Ajustar la dificultad de la colección

Yo creo que el coleccionismo numismático es, ante todo, una afición. Por lo tanto, el coleccionista ante todo debe disfrutar de su afición. Eso es lo más importante: disfrutar. Pero aunque sea evidente, muchas veces nos olvidamos de ello y dedicamos más tiempo a pensar sobre cómo optimizar el gasto o si las monedas que compramos son una buena o mala inversión. No digo que no sean aspectos que haya que tener en cuenta pero creo que no deben ser la preocupación fundamental del coleccionista medio. Quien considere que lo más importante es obtener una revalorización futura quizá deba considerar comprar libros de inversión en bolsa y dejar de comprar monedas.

Cuando se comienza a coleccionar lo normal es que no se tenga un criterio claro y casi cualquier moneda encaje en esa primera colección que se forma. Según el coleccionista se va haciendo más experto suele definir mejor su propia colección, su criterio se vuelve más selectivo y el número de monedas que adquiere se reduce. Es lo normal. Lo que no es normal es pasarse años forjando una colección sin un objetivo o una temática clara, aunque hay quien también lo hace. Por lo tanto, lo normal es que los coleccionistas más expertos hagan un menor número de compras que los coleccionistas novicios ya que su gusto es más selectivo a la hora de meter una moneda en su colección.

Esto se junta con el consejo que suelen dar los más expertos de intentar adquirir siempre la máxima calidad posible, independientemente de la serie que se coleccione. Sin duda alguna las monedas de mayor calidad son las que pueden esperar revalorizaciones importantes si quien las compra es capaz de hacerlo a un buen precio. Por lo tanto, parece que las colecciones de monedas en MBC+ son de novatos y las colecciones en SC- son de expertos.

denario Antonia

Tengo que admitir que esto, en lineas generales, es así: los coleccionistas más expertos suelen hacer un número de compras mucho menor que los novicios y suelen adquirir monedas de mayor calidad. Pero se nos olvida una cosa: ellos son expertos. Un novato no se convertirá en un experto solo por intentar comportarse como él. De hecho, como en tantos otros aspectos de la vida en los que se requiere un aprendizaje, la actitud de intentar imitar al que más sabe puede acabar frustrando al coleccionista. Es como quien se pone a jugar a un videojuego cualquiera y el primer día intenta jugar en nivel súper difícil. Lo normal es que no sea capaz de pasar de la primera pantalla, acabe aburrido y lo acabe dejando.

Por lo tanto, creo que cada cual debe ajustar el nivel de dificultad de su colección reflexionando sobre su situación, sobre sus conocimientos y sobre la manera que tenga de disfrutar la numismática. Veamos cómo:

El primer aspecto es el tema económico. Que cada cual eche cuentas del dinero que puede gastarse y cuánto es el máximo que se gastaría en una única moneda.

El segundo aspecto es el tiempo que el coleccionista pueda dedicar a su afición. Que cada cual piense a cuántas convenciones puede ir, cuántas subastas sigue al cabo de un año, a cuántos comerciantes y coleccionistas conoce… en definitiva: cuántas fuentes de posibles monedas tiene.

El tercer aspecto es el número de monedas que el coleccionista quiere comprar. Que cada cual piense el número de monedas que compraría al cabo de un año sin aburrirse.

Teniendo estos tres factores en cuenta mi consejo de cuántas monedas comprar es el que ya escribí hace año y medio: que el coleccionista incluya en su colección el menor número de ejemplares posibles, pero siempre y cuando a él le resulte divertido. Para ello hay que ponderar dos cosas diferentes. La primera es el precio de cada una de las monedas y el segundo es la dificultad de encontrar esas monedas. Ambos aspectos hay que tenerlos en cuenta y ajustarlos de manera que nuestra colección sea divertida. Ni muy facilona y sencillota, pues adquirir monedas por adquirirlas no tiene sentido; ni tan difícil que nos haga sufrir porque vemos pasar monedas que nos encantan pero nuestros criterios son tan exigentes que solo adquirimos una al año. Tanto en un caso como en el otro lo normal es que la colección no llegue a buen puerto. En el primer caso el coleccionista simplemente se dedica a acumular monedas y en el segundo se dedica a sufrir y no a disfrutar; hasta que se cansa de sufrir -recordemos que forjar una colección debe ser una fuente de placer, no de sufrimiento- y manda la numismática al carajo.

denario Cipia

Veamos cuatro casos de coleccionistas que, creo, lo hacen bien:

Pepe comenzó hace poco a coleccionar monedas y, como tantísimos otros, está haciendo una colección de El Centenario de la Peseta. Actualmente se gasta unos 1.000 euros al año e intenta comprar monedas sencillas y baratas. Todo el siglo XX intenta tenerlo en calidad SC, excepto las monedas de la Guerra Civil, claro está. En el siglo XIX es menos exigente por ahora. Solo busca que sean monedas que le agraden. Su intención inicial es completar la colección de El Centenario, exceptuando los oros y las piezas más raras. Luego intentará subir el nivel de la colección. Seguramente en un par de años será más experto, se podrá gastar algo más de dinero y busque comprar las platas corrientes del siglo XIX en calidad SC y el resto lo más bonitas posibles.

