Epístolas numismáticas de mediados del siglo XX

A finales del año pasado Mario Cavaradozzi publicó unas epístolas que se intercambiaron el Dr. José Crisanto López Jiménez y César Luis de Montalbán. La epístola que inicia la conversación la escribió José Crisanto (me vais a permitir que les tutee a pesar de que ellos no lo hacen entre sí) preguntando por la catalogación de un raro óbolo de Siracusa. Para ello se dirigió a César Luis de Montalbán, un renombrado arqueólogo del Protectorado Español de Marruecos del segundo tercio del siglo XX.

Os dejo una foto de la carta, otra del detalle del dibujo y una tercera con la fotografía de la moneda que se adjuntaba a la carta.
carta a César Luis de Montalbán

adjunto carta César Luis de Montalbán

detalle carta
El texto es el siguiente:

Dr. José Crisanto López Jiménez

De las Reales Academias de Medicina de Murcia

y de Bellas Artes de Valladolid

15 de diciembre de 1956

Excmo. Sr. Director del Museo Arqueológico (Sección de Numismática).

Tanger

Muy respetable Señor:

Sabedor por mis estudios de la existencia de ese museo y de su importante colección numismática de piezas valiosísimas pertenecientes al mundo antiguo mediterráneo, me permito consultar a V.S. sobre una moneda siracusana del siglo V al IV a. de J.C., de la que existe un ejemplar raro en Murcia poseído por el Illmo. Sr. Dr. Don Leopoldo Clemares Valero, Jefe de la Sala de Oftalmología del Hospital Provincial y el dueño del mejor museo privado de la región murciana.

Consulto a V.S. si en el museo de su digna dirección, existe un microdracma, pieza siracusana de 8 milímetros de diámetro, por 70 centigramos de peso, que en el anverso lleva grabada la cabeza de Aretusa y los tres delfines y en el reverso, la cuadriga y el lema SIRAKOS en caracteres griegos y algo ilegible. Es moneda de plata.

Me permito un esquema algo rudo:

Esperamos que su amabilidad tenga a bien prestarnos esta información que agradecido quedo de V.S. deudo y deseoso de serle en algo útil, dispuesto a sus órdenes.

Me ofrezco enteramente a V.S. agradecido. Atento y Seguro Servidor que Estrecha Su Mano.

¡Qué maravilla! ¡Tanto por el texto como por el contexto!

La respuesta de César Luis fue la siguiente:
carta César Luis de Montalbán

Tánger, 27 de diciembre de 1956

Dr. José Crisanto López Jiménez

Muy señor mío:

Me es grato contestar a su carta de fecha 15 del corriente en la que me pide mi insignificante opinión sobre una moneda de la ciudad de Siracusa, propiedad del Dr. Don Leopoldo Clemades Valero.

La moneda cuyo esquema incluye en su carta pertenece a la ciudad de Siracusa, fue acuñada después del año 430 al 400 (a. de J.C.) época en que la unidad monetaria era la dracma, cuyo peso fue muy variable hasta que se estableció el Sistema Ático por el siglo V antes de Jesucristo, en el que el peso era de 4,36 gramos, teniendo la dracma como múltiples la didracma, la tetradracma y la decadracma y como submúltiplos más corrientes el trióbolo, mitad de la dracma; el óbolo la sexta parte; el hemióbolo, la mitad del óbolo; el tetartemorión, la cuarta parte del óbolo; y el hemitartemorión la mitad del anterior; esta moneda dejó de acuñarse cuando empezó a batirse el bronce.

En las monedas de Siracusa, figuran, no en todas, la firma del que hizo los troqueles, y entre estos artistas los hay discípulos de Fidias, y entonces el valor numismático es muy grande.

Debe examinar bien el anverso, y ver si sobre el peinado hay una redecilla, porque esto, la coloca en la categoría de R.R.R.

Como el peso de la moneda es de 70 centigramos, podemos decir que es un óbolo de Siracusa o sea la sexta parte de la dracma, pues solo faltan 16 centigramos para tener los 4,36 gramos que pesa la dracma.

Esta falta de peso puede ser hija por efectos de fundición o por desgaste pero ello no afecta para nada con la clasificación como un óbolo de Siracusa.

En este museo no tenemos ningún ejemplar semejante.

Sin otra cosa le estrecha su mano su affmo.

