El color de las monedas

Bill Fivaz escribió un libro titulado «United States Gold Counterfeit Detection Guide» en cuya introducción se incluyen ciertos aspectos genéricos para la detección de moneda falsa. De todos los aspectos que describe el que más me sorprendió fue el color, pero con el tiempo de que es una de las caracteríticas más importantes a la hora de autenticar una moneda. ¿No os ha pasado nunca que un comerciante experimentado ve de lejor una moneda y ya os anuncia que es falsa? Es simplemente el color el que está delatando a esa falsificación.

Digamos que no todos los oros, ni todas las platas, son iguales. Por un lado está la pureza de la moneda: no es lo mismo una aleación de 0.925 que una de 0.800, si bien cualquier falsario suele tener en cuenta ese tipo de aspectos. Por otro lado está el elemento con el que se haya mezclado el oro, que en muchos casos es cobre o plata. Si una moneda es en un 90% oro y un 10% de cobre, el amarillo del oro tenderá a anaranjado, ya que la oxidación del cobre es naranja (el oro no se oxida, pero el cobre sí); en cambio, si una moneda es en un 90% oro y en un 10% plata, el color del oro será más amarillo y tenderá levísimamente a verdoso, ya que la oxidación de la plata es verde. Este aspecto lo tienen en cuenta pocos falsarios.

Supongo que estaréis pensando lo mismo que pensé yo cuando leí ese texto de Fivaz: hay que tener una enorme experiencia para conocer al detalle el color de cada tipo de moneda. En efecto, así es: hace falta haber visto muchísimas monedas en la mano, porque ese tipo de detalles no se aprecian viendo las monedas en foto, ya que en las fotos influye mucho la iluminación. Solo los profesionales con experiencia o los aficionados que más controlen un periodo son capaces de descartar monedas como falsas por el color de las mismas.

Como ejemplo de esta distinción os traigo dos ejemplares de oro en los que se aprecia claramente la diferencia de color. Se trata de dos monedas que me ha enseñado un amigo coleccionista que sabe que me chifla el oro medieval castellano. La primera de ellas es un morabetino de Alfonso VIII, ceca de Toledo:


La segunda es una dobla de la banda de Juan II, ceca de Sevilla:


Ahora van ambas juntas para que se note bien la diferencia de color. Este caso es muy evidente puesto que se ve que la dobla de la banda tiene un color mucho más apagado.:


 

 

Hablando con el personal de Nummétrica sobre este asunto me han dicho que ellos han analizado tres doblas de la banda de Sevilla, cuyas purezas de oro son: 73,807%, 73,952% y 76,194%. Por otra parte, el libro de Antonio Roma Valdés «Composición metálica de las monedas leonesas y castellanas en la Edad Media» indica las composiciones de 9 morabetinos de Alfonso VIII analizados, manteniéndose la proporción de oro más o menos constante en torno al 86%. Esta diferencia en la composición del oro, así como los elementos traza de las monedas (que obviamente Nummétrica no publica) son lo que diferencia el color de ambas piezas.

Por último solo quiero recordar que porque una moneda tenga el color que debe tener no se puede garantizar su autenticidad; es simplemente un argumento a favor, si bien es un argumento muy potente. Más potente todavía es un análisis metalográfico, claro está.

 

18 comentarios en “El color de las monedas”

  1. Sobre las doblas de Juan II de Castilla, el libro que mencionas «Composición metálica…» indica que «Manuel de Lamas sometió a ensayo cuatro piezas, tres burgalesas que arrojaron un resultado bajo de oro: 17 quilates y 2 granos. La cuarta, de la que no se especifica origen, contenía 19 quilates. Es una serie con un bajo contenido de oro». Pero no desvela con qué mezclaban el oro al acuñar morabetinos y doblas de la banda, ¿con plata o con cobre?. En las monedas de tu amigo sí se aprecia un tono más anaranjado en la moneda de Juan II que en la de Alfonso VIII, pero no no controlo bien esas monedas.

  2. Preciosas monedas, sobre todo el morabetino, que si no me equivoco se siguió emitiendo en los reinados de Enrique I y Fernando III (hasta 1230) sin cambiar leyendas (únicamente la fecha).
    Lo curioso es que ninguna se ajusta a su patrón, el morabetino debería ser de 23.5 quilates (98%) y la de la dobla de la Banda debería ser de unos 19 quilates (79%) según el Ordenamiento de Valladolid de 1442.
    La ceca es Sevilla por el estilo, pero no es muy legible, ¿no?

  3. Adolfo, una vez más, ¡excelente entrada! Se ha vuelto tan habitual que para no repetirme creo que sólo voy a comentar cuando la entrada no me guste :).

    Igual de interesante lo que apunta WF. Resulta que ninguna de las dos monedas que muestras se ajusta a lo que debería ser y sospecho debe de ser la tónica general. ¿Se hacían trampas al solitario o estaba pensado y muy pensado el reglamentar unas leyes para después no cumplirlas?

  4. El Ordenamiento de Valladolid es muy posterior a la acuñación de estas monedas.

    En cualquier caso, por la parte de los morabetinos Antonio Roma lo explica muy bien en su tesis doctoral:

    «En el caso de [obtener morabetinos alfonsinos a base de fundir morabetinos] almorávides, la ganancia sería superior. Así, en fino cada morabetino [almorávide] con un contenido de oro del 95 por 100 tendría un oro fino con un peso de 3,85 g. cada morabetino alfonsino tendría 3,30. De esta manera, cada siete morabetinos almorávides fundidos el rey castellano obtendría uno de ganancia, aproximadamente.»

    Una forma de sacar perras… lo de siempre :)

    1. La verdad es que puse como ejemplo el de Valladolid porque en él indica la talla que deben tener en 1442, pero según J.Mª Fco. de Olmos («La moneda de la Castilla bajomedieval»), es hacia 1429-1430 cuando se empiezan a acuñar, justo en la Guerra contra Aragón (o de los Infantes de Aragón). No sé si hay bibliografía más actualizada, ya que entre 1404 y 1430 parece que hay un «vacío» de Ordenamientos.

  5. Casi que me referia al del oro… el otro dia tenia en mis manos una moneda de oro que sonaba fatal. Mi numismatico me dijo que se debia a que el oro estaba mal batido y supongo que es extrapolable a la plata puesto que tambien hay monedas que suenan fatal. El sonido te puede indicar si es oro o plata pero no te puede garantizar que no lo es. Es curioso…

    1. Lo que pasa es que son pruebas que es mejor no hacer. Eso de dar golpecitos a una moneda para saber si es un metal precioso o no, no lo veo nada claro porque es muy intrusivo.

      Es igual que los médicos de la vieja escuela (el último que conocí se jubiló hace años), que detectaban si un paciente es diabético o no a partir del sabor de su orina.

  6. En estas cuestiones es necesaria mucha divulgación; entre otras cosas, porque la prevención de posibles fraudes es algo que nos interesa a todos. Es una pena que no haya más iniciativas en este sentido desde la distintas asociaciones numismáticas…

    Un saludo.

    1. Realmente es un tema muy util y a la vez muy delicado. Es bueno difundir pautas para la deteccion de moneda falsa para evitar que nos cuelen falsas pero si la difusion es muy masiva avivamos a los falsarios para que mejoren sus producciones.
      Un saludo a todos

      Andres

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