Moneda de 1 kilo de plata 2019: Unidades Monetarias Españolas

La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre ha emitido hoy una nueva moneda de 1 kilo de plata pura. Se trata de la moneda que ilustra la entrada. Tiene una emisión máxima de 500 ejemplares, un valor facial de 300 euros y un coste de 1.815 euros. Aquí tenéis la orden de emisión.

Con ella se continúa la serie de monedas españolas de 1 kilo que comenzó hace dos años. Si la moneda de 2017 hacía referencia a la historia del dólar, en este caso se referencian algunas de las unidades monetarias españolas. Abajo represento las monedas que se referencian en esta pieza de un kilo, acompañadas de un texto escrito por la FNMT (las imágenes son de piezas subastadas por Áureo & Calicó). Creo que ese texto es un buen resumen de la historia de la numismática española.

El motivo de esta moneda no me sorprende. Por un lado es coherente con la anterior moneda de 1 kilo. Por otro lado, empieza a ser recurrente en las emisiones conmemorativas de la FNMT que se haga referencia a otras monedas (una y dos). Lo que me sorprende es la forma en la que se ha hecho la emisión. La FNMT generó mucha expectación con la anterior moneda de 1 kilo, anunciándolo a bombo y platillo y haciendo una buena campaña de márquetin. Creo que se vendió bastante bien, así que supongo que les saliese bien la jugada. Sin embargo esta vez apenas han hecho un breve anuncio y han sacado otra moneda con la mitad de tirada.

Antes de que digáis nada sobre el precio de esta pieza, debe quedar claro que es una moneda de colección y no una moneda bullion. Para no repetirme en este punto, me remito al comentario que hice sobre la emisión de 2017.

En Numismática Visual y en la Federación Española de Sociedades Filatélicas también están hablando de esta emisión.

LAS UNIDADES DE LOS SISTEMAS MONETARIOS

Tras la unificación política de Hispania bajo el poder de Roma llegó a España para quedarse la moneda de la República, que se basaba en el As de bronce, que en los años de la Segunda Guerra Púnica fue devaluándose en peso, pero siempre mantuvo los tipos que se unificaron hacia el 225 a.C., en el reverso siempre aparecía una proa de nave, mientras en el anverso encontramos las imágenes de principales divinidades romanas, estando en la unidad la imagen del Jano Bifronte. Toda la moneda creada en época republicana estará relacionada con el As, primero el denario de plata (con valor inicial de diez ases y luego de 16) y luego el Áureo (que valía 60 ases).

Esta moneda sería el modelo que utilizaron los pueblos que habitaban Hispania para fabricar las suyas. Existen numerosísimas cecas funcionando en la península en este período (siglos II-I a.C.), y no hay ningún tipo de uniformidad, ni tipológica ni metrológica, pero sí podemos hablar de una tendencia acuñadora para confluir en sistemas metrológicos relacionados con el romano. En la provincia Ulterior, hay una enorme variedad tipológica, y en general sólo se acuña bronce, mientras en la Citerior hay acuñaciones de plata y bronce y la tipología es mucho más uniforme, de hecho domina totalmente el tipo con una cabeza de varón en anverso (con o sin barba), que puede llevar algunos adornos como torques, collares, mantos (a veces con fíbula) o en menor medida diademas o láureas, y en reverso el famoso jinete ibérico, que puede llevar en sus manos lanza, espada, hacha, hoz, venablo, palma, estandarte, etc…, apareciendo bajo el caballo el nombre de la ciudad escrito en su propio alfabeto, por eso se ha elegido un As de la ciudad de Bílbilis con estas características para representar este período.

Augusto hizo en Roma una gran reforma monetaria, que estabilizó el sistema, que pasó a ser formalmente trimetálico, con el Áureo de oro como cima y soporte del mismo con valor de 25 denarios de plata. En cuanto al denario mantenía el valor que tenía en la época final de la República, 16 ases, es decir 4 sestercios. La acuñación del oro y la plata pasaba a depender directamente del Princeps. En cuanto al sistema del bronce, reformado en el 23 a.C., dependería políticamente del emperador y el Senado, por lo cual suele aparecer en sus tipos las letras S.C. (Senatus Consulto), y se dividió en dos, el As y sus divisores (semis y quadrans) se fabricarán en cobre casi puro, y sus múltiplos, el Dupondio (2 ases) y el sestercio (4 ases), lo serían en oricalco (una aleación de cobre y zinc). El Sestercio en origen fue un divisor del denario de plata, y por ello fabricado en ese metal, pero al final se decidió que en vez de ser el menor divisor de la plata, fuera el mayor múltiplo del bronce, y de hecho se convirtió en una gran pieza (27,28 gramos) cuyo tamaño servía de magnífico soporte de la propaganda imperial (hechos de armas, construcción de edificios, carreteras, acueductos, imágenes de divinidades, etc…), además el cada vez menor valor real del As hizo que el Sestercio se convirtiera de hecho en la unidad del bronce romano, y no sólo eso sino en la moneda contable por excelencia de toda la época altoimperial, apareciendo de forma predominante en el anverso el retrato del emperador con corona de laurel.

