El mercado numismático se está concentrando en las subastas

En las largas charlas que he tenido durante los últimos años con comerciantes autónomos, trabajadores de casas de subastas y coleccionistas para nutrir de contenido este blog hay un punto en el que todos están de acuerdo: el mercado se está concentrando muchísimo en las casas de subastas. Cada vez es más complicado adquirir piezas de manera privada, tanto para comerciantes como para los coleccionistas. Las convenciones se están quedando vacías y los mercadillos parece que pronto no serán más que un recuerdo. Fijaros cómo estará el tema que ya me han dicho dos directores de casas de subastas que hace años que no van a una convención.

Creo que la Web es la gran responsable de que esto ocurra. El fácil acceso a la información hace que hoy en día todos estemos informados de todas las subastas que ocurren en nuestro país o incluso en el extranjero. Las fotos son cada vez mejores, la logística de pujas es cada vez más sencilla, se puede pujar en directo desde casa, podemos comunicarnos fácilmente con las casas de subastas de cualquier parte del mundo y es obvio que la colección que presenta periódicamente cualquier casa de subastas de tamaño medio es mucho más amplia que el catálogo que pueda ofrecernos cualquier comerciante autónomo. Si bien en otros dominios la Web ha facilitado el comercio entre pares y ha tumbado oligopolios, en el caso de la numismática el efecto ha sido todo lo contrario, seguramente debido a las extrañas características del negocio numismático (como que la dificultad siempre está en encontrar las monedas y no en venderlas). Lo más impresionante de todo es que en muchos casos las casas de subastas no han hecho nada para motivar o promover esta concentración: hemos sido los coleccionistas los que, a través de compartir información en foros (un ejemplo y otro) o blogs como el presente, hemos hecho una publicidad enorme a las casas de subastas. Resulta increíble ver cómo algunos directores de casas de subastas todavía despotrican de los coleccionistas que ofrecemos información a otros aficionados, sin ser conscientes del enorme favor que hemos hecho a su negocio. Bueno, o quizá al negocio de su competencia, pues son justamente esas casas de subastas las que no han visto crecer su volumen de negocio en los últimos años.  No seguiré porque las comparaciones son odiosas, pero creo que para cualquiera que siga el panorama numismático le será bastante obvio que mientras unas casas crecen hay otras que se quedan estancadas.

Además, como vimos en 2015, el negocio subastil tiene unas barreras de entrada tremendamente altas. Desde 2010 la única casa de subastas que ha entrado a España y que actualmente tiene cierta relevancia es Ibercoin (en 2015 comenzó Andorrano Joyería a organizar subastas pero creo que todavía está en fase de “pruebas piloto“). Es decir, que son los mismos y el pastel es más grande. Les está pasando lo que todo empresario querría que ocurriese en su mercado.

cuarto de real Córdoba

Mientras tanto las salas de convenciones se vacían. En España apenas hay convenciones con un mínimo de relevancia: las que organiza la ANEP son los viernes y están pensadas para que vayan profesionales y poco más; mientras que las que organiza Numishunters los sábados tienen un impacto totalmente local. La cita más importante de España es la que organiza la ANE en marzo de cada año (yo fui en 2013 y en 2014). Bien es cierto que cada año acuden a esa convención algunos cientos de coleccionistas pero la realidad es que cada vez se ven menos monedas con cierta relevancia. Igual ocurre en las convenciones internacionales: el otro día Jaime Sanz me dijo que su impresión en Maastrich es que siguen asistiendo muchos coleccionistas y comerciantes pero que cada vez hay menos billetes potentes, pues se van a las subastas; mi experiencia en Berlín (una, dos y tres) y en Munich es parecida: había muchas mesas y muchos coleccionistas pero la moneda española con cierta relevancia era escasa y solo la traían los comerciantes españoles. Poco sentido tiene ir a Alemania para hacer negocios con un comerciante de Valladolid, creo yo. Otra cosa es que vayamos para hacer contactos, para aprender un montón y para disfrutar de nuestra afición.

