Los denarios de los enemigos de Nerón

Este texto de mi autoría fue originalmente publicado en la revista Detección & Monedas.

Los años 60 del primer siglo de nuestra era no fue una década fácil para el Imperio Romano. Gobernaba Nerón, un emperador al que la literatura nos ha representado como ejemplo de tirano extravagante, algo que los historiadores actuales ponen cada vez más en duda. Es muy bien conocido que Nerón ordenó el asesinato de su poderosa madre, Agripina la menor, en el año 59. Algunos historiadores consideraban que la causa de dicho asesinato eran fundamentalmente aspectos privados, puesto que Agripina no veía con buenos ojos las infidelidades matrimoniales de Nerón. Sin embargo, actualmente se entiende que esto no fue más que una lucha de poder en el que madre e hijo conspiraban el uno contra el otro. La numismática no nos habla de dicha lucha, pero sí nos muestra denarios como el de la Figura 1, donde se representa a Agripina tan poderosa que está al mismo nivel que a Nerón.

Los años siguientes fueron muy duros para el Imperio y para su emperador. La Guerra contra los partos y el archiconocido incendio de Roma, que supuso la reconstrucción de la ciudad desde sus cimientos, necesitaban ingentes cantidades de dinero en manos públicas. Esto hizo que los impuestos aumentaran considerablemente, así como el precio del trigo.  Como tantas otras veces en la historia, tocar el bolsillo a la población genera un descontento que muchas veces acaba en revueltas generalizadas.

Agripina
Figura 1

La primera gran amenaza a la que tuvo que hacer frente Nerón fue a la Conjura de Pisón en el año 65. Este complot fue dirigido por Cayo Calpurnio Pisón con la intención de restaurar la República y liberar a Roma del tirano Nerón. Hay que entender que por entonces hacía pocas décadas que Roma era un Imperio y muchas familias (como la gens Calpurnia, a la que pertenecía Pisón y que acuñó denarios como el de la Figura 2) seguían añorando esa República en la que el poder estaba repartido entre unos pocos oligarcas. Esta conspiración se desarticuló y causó el suicidio tanto de Pisón como del filósofo Séneca, quien había hablado con los conspiradores.

Figura 2
Figura 3

En el año 66 ocurrió otra gran rebelión en una provincia alejada de Roma: Judea. Al parecer en este caso el catalizador fue más religioso que económico. Se podría decir que, durante las décadas anteriores, los continuos roces entre judíos por un lado y griegos y romanos por otro, habían convertido a Judea en una olla a presión que acabó reventando en el año 66. En un primer momento, los judíos lograron repeler a la Legio XII Fulminata, matando a miles de legionarios. Pero Nerón envió a cuatro legiones para sofocar la rebelión al mando de Vespasiano, quien acabaría siendo Emperador de Roma pocos años más tarde. Es muy conocido que esta revuelta se sofocó tras un durísimo asedio a Jerusalén y acabó con una Judea en ruinas. Tal desastre humano no fue visto con malos ojos en Roma. De hecho, Vespasiano, ya como emperador, emitió una serie de monedas en todos los metales en las que celebraba su victoria sobre Judea, dejando bien claro que no hubo misericordia con los vencidos. Hablo de la serie “Judaea Capta” (véase por ejemplo el denario de la Figura 3), sin duda alguna una de las más queridas por los coleccionistas de monedas romanas.

Mucho más dramática para Nerón fue la revuelta que comenzó en la Galia a principios del año 68. Fue entonces cuando Cayo Julio Vindex, gobernador de la Galia Lugdunense, se levantó contra la política fiscal de Nerón, dando lugar a un periodo que suele denominarse como “Guerras Civiles”. Se dice que Vindex reclutó rápidamente 100.000 soldados en su causa (una cifra seguramente exagerada). Además, se ganó rápidamente el apoyo de Serbio Sulpicio Galba, quien por entonces era el gobernador de la Hispania Tarraconense. Galba contaba con la Legión VI Victrix, que por entonces se encontraba en Hispania. Además, formó una nueva legión para marchar sobre Roma: la Legio VII Galbiana. Las dotes políticas de Galba también consiguieron que Lucio Clodio Macro, legado del Imperio Romano en África, se uniera a la causa para derrotar a Nerón. Macro se encontraba en Cartago, controlando desde ahí la Legio III Augusta, los importantes recursos navales de la ciudad y el indispensable suministro de trigo africano a Roma. Por si fuera poco, Macro creó la Legio I Macriana Liberatrix que se uniría a sus tropas existentes.