Juan lleva años coleccionando moneda antigua de manera más o menos esporádica. Su interés por la numismática se debe fundamentalmente a su afición a la historia antigua y a que le gusta tener su propio museo que le transporta a esas épocas que tanto admira. Concretamente busca tener una colección de denarios, intentando tener uno de cada emperador y uno de cada familia republicana. Sabe perfectamente que completar la colección le será imposible pero al menos quiere tener una buena representación. Su criterio es comprar piezas bonitas, que le permitan apreciar bien los detalles y sin dejarse demasiado dinero en ellas. Juan mira los catálogos de un par de casas de subastas, donde de vez en cuando hace alguna puja, y atiende a las convenciones de su ciudad, donde suele comprar uno o dos ejemplares.

Luis es un enamorado de Galicia, de donde procede. Lleva 40 años coleccionando monedas, de los cuales 35 se ha dedicado fundamentalmente a su colección de moneda gallega. Es un tema muy específico, pero con tiempo, paciencia y dinero ha conseguido forjar la mejor colección de piezas gallegas que ha habido nunca. Es un habitual de las convenciones y de las subastas, tanto nacionales como internacionales. No hay comerciante de España que no le conozca y que no sepa su interés por las monedas gallegas. Todos saben que paga bien si es necesario, pues es plenamente consciente de que es la única forma que tiene de poder hacerse con los vellones raros que le faltan.

Mario lleva 10 años coleccionando monedas. En este tiempo ha coleccionado varias series pero finalmente se ha centrado en una que le gusta especialmente: los durillos. Son monedas que le gustan estéticamente y además le gusta cómo se comporta su mercado. Los durillos en calidades altas (digamos EBC+ o mejor) son complicados de encontrar, pero al encontrarlos no suponen un desembolso demasiado elevado. Por eso Mario tiene que recorrer muchas convenciones y subastas, que lo hace encantado, para poder dar con algún ejemplar; pero cuando da con él no le supone demasiado problema comprarlo. Suele hacerse con 3 o 4 al año, nada más. Eso sí, de vez en cuando también compra duros de plata u otras monedas españolas si las ve a buen precio y así puede cambiarlas con comerciantes o coleccionistas en el futuro.

denario Opimia

Vemos cuatro ejemplos realistas de coleccionistas que han ajustado la dificultad de su colección al capital y el tiempo que disponen para ellas. En el caso de Pepe la dificultad es prácticamente nula: cualquier comerciante podrá sacarle dos álbumes de monedas que encajarían en su colección. Creo que eso está muy bien para empezar e ir cogiendo rodaje, luego ya habrá tiempo de hacerse más exquisito.

En el caso de Juan la dificultad aumenta pero no mucho. Bien es cierto que no le vale cualquier cosa porque quiere monedas bonitas donde se aprecien los detalles, pero en una subasta o una convención tendrá varias decenas de monedas que le podrían encajar y podrá elegir entre ellas. Curiosamente, al cabo de un par de años Pepe tendrá un nivel de dificultad de su colección semejante al de Juan, pues buscará duros de El Centenario en EBC/EBC+ o pesetas en MBC+; algo que no es cualquier cosa pero que no cuesta encontrar en una convención o en una subasta.

El caso de Luis es el de un coleccionista muy experto, muy especializado y que ha dedicado y dedica miles de horas a su colección. Son gente que tienen varias monedas únicas o de extrema rareza y que saben más de la serie que coleccionan que cualquiera de los comerciantes que les puedan ofertar algo. Incluso este tipo de coleccionistas llega a un punto en el que le es tan complicado encontrar piezas que empiezan a adquirir otras series para poder estar entretenido. Se dan cuenta de que lo que buscan es tan específico que encuentran una moneda que encajaría en su colección cada 3 años y, cuando la encuentra, cuesta 10.000 euros o más.

Mario, en cambio, es un coleccionista interesado, que lleva ya tiempo en la numismática pero que tampoco tiene un gran capital para poder hacerse con monedas. Por eso ha buscado una serie que le gusta y en la que adquirir monedas es un reto en cuanto a tiempo necesario para encontrarlas pero no tanto en cuanto a dinero necesario para adquirirlas. Como muchos otros coleccionistas con experiencia no centra sus compras exclusivamente en la serie que más le gusta sino que de vez en cuando adquiere otros ejemplares.

denario Volteia

No quisiera acabar la entrada sin hacer otro comentario importante. Igual que es fácil o difícil para un coleccionista hacerse con unas monedas también es fácil o difícil para sus fuentes (es decir, los comerciantes que le proporcionen las piezas) hacerse con esas monedas. Si alguien va a una convención o si abre el catálogo de una subasta y resulta que ninguna de las monedas presentes encajaría en su colección, eso significa que las piezas que él busca son difíciles de encontrar y eso tiene como consecuencia que podrá hacer muy pocas compras al año. Si es un coleccionista experto, él sabrá; si es un novato, corre serio riesgo de frustrarse y dejar la colección pronto.

Pero es que, además, quien busque una especialización tan alta en su colección recibirá poca ayuda por parte de los comerciantes autónomos que le pueden guiar. Esto se debe a que los comerciantes lo tendrán muy complicado a la hora de encontrar las monedas que él busca y no van a hacer un esfuerzo sobrehumano solo para una venta. Se da también la casualidad de que las monedas más difíciles de comprar son precisamente las más fáciles de vender, pues todo el mundo las quiere. Así que si un comerciante encuentra una buena moneda va a intentar sacar lo máximo de ella y solo llamará a un coleccionista para preguntarle si la quiere si sabe que el coleccionista aceptaría un precio alto -o muy alto- por ella o si ese coleccionista le compra con mucha frecuencia y quiere quedar bien con él.

