Como saber el precio real de una moneda sin regatear

Hablábamos de un chaval a quien no le gusta regatear. Por ello, cuando compra monedas a cualquier comerciante se fija en el precio marcado y lo paga si le parece bien o no lo paga si lo ve caro. A mí tampoco me gusta nada el regatear, pero eso no significa que pague como un plinga’o el precio que marcan los comerciantes en los cartoncillos. En esta entrada veremos cómo lo hago.

A la inmensa mayoría de los coleccionistas les encanta regatear. Incluso sospecho que hay muchos que disfrutan el regateo en sí y que su afán de regatear va mucho más allá de ahorrarse unos euros. Porque hay quienes montan una auténtica batalla campal por bajar un 5% el valor final de una moneda ya por sí barata. Creo que en esos casos el regateo es más una cuestión de creerse más listo que el vendedor, de ver quién pone las reglas o de simple y llano disfrute (como ocurre en esta escena de La Vida de Brian). Es posible que regateando mucho nos ahorremos 5 euros pero lo que es seguro es que generaremos mal ambiente y nos convertiremos en clientes indeseables para cualquier vendedor serio.

El caso es que, a pesar de que a ningún comerciante le guste regatear a la hora de vender, al poner el precio ya cuentan con tener margen para regatear. La razón es que si quieren vender una moneda por 100 euros y la ponen en venta por 100 euros, muchos clientes no se la llevarán a menos que la dejen por 80. Así que la ponen en 125 euros y el cliente contento porque se la rebaja a 100. Lo malo está en que luego llegan los compradores serios y novicios, ven el precio de 125 euros y lo pagan sin preguntar.

2 reales Cuenca Felipe V

Lo que yo hago es lo siguiente:

Si no conozco de nada al comerciante, pero tiene monedas que me interesen, lo primero que hago es presentarme. Tras un breve intercambio de pareceres ya sabemos los dos de qué pie cojeamos y no suelo tardar mucho en detectar si es alguien con quien merece la pena hacer tratos o no.

Una vez que ya conocemos al vendedor, el siguiente paso es conocer su política de precios. Si el vendedor no pone precios a sus monedas hay que tener con él especial cuidado, pues esa falta de precios no es un buen indicativo aunque no necesariamente significa que nos vaya a querer engañar. Si el vendedor pone precios a sus monedas debemos entender esos precios como el máximo que quiere el vendedor por ellas. Es decir, no debemos entender esos precios como el precio final, sino como un límite de precio. Para hacernos una idea de la política de precios del vendedor, nada más fácil que tomar de su mesa una moneda que conozcamos bien y que nos sintamos muy seguros a la hora de tasarla y decir las palabras mágicas: «¿por cuánto me dejas esta moneda?». Si se lo decimos de manera seria el comerciante va a darnos su precio final de venta, o al menos un precio cercano. De su respuesta ya podemos ver si es un comerciante con unos precios más altos de lo que estamos dispuestos a pagar (hay veces que nos dicen auténticos disparates) o si son precios razonables.

Cuando el precio es muy alto yo solía decir: «a mí eso no me lo pagan«, de manera que solo me oyese el comerciante. Hasta que una vez a un comerciante viejuno -de esos jubilados que hacen competencia desleal a quienes cotizan para pagarles la pensión- le sentó mal y me dijo a gritos algo como: «pues si no te lo pagan es porque no tienes ni puta idea de vender, así que márchate de mi mesa«. Obviamente no es plato de buen gusto aguantar semejante mala educación y desde entonces no digo más que un: «muchas gracias«, dejo la moneda en su sitio y me largo para no volver.

Con esto ya «habremos calibrado» al vendedor y el vendedor, a poco bueno que sea, ya nos habrá calibrado a nosotros. Si sus precios son razonables recorremos sus bandejas y seleccionamos las monedas que nos interese comprar. Para eso está muy bien que las monedas tengan precios, ya que podemos dar por supuesto una rebaja proporcional a la moneda con la que «hemos calibrado» al vendedor. Al final tendremos unas cuantas monedas y volvemos a repetir las palabras mágicas: «¿por cuánto me dejas todas?». Es de sentido común que si compramos muchas monedas podremos esperar una mayor rebaja por parte del comerciante que si solo compramos una.

De esta manera tan sencilla hemos conseguido un precio de venta realista por parte del comerciante sin haber tenido que regatear. Pero ahora es cuando entra la fase del regateo y cuando algunos montan la batalla campal de manera sistemática. Quienes lo hagan cometen un error porque el comerciante «les recalibrará» y a la siguiente compra que le hagan les pedirá de entrada un precio mayor para tener más margen en la batalla. Además de generar mal rollo, como ya he dicho antes. Un comprador serio sabrá si ese precio es razonable y si está dispuesto a pagarlo. En tal caso lo paga y ya está, en vez de discutir sobre 3 euros arriba o abajo tendrá una agradable conversación con el comerciante de la que aprenderá cosas mucho más valiosas que esos 3 euros. En caso de que el precio sea mucho más alto que el precio que él esté dispuesto a pagar se rechazará la oferta o, si tenemos confianza con el vendedor, se puede preguntar qué es lo que hace que el precio sea tan alto. Digo esto porque si es un vendedor «al que tenemos calibrado» y ya hemos visto los precios marcados a la hora de seleccionar las monedas lo normal es que hayamos predicho adecuadamente el precio final. En el caso de que el precio sea un poco más alto de lo que estamos dispuestos a pagar yo no entro en un regateo pero sí enseño mis cartas, sobre todo cuando hay confianza con el vendedor. Si me él me pide 150 euros y yo esté dispuesto a pagar hasta 130 se lo digo claramente: «si quieres te puedo dar hasta 130, pero hasta 150 no puedo llegar». Y si lo quiere bien y si no nada. Una oferta así de alguien serio no debería molestar a ningún vendedor y menos aún si es un cliente habitual.