En una convención normal a nivel nacional (ejemplo) es razonable que haya 30 mesas. Si quitamos a comerciantes que venden morralla propia de los fondos de eBay y los maleducados que no hacen más que espantar clientela nos quedaríamos, con suerte, con 8 mesas. El coleccionista que vaya con algo medianamente específico en mente (e.g. alguien que coleccione moneda de Isabel II o ejemplares ibéricos en una calidad bonita) dudo mucho que encuentre entre esas 8 mesas más de media docena de monedas que pudieran encajar en su colección. No parecen motivo suficiente para hacerle volver a otra convención, especialmente cuando a golpe de click puede encontrar decenas de monedas que le llamen la atención.

Ante esta situación veo que hay cierta preocupación por parte de los coleccionistas más tradicionales y de comerciantes autónomos. Algunos piensan que a este paso la numismática acabará siendo un frío intercambio de monedas a bordo de paquetes postales y transferencias bancarias, dejando de lado el lado humano, los intercambios cara a cara y las amistades que surgen de compartir nuestra afición. Yo, como en casi cualquier otro aspecto de la vida, soy optimista también aquí. Primero porque es muy discutible que no pueda surgir una amistad a partir de un intercambio de pareceres on-line, lo que me hace no ser tan romántico con los mercadillos. Segundo porque creo que el mercado hará su papel: mientras haya coleccionistas que necesiten a un experto que les guíe y mientras haya quienes busquen un trato personalizado cara a cara, habrá comerciantes dispuestos a ofrecerles ese valor y cobrar por ello. Tercero porque creo que la tecnología también hará su papel: es bien sabido que lo que la tecnología da la tecnología quita, así que será cuestión de tiempo para que alguien dé con la manera de lanzar un misil a la linea de flotación de las casas de subastas que haga caer las barreras de entrada que hoy parecen inquebrantables. Y cuarto porque no creo que desaparezcan de la noche a la mañana los interesados en comprar y vender monedas sin que su nombre aparezca en ninguna base de datos; no sigo con este punto, que ya me entendéis.

medio real Córdoba

En global, no creo que estemos asistiendo al ocaso de los comerciantes numismáticos autónomos. Lo que estamos asistiendo es al inicio de la época dorada de las casas de subastas, que además va a coincidir con un relevo generacional que tendrá que ocurrir en muchas de las principales casas en los próximos años. Una época que no tengo ni idea los años que durará pero nada me hace pensar que se vaya a acabar en el medio plazo. Mientras tanto creo que a los pequeños comerciantes no les queda otra que adaptarse a esta realidad y para ello nada mejor que la total especialización en series concretas buscando el comercio internacional de las mismas. Se acabaron los comerciantes de provincias. Esos sí que tienen que desaparecer.

Sobre este mismo tema hubo una reflexión muy interesante el pasado abril en el foro Imperio Numismático. Es larga pero merece la pena si se tiene tiempo. Hay que tener en cuenta que el forero «Hispánico» es un comerciante numismático profesional; sus aportaciones son muy interesantes.

Las monedas que ilustran la entrada me resultan muy divertidas. Se tratan de un cuarto de real y medio real de Córdoba (Argentina). Aparecieron en la última subasta de Áureo & Calicó.

16 comentarios en “El mercado numismático se está concentrando en las subastas”

  1. Totalmente de acuerdo, está acaparando gran parte del mercado. Yo, bien sabes que desde hace tiempo he sido un enamorado de este sistema, lo promocioné mucho cuando andaba muy activo por los foros, hasta tengo una pequeña guía para los que quieran adentrarse en este mundillo: http://siemprenosquedaralan.wixsite.com/home/subastas

    Entiendo que el precio más justo se da cuando una moneda en venta tiene una buena publicidad, y accede a su venta gran cantidad de coleccionistas, cosa que no ocurre en los comercios tradicionales, si a eso añadimos a la mayor tranquilidad que te da saber que la moneda la han visto buenos profesionales, cosa que rara vez ocurre en ebay, pues ahí tienes el por qué del éxito.

    Yo habré participado en más de un centenar de subastas, casi siempre sin llevarme nada (mi presupuesto es muy limitado), lo encuentro divertido, revisar los catálogos es una gran herramienta de aprendizaje. Sólo he vendido en una ocasión, y para ello acudí a los más grandes hoy por hoy, que es aureo.

