Las monedas de Jaén

Hay una regla general que dice que las principales cecas de un estado producen monedas de mayor calidad. Hay pocas excepciones a esta regla. La razón es bastante sencilla: la ceca principal tendrá un mayor control estatal, pues es donde se acuñan la mayor parte de las monedas, contará con mejor maquinaria, los operarios estarán más cualificados, tendrá una tradición mucho mayor de acuñación… todo eso influye a que en esas cecas principales la calidad de acuñación de las monedas sea mucho mejor y, en muchas ocasiones, que su diseño esté más cuidado. Ejemplos los conocemos todos: no se puede comparar la calidad de las monedas íberas con las de los denarios imperiales, las monedas que salieron del Real Ingenio de Segovia son muchísimo más bellas que las de Valladolid (por poner un ejemplo cercano), la práctica totalidad de las monedas obsidionales tienen una calidad de acuñación horrorosa….

Por eso me maravilla la ceca de Jaén. A Enrique IV se le fue de las manos la política monetaria y de repente aparecieron cecas en Castilla como setas a finales del siglo XV. Yo me puedo imaginar que en la mayoría de los casos aparecería en las ciudades funcionarios del estado y pedirían al gobierno local que en aquella ciudad se acuñase moneda en nombre del rey de Castilla. Teniendo en cuenta que entonces prácticamente nadie sabía leer ni hacer las cuentas más básicas, considero poco probable que en la ciudad hubiese alguien capaz de ensayar el oro, la plata o el vellón, por lo que entiendo que el ensayador vendría con el funcionario estatal. Y luego supongo que buscasen al herrero de la ciudad, le diesen un par de cuños y le dirían que de alguna manera los duplicara, modificara o hiciera lo que tuviera que hacer para acuñar monedas cuanto antes y cuanto más rápido mejor. En Jaén debía haber un auténtico artista. Debía estar tan orgulloso de su trabajo que marcó la ceca con todas las letras: «IAEN».

En Jaén solo se acuñó monedas entre 1468 y 1471 aunque debieron acuñarse bastante a juzgar por la presencia de monedas de esta ceca entre los coleccionistas; no hay muchísimas pero sí bastantes teniendo en cuenta que solo se acuñaron durante tres años. Se acuñaron dos tipos de vellones: maravedíes y cuartillos. Aquí os dejo unos que se subastaron en Áureo. ¡Fijaos qué preciosidad! ¡Qué arte! Además los coleccionistas están de suerte porque no son monedas especialmente caras. Un ejemplar bonito puede rondar los 100-150 euros. Eso sí, no son demasiado sencillos de encontrar, especialmente el maravedí.

maravedí Jaén
cuartillo Jaén

El tercer tipo de monedas que se acuñaron en Jaén fueron Enriques de la Silla. De nuevo son monedas preciosas. Yo diría que los Enriques de la Silla más bellos son los de esta ceca, superando incluso a los de Sevilla. Lo malo es que son piezas imposibles para la inmensa mayoría de los coleccionistas: el de la Colección Caballero se remató en 30.000 euros mientras que el que aparece abajo se remató el pasado marzo en 60.000. Al menos podemos admirarlos en foto.

Enrique de la Silla Jaén

1 comentario en “Las monedas de Jaén”

  1. Francisco Javier Sánchez

    A mí también me gustan las monedas acuñadas en Jaén y me he sentido identificado con tu entrada. Tengo un cuartillo de Jaén y me resulta hasta graciosa tanto la forma del castillo como las letras de la ciudad justo debajo del mismo. La efigie del rey Enrique IV de Castilla parece sacada de un cómic. Siendo algunas de las monedas de este rey junto con alguna de Juan II las únicas y creo que las primeras, si me equivoco que alguien me corrija, en las que en la leyenda se hace constar el ordinal del rey, «secundus» y «cartus o quartus».

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