2 reales Sevilla Felipe V

Las imágenes que ilustran la entrada son dos monedas de 2 reales de Felipe V de Cuenca y Sevilla. Las subastarán Martí Hervera y Soler & LLach en la subasta de octubre.

42 comentarios en “Como saber el precio real de una moneda sin regatear”

  1. Totalmente acertado el contenido del post. No hay nada que replicar, siendo tal el procedimiento que todo comprador de monedas experimentado emplea (los comerciantes también cuando nos toca comprar monedas que es muuuchas veces al cabo del año).

    Si tuviera que sacar algo de punta, desaconsejar la expresión «a mí eso no me lo pagan» pues se supone que el coleccionista quiere las monedas para él no para volverlas a vender, motivo por el que, de nuevo se supone, no aspira a comprarlas a precio de comerciante, esto es los precios que a él SÍ le pagarían. Y si son para revender, que tampoco pasa nada, es mejor decirlo. Todos los comerciantes tenemos piezas que por un motivo u otro podemos rebajar algo más de lo habitual y, por tanto, dejar cierto margen de reventa en ellas. Claro está que no serán las mejores piezas ni las más comerciales pero, bueno, algo se acaba rascando. Tampoco sirve como «truco» para conseguir las monedas más baratas siendo coleccionista pues es muy fácil de distinguir al que compra realmente piezas para revender del que pretender comprar piezas para él (coleccionista) diciendo que es vendedor. No diré cómo, prefiero guardarme el secreto, pero creédme que se diferencian con suma facilidad.

    Añadir que los excesivos regateos continuados en el tiempo y, sobre todo, si no concluyen con compra degradan mucho la imagen del coleccionista. Os sorprendería conocer los nombres de primeras espadas del coleccionismo patrio –auténticos eruditos de la numismática conocidos por todos– que tienen vetado el trato con multitud de comerciantes debido a su forma de regatear, casi compulsiva, habiéndose de conformar con participar en las subastas ya que, fuera de ellas, nadie quiere tratar con ellos.

  2. Odio el regateo. Tal vez sea consecuencia de que, por motivos de trabajo, viajo mucho a países árabes. En ellos el regateo es una costumbre y una forma cultural. Pero yo no lo soporto. No entiendo que para alcanzar un precio final (que yo conozco más o menos porque sé cuales son ) me tenga que pasar dos horas discutiendo, oyendo al vendedor decir que quiero quitarle el pan de sus hijos, y no se cuantas cosas más, para al final pagar un precio probablemente un 20% superior al local y habiendo perdido 2 horas de mi tiempo que (yo al menos el mio) encuentro muy valioso.
    Con las monedas pasa igual. No entiendo la postura de que, como me van a regatear, inflo los precios. Yo lo considero una pérdida de tiempo que genera inseguridad. Si, en cambio, el vendendor tiene un cartel que pone «PRECIOS FIJOS Y ULTIMOS» yo no pierdo el tiempo. Los miro, ¿que me parecen razonables y me atrae la moneda? Estupendo. ¿que no? pues Buenos dias. Y ni el ni yo perdemos nuestro tiempo.
    Cosa distinta es que yo llegue y me lleve un numero de piezas que considere elevado, entonces entiendo que el vendedor debería tener un detalle conmigo y hacerme un descuento, pero más a modo de rappel que de regateo.
    En fin, es como yo lo veo y este es el motivo principal por el que, cada vez más, tiro de subastas y menos de comerciantes.
    ¡ah cuanto echo de menos aquellas «listas a precio fijo» del siglo pasado…»

  3. Instructiva entrada Adolfo,
    Personalmente soy de los que no me gusta regatear, miro y remiro y si veo que las monedas son caras ni me molesto, paso las hojas de los álbumes y si no hay nada que me atraiga le doy las gracias al comerciante y a otra cosa.
    En las monedas que están un poco más caras del que creo es su valor, a lo sumo un 20% (si es más es cuando ni me molesto) pregunto al comerciante «hace alguna rebaja?» o tipo «los precios marcados son definitivos?». Acostumbran a responder con un «Todo se puede arreglar». Si me dicen que es el precio marcado y alguna moneda me gusta por la razón que sea la compro también, como no compro onzas es un margen que me puedo permitir.
    En las monedas que creo están en su precio, las pago y punto.
    A los comerciantes que no marcan precios no acostumbro a preguntar a no ser que alguna me interese, pero creo que a día de hoy no me han dado un precio ni medio aceptable.

    Saludos.

  4. Gerardo, actitudes como la tuya son las que desaniman a los comerciantes que queremos hacer las cosas bien. Que sí, que las subastas son maravillosas a toda costa y sea como sea, a pesar de que en la entrada del blog Adolfo, que no yo, aclara que a los comerciantes NO NOS GUSTA REGATEAR y que sí se ponen los precios con margen de regateo es por que a los coleccionistas, por regla general aunque a ti no, OS ENCANTA REGATEAR, siendo legión los que si no consiguen bajarle el precio a una moneda no se la llevan aunque esté barata en el cartoncito. Pero no, los comerciantes lo que tenemos que hacer, según tú, es ir de tipos duros, poner carteles de «PRECIOS FIJOS Y ULTIMOS” y cuando la inmensa mayoría de coleccionistas pase de comprarnos pues no pasa nada: se cierra el chiringo y a currar descargando cajas en el mercamadrid, eso sí con la cabeza muy alta y el orgullo por las nubes. Un poco de empatía por favor, que tú, que tanto odias el regateo, no eres una representación del común de los coleccionistas sino una excepción.