    Además, el resultado de todas estas subastas queda registrado en varias plataformas, que son una fuente impagable de conocimiento numismático, estoy pensando en acsearch, sixbid, numisbids….

    Lo malo, pues que hay poca competencia, y por lo tanto está costando que se bajen las comisiones, es más, algunas comisiones crecen. En su momento entró con fuerza ibercoin, rebajando al 16% las comisiones de venta, pero les costó seducir a grandes coleccionistas para vender sus monedas. En definitiva, falta un poco de competencia.

    Por otro lado, la gran cantidad de lotes que manejan hace que cometan algunos errores, más teniendo en cuenta que las falsificaciones cada vez están más conseguidas. Necesitan, para no perder la condición actual de ser los centros de venta de referencia, implementar nuevas técnicas de detección de falsificaciones, como los análisis metalográficos, imprescindibles ya en la moneda visigoda, por ejemplo. Que la «garantía de autenticidad» no se convierta en garantía de que si en el futuro descubres que la moneda es falsa te devuelvan el dinero, sino que garanticen que la moneda es muy probablemente buena porque ha pasado varios filtros de autenticidad.

    A seguir disfrutando por Persia!

    1. Ahí es donde está la gracia: las barreras de entrada para montar una casa de subastas son enormes (ya hemos hablado de ello), lo que favorece el oligopolio.

      Hoy estuve en Persepolis :)

      Saludos,
      Adolfo

    2. No necesitamos llegar a ese punto.
      Deciamos que uno de los motivos por los que participar en casas de subastas era tener factura. Y hay casas que te dan factura. Pero hay casas que no te dan factura, sino un documento que claramente especifican como no válido. Esto es algo que me ha descolocado y llevo este runrun detras de la oreja… y meditando… Prefiero antes la factura de un comerciante honrado que apreciará cuando le hable, que una empresa que me trata como un número -porque tiene tanto trabajo que no da a basto- o hace documentos ‘poco claros’…
      La ventaja que tienen los subasteros es el dinero ‘ilimitado’ mientras que los comerciantes no se pueden jugar los cuartos o el crédito comprando piezas que luego pueden no entrar en el gusto/presupuesto del cliente.
      La ventaja de los comerciantes no subasteros es que si son serios y no chanchulleros tienen cliente -en mi caso- para toda la vida…

      1. El dinero «ilimitado» no es realmente una diferencia, porque cualquier autónomo mínimamente serio te pone 300.000 euros casi de un día para otro. Y si fuese una compra de un millón de euros, seguramente sabría dónde encontrarlos o cómo gestionarlos.
        Lo difícil es convencer al que tiene la colección del millón de euros a que te la veda a ti a un previo que puedas sacar un beneficio.

        Saludos,
        Adolfo

  2. Ya que las imágenes que ilustran la entrada son Argentinas, doy mi punto de vista desde esta parte del mundo sobre lo que pasa.
    Muchos Argentinos compramos a estas casas de subastas (imagino que un % relevante). Pero resulta, que en América Latina no hay casas de subastas…y creo que esto sucede por varios motivos. El primero podría ser la poca cantidad de moneda que hay en la región…estamos comparando países con 2000 años de historia monetaria contra otros de apenas 200. El segundo punto, son las distancias enormes entre las distintas ciudades y el muy malo sistema de correo (hay muchos robos de paquetes certificados y la gente prefiere evitar esto!). Y el tercero, y creo yo el principal es que en Argentina, son los centros numismaticos, los encargados de realizar dispersiones en sala (pseudo subastas). Así que, si bien el auge de las casas de subastas sigue en crecimiento en Europa o en los EUA, este fenómeno no se da en esta región…por ahora. Aquí las convenciones numismaticas son cada vez mas masivas…al revés de lo que describes que sucede en Europa (o España), loco no? En fin, interesante reflexión como siempre.

  3. No Bruno, para que el comercio electrónico florezca es condición «sine qua non» que exista un servicio de correos barato y fiable que permita a los vendedores hacer llegar sus productos y mercancías a los compradores.
    Si tal y como dices, en tu país este servicio no es fiable, entonces simplemente el comercio electrónico del siglo XXI no existe en tu país por lo que os encontráis tal y como estábamos nosotros hace 30 años, en plena «edad dorada» de las convenciones.

