Comentario a «Les Medalles de Proclamació de les Terres de parla Catalana. Catalunya, València i Balears (1724-1843)«

Tengo conmigo el libro «Les Medalles de Proclamació de les Terres de parla Catalana. Catalunya, València i Balears (1724-1843)«, (las medallas de proclamación de las tierras de habla catalana. Cataluña, Valencia y Baleares (1724-1843) ), de Jaume Boada Salom. No he encontrado mucha información sobre el libro en la Web. Por eso me he animado a escribir una reseña sobre el mismo. Así doy a conocer el libro a los lectores habituales del blog y también a quienes busquen en la web información sobre él.

Vaya por delante que este libro está editado por la Societat Catalana d’Estudis Numismàtics, el Institut d’Estudis Catalans y el Institut d’Estudis Baleàrics (algo más de información sobre la colaboración junto con una breve reseña). No sorprenderá, por lo tanto, que el libro esté escrito en catalán. Y tampoco sorprenderá que yo haga una reseña de un libro escrito en catalán puesto que también he comentado libros en inglés en múltiples ocasiones. Zanjado definitivamente este asunto, vamos con el libro en sí.

Portada Les medalles de Proclamació de les terres de parla catalana

Sobre el autor, se puede decir que dirige la web Numismàtica Balear. Esa web no es que esté muy actualizada, pero ahí se encuentra información sobre el anterior libro del autor, dedicado a las monedas de 30 sous mallorquinas de 1821. También podéis acceder a un listado de artículos escritos por Boada. La mayoría están escritos en catalán pero también hay alguno escrito en castellano.

Como el título indica, el libro profundiza en las medallas de proclamación emitidas en municipios catalanes, valencianos y baleáricos. No hará falta decir que con un objetivo tan concreto, el libro aborda el tema con muchísimo detalle. Se explican aspectos tanto históricos como estilísticos sobre las acuñaciones, apuntando a mucha bibliografía especializada y con un amplio aporte documental. Sin saber demasiado de medallística (de hecho, es un tema que apenas trato en este blog) se me hace muy difícil pensar cómo se podría ampliar el trabajo que aquí se presenta. Un trabajo donde, además, es obvio el rigor académico.

El libro consta de 278 páginas. Tras un prólogo escrito por Crusafont, Boada escribe una introducción donde define el valor de este libro con respecto a otros trabajos ya publicados y las fuentes de información consultadas, sean bibliográficas o colecciones. Subrayo estos dos aspectos porque creo que deberían aparecer en todos los trabajos publicados, pero muchas veces son obviados por los autores. Posteriormente se dedican 20 páginas a temas introductorios que dan una buena visión sobre el contexto histórico y artístico en el que se acuñaron estas medallas. Primero se aborda el tema de qué son las medallas y después qué papel jugaban en la monarquía absolutista borbónica. Luego se tocan brevemente los aspectos metrológicos de las mismas y se entra en proporcionar una pequeña biografía de todos los grabadores y plateros que participaron en la fabricación de las medallas de proclamación que se describen en el libro.

A continuación se accede a la parte fundamental del libro con 130 páginas dedicadas a la descripción de las medallas emitidas. Este apartado se estructura a partir de los reinados borbónicos y, dentro de cada reinado, por municipios. Para cada uno de los reinados se hace una pequeña introducción del rey en cuestión. Luego se describe, para cada municipio emisor de medallas, los festejos realizados para conmemorar la proclamación del nuevo monarca, así como una descripción de las medallas emitidas. Se incluyen como un evento aparte la jura de la mayoría de edad de Isabel II, que ocurrió en 1843 y dio lugar a múltiples emisiones de medallas. Las descripciones que ofrece el libro son fundamentalmente en texto, pero también se ilustra con medallas y algunos otros gráficos.

Tras este apartado se incluyen unas breves conclusiones. Luego hay mucho material para que el estudioso pueda seguir profundizando si quiere: cinco páginas completas de bibliografía más un anexo documental de 65 páginas. El broche lo pone un catálogo de las medallas de proclamación de las que son objeto este libro. Se describen en total 76 medallas distintas más otras 60 variantes. Este anexo es una buena fuente de consulta rápida para los coleccionistas interesados.

Como decía antes, este libro es más un trabajo académico sobre un tema muy concreto que un catálogo al uso. Yo entiendo que cualquier coleccionista que se interese por las medallas de proclamación, o incluso por la medallística española en general, estarán interesados en él. Quizá los aficionados a las monedas, pero no especialmente a las medallas, no se vean tan atraídos. Si bien, como digo, académicamente me parece un trabajo de sobresaliente. Además, el precio es muy razonable: 40 euros.

Pàginas 84-85

pàginas 262-263

Antes de que alguien haga comentarios polémicos a esta entrada, os voy a compartir algo que suelo hablar con mis amigos. Les digo que los lectores de mi blog son, por lo general, hombres de mediana edad con una cultura muy amplia y unos conocimientos históricos muy por encima de la media. Siempre les digo que los comentarios enriquecen muchísimo el blog y que es de lo que más orgulloso me siento. Con una excepción: si se toca la fibra nacionalista todos pierden los papeles. Sinceramente, creo que este trabajo no debería molestar a ningún nacionalismo y me consta que el autor ha intentado ser lo más neutro posible en ese aspecto. Sin embargo, cuando hablaron del libro en Imperio Numismático este verano se montó un cisco que no venía a cuento. Dentro de una discusión que no aporta nada desde el punto de vista numismático, Jaume Boada hizo un comentario muy amplio en el que habla de su trabajo con respecto al libro. Lo reproduzco, en parte, a continuación:

[…] Soy Jaume Boada Salom, investigador numismático de Palma (Mallorca) y mi objeto de investigación principal es la numismática de las islas Baleares, aunque, como en este último libro, me he ocupado algunas veces de la numismática de las tierras hermanas de Cataluña y Valencia. Soy el autor de “Les medalles de proclamació de les terres de parla catalana. Catalunya, València i Balears (1721-1843)”, y del libro “Les monedes de 30 sous mallorquins de 1821. La problemàtica política i econòmica de l’emissió Salus Populi durant una epidèmia de febre groga” (2007), del cual se ha hablado en este y otros foros en alguna ocasión.

[…]

Mi investigación numismática no se limita a consultar los libros ya publicados, sino que visito de forma asidua los archivos de mi entorno, básicamente mallorquines, aunque, como he hecho con este libro, he visitado otros de fuera de mi isla de residencia. Y “visita asidua de los archivos de mi entorno” significa que desde hace más de 15 años voy, de forma regular y casi diaria, a archivos históricos para recopilar toda la información que trata de emisiones monetarias y acuñación de moneda con vistas a difundirla posteriormente en mis trabajos. Llevo publicados ya unos cuantos cuyos títulos podéis ver en el “currículum creativo” de mi modestísima web numismaticabalear.com (no tengo tiempo para gestionarla y modernizarla convenientemente). Llevo recopilada información de una veintena de archivos eclesiásticos mallorquines sobre los plomos eclesiásticos mallorquines, que acabará en una publicación monográfica cuando se me permita acceder a un par de archivos que están todavía en proceso de inventario. Entre los archivos visitados, se encuentran el Archivo Capitular de Mallorca, donde he vaciado casi 500 años de las actas de la Catedral de Mallorca, y el Archivo Municipal de Palma, donde he vaciado unos 120 años de las actas municipales desde 1718, de donde he obtenido información inédita sobre la última etapa de moneda mallorquina y que será publicada en su momento; el primer fruto de ese vaciado de información fue el libro sobre las monedas “Salus Populi”. Tengo en marcha de forma permanente desde hace años trabajos sobre numismática que voy publicando principalmente en Acta Numismàtica (Societat Catalana d’Estudis Numismàtics) y tengo un gran número de frentes abiertos.