    1. Yo no digo lo que «teneis que hacer los comerciantes» que suoongo sois mayorcitos. Digo que a mi no me merece la pena regatear y voy a comerciantes en donde el precio es final. Derecho tengo a hacerlo…..y a decirlo. Sin ofender a nadie.
      saludos.

  5. A mí tampoco me gusta regatear. También es cierto que no puedo comprar monedas de 5000 euros, cuando me hago con una de 300 euros ya es un acontecimiento y para sacarle 20 euros al comerciante no me voy a poner a discutir. En mi caso compro un poco en subastas, que ya sabemos todos como van, y en cuanto a tiendas , como tengo la suerte que en Barcelona hay muchas numismáticas con su página web, en cuanto localizo una que me interesa, busco un poco si la relación calidad/precio es correcta y en caso que lo sea la compro por el precio indicado.

  6. Hola a todos, pues yo también soy de los que no le gusta regatear para nada, pero también entiendo que en Numismática los precios suelen tener margen de regateo. La mayoría de monedas que tengo las he comprado en subastas españolas y alemanas, así que de regateo allí nada, simplemente como conozco algunas (tableros del XIX) sé si precio y si la puja es acorde con ello pues ya está. He comprado a comerciantes en una ciudad pequeña castellana (cerca a Palencia ;), en uno de ellos el comerciante me descontó un par de euros por un duro de Amadeo espontáneamente (ya había comprado cápsulas y sellos allí) y en otro como compré tres duros sí que pedí descuento y me bajó también unos euros. Para vender mis monedas a comerciantes no he tenido problemas en Levante, simplemente pido poco menos de lo que me costaron (monedas que quiero vender porque ya las «mejoré») y listo. En suma, detesto regatear pero sé que no es lo habitual en los clientes y que los precios suelen tener puestos algún margen para ello. Un saludo

    1. Nunca imaginé que hubieran «haters» incluso en un blog numismático, figura que tanto daño causa en las redes sociales donde nunca aportan nada útil a la comunidad y como siempre escudados en el anonimato :(

      1. Adolfo Ruiz Calleja

        Claro que este blog tiene «haters». ¡Faltaría más!

        Tampoco muchos, pero alguno hay. Quizá media docena. Todos ellos tienen varias cosas en común. La principal es que no les soporta nadie: les han echado de algunos foros, les han echado de casas de subastas, tienen polémicas en redes sociales con todo el mundo… vamos, que no soy solo yo con quien se llevan mal. Otra característica es que todos escriben bajo un pseudónimo, y en muchos casos usan varios pseudónimos para embarrullar el asunto y que parezca que hay más gente que me ataca. Y la tercera característica es que me importan entre poco y nada. Hace tiempo que unos cuantos haters de esos se juntaron en un foro en el que se dedicaban a insultarme a mí, a insultar a empresarios del sector, a insultar a otros aficionados. Al final acabaron con juicios y todos. ¡Yo qué sé! ¡Paso de ellos como de comer cristales!

        Además de estos, hay otros a quienes no les gusta mi trabajo. Creen que hablo sin saber o creen que no debería contar lo que cuento. De esos había más hace años, pues cada vez es más evidente que soy una persona con buena voluntad y que aporto lo que puedo. Pero estos están en otra categoría porque con frecuencia me hacen críticas razonadas que me ayudan a mejorar mi trabajo.

        Saludos,
        Adolfo

  7. Adolfo Ruiz Calleja

    @Luis, estamos de acuerdo entonces. La frase «a mí eso no me lo pagan» ya digo que no es muy afortunada. Ya no digo tal cosa nunca.

    @Gerardo, es normal que tus palabras molesten a los comerciantes autónomos. Como te dice Luis (y como digo yo en la entrada), muchos de ellos se tienen que guardar ese margen de regateo porque si no no venderían una pieza. He visto una y mil veces (y cualquier comerciante te lo puede corroborar) cómo hay coleccionistas que ven una moneda por 100 euros y no la compararían. Ahora bien, ven esa misma moneda (¡la misma!) por 140 y tras una hora de discusión la compran por 100 y se van a casa tan contentos. ¡Y en una subasta lo mismo la pujan hasta 200! Es impresionante la condición humana.

    En lo que estoy de acuerdo contigo es que en las subastas no tenemos esas historias. El coleccionista cabal -el que no se pica, vaya- puja hasta un importe determinado por cierta moneda y se acabó. Si se la lleva bien y si no también. Los vendedores de las subastas están más que contentos de que las «batallas campales» en las subastas las montan entre coleccionistas para subir de precio y no entre coleccionista y vendedor para bajarlo. Es una de las ventajas de su modelo de negocio.

    @David, muy buena estrategia.

    @Curial, yo además te recomendaría que te dejaras caer de vez en cuando en las numismáticas de Barcelona o en las convenciones que ahí se organicen. Los comerciantes no suelen colocar todo su género en la Web.