Por poner un ejemplo, si Juan en vez de querer denarios bonitos quisiera denarios en extraordinaria calidad, lo normal es que vaya a una convención y encuentre un par de ellos a lo mucho. Y seguramente sea de los emperadores que ya tiene. Si les dice a los comerciantes que él busca denarios muy exquisitos puede dar por hecho que ningún comerciante le va a llamar el día que los tenga porque no se van a acordar de él. Y si se acuerdan le van a pedir un 30% más de lo que sería un precio de mercado de ese denario, pues vendiendo denarios exquisitos a buen precio no se gana dinero.

Los denarios republicanos que ilustran la entrada no los consideraría exquisitos, pero sí muy bonitos. Podrían ser del gusto de Juan. Saldrán en la próxima subasta de Martí Hervera y Soler y Llach; son denarios de Antonia, Cipia, Opimia y Volteia.

24 comentarios en “Ajustar la dificultad de la colección”

  1. El coleccionismo es como la vida misma, hay que ir disfrutando cada etapa, y no ir quemándolas. Quiero decir, cuando se empieza se disfruta muchísimo con una moneda de calidad media, para qué empezar emulando a alguien con más experiencia, y sólo poder disfrutar de una moneda al año en SC, si en las primeras etapas se disfruta en 20 ocasiones de 20 monedas en MBC+… ya llegará el día en que esas monedas no le produzcan esa felicidad y tengan que acudir a calidades superiores para llegar al mismo grado de satisfacción.

    Yo lo que sí aconsejo es que lo que no tienen es que gastar al principio el presupuesto futuro, hay que ponerse un límite por año.

  2. Buenas, soy Pepe*, me presento al blog, jeje :o)

    Me has definido muy bien., ya que tengo todo el s XX en SC incluyendo todas las carteras oficiales, excepto las monedas excesivamente caras y las de oro.

    El Centenario, tengo desde los 50 ctm a las 5 Ptas con un 50% de los modelos en calidades por encima de MBC+

    Ahora, estoy más bien en la fase de saltar a otra serie, ya que la del Centenario no tengo prisa en terminarla porque hay monedas para aburrir en cualquier subasta o en cualquier convención.

    La serie que me gusta está basada en las monedas acuñadas en la Ceca de Toledo por las monarquías. Ya tengo libros y he leído sobre las monedas que me gustan. Las de 1 Real. El problema, el precio respecto de la calidad. Todas las monedas que veo, me parecen excesivamente caras para su calidad respecto de otra ceca… y me da miedo empezarla la verdad, por si al final no encuentro monedas que me terminen gustando por calidad. Por ejemplo, en la subasta de Aureo de la Princesa de Eboli, hay un montón de la ceca de Toledo, pero si las comparo con las de la ceca de Sevilla… son mucho más caras y en peor calidad. Y al final, me dan ganas de pujar por las de Sevilla jaja.

    Bueno, ya os iré contando que he hecho al final…

    Enhorabuena por la entrada, estas me gustan más que las de las subastas

    *No soy Pepe, soy Álvaro.

  3. Adolfo Ruiz Calleja

    Álvaro, con el personaje de Pepe describo a un gran porcentaje de los lectores. Es una fase por la que muchísimos coleccionistas hemos pasado.

    El Centenario es una colección muy buena para comenzar porque es muy sencilla, con un montón de monedas baratas y que nos permite disfrutar mucho de cada adquisición, como dice Lanzarote. Cuando nos hace falta mayor dificultad para disfrutar es natural pasar a otras series que cuestan un poco más y son más personalizadas, como estás haciendo tú.

    Ahora comienzas otra fase en la que vas refinando tu gusto. Hay ciertas monedas que te llaman más la atención y te quieres centrar en ellas (monedas de 1 real de Toledo durante la monarquía española). Pero claro, entran dudas porque ves otras piezas que también te gustan (las sevillanas) y te paras a reflexionar sobre el tema del coste/belleza. Es muy normal. Al cabo de un tiempo las dudas se disiparán y será entonces cuando tengas la colección centrada. Pero eso no significa que en otro momento de la vida no vayas a coleccionar otra cosa.

    Si tuviera que aconsejarte, yo te diría que una colección de 1 real de la ceca de Toledo es demasiado estrecha. Si te gusta mucho el módulo de 1 real te aconsejaría hacerte con esas monedas de todas las cecas peninsulares. Pero mejor aún, yo me haría con una colección de la ceca de Toledo. Es una ceca estupendísima, con piezas en todos los metales, de todos los precios y con monedas muy bellas. Personalmente me gusta mucho. Las dos monedas por las que más he pagado fueron acuñadas en Toledo y mi moneda favorita (los morabetinos) también.

    Por la parte de las entradas, a todos hay que dar gusto. Creo que del análisis de las subastas se aprende mucho pero es cierto que esas subastas seguidas pueden llegar a aburrir a algunos lectores que no quieran profundizar en el mercado numismático. Intento que el blog sea diverso, es todo lo que puedo decir.

    @Lanzarote, tienes más razón que un santo. Esa reflexión daría para otra entrada donde se pueda profundizar algo más en ella. En el tema del dinero mejor no me meto porque eso es algo muy personal y cada cual sabe cómo organizar su casa.

    Saludos,
    Adolfo

  4. Sevilla es una ceca muchísimo más prolífica, de ahí la diferencia de precios. La calidad media es parecida. Sevilla, quitando la primera serie tras la Pragmática de la Nueva Estampa de 1566, a partir de las fechadas en 1588 se deteriora mucho la preparación previa de los cospeles, llegando a verdaderos esperpentos a finales del reinado de Felipe IV, sin contar con las María posteriores… pero a los que nos gustan este tipo, vemos belleza en lo deforme.