“El triunfo de la revolución iniciada en el glorioso alzamiento de Cádiz hace indispensable una medida de grandísima importancia: la reacuñación de la moneda”

Ya en época medieval los pueblos germánicos mantuvieron la unidad económica del Imperio utilizando sus monedas, en especial el solidus aureus constantinianus, y su divisor, el Tremis (tercio de sólido) y en el caso de los visigodos del reino de Toledo siguieron acuñándolo hasta su desaparición a principios del siglo VIII, ya con unas características propias en cuanto a sus tipos y leyendas, que los convierten en una fuente principal para el estudio político y social de su estado.

La irrupción del Islam supuso en un corto lapso de tiempo la ruptura de la unidad económica del Mediterráneo, y tras unos inicios donde el nuevo imperio imitó las monedas de oro y bronce bizantinas y las de plata sasánidas, el califa Abd al-Malik creó una moneda propia, totalmente epigráfica y con leyendas religiosas 697 d.C. (77 Hégira). Estas monedas serán las que sustituyan a las visigodas, en 720 d.C. (102 H) y 722 (104 H.) ya se acuñaban en al-Andalus dinares de oro y dirhames de plata con las características generales de la moneda islámica del Califato Omeya de Damasco, y se mantendrán casi sin cambios hasta la caída del Califato cordobés en el siglo XI d.C., un estado donde la acuñación de plata fue claramente preponderante cuando no totalmente hegemónica, y en especial de los dírham, que terminaron dominando toda la economía andalusí, de buena parte del Magreb y también de la zona cristiana peninsular donde eran muy apreciados.

Mientras esto ocurría en la zona musulmana el norte cristiano tuvo que reestructurarse desde la nada. Durante todo el período omeya no se acuñó moneda propia en las zonas cristianas salvo en Cataluña. Carlomagno había realizado una gran reforma monetaria en 793-794, basada en un dinero de plata más pesado (1,7 gramos), y en dos moneda de cuenta, la Libra y el Sueldo (1 Libra = 20 sueldos = 240 dineros), centralizando su producción y formalizando de hecho un sistema monometalista de plata, que muestra el declive monetario del occidente cristiano, cuya economía no necesitaba piezas de mayor peso, y por supuesto tampoco de oro. Cuando Carlomagno creó la Marca Hispánica acuñó moneda en sus nuevos dominios, así como sus sucesores. En el resto de las zonas cristianas no se acuñó moneda propia hasta bien entrado el siglo XI, coincidiendo con la conquista de Toledo por Alfonso VI (1085), que acuñó dineros y óbolos de tradición carolingia, , lo mismo que Sancho Ramírez, rey de Aragón (1063-94), que acuñará en Jaca los primeros dineros de su reino (probablemente a finales de los años 70). Así a finales del siglo XI y principios del XII todos los estados cristianos de España están acuñando moneda de sistema carolingio (dineros), con ley devaluada, como en el resto de Europa.

