Remates de las subastas de febrero y marzo de 2017

Repasaré en esta entrada los remates de una subasta de febrero de 2017 a cargo de Martí Hervera y Soler & Llach, así como otras dos subastas de marzo de 2017 organizadas respectivamente por Jesús Vico y Áureo & Calicó. Vamos por orden cronológico, así que comenzamos por la de Martí Hervera.

8 escudos 1810 José I

La subasta de Martí Hervera y Soler & Llach del 23 de febrero daba un buen repaso a la historia de la numismática, como es habitual en esta casa. En la Edad Antigua había bastantes piezas interesantes y se vendió prácticamente todo el volumen. De hecho, no hubo ningún oro (ni sólidos, ni áureos, ni estáteras) que quedase desierto; e incluso un áureo de Nerón subió mucho de su precio de salida. Por parte de las monedas más asequibles, se vendieron bastante bien en general pero de manera un tanto irregular. Por ejemplo, las monedas griegas estaba muy bien representadas y hubo comprador para casi todas mientras que los pocos denarios íberos apenas tuvieron público. Como curiosidad podemos fijarnos en dos monedas: este sestercio paduano (que no es una moneda antigua sino renacentista) y este follis de Irene con su hijo Constancio VI, que a mí me parecía la moneda bizantina más interesante pero que no encontró comprador.

Entrando en la Edad Media, los trientes visigodos se han vendido muy mal. Estamos en vacas flacas de este tipo de coleccionistas y las piezas corrientes directamente no se venden. En cambio las monedas andalusíes se vendieron sin problemas aunque tampoco subieron demasiado de precios. Ya dije que estaban cargadas de piezas raras que solo encontrarían un público muy específico.

El resto de la subasta traía una colección muy comercial sin demasiadas piezas que destacar. Las que sí lo hacían se han vendido bastante bien en general. No fue el caso de los oros de los Reyes Católicos, que acabaron desiertos. En Felipe V se vendió sin problemas el escudo mexicano de 1744 y la onza de Madrid de 1730 JF subió hasta los 14.500 euros. En mi opinión es un remate muy bueno, pues yo no la estimaba en más de 12.000 euros. Se puede destacar también que los billetes clásicos y las monedas potentes de El Centenario de la Peseta se han vendido bien y han subido un poquillo sus precios de salida; incluso aquellas pruebas de acuñación que están dirigidas a un público muy local. Esto es una buena muestra de cómo el coleccionista español va despertando aunque todavía está lejos de sus mejores años.

8 escudos 1810 José I

El último comentario es que no me entra en la cabeza cómo alguien ha podido pagar 11.100 euros más un 18% de comisión por una reproducción de los 50 excelentes de los Reyes Católicos. Que nadie diga que esto es para colársela a algún primo porque con esa reproducción no se engaña ni al más tonto.

La siguiente subasta fue la subasta de Jesús Vico del día 9 de marzo. Esta subasta se centraba clarísimamente en la moneda antigua, que se vendió estupendamente bien. Entre la moneda griega había dos piezas muy relevante y muy poco vistas en nuestro país: una imitación de un tetradracma ateniense que hizo unos sorprendentes 12.500 euros y un tetradracma de Bagadates I que se remató por esa misma cifra.  Realmente son precios muy altos para estas monedas, de nuevo supongo que el capital extranjero estuviera presente.

Ese capital extranjero sin duda acudió llamado por la estupenda colección de cobres romanos. Era una colección amplia de monedas muy bonitas pero, en principio, baratas. Y la subasta fue todo un exitazo: se vendió todo y a unos precios altísimos. Hubo auténticos remates de locura: uno, otro, otro más, y otro… Creo que esta colección es un extraordinario ejemplo de cómo una colección forjada con gusto tendrá una buena salida a pesar de que no haya monedas que cuesten decenas de miles de euros.