Recopilo información e imágenes que pasan por delante de mis ojos en internet o en cualquier otro ámbito, con la idea, seguramente vana, de llenar todos los huecos de conocimiento de la numismática balear principalmente, aunque no hago ascos a ninguna otra. Actualmente no concibo mi vida sin investigar y escribir sobre numismática. Esa es mi gran afición, mi gran pasión y mi gran vicio, y espero continuar por el resto de mi vida mientras tenga salud. Recopilar datos de un archivo no es abrir un legajo y empezar a copiar; bien al contrario, para encontrar información interesante, el investigador numismático tiene que tragarse páginas y páginas, legajos y legajos, horas y horas, a veces días y días, sin encontrar ningún dato de interés. Podría seguir explicando a qué otras cosas dedico mi tiempo, pero no me gusta hacer proselitismo de mi trabajo, aunque, dadas las circunstancias, me temo que es lo que estoy haciendo. En circunstancias normales, simplemente investigo, escribo y publico cuando y donde puedo, intento no armar mucho alboroto y dejo que la gente me juzgue por mi trabajo.

Y ahora sobre mi libro de las medallas de proclamación. Para su realización he tenido que hacer varios viajes en avión y alguno en barco (os recuerdo que vivo en Mallorca, que es una isla por si alguien no lo sabe) y he recorrido en coche o en tren más de 1.000 km; he visitado exactamente 9 archivos, todo para que la recopilación de información fuera lo más completa posible: Palma, Barcelona, Maó, Lleida, València, Oriola, Alacant, Manresa y Eivissa; he visitado el Museo Arqueológico Nacional, la FNMT y el Gabinet Numismàtic de Catalunya, donde me he pasado muchas horas fotografiando, pesando y midiendo piezas. Ni yo mismo puedo concretar las horas que he dedicado a este libro, tanto en los archivos como en mi casa. He procurado, en este y en mis otros trabajos, ser lo más riguroso posible, explicarme lo mejor que he sabido y con honestidad, y dudo mucho que alguien pueda decir de ellos que tienen alguna tendencia política. Y la satisfacción que estoy obteniendo no es ni un céntimo de beneficio económico, sino ver publicado mi trabajo por el que estoy recibiendo unas buenas críticas y felicitaciones, aunque estoy siempre dispuesto a recibir malas críticas si están bien argumentadas y son constructivas y razonables. Siempre estoy abierto a aprender de mis errores, que seguro que los cometo.

[…]

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60 comentarios en “Comentario a «<i>Les Medalles de Proclamació de les Terres de parla Catalana. Catalunya, València i Balears (1724-1843)</i>«”

  1. Yago Abilleira Crespo

    Pues mira. Si un trabajón de más de 15 años en edición de lujo sólo cuesta 40 €, me lo voy a comprar. De momento no tengo ninguna medalla de proclamación, pero igual el día de mañana cojo alguna.

  2. Ya sin entrar en el tema de la medallistica que seguro que es interesante.

    Adolfo, me parece muy bien que te pongas la venda antes de la herida, pero este libro tiene ya un problema de base al sumar los condados catalanes, el Reino de Valencia y el Reino de Mallorca, poniendo como eje común el catalán ( suponiendo que en Valencia se hable esa lengua y que ya daría para un debate aparte). Podría haber sumado el Reino de Aragón y sería sobre la Corona de Aragón, una entidad real historica. Al colocar a estos tres territorios está haciendo referencia a los Países Catalanes, término imperialista e irreal y que causa un daño tremendo y un dolor político enorme en la Comunidad Valenciana.

    Ahí está el problema de base. Seguro que de medallista será muy bueno, pero el autor ha preferido anteponer su opinión personal política y polémica, a la idea de crear un libro que llegue a la mayor cantidad de gente posible. Por desgracia con este hadycap poco futuro tiene, más alla de los sectores independentistas y académicos.

  3. El título (mal elegido, ya que no aporta nada) desmerece a un libro que aporta mucho a la medallística y a la propia investigación del autor. Errores los tenemos todos y no pasa nada.

    En cuanto a la citación que haces de la discusión que hubo en el foro, creo que no es justo ni para el autor ni para los foreros que empezaron la discusión (yo la continué), que saques de contexto ese comentario.

    Como ya le indiqué por el foro, me parece fuera de lugar que el autor llamé nazi o mediocre a nadie, después de hacer una introducción de superioridad moral sobre su crítico. El símil «Elefante entrando en una cacharrería» se asemeja bastante a su aparición por el foro.

    (Yo por ejemplo cuando un albañil me critica una casa, no le suelto una retaila de todos los libros que he tenido que estudiar, por todos los sitios que he tenido que ir, por todos los ayuntamientos que he tenido que pasar y lo que me ha costado hacer ese proyecto, y que él un simple operario sin estudios no va a venir a mi a criticarme, tras lo cual le llamo mediocre o nazi. Las críticas hay que saber aceptarlas)

    El mismo autor lamentó dichas palabras (y le honra) y creo que es tanto o más importante que aparezcan igualmente:

    «Por mi parte, doy por zanjado el asunto. Lo único que lamento es haber hecho descalificaciones porque no es mi estilo, me rebajé a la altura de quien me atacaba pero fue una reacción a un ataque que me sorprendió por ser tan gratuíto como furibundo, y que incluso me pareció personal en algún mensaje. Yo no he entrado en política en ningún momento, lo han hecho otros al ver connotaciones políticas en el título cuando sólo menciona lo que yo creo que es una realidad científica, por raro que pueda sonar. … No me gusta enzarzarme públicamente en feas discusiones que no llevan a nada y que me dejan mal cuerpo, aunque parece que algunos disfrutan con ellas.»

    Por mi parte, si la entrada iba dirigida a hablar del libro, la cita a su intervención (totalmente desafortunada) creo que es innecesaria y hace más daño que bien, al autor.

    A mi al menos, no me gusta que me recuerden que perdí los papeles por una crítica, independientemente de lo acertada que esta fuese.

  4. Adolfo Ruiz Calleja

    No ha tardado en venir la polémica, aunque ha sido comedida y argumentada. Prefiero no entrar en ella.

    Tan solo aclaro que reproduje el texto del foro en el que el autor explica su trabajo, la metodología seguida y las fuentes consultadas. Eso me parece relevante. El contexto del mismo no lo he explicado pero lo he referenciado en la entrada para que quien quiera pueda acceder al hilo.

    Saludos,
    Adolfo

    1. Hombre Adolfo…. entiéndeme… cuando dices que reproduces el texto donde explica su trabajo, su metodología y sus fuentes, el autor no lo hace con intención de defender su libro, si no de tener base (moral y documental) para insultar a su crítico, y así lo refleja:

      «… Por todo lo dicho anteriormente, me sorprende y me da vergüenza ajena que haya quien tire ese libro a la basura sin ni siquiera haberlo leído…»

      Siento decirte, que en la polémica has entrado de frente, al poner los insultos del autor hacia un forero.

      Si hubieses eliminado esa parte final del comentario te compro tu argumento (aún sabiendo que es falso)

  5. Tengo pendiente de hace semanas la lectura del libro. Creo que es una buena aportación a un ámbito parcialmente estudiado, de forma que cualquier nueva aportación y sintesi es de agradecer. Sobre el ámbito territorial, limitar a los territorios de lengua catalana sin duda es un criterio personal para hacer manejable el estudio. Sin polemizar es como hablar de numismática española desde la edad media, cuando la unión de sistemas monetarios (y hasta España como estado) no existe hasta 1716 con Felipe V cuando se unen los reinos: es tomar una realidad territorial o política actual para estudiar el pasado.