En el siglo XIII Europa necesita una moneda de mayor peso y calidad, y en plata será Luis IX de Francia el que la fabrique, tomando como modelo el dírham musulmán, será (1266) el gros tournois, con un peso de 58 piezas por marco (4,22 gramos) y una ley de 11 dineros y medio (la llamada plata del rey, 958 milésimas de fino), cuyo valor era el de 12 dineros torneses (un sueldo). Su impacto fue inmediato y fue copiada en toda Europa, de Portugal a Polonia, y de Alemania al Oriente Latino. En España la plata estaba sobrevaluada con respecto a Europa, y los intentos de Alfonso X y Sancho IV de crear una gran pieza similar a las europeas fracasaron, mientras sí fructificaron en la Corona de Aragón con la creación por Pedro III (1285) del croat catalán. En Castilla hubo que esperar al reinado de Pedro I (1350-1369) para conseguir una moneda de plata gruesa que tuviera continuidad, que sería el Real, de ley 11 dineros y 4 granos (930 milésimas), y una talla de 66 piezas en marco. Su éxito fue inmediato, aunque durante la época medieval sufrió distintos avatares, los Reyes Católicos lo sanearon y con la reforma de Medina del Campo (1497) pusieron las bases para que se convirtiera en la moneda más importante de la Edad Moderna. En época de Carlos I el real castellano de 1497 sería la respuesta a la necesidad de crear una moneda fuerte de plata para el comercio mundial, y gracias a la plata americana, se multiplicó convirtiéndose en el famoso Real de a Ocho, que dominaría toda la economía de plata mundial en los siguientes siglos. En España se mantuvo en uso hasta el reinado de Isabel II, de hecho fue la moneda base de la reforma de 15 de abril de 1848 que introduce el patrón ponderal de base decimal en el sistema monetario español. Por tanto el nombre de esta moneda estará presente en Castilla y España prácticamente 500 años, e incluso tras su desaparición su nombre se mantuvo en el lenguaje popular casi hasta finales del siglo XX.

Tras la Revolución de septiembre de 1868 que expulsó del Trono a Isabel II, el Gobierno Provisional tomó la decisión de cambiar el sistema monetario español de forma inmediata por dos motivos, el primero económico, para entrar en la Unión Monetaria Latina, promovida por Napoleón III (23 de diciembre de 1865), que estando compuesta inicialmente por Francia, Bélgica, Italia y Suiza, en 1868 entró Grecia y de forma no oficial España, y en los años siguientes sus miembros, ya sean en la categoría de afiliados, asociados o alineados llegarán hasta los 33. El segundo motivo era político, como lo indican las palabras del preámbulo del decreto de creación del nuevo sistema (19 de octubre de 1868): “El triunfo de la revolución iniciada en el glorioso alzamiento de Cádiz hace indispensable una medida de grandísima importancia: la reacuñación de la moneda”, acuñándose por última vez en plata (1933), siendo después realizadas en otras aleaciones de menor valor. Durante la Guerra Civil hubo unas acuñaciones de peseta realizadas en Castellón de la Plana (1937) en bronce, y por su color amarillo recibió el nombre de rubia (ya que además en su anverso aparecía la representación de la República como la cabeza de una mujer de largos cabellos), nombre que mantuvo hasta su desaparición en 1999, aunque la última “rubia” se acuñara en 1982, pasando después a dominar el aluminio en su composición metálica. Sin duda la peseta ha sido el testigo y el reflejo de la historia de España desde 1869 hasta 1999.

ORDENACION CRONOLOGICA DE LAS PIEZAS REPRESENTADAS EN LA MONEDA DE 1 KILO

as Gens Junia
AS Romano Republicano fundido (h.225-217 a.C.)

En el anverso aparece la figura de Jano Bifronte, un dios específicamente romano, el que abre y cierra las puertas, el que mira al este y oeste, el que cuida de traer las almas de los caídos por Roma en cualquier lugar del orbe hasta la urbe, por lo cual en época de conflicto su templo siempre tenía las puertas abiertas, que Augusto cerró al proclamar la Pax Romana, un dios que ha dado nombre a nuestro mes de enero. Y en reverso una proa de nave, común a todo el sistema del bronce romano republicano que recuerda las primeras victorias romanas en el mar frente a los cartagineses, junto al signo de valor: I.
Por su tipo esta moneda dio lugar al juego romano de “caput aut navis” (cabeza de divinidad o proa de nave), nuestro tradicional “cara o cruz”. Además, el nombre de esta moneda, As, que significa bronce en latín, ha llegado hasta nuestros días con otro nombre muy cercano, ya que el lugar donde se guardaban las monedas de bronce en Roma, los ases, era el Aerarium, nuestro bien conocido Erario público.

as Bilbilis
As acuñado de la ciudad de Bilbilis (Calatayud) (mediados del siglo II a.C. a mediados del siglo I a.C.)