  4. En mi opinión el oligopolio de las casas de subastas terminará cuando Hacienda se meta en serio en el tema a fiscalizar las ventas de los consignatarios (un tío vende 20000 euros en una subasta y yo quiero mi parte –Montoro dixit–) y las compras de los coleccionistas (un tío que me dice que no gana más que 1200 euros al mes luego se pule 8000 pavos en una subasta así o como así, mmm algo me huele raro aquí). Llegados a ese punto las monedas dejarán de fluir con tanta alegría en las subastas y los coleccionistas se lo pensarán dos veces antes de comprar de un modo tan expuesto a la intervención estatal. Hasta que no llegue ese momento poco o nada podrán hacer los comerciantes autónomos para que este oligopolio no continue.

    1. Pues si la única posible ventaja competitiva de los comerciantes autónomos es que «entierran» el mercado, mal estamos. Lo que veo muy claro es que Hacienda lo tiene fácil para estimar la facturación de una casa de subastas y muy difícil para hacer lo mismo con un autónomo. Y por eso Hacienda cruje a las subastas y ya me gustaría a mí saber lo que paga al fisco cada autónomo cuando vende una moneda de 20.000 euros.

    2. O sea, que lo más positivo que tienen las casas de subastas que es que el precio final es conocido por todos es «malo» porque Hacienda (que somos todos) lo puede llegar a conocer. Me parece estupendo que el fisco investigue si es que se está usando (que no tiene por qué) las subastas como un método para blanquear dinero. (como si con un comerciante no se pudiera hacer lo mismo).

  5. A pesar que me encanta pasarme horas cuando sale el catálogo de una buena subasta mirando monedas y apuntando piezas interesantes, me doy cuenta que o tienes un bolsillo hondo o la experiencia de la subasta es a veces un poco frustrante. Te pasas días calculando un precio de compra competitivo (sin buscar chollos), haciéndote ilusiones y llega el día de la subasta y te vas con las manos vacías. Al final si miro mi (modesto) historial he comprado más en tiendas numismáticas y plataformas como ma-shops que en subasta.

    Seguro que no será ninguna novedad decir que las subastas españolas están tomadas por comerciantes internacionales que compran barato aquí para llevarse las piezas a Alemania, Holanda o USA. En cada subasta, si se sigue online, se ve que un % alto de las piezas van a parar a un mismo comprador al que el subastero informa de los precios en inglés. Obviamente éste es el material con el que está hecho el capitalismo, y para el vendedor patrio miel sobre hojuelas, pero precisamente por eso dudo que la subasta sea el principal medio de adquisición del coleccionista medio.

    1. Se contradice usted. Primero habla de que calcula un precio competitivo y no se lleva nada. Entonces, el precio que consideraba competitivo era inferior al realizado.
      Pero luego dice que las subastas están llenas de extranjeros que «compran barato» aquí. Si usted ofrece pagar un precio inferior al de ellos, ¿Cómo puede decir que compran barato? O bien usted ofrece un precio mucho más barato o ellos están pagando de más. Las dos cosas a la vez no pueden ser.

  6. Buenas noches, es verdad que hay grandes piezas que se venden en subastas, pero para evitar al fisco y comprar monedas con dinero negro no es una buena opción. Siempre estarán los profesionales para proporcionar a algún rico analfabeto numismático una colección completa de monedas para el dia que nos obliguen a declararla como patrimonio, seguramente tipos como el valenciano Fabra se volverán grandes coleccionistas de golpe!

  7. Solo una acotación breve en esta entrada. La razón de que el mercado se concentre en las subastas es responsabilidad exclusiva del coleccionista? Me gustaría saber el porcentaje se monedas que mandan a las casas de subasta los coleccionistas en comparación con los comerciantes. Para qué ir a una convención si los propios comerciantes se despreden de sus piezas y las envían a subasta? Mi última convención lejana fue la de Chicago en el 2013, los comerciantes que antes guardaban las monedas buenas de sudamérica las enviaron a remate porque pueden venderlas mejor, no viaje más. Si alimentan el monstruo enviando sus mejores piezas no pueden pedir que el coleccionsta viaje a comprarle la resaca o lo que está tan caro que las casas no les aceptan.