    @Eduardo, buena estrategia también.
    Otra opción es que quien te venda la moneda mejor te «recoja» la moneda que ya tienes. En el plan de que si tienes un duro de Amadeo que te costó 25 euros y ahora te quieres comprar otro duro bonito por 400 euros. Sería razonable pedir que te lo deje en 375 + el duro que tú le das. El margen de beneficio del comerciante debería poder asumir eso.
    Obviamente no es razonable hacerlo si un duro costó 25 y el que se compra cuesta 32. Ni tampoco si el duro de 25 se pagó carísimo y no vale más de 12 euros.

    @Carlos, nací así. ¡Es que soy tan listo! :)

    Por cierto, cuando se habla de regateo resulta que a nadie le gusta regatear. Parece que los que montan las batallas se esconden. Afortunadamente esta vez en Facebook han aparecido un par de defensores del regateo: https://www.facebook.com/aruizcalleja/posts/1241157742602957

    Saludos,
    Adolfo

  8. En Estados Unidos es una sana costumbre en los coleccionistas. Pero es cierto, que cuando fui a Estambul todo los hacen y muchas veces se llegan a situaciones tensas o malas palabras que a mi no me gusta.

  9. Adolfo Ruiz Calleja

    La verdad es que cuando he estado en esos países donde el regateo es prácticamente una norma (Marruecos, Camboya, Tailandia, Afganistán o ahora que me voy a Irán) yo no he regateado prácticamente nada. Si me ofrecen algo que yo considero muy barato no me sale andar limando el precio para ver si lo saco por menos.

    Por ejemplo, recuerdo cuando estuve visitando los templos de Angkor Wat. Entre tres colegas contratamos un tuk-tuk con conductor para que nos hiciera de taxista todo el día por 25 dólares o algo así. ¡Ese precio es regalado! Luego nos encontramos a turistas que chuleaban de que ellos lo habían sacado por 22 dólares… ni que por ello fuesen más listos. ¿Que puede ser que nos hubiéramos podido ahorrar un dólar cada uno? Pues vale. Pero eso no llega a ninguna parte para nosotros y seguramente a ese hombre los 3 dólares que sacó de más le vinieron bien.

    Hay muchos obreros del primer mundo que se quejan de que sus jefes son unos tiranos porque tienen la sartén por el mango, pero luego resulta que cuando ellos tienen una posición de poder no se cortan e intentan exprimir al humilde trabajador todo lo que pueden. Eso también da para reflexionar un poquillo.

    Saludos,
    Adolfo

  10. Regateo dependiendo del sitio donde compro, y de si me conocen o no. En mercadillo, los precios suelen estar hinchados entre un 20 y un 30 por ciento, como norma general, y aprieto para acercarme al precio más correcto. También hay vendedores, que cuando les hago una buena compra, suelen regalarme alguna pieza para que quede más contento y vuelva. Si la compra es más cara, y no llego con lo que llevo de dinero, la mayoría no tiene problemas en fiarme a medio-largo plazo. Lo que si me cabrea, es que me pidan 100 como precio de amigo, me niegue a pagar porque la cantidad sea manifiestamente abultada, y al rato me lo vayan rebajando hasta 35.

  11. Buenas noches a todos, ante todo un cordial saludo. He leído detenidamente todos los comentarios de esta entrada y el contenido de la misma. La primera vez q compre una moneda en un mercadillo, hace aproximadamente unos 20 años, ya regateé al vendedor, no para ahorrarme unos euros, sino por puro placer q me produce la situaciom , eso si sin caer en el ridículo y mucho menos ofender al vendedor con una oferta ridícula. Cuando compro a comerciantes suelo hacer lo mismo, y disfruto como el primer día. Esteverano , cuando estuve en londres , en frente del museo británico hay una tienda de monedas, también vendían lamparas de aceite romanas a 45 libras la pieza, me encanto regatear con el vendedor ingles q me la dejo en 40 libras, y cuando ya me iba me dio un certificado de autenticidad, como OS comento a mi si me gusta la sensación q da el regateo con educación y justo, pienso q s emocionante. Un saludo a todos muy buena entrada

  12. Saludos a todos, bueno, yo también voy a decir mi forma de actuar, si estas en determinados países compras ciertas monedas de cierto valor, debes de regatear e intentar sacar un buen precio, por ejemplo selecciono unas piezas que me interesan y empiezo a negociar por una de ellas que en teoría es la que me voy a llevar, una vez alcanzado un precio ultimo lo intento mejorar si me llevo 2 , 4 o mas piezas, hasta alcanzar un precio ultimo por el lote ( si se alcanza) se paga y punto, no aconsejo repetir la operación con el mismo comerciante el dia siguiente.
    En España, soy poco dado al regateo, aunque si intento mejorar un poco el precio (realmente, muchas veces ofrezco lo maximo que puedo pagar), ahora bien, de aquellos que no ponen de entrada ningún precio a sus piezas y que te piden precios dependen de la cara de jili que te vean , de esos huyo como de la peste, por muy interesante que me resulten sus piezas, de entrada su actitud, me parece muy poco profesional.

  13. Buenas Noches.

    Personalmente no me gusta regatear, ya que en mi trabajo tampoco me gusta cuando me vienen regateando.

    Desde mi punto de vista, la razón principal para que te guste regatear o no, creo que se basa en el nivel de confianza y conocimiento que se tenga con cada producto que se quiera adquirir.