En anverso aparece una cabeza de varón mirando a la derecha, y detrás una M. En reverso jinete lancero cabalgando y bajo él el nombre de la ceca en alfabeto ibérico. Dentro de la provincia Citerior esta tipología fue la más común, cabeza de varón en anverso (con o sin barba), que puede llevar algunos adornos como torques, collares, mantos (a veces con fíbula) o en menor medida diademas o láureas, y en reverso el famoso jinete ibérico, que puede llevar en sus manos lanza, espada, hacha, hoz, venablo, palma, estandarte, etc…, apareciendo bajo el caballo el nombre de la ciudad escrito en su propio alfabeto. A día de hoy no podemos afirmar de forma segura qué significa o a quién corresponde la cabeza de varón, podría ser una representación de una divinidad indígena con atributos similares a un Marte o un Hércules, una referencia al antepasado común del pueblo que acuña la moneda, o más simplemente la copa de un modelo monetario externo que tuvo éxito. En cuanto al jinete se piensa en una influencia del modelo de las monedas sicilianas de Hierón II de Siracusa, ya conocidas por los mercenarios hispanos que gobernaron Morgantina y acuñaron allí moneda con este tipo y la leyenda HISPANORVM por primera vez en la historia monetaria.

sestercio adriano
Sestercio de oricalco de Adriano (Roma, 117 d.C.)

En anverso aparece el busto del emperador con coraza, manto y corona de laurel mirando a la derecha, rodeado de la leyenda: IMP CAESAR DIVI TRAIAN AVG F TRAIAN HADRIAN OPT AVG GER, mientras en reverso aparece la imagen de la Condordia sentada en un trono a la izquierda, sosteniendo una pátera en su mano derecha, debajo: CONCORDIA y S.C. Alrededor termina la leyenda del anverso: DAC PARTHICO PM TR P COS PP.
Esta larga leyenda nos da el nombre oficial del emperador y su filiación, Imperator Cesar Trajano Adriano Optimo Augusto Germánico Dácico Pártico, hijo del Divino Trajano Augusto, Pontífice Máximo, en su primera Tribunicia Potestas, habiendo sido Cónsul una vez, Padre de la Patria. La pieza se fabricó entre el 11 de agosto y el 9 de diciembre del 117, es decir inmediatamente después de la muerte de Trajano, con la particularidad de contener la referencia a Padre de la Patria de forma excepcional, ya que Adriano no adoptó oficialmente este título hasta el año 128. En anverso la Concordia busca mostrar el ideario del nuevo gobernante en un período complicado como es el del inicio del gobierno. La S C hace referencia al Senato Consulto, ya que la moneda de bronce era acuñada de forma conjunta por el emperador y el Senado.

tremis recadero
Tremis de oro de Recaredo (568-601). Toledo

En anverso aparece la imagen del rey de frente, rodeada de la leyenda: + RECCAREDVS REX, mientras en reverso se repite la imagen del rey de frente con la leyenda de ceca y epíteto real: + TOLETO PIVS.
Tras empezar a acuñar moneda a su propio nombre, Leovigildo creó para sus monedas unos tipos específicos y propios, siendo el primero y más importante el de doble busto, que nos muestra el retrato del gobernante en anverso y reverso, una tipología muy poco frecuente en la numismática universal, y sin embargo muy utilizado por el reino visigodo, de hecho esta tipología será la más abundante durante la mayor parte de su existencia, en especial desde la época de Leovigildo hasta el reinado de Recesvinto (653-672), período en el que prácticamente monopolizará la tipología de las acuñaciones. Recaredo fue el unificador religioso del reino, al convertirse al catolicismo, primero de forma individual y luego como estado en el III Concilio de Toledo (589).

dirham Ab Al Raman I
Dirham de Abd al-Rhaman I (159 Hégira, 767 d.C.) al Andalus.

Moneda epigráfica escrita en una bella caligrafía kúfica. En anverso aparece como tipo central la kalima, o profesión de fe unitaria (No hay otro dios que Allah, El únicamente sin asociado); mientras en reverso el tipo central lo ocupa la Sura 112 (Dios es único, Dios es eterno e indiviso. No es engendrante ni engendrado ni existe semejante a Él), mientras en orla se coloca la misión profética de Mahoma (Muhammad es el enviado de Allah, enviole con la dirección y religión verdadera para que resplandezca sobre toda otra, aunque repugne a los asociadores). La orla del anverso tiene los datos técnicos (En nombre de Allah se acuñó este dírham en al-Andalus el año 150).
Durante el gobierno omeya en al-Andalus la acuñación de plata fue absolutamente hegemónica sobre los otros metales, y en concreto el dírham era la gran pieza de intercambio, y dado que no tenía divisores se partía para usarlo en las pequeñas transacciones, por lo cual encontramos fragmentos de su mitad, en cuartos, en sextos, etc. En la documentación del norte cristiano hasta el siglo XI se les cita por el nombre del maestro de ceca que aparecía en su cospel, kazmi (o kazemi) o mohammadi, que indica los dírham acuñados por Qasim y Muhammad, maestros de ceca de Abd al-Rahman III; los iafarís, acuñados por Ya`far, hayib de Al-Hakam II; o los amirís, que nos identifica al famoso Almanzor.