Después se intercambiaron más epístolas que podéis descargar aquí. Se ve cómo se van haciendo amigos según se van ayudando a identificar ciertas monedas. Pero aún así siguen con sus elogios, su lenguaje barroco y sus «excelentísimos», «ilustrísimos», «Dr. Don» y esas cosas que me hacen tanta gracia. ¡Cómo ha cambiado el lenguaje en tan poco tiempo! Menuda comparación con los mails que recibo diariamente.

Vemos también lo dificilísimo y carísimo que era el acceso a la información hace 60 años. Hoy en día tenemos a golpe de click muchísima más información de la que estaba disponible hace no tantos años. Ahora encontrar a un experto es muy sencillo y a nadie se le ocurriría tener que preguntar a una eminencia para poder catalogar adecuadamente una moneda. Justamente por eso el conocimiento avanza tan rápido, la sociedad evoluciona tan deprisa y la forma de coleccionar también ha cambiado: cuando obtener y clasificar una moneda es un problema importante de por sí se buscaba la completitud, pero cuando dejan de ser un problema el coleccionista se vuelve más exigente y busca la calidad.

Para terminar os dejo una fotografía de César Luis de Montalbán en una visita a la Junta Superior de Monumentos Artísticos de Madrid (derecha) y una imagen de otro ejemplar de un óbolo de Siracusa subastado en 2013 por Martí Hervera y Soler & Llach (actualizo la imagen el 15 de febrero, pues la anterior era errónea).

Montalbán

óbolo Siracusa

20 comentarios en “Epístolas numismáticas de mediados del siglo XX”

  1. Es lo bueno de estar en todos lados (grupos de facebook, foros, tus viajes, convenciones, amistades…), que tienes muchas posibilidades de cruzarte con historias tan curiosas como ésta.

    Con respecto a la reflexión, pues la verdad es que poco tiene que ver el coleccionismo hoy día con el de hace unas décadas. Hoy tenemos acceso a muchísima más información y a muchísimas más monedas, y con sólo un clic del ratón. Además podemos compartir inquietudes con muchos más aficionados. Yo disfruto mucho más con la afición ahora que cuando no había internet.

    Otra cosa es que las nuevas tecnologías también han facilitado la labor a los falsarios… pero bueno, hoy no toca ese tema. Quedémonos con lo positivo.

  2. Adolfo Ruiz Calleja

    Me alegro mucho de que os haya gustado el artículo. Estas cartas son un documento realmente curioso, tanto por el contexto histórico de mediados de siglo XX que nos dejan entrever como por el uso del lenguaje.

    Saludos,
    Adolfo

  3. Muy buena entrada. Desde luego que en la sociedad de hoy en día estamos a solo un click casi siempre de la información que se busca. Pero el nivel del lenguaje empleado deja bastante que desear a día de hoy. Como bien dice Leo, ¿Cómo ha podido deteriorarse tanto en apenas dos generaciones?. Ahora estamos en la era en que las cartas se escriben en ocasiones muy contadas y lo escribimos casi todo por medios digitales. En esta era verdaderamente da pena leer gran parte de lo que se nos cruza por los ojos, muchas veces hasta parecen textos incomprensibles y otras tantas textos ofensivos. No se ven formalismos, hay gran cantidad de abreviaciones (muchas de ellas inventadas), se usa la letra «K» de maneras bastante penosas y hay infinidad de otras faltas ortográficas derivadas sobre todo por las prisas al querer escribir. Y sobre todo se a perdido en estos tiempos casi todo rastro del respeto y cordialidad que se usaban en la época de las cartas que nos muestras.

    Un saludo.

  4. Ciertamente en todo ésto no carecéis de razón.
    Pero es que hasta los propios miembros «honorarios» de la Real Academia de la Lengua, han cometido el error de satisfacer la ignorancia del pueblo a educarlo.
    Cambiar términos tan poco apropiados, como cocreta por croqueta, imprimido por impreso, almóndiga por albóndiga, «solo» (aceptado en varias acepciones sin tilde…) etc, etc..desprestigian poco a poco nuestro lenguaje. Por eso, y por otros motivos, donde mejor se habla «español» es en países como Colombia, ya que en estas regiones no ha existido tanto tijeretazo lingüístico como en el nuestro y ha perdurado bastante inmune la gramática, hasta éste, nuestro siglo.
    Encantadora entrada por cierto la de Adolfo, y sublimes diálogos los de estos coleccionistas.