    Por poner un ejemplo rápido, si quiero comprar una moneda que conozco y se su precio medio o estimado, me atrevo a mirarla en cualquier puesto, tenga o no tenga puesto el precio y normalmente pregunto el precio, converso con el comerciante y puedo entrar en el regateo, porque se lo que vale y lo que quiero pagar. Sin embargo, si de repente veo una moneda que me interesa pero que no tenía previsto comprar y no había estudiado su precio antes de ir, como no tenga el precio puesto ni lo pregunto y si tiene el precio puesto pero me parece elevado su precio (no por conocimiento, sino por intuición) no entro al regateo porque aún regateando no sabría hasta llegar a casa si ha sido una buena compra o me la han metido doblada.

    Viendo los comentarios de comerciantes sobre la cantidad de regateadores que hay, quizás sea buena idea el subir un X% el valor de las monedas presuponiendo un regateo porque de ese modo quedará todo el mundo «más contento» cuando llegue a casa, pero desde mi punto de vista, pierden un número significativo de posibles compras por gente que no quiere regatear y consideran que en una subasta encontrarán la misma moneda por un precio mejor (no digo que ocurra, digo que se piensa) y por gente que compraría monedas que no son de «su colección» por el hecho de desconfiar del precio marcado y no saber su precio real (ya que o no está marcado o está marcado con sobreprecio).

    Soy asiduo del mercadillo de Madrid y no hay domingo, que no oiga a última hora a varios vendedores quejándose de que no venden nada (gente con buen producto) y sin embargo, veo las casas de subastas cada vez con más público y con un número de subastas brutal. Algo falla, mas y cuando las casas de subastas hacen públicas sus comisiones. Es decir, la transparencia parece que se premia por parte del comprador.

    Yo creo que es cuestión de educar al comprador y al vendedor. El vendedor debe saber cual es el margen y cual es el beneficio que quiere sacar independientemente del conocimiento que tenga el comprador o la «capacidad de regateo». El vendedor debe marcar su precio y el comprador debe respetarlo. Imaginaros la situación en el Corte Inglés a la hora de comprar un iPhone 7 que no tiene el precio marcado y el vendedor te mira con cara de póker intentando adivinar lo que sabes de tecnología para poder ponerte un precio ajustado a tu conocimiento… El móvil vale lo mismo para un Ingeniero en Telecomunicaciones que para un Fontanero, y ninguno de los dos ha regateado, ¿Por qué en Numismática no?

    Desde mi punto de vista, el respeto del vendedor por el conocimiento/desconocimiento del comprador y el respeto del comprador por el trabajo/gastos del vendedor es el fundamento sobre el que debería sustentarse esta relación mercantil tan especial.

    Sinceramente creo que hasta que no se solucione el tema de marcar los precios, no remontará el interés general por esta nuestra pasión.

    Saludos
    Aljimenez

    1. El problema es que el valor de una moneda depende de su estado de conservación y eso es muy subjetivo, a menos que vaya encapsulada y certificada. Así es en los EEUU y probablemente acabe siendo en España, como bien ha apuntado Adolfo en varias entradas ya.
      Todas las monedas de cierto valor (>100) acabarán encapsuladas, y con un grado fijo será muy fácil saber el precio aproximado, simplemente consultando la base de datos. Al final, un duro de 1870 en MS60 tendrá un valor estable y previsible como un iPhone.
      No digo que me guste, pero me temo que es a lo que vamos, al menos con las monedas de los últimos 200 años.

    2. «·Desde mi punto de vista, el respeto del vendedor por el conocimiento/desconocimiento del comprador y el respeto del comprador por el trabajo/gastos del vendedor es el fundamento sobre el que debería sustentarse esta relación mercantil tan especial.»

      Yo estoy dispuesto a lo primero, ¿está el común de los compradores dispuesto a lo segundo? No te imaginas la de casos que veo de compradores económicamente solventes (con el tiempo conoces a la gente y al final todo se sabe) que luego pelean los precios como si les fuera la vida en ello. Tíos que si no te laminan 10 euros de más por muy generoso que hayas sido tú no se quedan contentos… y luego te los encuentras en las páginas interiores del diario Expansión, no te digo más. Tíos que no necesitan para nada esos diez euros, que te los «quitan» por el mero hecho de sentirse los ganadores de la transacción.

      También son habituales, sobre todo en los mercadillos, los coleccionistas que esperan a la final de la mañana para intentar sacar la moneda mucho más barata confiando en que el vendedor no haya vendido nada y ande pillado de dinero. Yo nunca bajo el precio más allá de lo que me parece oportuno sea la hora que sea pero como hay gente que sí lo hace, ahí tienes a los buitres rondando sobre ellos cuando queda poco para la hora del cierre.

      Las subastas venden mucho más que los comerciantes autónomo, aparte de porque ofrecen más variedad de piezas y tal, porque generan una especie de juego con ganadores y perdedores que es muy del agrado de la mentalidad masculina (aquí me incluyo yo también). Por eso los mensajes de las subastas son siempre del tipo «usted ha GANADO este lote» –como si se tratara de un juego o un concurso- y no «usted ha COMPRADO este lote» que es el mensaje que te envía una tienda y que realmente es lo que sucede también en una subasta: ahí se compra, no se gana nada. Es un tema muy largo de debatir y acerca del cual he reflexionado muchísimo.