La reacción de Nerón fue encomendar a Lucio Verginio Rufo, gobernador de la Germania Superior, que cayera sobre Vindex y aplastara así la revuelta. En la primavera del 68 aconteció la batalla. Fue perdida por Vindex, quien se suicidó poco después. Galba pensó en hacer lo mismo, pues se veía sin su principal apoyo. Sin embargo, vinieron grandes noticias para él desde Roma: los enemigos de Nerón crecieron en Roma y el propio Senado lo declaró enemigo público, nombrando a Galba emperador. De esto se siguió que la Guardia Pretoriana, encabezada por Ninfidio Sabino –quien aspiraba a ser proclamado emperador-, capturase a Nerón y le obligasen a suicidarse. Con esto se puso fin a la Dinastía Julio-Claudia. A Galba solo le faltaba llegar a Roma en lo que fue un paseo militar y deshacerse de sus posibles competidores. La Guardia Pretoriana dio buena cuenta de Ninfidio, mientras que Macro no tardó en ser asesinado. Comenzó así el reinado de Galba, a quien la gloria le duró poco más de 7 meses.

Es bien sabido que los momentos de guerra y agitación política suelen ser muy ricos en lo que a la variedad numismática se refiere. Este proceso de caída de Nerón y ascenso de Galba no podía ser menos. A pesar de eso, no es un periodo muy conocido por los coleccionistas debido a la rareza de muchas de las emisiones. Así que aquí haré un pequeño repaso centrándome en los denarios emitidos:

Vindex duró vivo muy poco tiempo desde que inició su revuelta. Sin embargo, le dio tiempo a reunir un importante ejército, al que obviamente tenía que pagar. No es de extrañar, por tanto, que haya bastantes tipos distintos de denarios atribuidos a Vindex y que fueron acuñados en una ceca gala que a día de hoy se desconoce (lo más razonable sería pensar que se acuñaron en Lugdunum, pero esta ciudad permaneció fiel a Nerón). Las figuras 4-9 muestran algunos de esos denarios cuya simbología es tremendamente rica para entender la naturaleza de la rebelión.

Quizá lo más llamativo es que ninguno de esos denarios representa un retrato de Vindex, lo que muestra que él no tenía interés en agrandar el culto a su persona ni afianzar su poder personal (tal y como hacían sistemáticamente los usurpadores que crecieron como setas por el Imperio 200 años más tarde). De hecho, las monedas están acuñadas en nombre del senado, tal y como se muestra explícitamente con el SPQR de la Figura 7. Otro aspecto llamativo es la constante llamada a la paz (Figuras 5, 6 y 8), algo que parece paradójico siendo monedas acuñadas por un rebelde. Desde mi punto de vista esto solo muestra que la intención de Vindex no era que el Imperio Romano cayera en una Guerra Civil, sino simplemente apartar a Nerón de su cargo. También sorprende encontrarnos con retratos idealizados de Augusto en las Figuras 4, 6 y 9. Este motivo hay que entenderlo como una referencia a los valores originales del Imperio Romano, representados por Augusto en contraposición a la actitud que mostraba Nerón.

Figura 4
Figura 5
Figura 6
Figura 7
Figura 8
Figura 9

De manera semejante, Macro también acuñó denarios como los que se muestran en las Figuras 10-14. Todas estas monedas fueron acuñadas en África, siendo razonable suponer que en la ceca de Cartago. En este caso se observa que en todos los denarios aparece de manera explícita la referencia al senado con las siglas SC, dejando bien claro el motivo del levantamiento de Macro. También resulta muy interesante que los motivos del reverso de todas estas monedas sean bastante arcaicos para su época, pues son reciclados de algunos denarios muy conocidos previos a la Batalla de Actium. Algunos historiadores ven en esos reversos un guiño de Macro a la posibilidad de reestablecer la República Romana, si bien parece mucho más razonable pensar que simplemente se incluyeron estos motivos porque los legionarios que iban a recibir los denarios estaría acostumbradas a ellos.  Por parte de los anversos, se ve que hay varios tipos de motivos, la mayoría de ellos alegóricos: Roma (Figura 10), Victoria (Figura 11), un león (Figura 12) o Libertas (Figura 13). No obstante, destaca el denario de la Figura 14, donde se presenta el busto de Macro. Se cree que este denario sería el último en emitirse y probablemente se hizo una vez que Nerón ya había fallecido. También se interpreta como una representación de la persona de Macro pero no como un intento de publicidad política, puesto que no se trata de un busto idealizado ni se cubre la cabeza con laureles.  Simplemente muestra de manera gráfica quién es el legado en África, al igual que hizo en los denarios anteriores (Figuras 10-13) de manera escrita, pues en ellos aparece su nombre en la leyenda.

Figura 10
Figura 11
Figura 12
Figura 13
Figura 14

Todos los denarios de Macro son rarísimos y este último es especialmente querido por los coleccionistas. De hecho, hay muchas falsificaciones de él en el mercado, tanto contemporáneas como de falsarios clásicos (la Figura 15 muestra una falsificación de Becker).

