Subasta de Áureo & Calicó, 8 de marzo de 2018

Como todos los años, la Asociación Numismática Española organiza la Semana Nacional de la Numismática, que ya llega a su 51ª edición. Entre otros eventos, se va a otorgar la medalla Javier Conde Garriga 2017 a Manuel Mozo por su última obra, y Pablo Nuñez presentará su nuevo libro (aquí hablamos del anterior). Como también habitual cada año, el viernes de esa semana (9 de marzo) habrá una convención numismática en Barcelona organizada por la ANE y la FNMT. Yo me lo pasé estupendamente cuando acudí; no iré este año porque vivo en la otra punta de Europa.

Otro de los eventos que ocurren cada año en la Semana Nacional de la Numismática es que el jueves (8 de marzo, este año) la firma Áureo & Calicó organiza una subasta ordinaria y una Subasta Selección. Esta Subasta Selección recoge 500 piezas que buscan agradar a los coleccionistas más exigentes, con independencia de lo que coleccionen (dentro de la moneda que trabaja esta casa, se entiende). Como no puede ser de otra manera, las monedas están seleccionadas por su rareza y, principalmente según su belleza estética y su salida en el mercado internacional. Siempre es una delicia verlas. En cuanto a la subasta en sala, esta vez se trata de una subasta relativamente pequeña pero que trae buenos ejemplares. Esto es normal porque Áureo aprovecha la atención creada con la Subasta Selección para atraer a sus clientes más potentes ofreciendo otras piezas también muy interesantes; además, siempre hay algunas monedas que «se caen» a última hora de la Subasta Selección y acaban en la subasta ordinaria. Curiosamente no hay una subasta por correo, supongo que en esa empresa estén a tope con el ritmo de subastas que llevan y no les den los dedos para insertar más lotes en su base de datos. Paso ahora a describir con algo más de detalle ambas subastas.

SUBASTA SELECCIÓN

La Subasta Selección da un repaso a la historia de la numismática con 500 piezas que son pura cremita. En líneas generales son monedas de altísima calidad, algunas muy raras y algunas muy caras. Son muchos los coleccionistas que pueden aspirar a comprar alguna pieza, pues hay bastantes ejemplares que se rematarán en unos pocos cientos de euros. Ahora bien, hay otros lotes que solo estarán disponibles para los bolsillos más pudientes. Yo os invito a echar un vistazo al catálogo (y a leer sus comentarios) como quien mira el catálogo de un museo. Se puede aprender mucho de él. Luego quien quiera y pueda, que puje por alguna pieza. En lo siguiente daré un breve repaso a esta subasta, mencionando solo aquellos ejemplares que destaquen de manera exagerada o las series que realmente me hayan llamado la atención, pues los 500 ejemplares son preciosos uno por uno.

dobla de la Banda de Coruña
Dobla de la Banda de Coruña

El repaso a las monedas antiguas es muy breve, pues no es el periodo más fuerte en esta casa. De este periodo lo que más me gustan son los denarios, tanto Republicanos como de Julio César y de Augusto. Son monedas bastante corrientes, pero unos ejemplares de una belleza extraordinaria. También se pueden destacar las seis piezas íberas, pues combinan a la perfección belleza y rareza.

La Edad Media comienza mucho más fuerte. Dentro de los cuatro trientes visigodos tenemos dos monedas únicas e inéditas de Chintila: una de cabra y otra de Tarraco. Estas nuevas aportaciones al corpus son de las pocas piezas del catálogo cuya conservación no es extraordinaria, pero su trascendencia histórica (explicada en el catálogo) justifica su presencia en esta colección. La moneda andalusí se ve representada por siete dínares raros y preciosos que abarcan todas las épocas de la presencia islámica en la Península, más un quirate almorávide considerado único. Por parte de los territorios cristianos, la Corona de Aragón se representa con 25 piezas muy bonitas entre las que se pueden subrayar los ocho croats. No obstante, creo que entre ellas y las tres monedas navarras no hay nada realmente impresionante. Creo que Castilla está mucho mejor representada, luciendo unos oros realmente asombrosos. Los amantes de la moneda castellana tenemos 53 piezas para elegir, en las que hay de todo: vellones sencillos pero muy bonitos; otros vellones mucho más raros como los de Urraca o los de Alfonso VII; platas preciosas, tanto sencillas como tan raras como el medio real de Burgos de Enrique III; y sobre todo unos oros que le desencajan la mandíbula a cualquiera. El mejor exponente de esos tremendos oros es la preciosa dobla de la Banda de Coruña que se muestra en la primera imagen (más sobre estas monedas). Si a alguien no le gusta esa moneda que se vaya al oculista, porque no se me ocurre otro remedio. Mucho me temo que es probable que vengan dos tíos con pasta y aumenten el precio de estos oros a base de bien, como pasó en la Subasta Selección de hace tres años.

