ellos hubieran coleccionado otra cosa.

El hecho de coleccionar monedas suele influir también en los libros que leen  y les sirve como un aspecto de motivación importante a la hora de estudiar, como siempre nos recuerda Juan Luis. Esto hace sus colecciones tengan muchísima personalidad puesto que son un reflejo de los periodos históricos que al coleccionista más le llaman la atención. No suelen tener una serie de monedas ni intentan completar todas las monedas de cierta ceca, cierto módulo o cierto reinado. Por el contrario, buscan monedas de un ámbito mucho más amplio y suelen tener «un poquito de cada». Un buen ejemplo es la colección de Lanzarote, a quien ya he puesto de ejemplo otras veces en el blog.

Curiosamente, al contrario que los aficionados que comienzan motivados por el coleccionismo y quienes lo hacen motivados por la inversión, quienes se adentran en la numismática atraídos por la historia generalmente no evolucionan hacia otro tipo de coleccionismo. Suelen olvidarse de invertir dinero y nunca muestran interés por el hecho de «tapar huecos» en un álbum. Lo que hacen es profundizar más y más en los aspectos históricos. O al menos los casos que yo he conocido.

Otros coleccionistas se adentran en la numismática como una inversión. En varios de los casos que yo conozco buscan invertir una buena cantidad en oro físico y con ello acaban descubriendo la numismática, bien porque compren monedas de oro y les pique la curiosidad o porque el comerciante que les vende oro les «empuja» a comprar monedas históricas de calidad (donde los comerciantes tienen un margen mucho mayor). Al que le parezca una manera muy fría de empezar a coleccionar que tenga en cuenta que algunas de las colecciones de monedas más importantes comenzaron con una inversión en oro. Entre ellas la colección de Louis E. Eliasberg (fuente).

Este perfil de coleccionistas suelen comenzar directamente haciendo compras de monedas caras, del orden de miles de euros cada ejemplar. Por eso suelen centrarse en series caras o en las monedas más caras de cada serie. Los que se centran en las series caras suelen acabar haciendo una colección coherente de monedas de alta calidad. Puede ser que les gusten las onzas y quieran adquirir una de cada combinación de rey/ceca/busto o puede que les gusten los áureos o los sestercios y quieran adquirir uno de cada emperador. Digamos que estos acaban siendo «coleccionistas al uso». Otros en cambio se acaban preocupando más por los aspectos históricos de las monedas y adquieren piezas de alta calidad de diferentes épocas. Su colección acaba teniendo ejemplares de múltiples épocas o lugares y sus dueños se han preocupado por saber la historia de cada una de sus monedas. Conozco incluso casos en los que empezaron como una inversión y la afición a la numismática degeneró de tal manera que ahora solo estudian libros al respecto y se olvidan de comprar monedas.

Que nadie se crea que porque inviertan desde el principio o porque adquieran monedas de alta calidad son personas a las que el dinero les cae del cielo. Las colecciones que desde el principio se ven como una inversión suelen tener muy pocos ejemplares porque el dinero para comprar monedas no es ilimitado. No pasa nada: una colección de 20 ejemplares bien hecha puede dejar con la boca abierta a cualquiera.

Las imágenes que ilustran la entrada corresponden a un Holey Dollar y su dump (escoria) que va a ser subastado por Bower’s este agosto. Hace tiempo que hablamos de los Holey Dollars y en los comentarios salieron hace unas semanas estos mismos ejemplares. Tenéis un buen artículo al respecto de la propia casa de subastas sobre estas monedas (¡lo que me encantaría que las casas españolas tuvieran un blog como el de Bower’s! pero entiendo que no cuentan con los mismos medios). En cuanto a precios, bastará con decir que hace poco se pagaron $508.000 por un Holey Dollar de esos.

Comentarios en: La evolución de la afición numismática II

  1. Hola Adolfo: Muy interesante el tema que tratas, yo empeze a los 6 años coleccionando una moneda de cada pais, me interesaban en particular los paises raros de asia o africa, luego me dedique a completar algunas series de bajo valor. Conforme el tiempo fue pasando abandone el coleccionismo y me dedique al ajedrez y a interesarme por la historia y a los 28 años retome la coleccion pero esta vez desde un punto de vista historico. Me atrayeron las grandes piezas de cobre que empezaron a acuñarse a fines del siglo 18 y principios del 19 epoca en que se trataba en que las piezas conservaran el valor intrinseco en metal. Ahora he ampliado la coleccion a las piezas de europa y sus colonias de ultramar durante la colonizacion americana (1500-1830) ya que otro factor que me interesa mucho es el metodo de fabricacion de la moneda,(macuquinas,volante o molino, o maquina de vapor) y en este periodo coexisten los tres tipos.Obviamente que no es posible completar series ni cecas pero a mi gusto la coleccion se puede hacer representativa y cobra mucho mas sentido. Aunque aun conservo algunas series que coleccione en su momento y me gustaron mucho esteticamente como las del bufalo americano de 5 cent.