En cuanto a Galba, en un primer momento acuñó monedas anónimas (Figuras 16-18) para pagar a las tropas que estaba sumando a la revuelta. En este caso, encontramos sobre todo representaciones divinas y alegóricas: libertas (Figura 16), Bonus Eventus (Figura 17) e Hispania (Figura 18). De nuevo resulta evidente la falta de protagonismo de Galba y el uso de la mitología y las alegorías con las que sus seguidores se puedan sentir identificados. Es llamativo también el hecho de que se represente a Bonus Eventus, dios benévolo relacionado con la agricultura, lo que yo interpreto como un guiño a los productores de grano y pagadores de impuestos. Tenemos también monedas donde se hace explícito el apoyo al senado (Figura 16). Estas monedas se acuñaron en Hispania. Es razonable suponer que fuesen labradas en Tarraco, pues allí estaba establecida la ceca por entonces.

Figura 15
Figura 16
Figura 17. Julia Maesa
Figura 18
Figura 19

Por supuesto, en una segunda fase en la que Galba se sabía emperador, se acuñaron denarios y otras monedas con su busto y nombre tanto en Tarraco como en Roma y otras cecas del Imperio. Como ejemplos, podemos ver dos denarios de Galba acuñados en Roma, uno con la cabeza desnuda (Figura 19) y otro con la cabeza laureada (Figura 20). Es muy relevante también el raro denario que se muestra en la Figura 21, acuñado en África poco después del asesinato de Macro. Seguramente saliese del mismo taller que las monedas de este último, puesto que su estilo es muy semejante.

Vemos con este artículo cómo una revuelta que apenas duró unos meses da lugar a una cantidad de denarios tan variados. Los pocos ejemplares que han llegado a nuestros días abren muchos interrogantes sobre su origen y el contexto en el que se acuñaron. Pero, a su vez, son testigos de una guerra y portan como ningún otro documento los valores de la misma, pues dejan bien claro qué intenciones tenían quienes se alzaron contra Nerón en el año 68. También proponen un reto titánico para los coleccionistas, pues prácticamente todos los denarios citados en esta entrada son monedas muy raras que costará mucho encontrar y supondrá un desembolso de miles de euros hacer con cada uno.

A pesar de que este artículo versa sobre denarios, no quisiera cerrarlo reprimiéndome de mostrar el tremendo áureo de la Figura 22. Fue acuñado en Hipania durante los primeros meses de la revuelta de Galba y en él se representa a un Augusto idealizado, así como a una alegoría de Hispania. Tuvo que pujar hasta $87.500 quien quiso hacerse con él en 2014 cuando salió a subasta en Ira & Larry Goldberg.

Figura 20
Figura 21
Figura 22

7 comentarios en “Los denarios de los enemigos de Nerón”

  1. EXCELENTE entrada, me gusta mucho esta época, había leído varias cosillas sobre el año de los 4 emperadores, pero nunca sobre sus comienzo, muchas gracias Adolfo. Saludos.

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Muchas gracias, Jesús, tanto por tu comentario como por compartir la entrada en Facebook.

      Este tipo de entradas son las que más cuestan escribir y las que menos comentarios suscitan. Así que lo agradezco doblemente :)

  2. Brillante artículo Adolfo.
    Para mí, que soy un novicio y que aún estoy en la fase de decidir hacia dónde quiero llevar mi colección de monedas, ha sido toda una clase de historia adornada con unos preciosos denarios que son un regalo para la vista.
    ¡¡¡Saludos a todos!!!

  3. Fenomenal la entrada que comentas, me sorprenden sobremanera los denarios sobre los que hablas y aún más la soltura con la que tratas el tema histórico. Se intuye el gran trabajo de documentación que te habrá llevado, un trabajo que sitúa (o al menos para mí) a este blog al nivel de tantas otras revistas especializadas en historia. En fin, te doy las gracias Adolfo, porque la verdad que desde hace una semana, desde que descubrí este pequeño rincón numismático, las horas son más agradecidas conmigo. Bueno, que me encanta y te animo a que continúes con este tipo de artículos jeje

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Me alegro mucho de que te gusten estas entradas.

      Yo no soy historiador ni pretendo serlo, solo me considero un aficionado a la historia. No me veo capaz de escribir escritos que profundicen en la historia, mostrando las tensiones sociales, económicas y políticas de un periodo concreto. Pero sí puedo escribir textos cortos como éste, donde se relacionen hechos históricos con la producción numismática.

      Efectivamente, estas entradas me llevan bastante tiempo. Son muy gratificantes para mí porque aprendo mucho. También gustan mucho a los aficionados que más profundizan en los aspectos históricos. Pero lamentablemente no son de las entradas del blog más leídas.

      Saludos,
      Adolfo

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