    1. Por lo general el comerciante envía a subasta las monedas cuando ve que no las puede vender él. Cualquier comerciante prefiere vender sus monedas él mismo, ganando con ello cuota de mercado, que entregarle el mercado a un tercero (la casa de subastas). Pero es que muchas veces una moneda que los coleccionistas no están dispuestos a comprarte en más de 100 (por decir algo), luego en subasta pagan sin ningún problema 130 por ella.

      Yo de momento nunca he subastado ni una sola moneda. Pero tengo compañeros comerciantes que se han visto obligados a enviar sus monedas a subasta en vista de que si no lo hacían no había manera de vender lo suficiente para vivir.

      1. Yo lo entiendo Luis, los comerciantes viven de esto y precisa vender monedas y si en las subastas se venden mejor o al precio que necesitan para quitar su margen está bien. Pero mandar a subasta tiene sus desventajas, inclusive para los comerciantes. No solo el tema de costos, que muchos los deben salvar por ser proveedores habituales, sino también de tiempos. El proceso entre que se remite una moneda y se cobra lleva normalmente 6 meses. Si remito una moneda que estimo se venda en 100 pero que el comerciante no tiene comprador interesado, el va a terminar cobrando esos 100 o 90, dependiendo como negocie su comisión, dentro de seis meses. Si en ese tiempo asiste a una convención, de seguro encontrará un comerciante que le tome esa moneda en 90 para venderla en 120 o 130 (precio que termina costando al coleccionista en subasta) ya que tiene comprador para ella y posiblemente ese comerciante tenga algo que le interese al primero y pueda colocar a mejor precio por tener un coleccionista, por lo que con esos 90 le compra a ese comerciante algo que vende en 130 y de esa forma gana su margen máximo sin utilizar la casa de subastas. Esos son los negocios entre comerciantes en las convenciones que tanto se habla. Ahora si todos los comerciantes quiere vender sus monedas sin tener a los coleccionistas que se las compren y sin trabajar para obtener el mejor precio, mandan a subasta y le dan la ganancia de dos comerciantes a la casa de subastas. A nosotros los coleccionistas poco nos importa quien es el que gana dinero en la medida que terminemos adquiriendo las monedas. Es un tema muy complejo de analizar el cual supongo entre comerciantes lo tendrán estudiado, aunque veo que cada vez más optan por enviar a subastas y aquellos más adinerados que hicieron su casa de subastas lo continuaran agradeciendo. En la numismática, las casas de subastas fueron creadas por los comerciantes, ya que vieron que el mejor negocio es cobrar el 20% al coleccionista cuando compra monedas de diversos comerciantes y el 10 o 15% cuando el coleccionista vende sus monedas y no tener que salir a comprar las monedas, que como ya se dijo, es lo más difícil del negocio. Y otra cosa que no veo que se comente, los comerciantes le dan los clientes a las casas de subastas por lo que el coleccionista cuando venda, en vez de ir a un comerciante que no conoce irá a la casa de subasta de la cual es cliente para que le remate su colección por una módica comisión descontada del valor obtenido. En lo personal, cuando vendo monedas importantes, las envío a Heritage, que sin ser un proveedor habitual me dan buen descuento e inclusive he subastado monedas a 0% de comisión y eso que vivo en Uruguay, paradójicamente fue un comerciante que me vendía monedas el que me presento en esa casa y me ayudó con mis primeras compras . Hoy ese comerciante vive en el extranjero y no vende más monedas de Uruguay porque se quedó sin compradores. Todavía existen coleccionistas que no se preocupan por contactar casas de subastas y venden al comerciante más cercano, pero cada vez son menos y las nuevas generaciones nacen con las casas de subastas. Por ahora el comerciante lleva la ventaja de la compra en efectivo y al instante, pero esa ventaja ya la acortaron las casas de subasta que adelantan dinero o comprar al contado según lo requiera la persona que vende.

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