    Muy lindas y raras piezas las de la entrada. Me parece o el holley ha sido colgado? (lo digo por los restos en la R de gratia de la primer foto

    Un saludo grande y muy entretenida la entrada

      1. Realmente es muy similar nuestra trayectoria e intereses! Te felicito por haber hecho tantos viajes y por tus trabajos sobre la ceca de Segovia. tengo especial devocion por las piezas de 8 maravedies de Carlos III y IV. Ahora estoy leyendo sobre las cecas de Potosi asi como tambien me interesan las cronicas de Indias en general aunque lo mio tan solo leer en casa. Tambien me gustan los libros antiguos.
        Un abrazo desde Argentina y exitos en tus trabajos!

  2. MUY interesante tema. No estaría mal redactar y repartir algún tipo de encuesta con preguntas al respecto y luego hacer un articulo sobre los resultados. Yo comencé a los 7 años de edad cuando mi tío me regalo unas monedas corrientes y de circulación de diferentes países. A los 8 años en mi primer viaje al extranjero, traje monedas de circulación de las Bahamas para regalar a todos mis amiguitos. A los 12 años ya estaba comprando monedas (casi siempre de otros paises) por correo de publicidades en el periódico Coin World. De 17 a 20 años me interese más por comprar billetes de avión y viajar, y pronto que descubrí en Perú que podía comprar monedas antiguas de plata por casi su precio en plata, y de ahí una renovada interes por mi viejo hobby y gran parte de mi colección. Cuando tenía 35 años comencé a interesarme por las antiguas Cecas y las maquinas de acuñar (gracias a largas estancias en Potosí donde trabaje de fotógrafo). Con 37 años de edad, ‘descubrí’ la abandonada Ceca de Segovia y llevo desde entonces estudiando y trabajando entorno a su documentación, restauración y musealizacion. Actualmente, me emociona mil veces mas escribir libros sobre la numismática, cecas, troqueles y maquinas de acuñar, etc. (publicare uno nuevo muy importante dentro de dos meses) y desde hace muchos años no busco ni compro monedas para mi propia colección, sino me gusta mas tomar fotos de monedas en colecciones de otros para mis libros. Todo vale. Llevo toda mi vida metido de lleno en la numismática, pero siempre buscando y siguiendo caminos nuevos y diferentes. Creo que es FUNDAMENTAL introducir los chavales jóvenes a la numismática porque casi todos los ‘grandes’ numismáticos que conozco siempre me confirman que han empezado antes de los 10 años de edad.

  3. Diferentes inicios, diferentes trayectorias y diferentes o mismos destinos, depende de como se mire.

    Con 7 años descubri escondida entre trastos de mi tatarabuelo una bolsa con ciento y pico de monedas del mundo y para mi durante años eso fue un tesoro, con los años descubri que aquello era chatarra pero creo que la adoracion que senti durante años por esas cosas circulares creo que me marco sin saberlo.

    Algun tiempo despues aparecieron las 2000 pts de plata, mi madre me compraba una cada año, luego segui yo con las 12€, luego y con el miedo al madmax llego la acumulacion de k12, luego las philarmonicas como inversion lo que me hizo descubrir las brittanias y pandas que me animo a coleccionar, lo cual me acabo aburriendo por la poca variedad a precios razonables, lo que me llevo a bullion barato del siglo XX, el XX me llevo al XIX, los duros del mundo…….ahora miro columnarios y thalers con ojos viciosos, pero no me metere con ellos hasta creerme preparado.

    Vamos que esto es un no parar, jeje, sabemos donde estamos pero no donde vamos, imagino que llegaremos hasta donde nuestri bolsillo nos deje o cualquier dia por cualquier motivo dejara de interesarnos..o no.

    Un saludo

    1. Ahora que lo dices recuerdo el momento mas feliz de mi vida como coleccionista: tendria unos 12 años cuando fui con un amigo que tambien juntaba monedas a un lugar donde hacen acopio de metales y chatarra, propiedad del padre de un compañerito de colegio, el hombre nos mostro una pileta de lavar la ropa, colmada hasta arriba de monedas de niquel de principio de los 1900s, quien nos dijo que sacasemos lo que queriamos. Nos pusimos como locos! metiamos las manos en esa masa de monedas y por ahi nos raspabamos con algun que otro pedazo de alambre que habia entre todo eso; pero..que nos importaba! me acuerdo que casi no podiamos caminar con los bolsillos colmados de monedas y dos tarros de lata llenos en cada mano, por supuesto llenos de chatarra, pero sentiamos que habiamos encontrado un tesoro! jaja, que lindas epocas…
      Saludos

  4. Hola a todos: los tres motivos principales para aficionarse a la numismática -coleccionismo, historia-arte e inversión- parecen necesitar de un arranque, que motive en un momento determinado y que resulta muy variado: un regalo, una herencia…una tradición familiar…(También podría añadirse que la afición se fortalece con la posibilidad de compartirla con otros aficionados…por ejemplo, gracias a blog como el de Adolfo).