    A mí me gusta más Sevilla por dos motivos, soy de allí, y es la ceca con mayor recorrido histórico.
    Aunque si lo que buscas es calidad en la amonedación, tendrías que tirar para el Real Ingenio. O estudiar la emisión de moneda a rodillo en Sevilla, Madrid y Real Ingenio (y Cuenca) en tiempos de Felipe V.

    De todas formas, si te vas a adentrar en la Edad Moderna hispánica, también le echaría un ojo a las de los Países Bajos, Nápoles y Milán, con una calidad de acuñación superior…

    Aunque si lo que quieres es centrarte en Toledo, yo empezaría más atrás en el tiempo, con los reales bajomedievales, que tienen una gran calidad y belleza….

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Sevilla fue una de las cecas principales de Castilla (y después de España) durante muchos siglos. La calidad de sus acuñaciones es bastante mayor que en otras cecas secundarias como Toledo. También es cierto que tiene más recorrido histórico que Toledo.

      Yo si tuviera que centrarme en una ceca sería sin duda en Segovia. Y en segundo lugar sería en Toledo. Simplemente porque son ciudades castellanas que me gustan especialmente y por la cantidad y calidad de sus monedas. Pero esto es cuestión de gustos.

  5. Muy acertado este post de Adolfo.
    Confirmo que a un numismático profesional no le suelen interesar los coleccionistas que buscan altísimas rarezas o calidades salvo que estén dispuestos a pagarlas bien, esto es como mínimo a un precio medio de subasta. Esto es bastante de cajón pero hay muchos coleccionistas, sobre todo novatos, que no caen en ello e insisten demasiado en que quieren muy alta calidad sin estar dispuestos a pagarla.
    El problema es el que dice Adolfo: las piezas muy raras o muy exquisitas son casi imposibles de comprar «baratas», por lo que sus márgenes de reventa son ciertamente bajos. Si un coleccionista me dice que busca una moneda X en altísima calidad yo puedo intentar conseguirla, aunque sea algo cara y vendérsela a precio de mercado con un margen bajo. Hasta ahí bien. ¿Dónde está el riesgo? en que el coleccionista no te la quiera comprar cuando se la ofrezcas. Por que la haya comprado ya entretanto, porque no le venga bien en ese momento, porque el creía que valía menos, porqué la moneda tiene un nosequé pequeño defecto que hace que no le guste, etc. El caso que ahí te puedes quedar con una moneda muy difícil de vender al haber sido comprada cara y además de precio elevado, lo que inmoviliza una cantidad de dinero considerable. En otras palabras: muy mal negocio. Es por ello que ese tipo de búsquedas de ejemplares exquisitos sólo se las hago a coleccionistas de mucha confianza que me consta son muy formales y no van a intentar «escaquearse» llegado el momento de comprar la pieza.
    Voy a contar algunos ejemplos negativos que me han pasado a mí para ilustrar algunos comportamientos poco recomendables. Quien quiere recibir asesoría de los comerciantes debe huir de ellos.
    — Coleccionista novato que manifiesta querer coleccionar una serie de moneda antigua extremadamente demandada y sólo en altísimas calidades, estando dispuesto a pagar precios no más que moderados. Estoy seguro que esta persona se desanimará muy pronto pues a los precios que quería pagar las monedas es muy difícil que se pueda hacer con esa clase de piezas por el mero hecho que, para un comerciante, venderlas más caras es muy fácil dada la gran demanda que tienen.
    — Coleccionista veterano que manifiesta querer una pieza muy rara y pagar del orden de 2500 euros por ella –precio adecuado–. Me hago con un ejemplar y el día de la entrega me cuenta que sólo ha traído 2000 euros y no piensa gastarse más. Que precisamente se ha traído esa cantidad justa para que no le convenza de gastarse un céntimo más. Mi precio de compra de esa moneda era 2100 euros por lo que obviamente no hubo operación. Por fortuna no tuve problema con el comerciante al que se la había comprado yo (el pagó 1800 por ella) pues le había advertido que cabía esa posibilidad. Ni que decir tiene que no he vuelto a buscarle nada a esa persona a pesar de que me lo solicita de vez en cuando.
    — Coleccionista mediano que pide coleccionar una cierta serie bastante complicada. Cuando al cabo de unos meses le consigo de esos me dice que sí, que le gusta, pero que ahora le viene mal por que se ha gastado el dinero en otro profesional. Le propongo posponer el asunto para más adelante y me dice que ya veremos. Finalmente no se hace la operación. Otro al que no volveré a buscarle nada.

  6. Yo me veo completamente reflejado en «Juan».
    Y es cierto lo que dices, comencé con las gens y emperadores más fáciles y ahora que debo ir a por los más difíciles digamos que adquiero más o menos la misma cantidad de euros al año pero menos piezas.
    Tengo que felicitarte, lo has clavado.

  7. Muchas gracias Adolfo y Lanzarote por vuestros comentarios.

    La idea es empezar con las monedas de 1 Real por ser las más asequibles y tener un tamaño relativamente bueno para saber valorar las diferencias de estados. De momento tengo 1 Real de los RRCC en MBC+ que adquirí en una de Aureo y me costó baratito, unos 65€ con gastos. Posteriormente quiero seguir con los 4 reales y 8 reales y si pillo buenos contratos (que sino no hacemos nada) tirarme al oro de los RRCC.