diner Luis El Pietos
Dinero de plata carolingio de Ludovico Pío (814-840). Barcelona

En anverso aparece como tipo central una cruz griega rodeada de la leyenda: + HLVDOVICVS IMP, en reverso el nombre de la ceca en tres líneas: BAR / CINO / NA
Esta tipología es la introducida por Carlomagno en su reforma del 793. Este sistema sería el imperante en todo el Occidente cristiano durante siglos, con la única salvedad de la degradación de la calidad de las piezas, que irían progresivamente perdiendo plata y convirtiéndose en dineros de vellón (aleación de plata y cobre) acuñados por multitud de autoridades laicas y eclesiásticas, la llamada moneda feudal, en especial en Francia, Alemania e Italia, los territorios gobernados por los carolingios. Ahora bien, una zona de España pertenecía al reino de Carlomagno, ya que este monarca decidió crear la llamada Marca Hispánica (dividida en varios condados) que incluía la zona norte de Cataluña y suroeste de Francia para controlar una posible invasión musulmana. De este modo y como parte integrante de su reino, Carlomagno acuñó su nueva moneda en Barcelona, Gerona, Ampurias y Rodda, y su hijo Ludovico Pío (814-840) lo hizo en Barcelona, Ampurias y Rodda.

real RRCC Burgos
Real de plata castellano de los Reyes Católicos (Burgos, 1497-1566). La marca de estrella de seis puntas del ensayador lo sitúa sobre 1523

En anverso aparece el escudo coronado conjunto de los monarcas, contracuartelado de Castilla-León y de Aragón-Aragón Sicilia, con un entado en punta con la granada que representa la reciente conquista de este reino, a su alrededor la leyenda: + FERNANDVS (marca estrella) ET HELISAB. En reverso las divisas de los Reyes, el yugo con los lazos rotos de Fernando, y el haz de flechas atado de Isabel, debajo la marca de ceca (B), alrededor la leyenda: + REX ET REGINA CAST LEGIO A. (Rey y Reina de Castilla, León, Aragón)
Este real de plata pertenece a los realizados tras la Pragmática de Medina del Campo de 13 de junio de 1497, y que serían la base de la plata española hasta el siglo XVIII. La calidad de estas piezas y su importancia hizo que se siguieran acuñando sin interrupción hasta 1566, con los mismo tipos y leyendas, y se datan por la marca del ensayador, el oficial encargado de controlar el peso y calidad de las piezas. La leyenda sigue los dictados de la Concordia de Segovia de 1475 donde el nombre del rey Fernando debía ir delante del de la Reina Isabel, pero sin embargo en la titulación y en la heráldica las armas de Castilla debían colocarse delante de las de Aragón, ya que la moneda y los documentos pertenecían únicamente a la Corona de Castilla. Esta tipología se sustituyó en 1566 con la Pragmática de la Nueva Estampa.

1 peseta 1869
Peseta de Plata del Gobierno Provisional (Madrid, 1869)

En anverso aparece la figura de Hispania tumbada a la izquierda entre los Pirineos y Gibraltar, llevando corona mural en la cabeza y rama de olivo en la mano derecha. Sobre ella la leyenda. ESPAÑA, entre dos estrellas de seis puntas que indican la fecha de la ley de fabricación: 1869, debajo en el exergo la fecha de la ley de emisión: 1869, y las iniciales del diseñador L.M. (Luis Marchionni). En reverso el escudo aprobado por la Real Academia de la Historia, un cuartelado de Castilla (1), León (2º), Aragón (3º) y Navarra (4º), con un entado en punta para Granada, y a los lados las Columnas de Hércules con una cinta con la leyenda: PLVS ULTRA, todo bajo corona mural. Alrededor la leyenda técnica: 200 PIEZAS EN KILOGRAMO, y el valor UNA PESETA, además de las marcas de los ensayadores (S.N.) (Donato Álvarez Santullano y Rafael Narváez) y el fiel de balanza (M) (Ángel Mendoza Ordoñez).
La razón de las leyendas es política y económica, política porque cuando se acuñaron no se sabía la forma de Estado que las Cortes iban a aprobar, por lo cual sólo se puso el nombre de la Nación, mientras que en el reverso la leyenda indica claramente el peso de la pieza, 5 gramos, aunque no se puso su ley específica (835 milésimas), lo que sí se hizo en las monedas de 5 pesetas (de 25 gramos y ley de 900 milésimas), que indicaban que estas monedas tenían el mismo peso y ley que las pertenecientes a la Unión Monetaria Latina.