  6. Excelente libro, si alguien quiere aprender algo sobre las medallas de proclamación en la península ibérica (no me atrevo a incluir Hispanoamérica por desconocimiento) tendrá que pasar por él y además creo que construye una metodología muy atractiva para quién quiera abordar otras emisiones en el futuro. La perfección no existe, pero es MUY BUENO!

    Des de el punto de vista lingüístico considero muy interesante la diglosia que en el se percibe al reproducir muchos documentos originales en la lengua en la que fueron escritos. Así en casi todos los periodos, y con matices, se percibe como el uso público y formal es el castellano mientras que las facturas, las notas e incluso cartas particulares se escriben (todavía) en catalán, por lo que sin duda también documenta aspectos relevantes del uso social de la lengua y su evolución. Todo ello, claro, en el contexto de los primeros borbones.

  7. Tiene muy buena pinta. Alejándome de las discusiones independentistas y nacionalistas, diré que es una pena que esté solo escrito en catalán, porque va a perder muchos lectores, entre ellos se encuentra mi persona.

    Sigo sin entender la política de negocio que se lleva en ciertos trabajos. Lógicamente al estar escrito en catalán, está dirigido a un sector muy pequeño de España. Siempre habrá quien compre el libro y no parle catalán… Como quién compra un libro en inglés o alemán y no habla esos idiomas. El problema de estas discusiones es que la lógica siempre impera. La normalización que se lleva haciendo desde hace años en Cataluña con la lengua catalana con clara imposición frente a la lengua castellana ha hecho, hace y hará, mucho daño a la cultura y en definitiva, a la educación. Es una cuestión que debe tratarse siempre que se tenga oportunidad, con todo el respeto del mundo, por su puesto, porque desde mi punto de vista, no se puede hacer populismo de una lengua por imposición y enfrentada a otra que goza de ser el principal vehículo de comunicación de todo el país.

    Entiendo Adolfo, que cada ve que publiques una entrada de este tipo, te entren temores al respecto, pero comprende también, que el autor y los que publican el libro, son verdaderamente conscientes de lo que se exponenz al sacar a la luz un trabajo, en las circunstancias tan extremas que estamos viviendo de hace ya varios años en España.

    Cuando la lengua se convierte en un vehículo político, separador y autoritario…cuando la lengua va acompañada de tantos tintes políticos, es normal que la gente responda con su opinión. Puede que el autor no sea verdaderamente consciente de toda esta polémica que se va a generar en torno a su libro y puede que el autor actúe de «buena Fé», pero las opiniones de muchas personas si resulta que no simpatizarán con las intenciones del autor, y ésto será por algo, y ede algo tiene que ver con el hastío que en la población española se está generando con tanta tontería y con tan poco freno por parte del gobierno anterior y el de turno. Toda acción desencadena una reacción.

    Por otro lado, es algo más comprensible que esta obra se haya escrito en catalán, pues, versa sobre medallística de esa región (aunque no de toda), pero sigo viendo absurdo que no se publique en castellano pues se van a perder muchas ventas de la misma.

    No nos olvidemos que cuando compramos un libro en inglés, es porque se publica en territorio inglés. No tiene mucho sentido publicar un libro en catalán y quererlo vender a todo el territorio español, salvo que se busque paralela a la publicación la constante publicidad de un nacionalismo que busca su independencia sin tener en cuenta la opinión del resto de los españoles, y se utilice esta lengua como vehículo de transmisión y herramienta útil de ese «comarquismo».

    Cataluña es España, por ello, es absurdo publicar un libro sólo en catalán y quererlo vender en todo el territorio español. Es como cuando se gastan un pastizal en el Congreso porque los diputados catalanes tienen que ser traducidos por un intérprete siendo ellos españoles (¿No es absurdo ésto?: Os respondo yo; sí y mucho)

    Es una verdadera ñena que la cultura esté condicionada a estancarse por culpa de estas ansias políticas.

    Por otro lado, si alguna vez escriben el libro en castellano, o en español, que viene a ser lo mismo, seré el primero en comprarlo.

    Desde aquí mis felicitaciones al autor, porque el libro tiene muy buena pinta y decirle que si el fin es venderlo en todo el territorio español, es mejor que lo traduzca.

    1. Saludos. Como reflexión: pretender que no se puedan publicar libros (de cualquier tipo) en una lengua viva como el catalán, oficial y propia de unos territorios, es querer que sea estrictamente de uso familiar y no vehiculo de cultura tan digna como el castellano o el francés (es lo que quería el franquismo y no lo consiguió por suerte). Es un tema que muchos millones de personas no permitirán ni antes ni ahora. Por cierto: por trabajo me relaciono con mucha gente de andalucía, les paso documentos en catalán (estaban escritos solo en catalán) y nos entendemos perfectamente. Són dos idiomas distintos catalán y castellano pero fácilmente entendibles cuando se leen. El uso de los idiomas nos enriquece. Saludos

  8. Tiene muy buena pinta. Alejándome de las discusiones independentistas y nacionalistas, diré que es una pena que esté solo escrito en catalán, porque va a perder muchos lectores, entre ellos se encuentra mi persona.

    Sigo sin entender la política de negocio que se lleva en ciertos trabajos. Lógicamente al estar escrito en catalán, está dirigido a un sector muy pequeño de España. Siempre habrá quien compre el libro y no parle catalán… Como quién compra un libro en inglés o alemán y no habla esos idiomas. El problema de estas discusiones es que la lógica siempre impera. La normalización que se lleva haciendo desde hace años en Cataluña con la lengua catalana, con clara imposición frente a la lengua castellana, ha hecho, hace y hará, mucho daño a la cultura y en definitiva, a la educación. Es una cuestión, la defensa de la lengua española, que debe tratarse siempre que se tenga oportunidad, con todo el respeto del mundo, por su puesto, porque desde mi punto de vista, no se puede hacer populismo de una lengua por imposición y que esté enfrentada a otra (mejor dicho, que la quieran enfrentar, pues en su naturaleza es «»inofensiva») que resulta que es el principal vehículo de comunicación de todo el país.

    Entiendo Adolfo, que cada vez que publiques una entrada de este tipo, te entren temores al respecto, pero comprende también, que el autor y los que publican el libro, son verdaderamente conscientes de lo que se exponen, al sacar a la luz un trabajo, en las circunstancias tan extremas que estamos viviendo, desde hace ya varios años en España.

    Cuando la lengua se convierte en un vehículo político, separador y autoritario…cuando la lengua va acompañada de tantos tintes políticos, es normal que la gente responda con una opinión defensiva. Puede que el autor no sea verdaderamente consciente de toda esta polémica que se va a generar en torno a su libro, y puede también, que el autor actúe de “buena Fé”, pero las opiniones de muchas personas, seguramente no simpaticen con las que querría escuchar el autor, y ésto será, por algo, y ese algo, tiene bastante que ver, con el hastío que se está generando el la población española, con estos motines políticos e insultos a la corona… y con tan poco freno por parte del gobierno anterior y el de turno. Toda acción desencadena una reacción.

    Al final, y si todo sigue así, pasará como en la Guerra de Independencia, que el pueblo será su propio gobierno.

    Volviendo al tema que nos ocupa, es algo más comprensible que esta obra se haya escrito en catalán, que otras… pues, versa sobre medallística de esa región (aunque no de toda, como bien se comentó), pero sigo viendo pobre que no se publique en castellano, pues se van a perder muchas ventas de la misma.