Como no podría ser de otra manera, la Monarquía Española supone el núcleo principal de la colección. Los Reyes Católicos se ven representados por pocas piezas, pero entre ellas hay una variante inédita de un castellano toledano. También es digno de mencionar el rarísimo real granadino de Fernando y Juana. Ya siguiendo con doña Juana, aparece otras dos monedas rarísimas: un tres reales de México y un doble ducado de Zaragoza. Un broche precioso a una dinastía muy bien representada en esta subasta.

«Esta Subasta Selección recoge 500 piezas que buscan agradar a los coleccionistas más exigentes… las monedas están seleccionadas por su rareza y, principalmente según su belleza estética y su salida en el mercado internacional.»

La colección no se detiene demasiado en los Austrias pero trae unas auténticas delicias tanto de cecas peninsulares como americanas (esta vez no hay tantas monedas de cecas europeas como el año pasado). Entre los oros, se pueden destacar varias monedas peninsulares, como son la rarísima media onza granadina de Felipe II, el escudo inédito de 1628 y la media onza de Barcelona de Felipe IV. Pero más destacables todavía por su belleza son el doblón de Felipe IV y la onza segovianas de Carlos II, así como los preciosos 2 escudos de Cuenca de Felipe II que se reproducen en la segunda imagen. Entre las platas no puede dejarse de citar el impresionante cincuentín de 1626 y algunas acuñaciones especiales: galanos de 8 reales de 1610 de México, de 1661 y de 1676 de Potosí, así como un 2 reales potosino con forma de corazón (más sobre estas monedas). Además, como suele ocurrir en las Subastas Selección, hay bastantes vellones a molino de Felipe IV (más sobre esas monedas).

2 escudos de Cuenca de Felipe II
2 escudos de Cuenca. Felipe II. S.d.
Ejemplar-madrileño-de-1709-en-EBC.-Felipe-V.-1709
4 reales Madrid en EBC. Felipe V. 1709.

La colección se detiene en Felipe V para proporcionar un total de 74 platas y 38 oros que conforman el conjunto más trascendente de toda la subasta. Muchas de las platas son piezas de módulo pequeño y aparentemente sencillas, pero que cuesta encontrar en esta calidad. Dentro de esas pequeñas destaca claramente el tremendo 2 reales de Lima de acuñación redonda. Entre las piezas de 4 reales no pasa desapercibida el ejemplar madrileño de 1709 en EBC+ (tercera imagen); es una de esas piezas que cuando las veo mi sensación es que nunca me hubiera imaginado que pudiera existir semejante ejemplar de una moneda tan rara. Entre los duros destacan otros dos galanos: el de México de 1722 y el de Lima de 1728. También hay otras piezas peninsulares realmente impresionantes, tanto de Sevilla como de Segovia y Madrid. En una subasta normal los citaría uno por uno, pero es que si no con ésta no acabaríamos… bastará con indicar un potente duro sevillano de 1711 con sobrefecha inédita en calidad S/C-. Los oros de este monarca suponen un arsenal de doblones, medias onzas y onzas como yo no he visto en mi vida para Felipe V. Hay piezas que serían la joya de cualquier subasta, como los 2 escudos de Lima de 1725 y los de 1726, la media onza madrileña de 1727 o la onza de esa misma ceca de 1719, o las de 1729 y 1730. O incluso la onza segoviana de 1723. Sin embargo, todas estas piezas quedan ensombrecidas bajo dos míticos colosos en forma de 8 escudos: la onza segoviana de 1708 (cuarta imagen) y una onza galana mexicana de 1702 (quinta imagen).

Cuando acaba Felipe V queda todavía casi la mitad de la subasta pero, la verdad, es que mi interés decrece dramáticamente. Ya no hay conjuntos que sobresalgan de manera extraordinaria y son pocas las piezas que me hacen levantar las cejas (claro que después de los oros castellanos y los de Felipe V cualquiera se fija en un cobrecito de Isabel II).

Onza-segoviana-de-1708.-Felipe-V.
8 escudos. Segovia. Felipe V. 1708

Esto no significa que no haya monedas potentes. De hecho, entre los hijos de Felipe V se puede destacar el medio duro redondo a nombre de Luis I, un queridísimo columnario de Santa Fe de 1759 (más y más sobre ellos), el rarísimo duro de 1778 de Madrid y un rarísimo escudo cara de rata.

El resto de las monedas destacan por su belleza y de seguro encajarán en las mejores colecciones de los siglos XVIII y XIX. Por destacar una pieza borbónica más, se puede citar el ejemplar de los míticos 20 reales de 1855. Curiosamente, son los reyes foráneos quienes traen otras monedas que me llaman mucho más la atención: la curiosa prueba del duro de 1809, la onza madrileña de 1810 y, como no puede ser de otra manera, las increíbles 100 pesetas de 1871 en oro rojizo (una variante más rara que el oro amarillo). Es increíble que, siendo una moneda tan rara, hayamos visto dos onzas de 1871 en subasta en lo que va de año.