11 comentarios en “Moneda de 1 kilo de plata 2019: Unidades Monetarias Españolas”

  1. Este tipo de entradas en tu blog son de las que más me gustan, a pesar de no estar nada interesado en la moneda de 1 kilo de la FNMT protagonista de la misma, te ha servido de excusa para elaborar un interesante texto que no lleva a viajar en la historia de la amonedación hispánica. (La leyenda del real de Burgos revísala).

  2. Adolfo Ruiz Calleja

    Muchas gracias Lanzarote.

    Este texto no es mío, sino de la FNMT. Como lo vi muy bueno pensé que sería buena idea publicarlo en el blog. Que te guste a ti es una estupenda confirmación de que fue buena idea :-)

    Yo solo escribí la parte de arriba. Hasta «Seguid otros comentarios en Facebook». Del resto me he limitado a ilustrarlo con las imágenes. El real de Burgos es culpa mía: he buscado un real de Burgos pero no he encontrado uno que coincida con las leyendas que indica la FNMT.

    Saludos,
    Adolfo

    1. Hola Óscar, te dejé una preguntita en tu blog, en la entrada que enlazó Adolfo hace poco sobre la ceca de Trujillo en los vellones de Felipe IV. Creo que no la has visto, porque aún no está aprobado el comentario :(. ¿Podrías echarle un ojo?

      (Perdón Adolfo por el offtopic, pero seguro que Óscar me lee, puedes borrar el comentario si ves que está fuera de lugar). Por cierto, la entrada, fenomenal para variar.

      Saludos y gracias!

  3. No suelo comentar casi, que no leer. Que leerte te leo siempre y con gusto. Primero de todo me ha encantado tu entrada, muy completa. Y la moneda pese a que no la compraría porque con lo que vale puedes comprar algunas de las monedas que aparecen en ella, es una moneda realmente preciosa. Gracias y un saludo!

  4. Hasta donde yo se el gros de 12 dineros no es una creación francesa ni imita al dírham almohade, es una creación de las ciudades estado itálicas de finales del siglo XII sobre la base de la cantidad de plata fina contenida en un sueldo de dineros de terno (12 unidades) como se ve la metrología es puramente postcarolíngia y nada tiene que ver con la moneda musulmana. Esta moneda, que en realidad deberíamos llamar grosso, tuvo éxito y fue imitada fuera de la península itálica, en primer lugar por Ramon Berenguer V de Provenza que creó el gros de 6 dineros (en realidad medio grosso) muy a principios del XIII y posteriormente por Luís IX en la fecha que indicas, 1266.

    Todo el mundo piensa que el gros, el pirral, el croat o el real derivan de una creación francesa, cuando su origen hay que situarlo más allá de los Alpes, pero los franceses son buenos en la «grandeur», si bien es cierto que a ellos hay que atribuirles la difusión del modelo en el resto de Europa.

    En el conglomerado catalano-aragones se adopto pronto, lo dicho para Provenza por parte del nieto de Alfonso el Casto; Pere el Gran lo batió brevemente sin éxito siendo heredero en Barcelona en 1268, el que se lo prohibió, su padre Jaume I, lo batió sin embargo en Montpeller en 1273, en la Sicilia recién conquistada siendo Pere el Gran ya rey se empezó en 1283 y definitivamente en Barcelona desde 1285. La rama mallorquina los comenzó a acuñar desde 1300 por Jaume II de Mallorca y, volviendo a la dinastía troncal, Alfons el Liberal los batiría en Cerdeña a partir de 1324 y finalmente Joan I lo haría en Valencia desde 1383. En el siglo XV se continuaron batiendo los carlinos cuando se conquisto Napoles y en Aragón brevemente con Joan II concidiendo con la Guerra Civil Catalana aunque no se pudieron reanudar hasta finales del reinado de Fernando el Catolico, en que ya se haría de menare regular.

  5. Otro fracaso más de la desastrosa fnmt. Con unos precios desorbitados, diseños mediocres y sin casi mercado para venta. Se lo trabajan bien los de la fnmt para ganarse un CERO de nota.

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