    No nos olvidemos que cuando compramos un libro en inglés, es porque se publica en territorio inglés… No tiene mucho sentido publicar un libro en catalán y quererlo vender a todo el territorio español, salvo que se busque paralela a la publicación, la constante publicidad de un nacionalismo que busca su independencia, sin tener en cuenta la opinión del resto de los españoles, y que se utilice esta lengua, como vehículo «invisible» de transmisión y herramienta útil de ese “comarquismo”.

    Es decir, el daño colateral de escribir un libro exclusivamente en catalán y querer venderlo en todo el territorio español, es e de generar respuestas nacionalistas e independentistas.

    Cataluña es España, por ello, veo lógico publicar «un» libro que no esté sólo en catalán. Quererlo vender en todo el territorio español se le va a hacer difícil. Es como cuando se gastan un pastizal en el Congreso de los Diputados, porque los políticos catalanes (no todos) tienen que ser traducidos por un intérprete, siendo ellos españoles (¿No es absurdo ésto?: Os respondo yo; sí y mucho)

    Es una verdadera pena que la cultura esté condicionada a estancarse por culpa de estos condicionantes políticos.

    Por otro lado, si alguna vez escriben el libro en castellano, o en español, que viene a ser lo mismo, seré el primero en comprarlo.

    Desde aquí mis felicitaciones al autor, porque el libro tiene muy buena pinta y decirle que si el fin es venderlo en todo el territorio español, es mejor que lo traduzca.

    Saludos

  9. Isaac…creo que has entendido mal.
    Yo no hablo de prohibir, simplemente digo, que si se pretende vender el libro en todo el territorio español, digo en todo…y en todas aquellas zonas que se hable español (argentina, Perú, México…) Es más comprensible que esté en castellano.
    Cuando el catalán quiere transmitirse en un territorio donde hay conflicto del lenguas, deja de ser un vehículo familiar.

  10. Ah, se me olvidaba…el mismo Franco, amplió a 5 horas la lengua catalana en las escuelas… (Creo que ese dato está muy lejos de prohibir nada) ….pero si ya empezamos a cambiar la historia a nuestra conveniencia, malo…

    Y a ver si empezamos a no tildar a ciertas personas de franquistas por hacer comentarios que a otros no les gusta. Que uno sea español, no significa que sea franquista.

    1. Como se ha borrado el mensaje no se verá que se ha dicho que Franco quería eliminar lenguas como el gallego, vasco y catalán de la vida pública, escuela incluida. Todos sabemos que, por suerte, la gente es en general tolerable y demócrata sean de donse sean. Adolfo: o se borran todos los mensajes vinculados o ninguno. O todos hablamos solo de numiamatica y se borran los inadequados o ninguno. Saludos a todos y felicidades por el blog.

  11. Me parece un libro interesantísimo, y como apuntas, seguro que refleja un trabajo impecable.
    Me parece genial que esté escrito en catalán, puesto que es necesario publicar obras eruditas en lenguas menos usadas mundialmente o acabarán desapareciendo, por eso las fomentamos desde toda España.
    Tengo una duda técnica. Las medallas tienen leyendas en catalán o latín?? Porque entonces toda discusión está zanjada… Estudio de todas las medallas con leyendas en catalán…. Se cae por su propio peso.
    Considero que la numismática, que justo estudia las particularidades de monedas en su contexto histórico, geográfico y temporal…. Incluya libros que se fijen en un ámbito geográfico, temporal concreto, uniendo la peculiaridad del catalán. Un acierto que pone en valor una característica concreta, típico de los que nos gusta el hecho de coleccionar.
    Felicidades Sr Boada.

  12. Excelente libro, si alguien quiere aprender algo sobre las medallas de proclamación en la península ibérica (no me atrevo a incluir Hispanoamérica por desconocimiento) tendrá que pasar por él y además creo que construye una metodología muy atractiva para quién quiera abordar otras emisiones en el futuro. La perfección no existe, pero es MUY BUENO!

    Dicho esto, si estuviera en portugués ¿dedicariamos un solo segundo al tema idiomático? Si estuvieramos en Suiza ¿algun germanofono recriminaria a otro compatriota que escribiera en francés? si alguién os recriminase un dia y otro el motivo por el cual escribis en vuestra lengua ¿como os sentiriais? esplorad las respuestas y quizás os podais poner en los zapatos del otro. Y si no puede ser, pues nada, besos y abrazos a tutiplen.

  13. En primer lugar, quiero agradecer de corazón la recensión que Adolfo ha hecho de mi libro. La valoro mucho por haberla hecho a pesar de ser un tema que tal vez no le interese mucho y a pesar de estar escrito en un idioma que no es el suyo. Si su apertura de miras y de mente fuera mayoritaria en este país, estoy segurísimo que las cosas serían diferentes. Además, creo que es la primera vez que leo una crítica positiva escrita en castellano de un libro sobre numismática escrito en catalán. Creo que los que escriben recensiones en castellano deberían fijarse algo más en las publicaciones escritas en catalán y en cuaquier otra lengua peninsular para difundir lo que se escribe en otros ámbitos geográficos y lingüísticos que también son españoles.

    A Yago Abilleira: el precio oficial es de 40 €. Creo que hubo alguna confusión por parte del IEC al dar el precio de 30 € al principio, pero si alguien lo puede conseguir más barato, pues mejor para él. Tampoco te engañes: no es una edición de lujo, sino en tapa rústica, pero te puedo asegurar que el precio (aunque sean 40 €) no paga ni de lejos el trabajo y el gasto que hay detrás.

    Por respeto a Adolfo, no voy a polemizar aquí sobre el tema que quedó sobradamente tratado en el foro de Imperio Numismático, pero no puedo callarme unas pocas cosas:

    – Me parece ridícula la afirmación de que el título «causa un daño tremendo y un dolor político enorme en la Comunidad Valenciana». Es como si dijera que hablar de «países hispanoamericanos» o «de habla hispana» causara dolor en Argentina o en Méjico. Conozco de sobras las polémicas de que es objeto, tanto en Valencia como en Baleares, la lengua propia (o más bien, su denominación), pero si uno lee la acepción «valenciano» o «mallorquín» en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la cosa está bastante clara. Esas polémicas son más políticas que científicas, y basta con ver la ideología de los que intervienen en ellas con más vehemencia y, a veces, con violencia. Tampoco prefiero no entrar a comparar «imperialismos». No diré más al respecto.

    – Comparto al 100% los comentarios de Isaac, de Víctor y de J. Mir en lo que a la lengua se refiere. Me sigue llamando poderosamente la atención que alguien crea que escribir en catalán es hacer política. Como sugiere J. Mir, hace falta mucha empatía en los que critican que se publique en catalán. Y como bien decía Isaac en otro mensaje, parece que algunos quieren que el catalán (o el gallego, o el euskera) queden relegados a lenguas folclóricas y familiares. ¿Hago política al escribir en catalán porque quiero mantener viva mi lengua madre? Ahora me dirá el que ha dicho «Cuando la lengua se convierte en un vehículo político, separador y autoritario…cuando la lengua va acompañada de tantos tintes políticos, es normal que la gente responda con una opinión defensiva», que le he entendido mal. El mismo que dice que «el mismo Franco, amplió a 5 horas la lengua catalana en las escuelas». Yo no pude empezar a estudiar catalán en la escuela hasta años después de la muerte del dictador y puedo afirmar que es una afirmación rotundamente falsa. Releyendo los textos del autor de estas lindezas, me queda claro quién está politizando el tema.