Los cobres bizantinos, en cambio, no tuvieron una acogida tan buena. De hecho, se vendieron bastante mal; o, mejor dicho, no se vendieron. En cuanto a las monedas visigodas, los remates dejan un sabor agridulce. Se vendieron más o menos la mitad de las piezas, lo cual no es un éxito pero tampoco un mal resultado viendo el panorama en el que está inmerso esta serie. De las rarezas también se vendieron aproximadamente la mitad pero, incomprensiblemente, un tremis de Recesvinto acuñado en Ispalis subió de los 27.000 a los 35.000 euros. Un remate altísimo para la calidad que tiene por muy única que sea la moneda y por mucho que haya pertenecido a la Colección Cernuda.

Siguiendo con la Edad Media la colección presentaba bastantes platas castellanas muy raras y los coleccionistas han respondido muy positivamente al respecto. Los dos maravedíes de Carmona subió hasta los 6.250 euros. Con los Trastámaras vimos también remates muy altos, como el real de Córdoba de Enrique II o los reales de Enrique III sin marca de ceca o de Burgos. Los dinerales (uno y dos) también encontraron compradores a pesar de que no son piezas fáciles de vender.

El resto de la subasta no tenía gran cosa. Eran piezas muy comerciales que se han vendido a precios razonables sin que haya demasiado que destacar.

8 escudos 1810 José I

Para finalizar comentaré la triple de Áureo (Selección, en sala y por correo) el 16 de marzo. Áureo tiene una capacidad increíble para atraer a pujadores internacionales a la Subasta Selección, lo que hace que los precios en general sean muy altos, llegándose a auténticos disparates. Se ve también que la expectativa de la subasta era alta. Se atrajeron muchísimas pujas por correo como pudieron comprobar todos los que siguieron la subasta en directo: muchísimos lotes comenzaban con precios de la orden bastante superiores a los precios de salida y muy próximos a los remates. Vuelve a ser una muestra más de la expectativa que genera esta subasta. Vamos a repasarla por periodos.

La moneda antigua, a pesar de que no era una colección muy amplia, estaba formada por ejemplares muy bellos. Los coleccionistas respondieron bien y vimos remates altos incluso para un panorama internacional, si bien es cierto que no se llegó a la locura en ningún ejemplar.

La moneda medieval empezó con unas pocas piezas visigodas que se vendieron muy bien. Incluso las dos monedas más interesantes (una y dos) subieron significativamente de precio, lo cual es todo un logro en un momento en el que lo visigodo no está de moda. Igualmente, en la subasta por correo se vendieron más de la mitad de los trientes, dejando de lado las más corrientes en una conservación baja, pues esas ahora no hay quien las venda.

50 céntimos Bruselas

Con la moneda andalusí ya empezaron las locuras. Se vendió todo, incluyendo un dirham de Murcia que a mí me parece que tiene un precio de salida estratosférico. Además, un dinar bilingüe alcanzó los 7.000 euros de remate (los otros dos en venta se quedaron muy por debajo). Entrando en los reinos cristianos se comenzó con la tendencia que siguió el resto de la subasta: se vendió la práctica totalidad de los lotes, a unos precios altos dentro de lo razonable, con alguna locura esporádica y muy pocas piezas relativamente baratas. En este caso vimos que la colección de florines se vendió bastante bien pero con unos precios comedidos y creo que el croat de Enrique IV salió a buen precio para el comprador. Sin embargo, vimos remates incomprensiblemente altos, como este dinero jaqués y las dos piezas raras de la ceca de Coruña (una y dos). En cuanto a los mejores ejemplares: el medio maravedí de Alfonso Xel doble ducado valenciano, creo que se vendieron a precios razonables. En la subasta en sala se vendió bien este apartado pero no hubo sorpresas.