  5. Yo empecé con 8 añitos coleccionando países, buscaba tener una moneda por país, pues mi verdadera pasión era la geografía. Como muchos coleccionistas, dí un poco de lado el coleccionismo, aunque lo mantenía en mi costao, hasta que, ya en mis treintaitantos, que todavía conservo, retomé la colección, esta vez con un sueldo de respaldo, lo que me permitía adquirir moneda histórica (mi formación académica) pero en esta ocasión no buscaba completar ninguna colección, sino acercarme, a través de un objeto, a un momento, un acontecimiento o un personaje histórico.

    Una herramienta más para acercarles mis dos pasiones, la Geografía y la Historia, a mis dos niñas.

    Gracias Adolfo, un honor aparecer en un artículo tuyo, en el que además ilustras con mi moneda fetiche por muchas razones.

  6. Para variar, yo empecé con 45 años, era un gran aficionado a la geografía y a la historia, y mi hijo me descubrió que se podía coleccionar moneda histórica a precios razonables, y que gracias a internet se le podía sacar mucha historia a cada pieza. Ahora tengo bastantes libros, y me planteo, a mi edad, iniciar estudios relacionados con la historia; pero todo empezó con unos pequeños y baratos cobres que me hicieron soñar, e internet que me abrió un mundo hasta entonces insospechado.

  7. Mi caso es algo diferente empece con las reproducciones de moneda romana de Tesa y la serie de Yo Claudio de Robers Graves en TVE , me enamore desde chico de la historia de Roma, libros , viajes , cromos.. Y tras 20 años coleccionando moneda romana primero bajo imperio por su bajo precio luego imperial e ibérica . No fue hasta que cumplí los 45 cuendo me empezaron a atraer las piezas borbónicas y no le hago ascos a la medival castellana , más por su significado histórico que por su valor, No todos buscamos la rentabilidad el estudio del conteso, histórico, social y económico de una etapa de nuestra historia al que nos puede sumergir una pieza de metal es por sí mismo un valor. Un abrazo

  8. ¡Cuánto nos enseñas Adolfo! No tenía ni idea de que se utilizasen monedas españolas de ocho reales para reacuñarlas como monedas australianas, y eso que soy un gran aficionado y coleccionista de monedas australianas. Mi caso es tal y como relatas; creo que esa evolución es la que tenemos todos los que empezamos desde niños. Empecé por coleccionar monedas que tenían mis padres y abuelos en su casa, luego comencé a ir todos los domingos a un puesto de monedas en Medina del Campo, de donde soy, luego hube de dejarlo por mis travesías en Europa y EEUU y finalmente hoy en día a mis 28 años invierto dinero en monedas de todo tipo (euros, libras, dólares,…) aunque tengo cierta predilección por las monedas de oro de 25 pesetas de Alfonso XII, en mi opinión uno de los pocos reyes dignos de admirar en España. Por lo tanto, no sigo una colección específica, me gusta tener de todo como a muchos de nosotros. Un saludo y gracias por el tiempo que nos dedicas a mostrar cosas curiosas de este mundo numismático.

  9. Cada coleccionista tiene su propia historia y forja su propio camino. Muchos os veis representados con lo escrito y creo que no es casualidad que entre los comentaristas del blog abunden los interesados en la historia desde sus mismos inicios.

    Todas vuestras historias son preciosas porque son propias y son reales. Pero quisiera destacar la de Julián porque si lleva a cabo sus planes sería el primer caso que conozco de alguien que se anima a realizar estudios formales de historia motivado por la numismática.

    Yo sigo en Saaremaa.

    Saludos,
    Adolfo

  10. Siempre hay una moneda llena de cosas que invitan al descubrimiento. Los detalles pueden llenar una tarde entera y más y como buen habito es algo que nos ocupará siempre porque…siempre hay para nosotros… una moneda.
    Saludos

  11. Recuerdo a los cinco o seis años, en la caja donde mi abuela guardaba los botones, encontré un disco pequeño de metal (cobre) que decía maravedíes. En una cara se veía la imagen de un personaje que decía se llamaba Fernando y en el otro lado unas cadenas. Ese fue mi comienzo, la curiosidad por la historia y hoy cincuenta años después todavía me asombra la historia que esos pedazos de metal aportan. He discutido con coleccionistas que solo miran el valor de sus piezas diciéndoles que lo interesante de la numismática es el estudio de la pieza no el llenar un hueco. Con el tiempo he sabido encauzar mi afición en colaboraciones en entidades publicas como asesor numismático.

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