    – No pretendo ser un superventas de la literatura numismática; quien quiera comprarlo, que lo compre; quien no quiera, que no lo compre. Quien quiera dejarse llevar por los prejuicios y limitar su cultura, allá él. Como ha dicho alguien, siendo una lengua latina no debería presentar ninguna dificultad insalvable para un hispanohablante. Cosa diferente es que se deje llevar por los prejuicios. Por tanto, no tengo ningún motivo para traducirla al castellano, que como se puede ver es una lengua que domino perfectamente y con la que no tengo ningún problema en absoluto. Mi forma de pensar es esa: yo no tengo manía hacia ninguna lengua y, por tanto, no concibo que nadie pueda tenerla hacia la mía; si algo me interesa, me da igual la lengua en que está escrita. Pero está claro que hay personas que no piensan igual que yo. Qué le vamos a hacer.

    – No voy a hablar de las lindezas que hemos de soportar los catalanohablantes cuando nos expresamos en catalán en según qué ámbitos de nuestro lugar de residencia («háblame en cristiano» y cosas así). Y encima tenemos que oír políticos diciendo que no se puede vivir en castellano en Cataluña, por ejemplo (¿de verdad hay gente que se cree eso?). Si la gente se dedicara a soltar menos mentiras y menos ataques contra las lenguas no castellanas (no olvidemos que el catalán, el gallego y el euskera son lenguas españolas) y creyera más en aquello de que «España es un país multicultural» y estuviera orgulloso de ello, las cosas en España irían de otra manera porque, muy probablemente, muchos habitantes de esas tierras en las que se hablan esas lenguas se identificarían mucho más con la idea de España.

    – Y limitándome al ámbito numismático estrictamente, creo que con mi trabajo he demostrado que en los archivos públicos españoles existen muchísimas noticias que hacen referencia a nuestras monedas y medallas, sólo hay que buscarlas, sistematizarlas y plasmarlas de forma comprensible y, si es posible, amena, teniendo en cuenta todo lo que se ha escrito antes al respecto. Claro que eso es un trabajo largo y, a veces, tedioso, pero cuando uno encuentra noticias jugosas, os puedo asegurar que es una de las mejores sensaciones que un investigador pueda experimentar. Me gustaría pensar que mi libro pueda ser inspirador para alguien en ese sentido.

    En cuanto a la duda de Víctor sobre la lengua de las leyendas, en los primeros tiempos estaban únicamente en latín. Creo recordar que sólo fue a partir de las valencianas de Fernando VII i las posteriores de Isabel II que las leyendas se escribieron en castellano. Evidentemente, los tiempos que corrían no invitaban a que se grabaran en catalán, una lengua que fue totalmente marginada de las proclamaciones borbónicas. No sé si he contestado a la duda que se planteaba.

    Y para acabar: Adolfo, perdóname. He intentado no entrar en polémicas que sé que a ti no te interesan que se desarrollen en tu estupendo blog, pero me ha resultado inevitable hacerlo porque las afirmaciones que se han vertido no podían quedar sin respuesta. Y todavía hay muchas cosas más que podría decir pero que me callo por respeto hacia ti. Espero que lo entiendas. Muchas gracias por tu encomiable trabajo.

    1. Este comentario entero, Jaume, es para «copiar y pegar» y guardar. Ojalá más gente tuviera presente aquellas reflexiones de Cela (bueno, primero deberían saber quién fue): «desde que España es España […], siempre fueron más nocivos y numerosos los separadores que los separatistas». Poco más a añadir. Gracias.

    2. Felicidades por el libro. He empezado ahora su lectura y agradezco la redacción fluida y precisa. Soy archivero y creo interesante que se haga la transcripción de los documentos más significativos como es el caso. Muchos agradecemos poder leer libros con esta calidad de redacción y edición.

      Moltes felicitats novament, i molts èxits professionals.

  14. «no olvidemos que el catalán, el gallego y el euskera son lenguas españolas»
    Bravo, con eso no puedo estar más de acuerdo. Y casi que ahí lo voy a dejar, no voy a valorar más cosas de lo que se ha dicho. Con unas estaré de acuerdo y con otras no, como es lógico.

    Sólo decir que hay que ser sensible y educado con los catalanes, con los valencianos, también con los andaluces (que telita lo que tenemos que escuchar todos los días….), con los murcianos y con los melilllenses, y castellanos (que también existen aunque sus campos estén por desgracia cada vez más despoblados) porque al fin y al cabo todos sufrimos ataques diarios a nuestra cultura, lengua o cuestiones identitarias.

    A los andaluces la españolidad no nos viene porque nos invadieran los castellano leoneses desde el norte, ni porque hablemos castellano, nos viene porque ya desde la época de los fenicios a esta tierra se le denominaba así. Y no vamos a dejar de serlo porque a algún madrileño o a algún donostiarra se le ocurra decir que somos unos paniaguados y unos vagos, entendemos que no lo hacen por ser madrileños ni vascos, entendemos que lo hacen por ser unos maleducados.

    Con respecto al libro de las medallas, yo no lo he comprado no porque esté escrito en catalán, sino porque no soy aficionado a las medallas. A mí la lengua no me resulta un impedimento, de hecho uno de los primeros catálogos que compré fue el de Crusafont, que está en catalán. Pero celebro que se hagan esos estudios pormenorizados, es bueno para la afición.