    Con el Centenario, al contrario que la mayoría (creo) que se tira directamente por los duros, yo empecé por las de 50 céntimos. Son más baratas poder conseguirlas en SC- y por debajo de EBC no cuestan casi nada. Así me he hecho con más de 50 piezas de 50 céntimos en estados muy diferentes (además de los cientos que he visto) que me han servido para poder evaluar correctamente los estados (además de ayudado por manuales y libros). El poder tocar las monedas, analizarlas y estudiarlas por no demasiado dinero, me sirvió para poder acometer compras de monedas de 1, 2 y 5 Pesetas en estados altos, que cuestan ya bastante más, con cierta seguridad en cuanto a su estado, pudiendo tener mi propia opinión al respecto del estado.

    Adolfo, no creas que no me gustan los posts de las subastas, yo soy de los que recibo catalogo en papel y me gusta leerlos completamente (me gusta cuando ponen reseñas históricas en las monedas) y con tus comentarios soy capaz de valorar mucho mejor piezas que no tengo ni pajolera idea de porqué su precio elevado y/o de valorar colecciones completas. En mi opinión a los catálogos les falta algo del trabajo que tu haces, dando a conocer mejor cada moneda (o al menos las que superen cierto precio). Me parece que definiciones de una moneda de 1000 Euros, en el que lo único que pone es «Bellísima» o «Rara así», no creo que sea adecuado, si lo que se quiere es buscar nuevos pujadores o nuevos coleccionistas de X serie.

    Los posts de subastas me parecen más didácticos como si de una lección de historia se tratase y los posts como este me parecen más atractivos en cuanto a que reflejas situaciones actuales o reales que no te cuentan los libros. Estos posts son los que me hacen comprender más cosas a la hora de tomar ciertas decisiones y ver que no soy el único (que sin mentor alguno) llega a la mismas conclusiones que el resto… Curioso cuanto menos… jeje

    Saludos
    Álvaro

  8. Hola.
    Me parece muy importante la entrada.
    En mi caso,no me voy a identificar con ninguno de los ejemplos que ha puesto Adolfo.
    Lo que si voy a decir que cada vez disfruto mas,pero estoy y llevo un tiempo que no se donde estoy,hablando de cual va a ser mi colección,cojo consejos de amiguetes,buenos concidos y al final tendré que decidirme.
    Es superimportante el estudio de la historia y la moneda en si,desde que se acuña hasta la actualidad,que vaya esto por delante.
    En cuanto a la adquisición de monedas a comerciantes,raras,excelente calidad o no,creo que tenemos que ser nosotros un tanto abispados y por que no,ser un tanto oportunistas,se puede dilatar en el tiempo nuestra colección,pero también nos puede servir.
    Es un punto de vista desde uno, sin demasiado estudio,dinero y las cosas no muy claras.
    Saludos.

  9. Adolfo Ruiz Calleja

    @Luis, muchas gracias por el comentario. Es realmente instructivo entender cómo piensa un comerciante y cómo se ven desde su perspectiva los problemas y las actitudes de los coleccionistas. Reflejas mucho el valor que tiene la palabra de un coleccionista a la hora de que alguien le vaya a echar una mano. El que falta a su palabra una vez ya se puede despedir de un amigo; y como lo haga media docena de veces, conseguirá que nadie se fíe de él en un mundillo tan pequeño como éste.

    @Gerardo, el personaje de «Juan» también es muy típico. Es el clásico coleccionista de moneda antigua. Seguro que no eres el único que se ha visto representado.

    @Álvaro, es muy inteligente la forma en la que has ido evolucionando como coleccionista. Primero ir adquiriendo monedas de bajo coste que te permitan «ir tocando» piezas e ir aprendiendo de ellas. Luego te vas metiendo en las de precio más alto pero sin pasarte. Con la ceca de Toledo puedes comenzar haciendo lo mismo, como pretendes. A mí me parece una estrategia excelente.
    Los oros ya llegarán. Todo llega.

    En cuanto a lo de que las casas de subastas no dan suficiente contexto histórico a las monedas que venden, se trata de una crítica recurrente que muchos hacen y que yo mismo he hecho a los directores de las casas de subastas con las que tengo cierta confianza. La respuesta es que esos textos no darían mucho dinero pero incrementarían significativamente la gestión.
    Date cuenta de que las casas de subastas potentes sacan 3.000 lotes al mes. Eso es un trabajo enorme que hacen casi a contrarreloj. Tal día dejan de recibir lotes, tal día tiene que estar la subasta cerrada, tal día se hacen las fotos, tal día tiene que estar el catálogo, tal día se imprime, tal día se manda, tal día es la subasta… y vuelta a empezar. Quien deja sus monedas quiere que esto se haga cuanto más rápido mejor porque quiere tener el dinero pronto; no sería razonable incrementar una semana este proceso porque haya que escribir textos bonitos para motivar a los coleccionistas a pujar (en el caso de Áureo esa semana se traduciría en una o dos subastas menos al año). Coleccionistas que ya pujarían de igual modo.

    Así que lo que muchas casas de subastas hacen es fomentar que haya publicaciones numismáticas que motiven a los coleccionistas. Algunas patrocinan este blog, otras patrocinan revistas, otras editan libros… digamos que a la vez que hacen subastas favorecen la divulgación numismática para motivar a sus futuros clientes.
    Por supuesto que tampoco faltan casas de subastas que no hacen absolutamente nada para favorecer el coleccionismo. Igual que muchísimos comerciantes autónomos tampoco lo hacen.