  14. Adolfo Ruiz Calleja

    @Jesús, la técnica que utilizas es de las que intentan exprimir mucho. Si una moneda ya la tienes «muy peleada» y el vendedor te ha bajado todo lo que te tenía que bajar por ella, no creo que baje mucho más por el hecho de que compres otra. A lo mucho un par de euros para que quedes contento, mientras que te meterá en la categoría de clientes «que no le caen muy bien». Yo creo que esas formas de pelear las monedas hasta el cansancio, si bien pueden llegar a ahorrarnos un poquillo (esos dos euros que decía) enturbian bastante la relación entre cliente y comerciante. Ten por seguro que el día que un comerciante quiera tener un detalle no lo tendrá con ese tipo de clientes.
    Además de que es realmente cansado, tanto para el comprador como para el vendedor.

    @Aljimenez, tiene su lógica entrar a intentar bajar el precio solo de las monedas que se conozcan.

    Con respecto a los precios marcados, la mayoría de los vendedores en cualquier convención los tienen. Y suelen ser precios razonables. Quizá un poquillo más altos que su precio estimado de venta porque se guardan el margen de regateo, como dice Luis más arriba, pero no precios desorbitados. Los precios que marcan no espantan a ningún cliente serio. Otra cosa son quienes ponen 100 pensando en vender en 35. Pero eso no es serio en ningún caso.

    Por parte a lo del iPhone, date cuenta que vender un iPhone y una moneda son modelos de negocio diferentes. Mientras que un iPhone marca un precio extremadamente alto para todos sus clientes potenciales, en las monedas el vendedor puede adaptar el precio a cada uno de sus clientes. Yo entiendo que un comerciante pueda no vender al mismo precio a unos y a otros, pero esa diferencia de precios está marcada por la relación que haya entre comerciante y coleccionista. Yo nunca he visto a ningún comerciante numismático que adapte sus precios en función del poder adquisitivo que estime de su cliente, pero es bastante normal que con los clientes fijos los comerciantes tengan detalles: enseñarles primero las novedades que tienen, ofrecerles alguna moneda potente a muy buen precio, darles un mayor asesoramiento… No como los de Appel, que solo hacen creer a sus clientes que son listos, modernos y guay por gastarse 800 euros en un teléfono.

    Y mal ejemplo has ido a buscar: somos muchos los ingenieros de telecomunicación que cobramos menos que muchos fontaneros. Te lo puedo asegurar.

    Saludos,
    Adolfo

    1. Buenas Adolfo,

      Quizás no me haya explicado bien con el ejemplo. La diferencia entre el ingeniero y el fontanero no es salarial, sino de conocimiento. A ti te hablan de las características de un movil y las entiendes y sabes que si te sueltan una barbaridad no te la van a colar, al fontanero se la cuelan por la escuadra. Lo mismo con las monedas, a ti se pone a hablar un señor de que si de ese sestercio solo hay 5 ejemplares conocidos y le pillas al instante, me lo dice a mi y me quedo ojiplático ante el ejemplar que tengo delante. A ti te podrá pedir su precio y a mi me podrá pedir lo que quiera, porque yo pienso que es una maravilla de moneda y él piensa que ha encontrado a un ingenuo.

      Cuando me refiero a una política de poner precios, no me refiero solo a que cada moneda tenga puesto un precio, sino que el precio que ponga es por el que realmente el vendedor lo quiera vender, no un precio elevado por si me regatean. Dentro de ese precio fijado (suma de conocimiento del vendedor, cuidado de la moneda, presentación, gastos indirectos… ) el propio vendedor ofrecerá descuentos según le venga en gana, porque conoce a uno o porque le compra varias monedas. Ahora, el que compra o al que le hace la gracia, sabrá realmente que gracia le están haciendo.

      No hablo de precios oficiales generales, porque cada vendedor tiene unos gastos diferentes, hablo de que cada vendedor estipule sus gastos y coloque su precio, pero que ese precio sea el mismo para ti que sabes de sestercios que para mi que no tengo ni idea.

      Si les sirve de algo a los vendedores mi experiencia, a mi me han espantado con esa política de no poner precios y de pedir a uno A y a otro B según el día, durante años. Hasta que no me he puesto las pilas leyendo y documentándome no he sido capaz de ir a comprar con cierta seguridad y confianza. Luego podré comprar caro o barato, pero se lo que compro y si lo compro barato o caro.

      Y por si a alguno se le viene a la cabeza, :-) ni soy insocial, ni soy un mal negociador, al contrario soy Arquitecto y me dedico día tras día a negociar con mucha gente y a socializar más de lo que me gustaría.

      Saludos
      Aljimenez

  15. La tienda se llama COINCRAFT y está ubicada 45 Great Russell street London WC1B 3KU, justo al frente del museo británico.Cuando entre vi monedas romanas y alguna española q tenían, pero me fijé en las hermosas lámparas de aceite romanas q tenían expuestas. Por algunas pedían hasta 200 libras. Yo me fijé en las q tenía expuestas, q tenían algunos desperfectos y me llevé una q estaba muy bien, por 40 libras. El medio un certificado de autenticidad junto con la pieza. He querido pegar una foto del certificado junto con la lámpara, pero no he podido. De todas formas las lámparas de aceite romanas son muy comunes y por 150 euros te haces con una de ellas bastante decente. Yo colecciono monedas porque son mi pasión, pero teniendo algunos sestercios no puede resistirme en comprar la lámpara, por la emoción de tenerla en mis manos un saludo a todos