  5. Adolfo Ruiz Calleja

    A pesar de que yo me quejo mucho del uso del lenguaje por parte de mucha gente, hay que romper una lanza al favor de mi generación: no es justo comparar los textos que escribieron hace años unos catedráticos con lo que escribe hoy en día cualquier cani ignorante.

    Seguramente muchos de vosotros tengáis en casa antiguas cartas de vuestros abuelos o de gente del pueblo. Si las leéis os daréis cuenta de que las faltas ortográficas y gramaticales son tremendas; la caligrafía es como la de un niños de 6 años que acaba de aprender a escribir, puesto que son gente que apenas escribía nunca. Para hacer una comparación justa habría que comparar los escritos de esa gente con los de los canis actuales. Y ni aún así, porque el porcentaje de gente sin ninguna cultura a mediados de siglo XX era muchísimo más amplia que el de actual. Lo que sí se podría comparar es el uso barroco del lenguaje. A nadie se le ocurriría decir hoy en día lo de «Ilustrísimo Doctor Señor Don»

    Eso sí, había una diferencia fundamental: la generación de nuestros abuelos tenían muchísimo respeto a la cultura y al saber aunque ellos no hubieran podido alcanzarlo. Cualquier pastor o jornalero (que hace 60 años no tenían el acceso a la cultura que tienen hoy en día) respetaba mucho la opinión de quienes en el pueblo pudieran tener cierta cultura, como era el maestro, el sacerdote o el médico. No es que defienda la estratificación social, ni mucho menos, pero sí admiro la humildad de aquella gente pues hoy no se tiene.

    Saludos,
    Adolfo

    1. Bueno, no coincido, porque cualquier «cani», como tú dices, de hoy en día, ha tenido acceso a la cultura, ha tenido todos los medios que nuestra sociedad le ha proporcionado para aprender a escribir y leer bien, y no los ha aprovechado porque no ha querido.

      Sin embargo, muchos niños de los años 50 no tuvieron esa oportunidad, si la hubieran tenido…., estoy seguro que la hubieran aprovechado.

      Falta humildad en estos tiempos que corren, y la humildad es la base de la educación.

      Antiguamente en los barrios de las ciudades de gentes emigradas del campo, barrios pobres, se vivía bien, la convivencia era muy buena. Hoy en día la convivencia en los barrios marginales es…. bueno, algunos barrios son un infierno directamente, porque falta esa humildad que sí tenían nuestros padres y abuelos.

  6. Lo que falta en tu artículo es que nuestros abuelos numismáticos se maravillaban de la rapidez y facilidad con la que se podían intercambiar la información gracias al asombroso invento del sello de correos y los sistemas postales.
    Dentro de 60 años estaremos peleándonos con palos y piedras o viajando de forma virtual desde nuestra casa mediante holografías de muy alta resolución…

  7. Coincido totalmente en lo escrito por Lanzarote. Hay infinidad de personas que tienen mi mismo nivel de estudios y por supuesto mucho mayores, incluyendo varias carreras. Pero la forma en la que se expresan la gran mayoría por los medios digitales es cuanto menos bastante pobre. Pareciera que mas de uno que a ido a la universidad tras uno o dos años fuera de ella se hubieran asilvestrado. Conozco a mucha gente mayor que eran pequeños en la época de estas cartas que ni siquiera pudieron estudiar en el colegio por diversas causas. Aunque tengan alguna falta ortográfica no llegan al nivel de las de la gente de hoy en día (que si ha ido como mínimo a la escuela) y que son en su mayoría gente que habla a cualquiera con cierto respeto. Nada que ver con la falta de respeto imperante en la mayoría de gente nacida en las ultimas dos o tres décadas que aparte de tener un nivel de estudios bastante mayor y de estar a un solo click de la información, parecen no demostrar que han tenido una educación decente.

    Un saludo.

  8. no se en que te basas, lo de generalizar será una cualidad de los de tu generación.
    yo he tenido una educación decente y respeto a todo el mundo.
    Te diría algo más pero no llego a entender del todo lo que dices.

  9. Gracias ,es un bonito trabajo. Es un buen ejemplo de cómo ha cambiado para mi el modo elegante de dirigirse a otra persona. Demasiados tuteos , el usted apenas es utilizado o aparcado a los pocos minutos de conocerse. ….

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