    Saludos,
    Adolfo

    1. Y alguna trata activamente de dificultar la difusión de los conocimientos numismáticos con la peregrina idea de que cuanto más fácil sea informarse del valor de una moneda más difícil será para ellos comprar barato…

  10. Me gustaría conocer al tal Luis, si existiera, por ser un enamorado de mi tierra y por coleccionar las acuñaciones gallegas, nos lo pasaríamos en grande contando frikadas numismáticas, seguro. La entrada me parece muy realista, en mi caso particular comencé a coleccionar en el año 94 y mayoritariamente moneda antigua, y sí que es cierto que cada vez soy más exigente con la calidad de las piezas, comprando cada vez menos pero de mayor belleza. Como todo en esta vida se aprende a base de errores, recuerdo una ocasión que compré un as romano en una calidad media y una semana después apareció uno de la misma emisión por casualidad en una calidad increíble y no pude hacerme con él por haber comprado el primero, aunque el precio era muy competitivo, estuve fastidiado unos días jeje, supongo que a vosotros os habrán pasado cosas parecidas.
    Saludos

  11. Hola Adolfo,
    Vaya por delante que me encantan estas entradas, porque te superas dia a dia y son realmente interesantes.
    El caso es que dices que el coleccionista debe disfrutar de su afición. Cierto.
    Y que a veces miramos mucho la cartera. Cierto.
    Quien considere que lo más importante es obtener una revalorización futura … No, no es eso, pero creo importante no obtener una alta devaluación immediata.

    Cuando conoces a tu numismatico de confianza y conoces el mercado, sabes lo que se paga, y como buen cliente si una pieza vale un poco mas, puede doler, pero la pagas. Y lo agradeces porque sabes que aunque un poco mas, esa pieza lo vale…
    Sin embargo si no conoces al numismatico, o no conoces el mercado, te puede acabar pasando lo que le pasó al aficionado que se compró el real madrileño del 59, que pagó un sobreprecio a mi entender bastante alto.

    Me gusta coleccionar, pero me gusta que lo que compro esté razonablemente dentro de un precio que, el dia que me canse de ello o quiera venderlo, no me digan que me pagan una miseria. No es un coleccionismo romántico. Quereis verlo como un coleccionismo inversor? Pues no exactamente, porque entonces estudiaría en ese sentido. Simplemente disfrutar de una afición de coleccionar en la que estoy pagando ‘lo que vale’ ‘razonablemente’. Se que las modas cambian y los precios oscilan, y más si jugamos con las manipulaciones AuAg, pero creo que tampoco estoy pidiendo nada del otro mundo.
    Las calidades altas que nos gustan obviamente suben el precio, pero es un precio que pagas gustosamente cuando ya conoces de hace tiempo el terreno, y lo valoras. Ami me gusta mucho tambien esa pieza que sin tener una calidad espectacular es bonita y tiene un atractivo agradable.
    saludos

  12. Saludos a todos.
    Adolfo , me ha gustado la entrada y creo que casi la has clavado, pero simplificar los tipos de coleccionistas a esos cuatro estereotipos , es demasiado; el coleccionismo es infinitamente mas variado y lo importante es disfrutar con el y no estar sufriendo si pago o no un sobreprecio, aunque colecciones chapas tu debes de disfrutar.
    Con el animo de crear polémica yo tengo la idea radical, que coleccionar todo aquello que este comprendido en los catalogos Krauser, es acumular, con mas o menos dinero pagas y punto, lo tienes todo digerido y bonito, a por la siguiente, ahora bien ponte a coleccionar serie digamos menos comunes , por ejemplo heptalitas , cuanto valen estas piezas? los catalogos que existen están incompletos y por estudiar, compras una pieza y hala , a investigar, para mi eso es numismática y con perdón no es coleccionar monedas del centenario, pago en función de la pasta que tengo, acumulo y a por la siguiente, con esto no quiero hacer afirmaciones categóricas , insisto, es mi opinion personal y polémica.

  13. Me parece interesantísima esta entrada Adolfo. Os contaré mi experiencia resumida: empecé hace cosa de un año, con el Centenario, soles peruanos y duros europeos en general en calidades MBC, pronto me di cuenta que en lugar de comprar dos o tres monedas en esa calidad me podía comprar una en EBC (mucho más bella lógicamente) y en cosa de dos o tres meses vendí las piezas que había comprado al inicio en calidades medias (excepto un par por motivos sentimentales, mis «primeras monedas») e invertí en calidades EBC, en el camino viendo mucho las subastas locales (Aureo, Soler y Llach, Vico) y extranjeras (Wago, Kunker) me animé por los TALERS y actualmente me dedico a coleccionar táleros en calidades Vorzüglich o Stempelglanz que son bastante asequibles los años corrientes. Y en eso ando, entre táleros (principalmente prusianos), soles peruanos, duros del Centenario y europeos llevo ya unos cuantos ejemplares, en capsulas Intercept y creo que sin haberme dejado un pastizal… aun no pruebo con monedas SC, mi economía no da para tanto, pero quien sabe en un futuro. O unas alfosinas… enhorabuena por el blog y también por los comentarios, muy ilustrativos, un saludo.

  14. Bonita entrada Adolfo

    Creo que lo más importante a la hora de coleccionar, es si duda conocer bien las piezas que uno tiene. Hay veces que el conocimiento viene a posteriori de la pieza adquirida. Ésto sin duda suele pasar en monedas menos «corrientes» o menos estudiadas. Quién coleccione moneda antigua, sabrá bien de lo que hablo, ya que en ciertos periodos, las peculiaridades de cada moneda la hacen única. Por poner un ejemplo, puedes conocer todas las cédulas de acuñación de los resellos de los austrias, y adquirir piezas en función de un planteamiento a priori fundamentado en cecas, fechas o cualquier otra característica, pero es cuando tengas la moneda en mano, o a la vista, a veces, después en muchos casos de retirar la tierra en la que están inmersas, cuando consigues desentrañar las propiedades únicas de esas monedas, pues no hay dos iguales.
    es cuando cualquier mínimo detalle que antes no viste, y que es muy difícil de obsevar si no la tienes en mano, cuando ahora puede engrandecer la pieza.