  16. El caso es que vivimos en una sociedad en la que el oportunismo está a la orden del día. Pienso que es debido a la falta de conocimientos que se tiene en relación a diversas áreas o ámbitos determinados.
    Por una parte y aunque parezca difícil de creer, los españoles arrastramos un gen que nace desde mucho antes de la concepción de «El Lazarillo de Tormes».
    Uno de los anuncios recientes, que más asco me da, y que es fiel reflejo de una sociedad precaria en principios, es el que se refiere al bajo coste en la adquisición de un seguro (ahora mismo ni me acuerdo de cuál es) por parte de un usuario, que al llegar él mismo a casa, exclama en alta voz: » ¿…A ver si se han equivocado..? »
    Esos son los principios que te enseñan en esta vil sociedad, donde los políticos corruptos roban a sus anchas, donde queman banderas nacionales y donde los que delinquen al salir de la cárcel escriben libros o cogen mayor protagonismo y se hacen más famosos y atrevidos, como la Pantoja o el Dioni…

    Así que, si se han equivocado, ¿por qué decirlo?…es mucho mejor beneficiarse de ese error y engañar al vendedor…que decirle: «…oye, no, te has equivocado, me lo vendes muchísimo más barato…»

    Con ello no quiero decir que el regateo sea malo, y evidentemente creo que es bueno para que exista oferta y demanda, pero siempre con respeto por ambas partes…un respeto que parte del conocimiento, y a veces de la mayor o menor demada que se dé en relaciòn a ciertas piezas.

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Yo he tenido la suerte de contar con unos padre que cuando el tendero se equivocaba a su favor se daban la vuelta para decir: «oye, que te has equivocado al darme la vuelta y me has dado 100 pesetas de más». Créeme que ver algo así de niño marca para toda la vida.

  17. Hola Adolfo! Yo compro en la mayoria de los casos en Subastas Numismaticas,pero, cuando he comprado en dos de las tiendas numismaticas locales , siempre compre sin regatear porque me vendieron las monedas a muy buen precio: como regatear asi? cuando fui a Heritage San Francisco ,me recomendaron ir a la mejor tienda Numismatica de San Francisco,y,hablaron con el Presidente de la tienda ( Constantin Balter , President.) Compre tres Columnarios About Uncirculated , pague un 25% de a como se ven en Subastas, como regatear? ( No compre mas Columnarios porque no tenia mas a la venta). en la primera y,unica convencion a la que fui, compre una moneda de Oro Mexicana a muy buen precio ,sin regatear. aunque me parece que fue muy instructivo lo que escribiste, yo saco como leccion para el futuro: que una moneda esta cara, o, una moneda esta en su precio. Y,en Subastas Numismaticas,la misma leccion. Hasta aqui quiero llegar con mi comentario. Un afectuoso saludo a todos! Rullan R. Winters.

  18. A mí tampoco me gusta regatear, debe ser porque soy hijo de la mejor regateadora del mundo (y que también devolvía el dinero si se equivocaban en la vuelta, creo que no es lo mismo), sin embargo a pesar de las batallas que libraba por cuatro perras o por miles de pesetas, eso daba igual, cuando pasaba por los mercadillos los comerciantes siempre la paraban: – señora que le tengo guardado tal o cual. Supongo que debe haber un placer en todo esto, que reconozco que a mí se me escapa.

    Lo que si me ha pasado con frecuencia es que me han hecho descuentos de manera espontanea y me quedo con el que lo hace.

    1. «cuando pasaba por los mercadillos los comerciantes siempre la paraban: – señora que le tengo guardado tal o cual.»

      Si un comerciante vende algo es porque le sale a cuenta a venderlo. Ni el mejor regateador del mundo es capaz de conseguir que un comerciante le venda algo sin ganancia o con pérdida. ¿Qué la ganancia puede ser menor que con otros clientes menos regateadores? sin duda, pero que se gana un dinero dentro de los márgenes admisibles por ese vendedor particular fijo. Es por ello, porque tu madre hacía ganar dinero a esos comerciantes, por lo que la paraban comunicándole las novedades. Se puede resumir diciendo que el compra siempre cae bien. Regatear en exceso, si luego se compra, quizá no sea lo ideal pero el comerciante lo acepta como un gaje del oficio. Lo que no se tolera es la gente que regatea a saco y luego NO COMPRA la moneda al no conseguir abaratarla hasta donde él quería. Puede pasar alguna vez pero el que lo hace de forma más regular que tenga por seguro que acabará ninguneado por los comerciantes, que ya nunca más le enseñarán nada que pueda interesarle. Puede parecer exagerado o raro pero ya decía más atrás que en estos momentos hay varios coleccionistas muy famosos, eruditos de la numismática muy conocidos, que fuera de las subastas no pueden comprar nada pues los comerciantes no quieren ni que se acerquen a sus puestos (algunos se lo han prohibido incluso) ya que siempre lían batallas campales de regateo y luego se van sin comprar. Ni que decir tiene que en las subastas no hacen nada de eso: pagan precios de mercado internacional sin rechistar y se van a casa tan contentos. Si yo os contara…

      1. No lo dudo, aunque dijeran que era su ruina algo ganaban, faltaria más. Lo que también es verdad es que compraba por debajo del precio de mercado porque sin duda manejaba magnificamente los tiempos: hora de cierre, ataques de distracción, regatear objetos que no erán de su interes, entretenerse en el vecino, ofertar sobre lotes, fijarse varios objetivos… en fin una panoplia de recursos que ya ni recuerdo y que estoy seguro que los vendedores conocian perfectamente, como ella conocia los suyos (lo mismo pasa con Mesi o con Ronaldo que no quiero lios), pero por encima de todo su éxito residia en estar dispuesta siempre a no comprar, a que se lo quitaran de las manos, vaya. En realidad lo que se debe valorar no es si el regateador hace perder dinero al vendedor, eso no pasa si no hay otro interes como fidelizar al comprador, sino si el comprador ha obtenido el precio más bajo posible del que hubieran conseguido el resto de potenciales compradores, aunque eso tenga el problema de que es indemostrable, por tanto cuestión teologica hasta que Adolfo nos proponga su demostración científica.