  15. Un saludo muy cordial desde Valencia. Animo a leer hasta el final porque cito unos ejemplos que, probablemente, no serán muy esperables y tienen, creo, cierto interés.
    Pregunto: ¿qué es ser un numismático? Creo que Adolfo, que Jaume Boada y que otra mucha gente encarna, a la perfección, lo que es ser numismático verdaderamente: sin apertura de mente, sin mantener independencia de criterio con respecto a prejuicios lingüísticos y apriorismos ideológicos, no hay numismática que valga.
    Y es que los afectados de «ideologitis» extrema se pueden poner como quieran, pero el discurso de barra de bar, o de tertuliano todo terreno, dista años luz de lo que la numismática exige, y -atención, por favor- de lo que la numismática da. DE LO QUE LA NUMISMÁTICA TE DA. La numismática, cuando se practica de veras, te añade tolerancia, te motiva a entender las razones del adversario ideológico y te lleva a admirar, si es el caso, la capacidad de los enemigos políticos para mostrarse en las monedas -o en las medallas, o en los billetes, o en los sellos, o en el papel sellado, etc.- recubiertos de un discurso eficaz y operativo socialmente.
    A mí, pongamos por caso, la personalidad de Alfonso XIII me resulta insufrible: por ceñirme a su vida privada, me parece de una desfachatez total que produjese películas pornográficas (por cierto de alta calidad) y fuera un adúltero de tomo y lomo, a la vez que fingía -por razones de estado- ser un modélico esposo y un devoto católico, capaz de llevar con unción la capa con las veneras de gran maestre de cuatro órdenes religioso-militares, de aquellas que exigen -supuestamente- una integridad moral integrista a prueba de bomba. Como digo, es un personaje que me da bastante «asquito». Pues bien, al mismo tiempo, opino que la producción monetaria realizada en su reinado es, simplemente, fascinante. Creo que se tiene que deslindar, del todo, la opinión sobre el retratado de la opinión sobre sus retratos numismáticos: estamos ante, ni más ni menos, el rey-niño más niño jamás representado en una moneda (y si alguien conoce otro caso que rebaje el año y medio de edad del «pelón», que lo diga por favor). Estamos, además, ante una serie de retratos sucesivos -con aditamentos como el uniforme militar- que lo caracterizan extraordinariamente bien como seducido, de todas todas, por la aventura de la guerra (cuando contemplamos el tipo posterior al «cadete», que algunos con mucho acierto llaman «prusiano», el del bigotito atildado y la pose adusta, es difícil no recordar la más que probable incidencia de Alfonso XIII en el desastre de Annual).
    De la misma manera, se puede ser un crítico feroz del colonialismo británico y, al mismo tiempo, reconocer que los retratos de Victoria como reina y emperatriz son espectaculares. Incluso a alguien como a mí me parece emocionante su apariencia de viuda serena -pero con un punto de desolada- tras la muerte de su idolatrado príncipe Alberto.
    Todo lo dicho quiere romper una lanza por la numismática digna de tal nombre, que es fundamentalmente una actitud, y viene a cuento de lo que, a mi entender, es el bucle en el que entran constantemente algunos comentaristas del blog, paladines en el actual contexto español de dejar clarísimos los tarros de sus esencias. ¿De verdad se consideran numismáticos los que, hablantes de lenguas romances, muestran en público con tanta rotundidad lo que nunca osarían mostrar franceses, italianos, portugueses, catalanes, valencianos o baleáricos? ¿De verdad se puede presumir de falta de sensibilidad y empatía hacia otra lengua románica? Llega a ser exasperante, de verdad.
    Y también es tremendamente triste que personas que se dicen del ámbito de la numismática se inhiban de la consulta de fuentes bibliográficas, en idiomas muy próximos desde la perspectiva filológica, o que cuestionen a los autores en atención a los calificativos ideológicos que ellos mismos les otorgan. Es exasperante. Es impropio. Y, lo peor, es que es completamente predecible. Es… cansino.
    En nombre de una numismática digna de tal consideración, por favor dejen en paz a Juame Boada, un investigador de un rigor extraordinario. Extraordinario… Si no quieren comprarle sus obras no se las compren: ustedes se lo pierden. Pero, por favor, no se digan «numismáticos». Eso, por favor, no. Porque si ustedes, con tales actitudes, tan distantes de la máxima clásica «Sine ira et studio» se llaman numismáticos, habrá que inventar otra palabra para definir a las cantidades ingentes de personas que, simplemente, queremos leer lo que no sabemos, queremos sacar conclusiones de los libros sin importarnos en qué idioma están escritos o si el autor reverencia a la monarquía o abomina de ella.
    Hace quince años, en Praga, encontré una obra incomprensible para mí porque estaba publicada en checo, lengua de la que solo tengo nociones muy básicas de turista. A través de las imágenes -y de los nombres propios, y de las denominaciones de las monedas- entendí que me encontraba ante un libro muy interesante, relevante para la historia de la amonedación en el centro de Europa (y más allá). Lo compré. Además de los checos, podían disfrutar de aquel libro los eslovacos, los polacos, y seguramente también, los eslovenos, los croatas, etc. Dudo que algún hablante de una lengua eslava, escrita en alfabeto latino, haya escrito en los comentarios de un blog cosas parecidas a las que aquí se leen, o que se pregunten sobre si el autor cree que Chequia es una nación o que la nación es Checoeslovaquia. Dudo que alguien allí haya llegado a decir que no compraba aquel libro porque estaba escrito en checo. Diez años más tarde, en Estados Unidos tradujeron la obra al inglés: «From the Silver Czech Tolar to the Worlwide Dollar». Ahora puedo leerla yo, claro, pero también está claro que cuando alguien tiene un interés suficiente por algo, hace esfuerzos por acceder a los contenidos: si el universo monetario checo me quitase el sueño, aprendería checo. Punto y final.
    No sé la cantidad de gente que, en España y en el mundo, está seducida por las medallas de proclamación como las que Jaume Boada ha desentrañado. Sí que sé que, si quieren tener una idea consistente sobre las emitidas en las tierras donde decimos «Bon dia» para saludar por la mañana, tendrán la oportunidad de sumergirse en la lengua que, por cierto, leía con fruición el marqués de Santillana. Moltes gràcies, Jaume. Muchas gracias, Adolfo.

  16. Muchas gracias por tus palabras, Rafael.

    Evidentemente, entiendo que alguien a quien no le interesen lo más mínimo las medallas de proclamación no se lea este libro, aunque debo decir que a mí, antes de escribir el libro, me interesaban más bien poco, y que conozco gente a quienes antes no le llamaban la atención y que ahora las ven con otros ojos gracias al libro. No hay nada como conocer algo para quererlo, o al menos para apreciarlo.

    Yo también explicaré una anécdota que ilustra perfectamente la actitud deseable entre los numismáticos de todo el mundo. Hace ya unos años, en Palma, conocí a un numismático belga que vino a hacernos una visita a la asociación a la que yo pertenecía. Unos días antes, había adquirido la revista de la asociación en la que se había publicado un artículo mío, en catalán, por supuesto. Comunicándonos en inglés, me dijo que había leído el artículo y me hizo varias preguntas en torno a unas dudas que yo planteaba sobre una moneda. ¡Quedé tan sorprendido de que un belga que no sabe catalán me preguntara en inglés sobre unas dudas que yo había expresado en un artículo escrito en catalán que me dieron ganas de abrazarle! Así de poco acostumbrado estaba (y todavía estoy) de que alguien ajeno al catalán ni siquiera se moleste en leer una obra en esa lengua.

  17. Hola a todos otra vez. Jaume ha dado en la diana. Siempre me ha resultado muy sugestivo que los que acusan a la lengua de catalanes, valencianos y baleáricos de ser «una lengua de campanario», sean -las más de las veces- protestones ante el hecho de que en muchas partes de Europa tengas que recurrir al inglés, al francés, al italiano, o a otros idiomas, para que te entiendan, o para acceder a los libros sobre monumentos, castillos, etc., o para entrar en las visitas guiadas. La arrogancia lingüística se lleva mal en Europa, no se comprende (por supuesto, también debe haber de todo…). Y no digamos en la Europa numismática, con sus famosos boletines en alemán, neerlandés, checo, etc. En esas latitudes alucinarían de la carga ideológica que destilan los blogueros a los que antes hacía referencia y que, ahora, la han tomado con el Sr. Boada. Estaría bien que los que por la noche decimos «bona nit» pudiésemos dejar de explicarnos tanto. Y es que un franquista como José María Pemán tenía muchísimos menos problemas que ustedes, los del «erre que erre». Afortunadamente, otros compatriotas suyos de lengua castellana, en la actualidad, dan ejemplo de fraternidad y reconfortan. Gracias a ellos todavía hay luz al final del túnel. Y cuando son numismáticos, da gusto leer sus comentarios. Es una opinión, claro.

  18. Es un placer leeros, como aprende una. Tengo el libro de Jaume, he ido a su presentacion, hemos cambiado impresiones y tengo que decir que el amor, dedicación, entusiasmo, etc etc, para llevar a cabo un trabajo como este, no tienen precio. Jaume, cuando sea mayor jejejejeje, quiero expresarme como tu.
    El libro, es un excelente trabajo, muy minucioso, con datos desconocidos hasta ahora. Yo no colecciono medallas, pero este libro no puede faltar en mi biblioteca.
    Mi enhorabuena desde mi roquita Mallorca.
    Una abraçada i salut per tots.

    PD: tengo libros en inglés de Numismatica y no lo hablo. He leído un comentario del J.Mir, acertadisimo. “Si estuviera escrito en cualquier otro idioma, nos plantearíamos según qué comentarios?” Touché monsieur Mir 😀

  19. A ver, Jaume, sólo diré una cosa en relación a tu contestación. Con Franco no se prohibía el castellano en las escuelas como se hace ahora.
    Ahora en Cataluña, en muchos centros educativos, por no decir todos, el castellano se detesta. Todo lo que huele a nacional de odia, y por consecuencia a los que lo hablábamos. La lengua española es la lengua oficial de nuestro país, que es el tuyo también, aunque no quieras, y es una falta de respeto enorme no considerarla, es más, es anticonstitucional, como muchas más otras cosas que se hacen allá. Aún siendo un dictador, Franco respetó y promovió la cultura catalana, entre ella, la lengua, ampliando el tiempo lectivo en las aulas, si hubiera sabido que hoy se está cometiendo un golpe de estado en España, u que es Cataluña la que lleva la bandera, otro gallo hubiera cantado.

    Pese a lo que te pese, debes ser inteligente y afrontar todo tipo de críticas y no atacar como haces conmigo cuando hablas de lindezas…
    Es un hecho constatado que en Cataluña se podía hablar catalán y estudiar lengua catalana sin ningún problema. Otra cosa es que queráis cambiar la historia, como venís a hacer siempre…y queráis decir y hacer lo que os venga en gana

    Ah, otra cosa..a ver si sabía leer y nos enteramos que en ningún momento haya dicho yo, que me parezca mal que escribas el libro y lo publiques en catalán. Sólo he dicho que si quieres ver aumentadas las ventas, que estaría bien que se tradujera al castellano y que por eso veo ridículo que no se haga ésto.

    La lengua catalana es una cosa, y su uso y su finalidad (en base a las actuaciones de muchos independentistas) otra.

    1. «Con Franco no se prohibía el castellano en las escuelas como se hace ahora»
      «Ahora en Cataluña, en muchos centros educativos, por no decir todos, el castellano se detesta»
      «Es un hecho constatado que en Cataluña se podía hablar catalán y estudiar lengua catalana sin ningún problema»

      No te preocupes, no te quiero desacreditar. Te desacreditas a ti mismo con estas afirmaciones. Cualquiera que conozca mínimamente Cataluña y la historia de España, sabe que todas afirmaciones son falsas. Para mí la mejor es esta:
      «Aún siendo un dictador, Franco respetó y promovió la cultura catalana»

      Creía que ya lo había oído todo, pero estaba equivocado. No voy a molestarme en responder por respeto a Adolfo y, además, sacaría temas que no son numismáticos.

  20. A ver, Jaume, sólo diré una cosa en relación a tu contestación. Con Franco no se prohibía el castellano en las escuelas como se hace ahora.
    A día de hoy, en Cataluña, en muchos centros educativos, por no decir todos, el castellano se detesta. Todo lo que huele a nacional se odia, y por consecuencia, a los que lo hablamos. La lengua española, es la lengua oficial de nuestro país, que es el tuyo también, aunque no quieras, y es una falta de respeto enorme soterrarla, y utilizar el catalán como requisito indispensable para conseguir por ejemplo, por medio de una oposición, una plaza de trabajo amortizada por todos los españoles. Ahora me dirás que eso no es anticonstitucional,como muchas otras cosas que se hacen allá.
    El catalán es una lengua más, me atrevería a decir que es un dialecto, pues la considero lengua provenzal…es necesaria como parte de la educación de todos los españoles, como cualquier otra lengua, pero cuando se utiliza con ciertos fines… Mal va el asunto. Aún siendo un dictador, Franco respetó y promovió la cultura catalana, entre ella, la propia lengua, ampliando el tiempo lectivo de su estudio en las aulas… si él hubiera sabido, que hoy en día, se está cometiendo un golpe de estado en España, y que es Cataluña la que lleva esa bandera, otro gallo hubiera cantado.

    Pese a lo que te pese, debes ser inteligente y afrontar todo tipo de críticas y no atacar a los comentaristas, como has hecho conmigo, cuando hablas de «lindezas…»
    Es un hecho constatado, que en Cataluña en la dictadura, se podía hablar catalán y estudiar su lengua sin ningún problema. Otra cosa es que queráis cambiar la historia, como venís a hacer siempre…y deseéis decir y hacer lo que os venga en gana.

    ¡Ah! otro asunto…a ver si leéis bien, y nos enteramos, de que en ningún momento, haya dicho yo, que me parezca mal que escribas el libro en lengua catalana. Faltaría más, que te dijera yonlonque tienes que hacer. Sólo he comentado, que si quieres ver aumentadas las ventas de tu obra , estaría bien que se tradujera al castellano… por eso veo ridículo que no se haga ésto.

    La lengua catalana es parte de la cultura española , pero últimamente «la finalidad con la que se trata» (en base a las actuaciones de muchos independentistas) la convierten en algo no deseado por muchos españoles.

    1. “Con Franco no se prohibía el castellano en las escuelas como se hace ahora”
      “Ahora en Cataluña, en muchos centros educativos, por no decir todos, el castellano se detesta”
      “Es un hecho constatado que en Cataluña se podía hablar catalán y estudiar lengua catalana sin ningún problema”

      No te preocupes, no te quiero desacreditar. Te desacreditas a ti mismo con estas afirmaciones. Cualquiera que conozca mínimamente Cataluña y la historia de España, sabe que todas afirmaciones son falsas. Para mí la mejor es esta:
      “Aún siendo un dictador, Franco respetó y promovió la cultura catalana”

      Creía que ya lo había oído todo, pero estaba equivocado. No voy a molestarme en responder por respeto a Adolfo y, además, sacaría temas que no son numismáticos.

  21. Adolfo Ruiz Calleja

    «Y Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú, ve, y predica el reino de Dios.»

    Así que dejemos a Franco y hablemos de numismática. Que no es el Reino de Dios, pero nos puede iluminar.

  22. Así para ir rápido, yo hice EGB con Franco vivo y no recuerdo haber tenido clases de catalán y si recuerdo a maestros decirnos que en el aula e incluso en el patio (eso menos) no hablásemos nuestra lengua entre nosotros, a lo mejor Adolfo sabe si eso de las cinco horas de catalán era en Palencia, porque lo que es aquí…

    Después tuve clases en el instituto que eran voluntarias, no debió ser antes de 1980, y uno o dos años después ya fue asignatura obligatoria de lengua, y pasó todavía un tiempo hasta que tuve clases de otras asignatura en catalán, eso en la pública. En la privada algunas empezaron un poco antes (Franco enterrado) y otras todavía no han empezado. Solo lo digo por acercarme al rigor histórico.

    Otra cosa es que hubiese instituciones culturales que dieran clases de catalán en entornos no académicos, en tiempos de Franco hacia los años 60 ya no hacían redadas muy frecuentes, eso es verdad, pero a mi padre un amigo, Franco muerto, le enseñó su ficha policial y entre otras, ponía, como rasgo subversivo, que acudía a clases de catalán. Solo lo digo por acercarme al rigor histórico.

  23. Y ya que estamos os voy a contar lo único público que recuerdo en catalán en tiempos de Franco, muy a finales de los tiempos de Franco. Había una hora de televisión que se hacía desde los estudios de Miramar en Barcelona y que se veía también en Valencia y Baleares, lo que viene ahora a algunos les va a sonar a chino.
    Por las tardes no había tele, después del “parte” de las 3, o quizás de un breve magazín posterior, entraba la carta de ajuste que unos minutos más tarde desaparecía, y nos quedábamos sin señal -mi abuela lo llamaba la boira (niebla)-, media hora después empezaba un programa en catalán, que creo que duraba una hora, de temas más o menos culturales. Una vez finalizaba el programa volvía la boira durante media hora, luego un cuarto de carta de ajuste y al final la tele normal otra vez. En casa se veía mucho, pero la inmensa mayoría de la gente ni siquiera sabía que eso existía, es evidente que era un paripé de 5 horas a la semana, serían eso eran las clases?.

  24. Hola aquí otro valenciano, desgraciadamente no comprare el libro, es un tema totalmente desconocido para mi pero si que me gusta que cada vez haya más libros tan elaborados en nuestra lengua.

    En general no le hago ascos a ningún idioma tengo catalogos en francés, inglés portugués, hasta uno en ruso que eso sí que era para verme intentando descifrar algunos datos, si realmente te llama el tema no te importará el idioma.

    Un saludo, gracias y suerte Jaume con tu publicación.

  25. Cambio de tercio: muy a menudo los coleccionistas de monedas se alejan demasiado del conocimiento de las medallas. Aunque en ocasiones los catálogos de monedas son demasiado básicos, permiten que el común de los numismáticos sepan, por ejemplo, qué existe y qué no existe entre 1868 y 2001 hablando de monedas. Si nos referimos a las medallas, la ausencia de un mercado tan poderoso -tan generalizado en los distintos países- como el de monedas de colección ha inhibido la reiteración de las publicaciones. Por eso son tan importantes obras como la de Jaume: sistematizadas, rigurosas y utilísimas para poder contrastar con lo que se acuñaba para circular habitualmente. Insisto: muy a menudo los coleccionistas de monedas se alejan demasiado del conocimiento de las medallas, y eso debe ser subsanado para tener una visión más cabal, más cierta, sobre el universo numismático en su dimensión global. Bona nit, buenas noches.

  26. Me alegro de leer valencianos expresándose en estos términos, aunque alguno no se vaya a comprar el libro por no interesarle el tema, eso es lo de menos.

    Personalmente, a mí me empezó a interesar la medallística balear desde hace tiempo y también la colecciono, aunque siempre la sitúo un paso por detrás de las monedas. Sin embargo, últimamente me estoy dando cuenta de que hay un enorme campo por recorrer y por investigar, tanto en los archivos como en publicaciones dispersas, algunas muy antiguas con trabajos que corren el riesgo de caer en el olvido si no se recuperan aunque sea mediante una cita bibliográfica. Mi idea es llegar a hacer una monografía también sobre la medallística de mi tierra, pero eso llevará tiempo. Y es que, detrás de cada medalla, también hay una historia, a veces incluso más interesante que la que hay detrás de algunas monedas, por no hablar del arte sublime que algunas medallas muestran.

    Por ejemplo, estoy terminando un articulo para Acta Numismàtica de 2019 que tratará sobre las medallas, y también getones, acuñados por ingleses y franceses relacionadas con la toma y dominio de la isla de Menorca en el siglo XVIII (España no las acuñó, que yo sepa, porque si las hubiera también hablaría de ellas). Hay muchas más de las que creía y alguna pieza es bien curiosa, como un getón inglés que conmemora, no una victoria sobre el enemigo, sino una traición de un militar propio al que se acusó de vender la isla a los franceses y terminó ejecutado. Debo decir que he disfrutado con la investigación, para la que he precisado consultar publicaciones inglesas y francesas, alguna del siglo XIX y publicada en Google Libros.

    Por cierto, no es el primer artículo que he publicado sobre medallas.

    1. Algunos se creen que por gritar más su posición se hace más mayoritaria, por suerte el tiempo va poniendo a cada uno en su sitio y aquí en Valencia se está empezando a normalizar la situación después de décadas oscuras.

  27. El título es malo y malo malo. El autor será la pera limonera como investigador, pero muy mal la elección del título que gracias a ese veneno llamado independentismo, terminará por ahuyentar lectores. Y al final, cuando se trata de escribir un libro de divulgación cultural y de investigación, lo que se quiere es que lo lea la mayor cantidad de gente posible, no?.
    Además de permitirse el decir que lo que se parla en Valencia es catalán.. Algo ya bastante discutible.
    Un saludo

  28. La medallística ocupa un campo vastísimo en cuanto a su titularidad, causas, motivos, aspecto… teniendo muy poco que ver una medalla de proclamación con otra de 25 años de pertenencia a un organismo, y ya sin meternos en las deportivas. En definitiva creo que con la palabra medalla estamos definiendo cosas que tienen una apariencia más o menos similar pero poco relacionadas entre sí. Por eso me da la impresión que los numismáticos tenemos alguna querencia a las medallas casi monetarias (y sin casi) y que las de la diputación provincial de la feria de la industria y la agricultura nos traen más al fresco.

    Bueno es una opinión que, si salen más libros como el de Jaume, estoy dispuesto a discutirme acaloradamente.

    1. .
      J. Mir, tiener razón en cuanto a »La medallística ocupa un campo vastísimo» y añado… cada vez es más técnica y más independiente de la Numismática.
      .
      Yo colecciono medallas conmemorativas de hechos históricos y políticos. Una ciencia auxiliar de la historia.
      .
      Prefiero citar una medalla que un historiador, reflejan el espíritu de la época.
      .

  29. Da igual intentar argumentar una idea con sentido común, Eduardo…esta gente no puede razonar libremente, están condicionados por el amarillo y por la canción del segador…muy acorde a los tiempos que vivimos, segar todo lo que sea español.

    1. Hasta ahora no he tenido tiempo de mirarme tu web sobre medallas conmemorativas alemanas y la verdad es que la encuentro muy interesante y, aunque sencilla, muy gráfica y comprensible. Me ha gustado leer episodios que no conocía, como la invasión del Ruhr por Francia el 1923, durante la cual las tropas francesas acostumbraban a humillar a los alemanes de forma sistemática. Esa humillación, junto con la que implicaba las condiciones draconianas del Tratado de Versalles, sentaron las bases para el ascenso del nazismo al poder.

      He reflexionado sobre lo que dijiste de que te fías más de lo que dice una medalla que de lo que cuenta un historiador. Yo no estoy de acuerdo porque hay que tener presente en todo momento que la medalla es un medio de propaganda fabricado por el poder vigente en un cierto momento. Por tanto, la información que la medalla proporciona debe ser valorada en su justa medida y colocada en su lugar preciso, sin perder de vista su intencionalidad, que siempre existe. Me refiero, claro, a las que impulsa el poder; cosa diferente son las conmemorativas sin más, aunque hay que analizar siempre su contenido.

      Las medallas de proclamación no eran más que eso: un medio para que el pueblo llano conociera el aspecto, siempre idealizado, del nuevo rey y de prestarle lealtad mediante las leyendas que contenía. Algunos ejemplares de esas medallas, además, llegaban a manos del mismo monarca, normalmente en oro, para que pudiera satisfacerse al comprobar la cantidad de lealtades que había reunido.

      En cualquier caso, enhorabuena por tu página y te animo a seguir publicando información en ella. Quizá deberías dar la opción de crear una lista de correo para cuando publiques novedades en ella.

  30. Lo siento Adolfo, la intención de no caer en polémicas había quedado muy clara, pero a veces los hay con ganas de entrar en ella…
    Suscribo completamente lo que dice el señor Boada: «Comparto al 100% los comentarios de Isaac, de Víctor y de J. Mir en lo que a la lengua se refiere. Me sigue llamando poderosamente la atención que alguien crea que escribir en catalán es hacer política. Como sugiere J. Mir, hace falta mucha empatía en los que critican que se publique en catalán. Y como bien decía Isaac en otro mensaje, parece que algunos quieren que el catalán (o el gallego, o el euskera) queden relegados a lenguas folclóricas y familiares»
    Simplemente, a quien no le guste, que no lo compre o no lo lea. Es una obra excelente y eso no se puede reprochar. Tampoco al autor escribir en la lengua que le plazca, tenga la difusión que tenga y abarcando el ámbito geográfico que le plazca. Es su obra.
    Limitémonos a hablar de medallas, de eso trata el post. Felicidades sr. Boada.

  31. Pingback: AVISO PARA NAVEGANTES – Numismática y Medallística como fuentes documentales de la Historia.

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