  15. Adolfo Ruiz Calleja

    La entrada está gustando mucho. Se nota tanto en los comentarios aquí como en los recibidos en Facebook. Creo que he tocado la experiencia de muchos coleccionistas y eso se nota.

    @Athalbert, he visto de todo en este mundo pero lo de impedir que la gente sepa de numismática para poder comprar más barato es la posición más estúpida que puede tener un profesional. Es tirarse piedras contra su tejado.

    @Brigantino, tu trayectoria es muy normal. A mí no me ha pasado lo que tú describes pero por poco. Cuando estaba empezando me ofrecieron una moneda de 2 pesetas de 1894 (18-94) por 150 euros. Me lo estuve pensando y al final no la compré. Nunca antes me había gastado ni siquiera la mitad de esa cantidad en una sola moneda. Resulta que al mes siguiente adquirí un lotecillo de platas de El Centenario por 75 euros… ¡¡y había una de 2 pesetas de 1894 (18-94)!!

    @Ignacio, encantado de volver a saludarte pues hace mucho que no sabía de ti.
    Apuntas a un tema delicado que siempre intento ponderar en el blog: cómo compaginar el coleccionismo divertido con la «inversión» razonable. Es decir, cómo hacer para disfrutar de nuestra afición como coleccionistas a la vez que el sobreprecio que pagamos en las compras sea algo razonable. Quien compre un denario por 100 euros a un profesional de seguro no lo hará para ganar dinero (y si lo hace para ganar dinero lo normal es que se equivoque), pero tampoco querrá que el día que lo venda solo pueda sacar por él 15 euros. Sería razonable comprar el denario de tal modo que a la hora de venderlo se pueda vender fácilmente por 60 euros a un profesional o por 80 euros a otro coleccionista.
    En los extremos están los coleccionistas totalmente románticos y los inversores. Hay muchos que dicen ser románticos pero pocos que realmente lo sean, creo yo. Los que son totalmente románticos son gente que generalmente colecciona moneda barata que no le supone ningún esfuerzo económico. Entienden que disfrutan más gastándose 2 euros en una moneda bimetálica de Egipto que en un café, así que compran la moneda y ya está. Por la parte de los inversores, ganar dinero coleccionando es muy complicado, como ya hemos dicho muchas veces. Ahora bien, quien sepa comprar y tenga un asesoramiento adecuado podrá comprar monedas que conserven el valor en el tiempo. No hablo de monedas de 100 euros, por supuesto.

    @Jesús, volvemos con la dificultad.
    Tomar el catálogo de los Hermanos Guerra y ponerse como objetivo comprar todas las monedas de El Centenario es algo tremendamente sencillo. Es el nivel fácil. Es por donde empiezan la mayoría de los coleccionistas y muchos de ellos no pasan de ese nivel. Es muy divertido, no tiene nada de malo esa forma de coleccionar.
    Ahora bien, el que quiere dedicar mucho tiempo a la numismática probablemente se aburra bastante con esa forma de coleccionar. Le hacen falta nuevos retos. Esos retos los puede encontrar de muchas maneras y una de las mejores es adquirir series poco estudiadas o conocidas de las que no haya siquiera catálogos. Muchos de esos coleccionistas son los que acaban escribiendo catálogos.
    Por cierto, para nada quisiera reducir los tipos de coleccionistas a estos cuatro arquetipos que he descrito en la entrada. Simplemente he descrito casos típicos, pero hay muchos más.

    @Eduardo, eres otro claro ejemplo de alguien que comienza con El Centenario y al cabo de un tiempo (en tu caso poco tiempo) da un salto a monedas que le gustan más. Con tu nueva colección muestras un mayor gusto. Es una colección mucho más personal y, efectivamente, podrás hacerte con monedas bonitas sin gastarte por ello mucho dinero. Ahora bien, tu colección tal y como la indicas es todavía bastante sencilla. Creo que estarías al nivel de «Juan» en los ejemplos que he puesto en la entrada. Si te sientes cómodo así entonces sigue. Si algún día te dejas de sentir cómodo y quieres monedas un poquillo más complicadas (ir a por los años raros de los tálers, hacerte con monedas en SC-…) pues será el momento de subir la dificultad.
    Las alfonsinas son tremendamente sencillas de conseguir. Por esas no tengas prisa :)

    @Óscar, muy buen ejemplo también. Siempre decimos que hay que estudiar la moneda antes de comprarla, pero es cierto que una moneda es un objeto histórico y contextualizarla supone una oportunidad de aprendizaje estupenda. Cualquier coleccionista que tenga en la mano una moneda, por barata que sea, del siglo XVIII hacia atrás y quiera comprender toda su simbología en profundidad tiene trabajo para rato. ¡Eso es lo bueno de la numismática! ¡Se puede aprender muchísimo!

    Saludos a todos,
    Adolfo

  16. Muy buenas Adolfo, como sabes tocarnos la fibra xd, me ha gustado mucho la entrada.
    Me animo a escribir mi perfil para añadir un punto de vista más.
    Llevo coleccionando monedas desde pequeño, pero he vuelto al mundillo hará cosa de cuatro años.
    De pequeño coleccionaba las monedas del Rey (que eran las que tenía a mano), las del estado Español que mi padre había guardado y las monedas extranjeras que me traían amigos y familiares.