        En definitiva lo que quiero decir es que hay una cultura del regateo, que tiene algo de deporte y que para que se dé todos los participantes deben querer jugar y los que juegan conocen las reglas, una de ellas es que todos salen vivos, sino no hay trato, si se ha entendido otra cosa me he explicado mal.

        Joder, para no gustarme el regateo!

        1. Estoy de acuerdo contigo.
          Lo que pasa es que ser un buen regateador es como ser un buen mujeriego: no basta con quererlo, hay que valer para ello. En el caso de los mujeriegos hay que ser atractivo para ellas, en el de los regateadores conocer muy bien el producto en cuestión y saber hasta donde es coherente apretar, esto es ajustarse dentro de los límites del mercado en que se está y no salirse por abajo. Y ni que decir tiene que no todos los coleccionistas conocen bien los precios de las monedas que coleccionan ni mucho menos conocen con precisión el mercado numismático. Los que se pasan regateando y se van sin comprar, mosqueando al comerciante, son: o novatos que realmente no tienen claro el precio de la moneda y pretenden precios irreales o «demasiado» veteranos que empiezan a saber los precios de compra por parte de los comerciantes y procuran laminarlos al máximo, entrando en una zona donde ya no sale a cuento vender la moneda. Por ejemplo, si un comerciante compra una buena pieza, atractiva y comercial en 500 euros, precio muy bueno pues el comerciante se ha sabido buscar la vida, no tiene sentido venderla en 550 por muchos 50 euros que se gane uno. Es mejor esperar y venderla en 650 o más ya que será relativamente fácil. Intentar apretar para sacar la pieza en 550 euros será infructuoso y enfadará probablemente al comerciante pues es un intento claro de abuso.
          Si tu madre repetía con los vendedores una y otra vez es porque sabía apretar combinando agresividad y mesura de ahí que, como bien dices, todo el mundo ganaba. Nada que objetar, pues.

  19. Pues a mi me gusta regatear dentro de lo razonable, a qui todo el mundo dice que no le gusta regatear y que no lo han hecho nunca,no me lo creo .Yo creo que cada moneda tiene un margen para negociar o regatear como según se mire.Los precios pocas veces son reales.Saludos Adolfo

  20. Adolfo Ruiz Calleja

    Hoy he enlazado de nuevo esta entrada en Facebook: https://www.facebook.com/aruizcalleja/posts/3018506748201372

    Aljimenez ha hecho un comentario muy interesante:

    «Me encantan mis comentarios de mi «yo» del pasado. Meses después de esa entrada inicié la andadura profesional y sin acordarme de esos comentarios, debo decir que cumplo perfectamente los propósitos que pedía a los vendedores (gracioso, que fuese Luis Sevilla quien me contestase y en ese momento no supiera quien era y ahora somos casi vecinos jaja). Lo curioso de mi táctica de precios fijos, es que en las convenciones, cuando a la gente le digo que no, que no hay descuento, ni regateo, ni usted mi tía, me miran con una cara de espanto que me dejan loco jaja. En las últimas convenciones, decidí hacer un descuento «por convención» del 5-10% y siguen mirándome raro, no termina de cuajar eso de no regatear, aunque los precios sean buenos o lleven descuento. Aunque la gente que ya me va conociendo, ya lo sabe y está acostumbrada, al que me ve de nuevas (sobretodo gente mayor) me escruta de arriba a abajo como diciendo, «pero de donde ha salido el tipejo este que desdeña un buen regateo».

  21. Yo soy de mercadillos y muy ocasionalmente subastas online. Si el vendedor es serio, es decir que sabe, no regateo casi nunca porque suele ser justo y prefiero aprovechar el tiempo, compro lo que me interesa o veo otras paradas. En tienda nunca regateo. Si los precios me parecen de escándalo paso de largo otros días y me molesta especialmente que no pongan precios, es de vagos. A veces los precios son de escándalo solamente en piezas demandadas, tipiconas, y piezas más outsiders están bien porque ni las catalogan bien o llevan tiempo sin venderlas. Si el vendedor vende sin saber, le hago una seña a mi mujer y le regatea. Sin piedad. Ciertas piezas no deben estar en manos de profanos. En mercadillo hay más peligro con las réplicas y hay que comprar lo que se conoce. En subasta me cuesta manejar emocionalmente la inseguridad de la puja. Combinar las ganas con la objetividad es más complicado sinceramente que regatear.

  22. En mercadillo me han llegado a decir que valían más si eran grandes (sin ser de oro, plata o cobre). Cómo no regatear a gente así o pasar de largo? Los paradistas muchas veces venden de todo, no son especialistas. Por ejemplo, los brocanters que son gente seria no suelen atreverse a vender monedas porque saben que es un tema muy especializado. Los que venden sin saber te lanzan un precio a voleo, a éstos creo que és legitimo regatear sin piedad. Con entendidos, no tiene mucho sentido porque han puesto ese precio a sabiendas.

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