La tendencia siguió con la Monarquía Española. En este caso queda claro que hubo mucho interesado foráneo por lo bien que se vendieron las monedas españolas de cecas europeas. Algunas de estas monedas se remataron muy altas a pesar de que no son piezas fáciles de vender para los comerciantes locales (v.g. de Carlos II este ducatón de Amberes o los 10 reales de Cerdeña, que hace poco no se vendió en 1.500 euros y ahora se vende en 2.200). Se ve también que la ceca de Segovia se vendió muy bien y que los cobres de Felipe IV alcanzaron unos precios muy altos. Como era de esperar, a las onzas de los Borbones no hubo quién las metiese mano pues sus precios se fueron por las nubes. Peluconas y caras de rata acabaron todas carísimas, a unos precios que en mi opinión son irreales para el mercado actual. O al menos para el mercado español. Los 35.000 euros pagados por el cincuentín también me parecen muchos.

El único remate que me pareció bajo fue el corazón de Potosí. Se ve que no llamó mucho la atención a los compradores y lo pudo adquirir un americano a buen precio. También es relevante que un 4 escudos cara de rata y otro 4 escudos madrileño de 1782 se hayan quedado sin vender. Muestra clarísimamente lo poco comerciales que son las medias onzas incluso si son de Carlos III. En cuanto a la subasta en sala, al ser una colección mucho más comercial lo único que hay que destacar es que los ponderales y los cobres raros de Fernando VII se vendieron muy bien.

Llegando a El Centenario de la Peseta vemos que se vendió todo tanto en la Subasta Selección como en la de sala.  Pero tampoco hubo grandes subidas a pesar de que se incluían algunas monedas bastante potentes, como los 20 céntimos de 1869. Es una muestra más de cómo este periodo está despertando pero le falta bastante para llegar a sus mejores momentos.

El último comentario se lo dedicaré a los 28.000 euros que hicieron los 20 yenes de 1870. A priori puede parecer muchísimo pero viendo otros precios de remate creo que es una cifra razonable.

50 céntimos Bruselas

Las monedas que ilustran la entrada se están subastando en Catawiki. Se tratan de 50 céntimos de Carlos VII pretendiente y los 320 reales de 1810 de José I. Son dos piezas raras dentro de las buenas subastas españolas que ha preparado Catawiki esta semana: la subasta española y una especial de El Centenario de la Peseta. Merece la pena echarlas un vistazo cuanto menos.

 

3 comentarios en “Remates de las subastas de febrero y marzo de 2017”

  1. Pues yo creo q si porque cada vez es más difícil hacerse con monedas coloniales, sobretodo onzas, en especial como comenta Adolfo, peluconas y caras de rata. Se han rematado a precios altísimos, en especial la 1769 de Lima de Carlos lll, aunque la de 1770 se vendió por su precio de salida una vez terminada la subasta. Lo q me llama la atención es también q la onza de Carlos lll 1773 de Sevilla no se vendiera en la subasta, pero si con posterioridad por el precio de salida, sin embargo la q se vendió en diciembre por Marti hervera si q alcanzó un precio más alto. En general los americanos se están haciendo con nuestras monedas coloniales, siempre y cuando estén bien conservadas. Yo creo q las q más les gustan son las de la ceca de Méjico. Un abrazo a todos

  2. Adolfo Ruiz Calleja

    Las monedas coloniales son muy queridas en América porque, de norte a sur, la consideran moneda propia. ¡Y es que es su moneda!
    Las piezas potentes se están marchando a América. Es imposible competir con gente que, por capricho, o desconocimiento, o qué se yo, son capaces de pagar el doble del precio razonable en el mercado local.

    Coincido con Manuel: las onzas peluconas y, sobre todo, las caras de rata se han puesto imposibles si tienen una buena calidad. También creo que la ceca de México tiene mejor salida que las cecas sudamericanas. No sé si será porque haya más coleccionistas mexicanos que de otros países hispanoparlantes o porque la ceca de México es más querida en Estados Unidos. Probablemente sea lo segundo.

    Saludos,
    Adolfo

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