    Fruto de esos inicios colecciono hoy en día el centenario de la peseta y moneda mundial. Añado a mi colección monedas que me falten y me gusten (para mi son aceptables pero lo más probable es que a más de uno le haría llorar por la calidad de las mismas). Sé que es una colección que en el futuro el que la quiera vender lo podrá hacer a peso, de hecho vale más en el material donde están almacenadas que las monedas en sí…álbumes, hojas, cartoncillos, etiquetas. Pero yo la disfruto y eso es lo que me vale.

    Empecé a coleccionar Euros de la misma forma que las pesetas de cuando era niño, pero lo he dejado ya que estos me tienen asqueado.
    Al principio bien, añadía a mi colección los que me faltaban y si después de un tiempo no los podía añadir a mi colección compraba los que me faltaban. Pero me empezó a molestar cuando de un tiempo acá se hacía cada vez más difícil que cayesen en mis manos. De hecho no he visto ninguna conmemorativa de los años 2015/2016. No me importa comprar alguna de vez en cuando ¿¿pero todas??. Me parece más una colección por fascículos que una de monedas. Así que lo he dejado. Eso sí, si cae en mis manos alguna moneda que no tengo la añado a la colección.

    También colecciono moneda de plata Hispanoárabe. Esta es la colección que me hace pasar más horas delante del ordenador con la que estoy aprendiendo mucha história y realmente me llena. Tengo pocas piezas, pues como mi presupuesto es bastante ajustado he decidido que de momento sólo colecciono las monedas que cumplan estos requisitos:
    Que tengan una conservación de MBC+ (excepto si cae alguna rara a buen precio, en ese caso no le hago ascos siempre que sea legible), que tengan una acuñación lo más clara posible, que no estén ni agujereadas ni recortadas.
    Cada vez que consigo una pieza la catalogo, la escaneo, le abro una ficha e intento traducirla. Una vez finalizado el proceso, imprimo la ficha y la archivo con las otras, espero tener dentro de unos 30 años un pequeño libro.
    Soy consciente que en caso de venderse esta colección a lo sumo se podrá vender por lo mismo que me ha costado, pero las buenas horas que me está haciendo pasar no tiene precio.

    Saludos.

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Todo lo que cuentas es normal normalísimo… ¡hasta que comienzas a hablar de las hispanoárabes! ¡eso sí que es raro! ¡pasar de euros + el Centenario a las hispanoárabes es algo que no he visto nunca!

      Me parece estupendísimo. Si no cuentas con mucho presupuesto pero te gustan las monedas cargadas de historia y que te hagan estudiar, lo mejor que puedes coleccionar es moneda árabe medieval. Sin duda. El precio de esas monedas es un auténtico chollazo y si las quieres estudiar hay muchísimos interrogantes sobre ellas todavía. No me cabe ninguna duda que si te gustan éstas dejarás toda la moneda del siglo XIX y XX aparcada y te acabarás centrando en moneda hispanoárabe. Quizá ahora no pero llegará el día que empieces a comprar oros, ya lo verás. ¡Son tremendamente baratos!

      Encantado de tenerte por el blog,
      Adolfo

  17. Creo que la tipología del coleccionista interesa más al profesional que al mismo coleccionista. El primero es lógico que quiera catalogar a sus clientes y avanzarse a sus demandas e intereses. El segundo simplemente ha de disfrutar y no pensar mucho en cómo le catalogan. De hecho, creo que es mejor invertir en conocimientos que en colección. Da más alegrías, es más seguro frente a robos y permite disfrutar más de lo que se atesora. Para mi es parcialmente acertado asociar gasto en monedas a nivel numismático. Es cierto que parte del conocimiento es a posteriori, una vez tienes la pieza (solamente ciertos bolsillos tocan ciertas piezas), pero para mi la otra parte del conocimiento es a priori y viene de informarse a través de buenos libros y espacios digitales. De hecho, la mayoría de comercios tienen una pobre oferta bibliográfica y creo que esto merecería un post. Algo que ayuda mucho a saber es mirar mucha moneda que nunca vas a comprar. El coleccionista es como una lente. Si es un microscopio tendrá mucho detalle sobre pocas cosas, y si es un telescopio sabe de todo sin ser una eminencia. Cuando convivo con otros aficionados en el CFNB en Barcelona ves que algunos dominan mucho o poco según el tipo de moneda, otros son más todoterreno y ambos modelos se respetan mutuamente. No todo es especialización. Académicamente hay disciplinas como la literatura comparada donde la visión general genera conocimiento.

    1. Adolfo Ruiz Calleja

      Gracias por tu comentario, Joan.

      Muy interesante. Estoy de acuerdo con él y también estoy de acuerdo en que habría que profundizar en algunos de estos temas.

      Sobre el por qué no hay muchos libros en las tiendas numismáticas, la razón es clara: apenas se venden.

      Saludos,
      Adolfo

      1. No to son libros, claro. De hecho tu blog esta siendo un excelente espacio para generar y divulgar conocimiento numismático. El mejor en habla hispana hasta donde yo conozco. Ese conocimiento es el que genera interés a priori por cierto tipo de piezas. No solamente muestras piezas excepcionales sino que educas en numismática e intentas que la gente distinga entre coleccionar y acumular. Eso siempre es de agradecer y más con el rigor que tiene tdo lo que publicas. Chapeau!

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