La moneda extranjera y las medallas no traen grandes sorpresas. La subasta se cierra con seis lotes de billetes. Entre ellos está una pareja correlativa de las 100 pesetas de 1895 en calidad muy alta y un curioso álbum de pruebas de la FNMT de los años 50.

SUBASTA EN SALA

La subasta en sala vuelve a dar otro repaso a la historia de la numismática. Obviamente el nivel no es el mismo que en la Subasta Selección, pero trae muchas monedas interesantes. Daré un repaso más breve.

Entre las pocas monedas que representan la Edad Antigua destacan por encima de las demás los 10 áureos imperiales. Hay algunos ejemplares realmente preciosos, como éste de Claudio o el de Nerón. Entre las 23 piezas íberas no destacaría ninguna, pero creo que conforman un conjunto que mantiene una calidad media bastante alta y que contiene ejemplares tanto púnicos como griegos, íberos y romanos.

La Edad Media mantiene una calidad media interesante a lo largo de todo el periodo, si bien la encuentro casi desprovista de exquisiteces. Dentro de los 8 ejemplares visigodos se encuentran algunas piezas escasas y bonitas (un ejemplo y otro). La moneda andalusí se despacha en apenas seis ejemplares, entre los que hay cinco oros que no destacan y un raro quirate de la Taifa de Mallorca. Entrando en los reinos cristianos, tenemos muchas piezas aptas para coleccionistas medios. Creo que lo más interesante de la Corona de Aragón son los primeros vellones de condados catalanes, ya sea por su rareza (ejemplo) o por su belleza (ejemplo). Entrando en Castilla se tienen bastantes vellones y platas sencillos en calidades medias. Destacaría por su rareza la blanca de la banda sevillana de Juan II. También hay una pequeña representación de moneda navarra.

Onza-galana-mexicana-de-1702.-Felipe-V.
8 escudos, México. Felipe V. 1702.

Entre ellas se incluyen cinco piezas francesas acuñadas en la Baja Navarra a finales del XVI y principios del XVII. Es algo a subrayar porque son monedas que no suelen aparecer en las subastas españolas.

Entre las monedas de la Monarquía Española destaca la gran cantidad de platas que se ofrecen. Son monedas en calidades medias, aptas para una gran cantidad de coleccionistas. Entre ellas no hay ninguna serie especialmente bien representada, más allá de la gran cantidad de duros de Fernando VII que se ofrecen. Individualmente se puede citar al medio real de Lima de Alonso Rincón, los 3 reales de Barcelona de Carlos I y el duro de Toledo OMNIVM que supone un ejemplar único.

Entre la moneda extranjera hay algunas monedas que sorprenden porque no se suelen encontrar en las subastas españolas. Tal es el caso del dólar de 1800, de las platas medievales francesas o de los 16 ejemplares tailandeses que a mí me resultan incomprensibles. La subasta se remata con 35 billetes entre los que destaca clarísimamente unas 500 pesetas de 1880. Los bolsillos más humanos se verán quizá interesados en los ejemplares de Burgos que se ofrecen.

Seguid otros comentarios de esta entrada en Facebook.

5 comentarios en “Subasta de Áureo & Calicó, 8 de marzo de 2018”

  1. Adolfo Ruiz Calleja

    Si yo tuviera dinero para aburrir te puedo asegurar que cuando empezase la moneda castellana iba a tener el brazo tan levantado que me iba a dar hasta un tirón en el deltoides. Pero como no es el caso, pues toca conformarse con pujar por alguna monedilla bonita pero más corriente, a ver si suena la flauta y no se dispara… y en cualquier caso aprender de estos catálogos.

    A base de ver monedas he aprendido a disfrutar de los catálogos aunque no vaya a comprar nada. Por ejemplo, anoche estuve mirando la colección Dominique Fenouil. No es que vaya a comprar nada, pero aprendí sobre duros franceses y disfruté del catálogo como quien ve el catálogo de un museo.

    Saludos,
    Adolfo

  2. Con las platas de Felipe V, siempre me gustan las del año 1709. Y siempre me pregunto por que no siguieron acuñando mas años ese tipo de piezas. Para mi gusto mucho mas bonitas.

  3. La subasta una delicia, como nos tiene acostumbrados Aureo en las subastas en sala en general y las selección en particular. Como me toque el euromillones de aquí al día 8 lo van a flipar conmigo xD.

    Me da la impresión de que los precios se van a disparar mucho. Entre que estos subastones atraen al guiri con pasta, y que el mes de febrero ha sido flojito, con lo que muchos coleccionistas de a pie tienen que tener dinero quemándoles los bolsillos… no soy yo nada optimista en que las piezas normales (ni me planteo las piezas premium de verdad) terminen a precios asequibles. Tengo señaladas un par de lotes para meterles… pero en este tipo de subastas me planteo un máximo y lo cumplo a rajatabla, al contrario que en otras que alguna vez, si me encapricho de algo me permito subir un escaloncito o dos mi máximo para ver si me la llevo.

    Saludos!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio