La psicología del coleccionista: ejemplo de El Centenario de la Peseta

Somos muchos los coleccionistas que entendemos nuestra colección como algo que nos acompañará toda nuestra vida. Compramos una moneda y pensamos que estará junto a nosotros hasta que la muerte nos separe. Pero la realidad suele ser bien distinta, pues son pocas las monedas las que aguantan décadas con el mismo propietario. Hay muchos caso en los que los coleccionistas continuamente van vendiendo las monedas que llevan con ellos un tiempo considerable, de manera que el dinero que sacan de unas piezas lo utilizan para comprar otras. Hay otros casos en los que los coleccionistas directamente fusilan una colección entera que les ha llevado décadas forjar e inmediatamente comienzan otra centrada en otra serie diferente o incluso en la misma serie pero con un criterio distinto. Ya os comenté el caso de mi amigo Pepe Botika, quien vende su colección cuando la economía familiar apreta; y supongo que todos conozcamos casos de coleccionistas que venden su colección de euros o la de El Centenario para comenzar a comprar reales de a 8 o denario imperiales.

El caso que os traigo hoy es de otro coleccionista que lleva más de 30 años en nuestra afición. Se puso en contacto conmigo a través del blog hace ya unos cuantos años y me dijo que iba a fusilar su colección porque tenía miedo a tanta falsa como hay en el mercado. Yo le dije que reflexionase pero él parecía bastante convencido así que subastó su colección por algo más de 200.000 euros (estamos hablando de los ahorros de una familia durante 25 años). E inmediatamente después volvió a empezar una nueva colección.

Seguramente a muchos les sorprenda que un coleccionista venda su colección pensando en dejar de comprar monedas e inmediatamente después vuelva a montar otra colección. Pero seguro que los comerciantes que me lean (¡que sé que me leéis!) lo ven algo bastante normal y todos tienen en mente a varios clientes que han hecho lo mismo. Esto es algo que no he hablado con este amigo en cuestión pero sí con otro coleccionista que hizo lo mismo. Me dijo: “yo llevo toda mi vida comprando monedas. Es mi afición, mi forma de pasar el tiempo y de entretenerme. Simplemente no puedo dejarlo“. En otras palabras: vender la colección no significa que nos quitemos la mentalidad de coleccionistas.

El caso es que mi colega comenzó una nueva colección que muchos considerarían “de novatos“: se metió con El Centenario de la Peseta. Eso sí, ahora tenía el criterio de completar la colección con monedas de alta calidad, buscando piezas en sin circular siempre y cuando sea razonablemente potente. No es alguien a quien asuste pagar 8.000 euros por una moneda así que bien podrá hacerse con la inmensa mayoría de esa serie en SC. Además, como forma de diversificar la inversión numismática, va comprando monedas que abarquen toda la historia de España. Cobres no le he visto muchos, pero tiene auténticas delicias en oro y plata buscando siempre comprarlas a un precio barato dentro de lo razonable, que es como compran los buenos coleccionistas.

peseta 1885 18-86

Lo más curioso del asunto –y lo que me ha motivado a escribir esta entrada- es la manera en la que colecciona El Centenario de la Peseta. Siendo un coleccionista muy experto busca “tapar huecos“, que es algo muy propio de los coleccionistas más novicios. Todos estos años coleccionando le han permitido conocerse muy bien a sí mismo y sabe que se pone “nervioso“ cuando busca una moneda y no la tiene; en cambio, esos nervios no son tales cuando lo que busca es mejorar la moneda que ya tiene. Por ese motivo él primero completó la colección en calidades bajas y luego se dedicó a ir mejorando las piezas. A pesar de que ya lleva años con el plan y de que tiene un presupuesto muy superior al que tenemos la mayoría de los coleccionistas, todavía está lejos de completar la tarea. ¿Quién dijo que El Centenario fuese una serie sencilla si se busca calidad?

Pondré un ejemplo:

La peseta de 1869 con leyenda “ESPAÑA“ es una de las pesetas más raras de El Centenario. Cuando mi colega no la tenía se hizo con una en calidad MBC y pagó por ella 70 euros. Posteriormente tuvo la ocasión de hacerse con una en EBC- por 500 euros; la compró y vendió la anterior, perdiendo 20 euros con respecto al precio pagado. Finalmente adquirió en una subasta un ejemplar en perfecto SC por casi 4.800 euros, comisiones y portes incluidos; vendió el ejemplar en EBC- por 450 euros y quedó tan contento.

Alguien puede pensar que mi colega no está haciendo más que el primo, pues al final está comprando unas monedas y luego las vende a un precio menor. Si el coleccionista fuese una máquina de compra-venta o si lo único que se busca fuese la rentabilidad económica entonces quien haga este comentario tendría toda la razón. Pero no hay que olvidar que coleccionar es un divertimento en sí mismo: es algo que disfrutamos y que nos entretiene. Bien se pueden perder 70 euros en nuestra afición, pues al final es eso: una afición.

Dije que mi colega se conoce muy bien a sí mismo y que justamente por ello colecciona de la manera en la que lo hace. Él me lo explicó claramente. Me dijo que él tenía en mente desde el principio hacer un desembolso considerable el día que comprase la peseta de 1869 “España“. Me dijo también que la tuvo a tiro dos veces en SC antes de comprar el ejemplar que compró: una vez un comerciante se la ofreció por 10.000 euros y otra vez la vió en una subasta rematándose en 5.200 euros más propina. Estaba claro que él no iba a pagar 10.000 euros por esa moneda (si bien no dejaría de ser razonable, todavía me acuerdo cuando Cayón sacó varias veces a subasta un ejemplar por 25.000 euros de salida) pero sintió la tentación de pujar más de 5.200 euros por la otra moneda que tuvo a tiro. Como vio que, aunque seguía siendo un precio razonable, empezaba a no ser tan barato se contuvo. En buena parte se contuvo ya que no tenía la necesidad interna de hacerse con la moneda. Él sentía que ya tenía la pieza y que lo único que iba a hacer era mejorarla. No “necesitaba tenerla“ porque ya la tenía.

A la hora de decir el precio de su flamente peseta de 1869 ESPAÑA él considera que le costo 4.870 euros (4.800 pagó por ella y 70 perdió en la venta de las otras dos que anteriormente ocuparon su hueco). 4.870 euros sigue siendo un precio barato para esta pieza y, desde luego, considerablemente menor que los 5.400 más 18% que quizá hubiera pujado si no hubiese tenido la pieza en EBC-. Además de que el proceso de comprar una moneda y luego mejorarla le fue mucho más divertido que el de haberla buscado directamente en una calidad extratosférica.

50 céntimos 1896

La inmensa mayoría de los lectores dirán que este caso concreto no les afecta a ellos porque ni siquiera se plantean comprar monedas de 500 euros; ya ni hablamos de las de 5.000. Otros dirán que tampoco les afecta porque ellos no son unos “rellena huecos“ y simplemente adquieren monedas que les gustan estética o históricamente. Pero lo que tengo muy claro es que todas las colecciones se ven afectadas muchísimo por la psicología del coleccionista. Por eso creo que es necesario que los coleccionistas nos conozcamos a nosotros mismos y adaptemos nuestra metodología a nuestra propia forma de ser. Hay tantas maneras de coleccionar como coleccionistas y al final lo más importante es que disfrutemos del proceso.

Las imágenes que ilustran la entrada son 1 peseta de 1885 (18-86) y 50 céntimos de 1896 (9-6) variante oreja rayada. Ambas son platas de Alfonso XIII subastadas por Martí Hervera y Soler y LLach.

13 comentarios en “La psicología del coleccionista: ejemplo de El Centenario de la Peseta”

  1. En este caso concreto que citas, se podría argumentar lo siguiente:
    a) los precios de las dos primeras pesetas estaban totalmente por encima de mercado o el precio de la que finalmente adquirió era un «chollo».
    b) el mercado ha ido a la baja de ahí que finalmente haya podido adquirir la tercera a un precio notablemente inferior.
    En el caso b) si el comportamiento del mercado hubiera sido al revés, tu amigo hubiera hecho muy mal no comprando las primeras.
    En el caso a) estamos ante un fallo de mercado.
    El comportamiento de tu amigo de «invierto en monedas de baja calidad como un freno a que pague demasiado por la de mucha calidad» lo veo costoso y frustrante. Costoso porque, aparte del precio que finalmente pagas por la de calidad, pierdes en las otras. Frustrante porque hace que desde el momento que adquieres una moneda no sientas empatía alguna por ella ya que tu objetivo es si o si reemplazarla. Es como » me gusta la rubia pero me quedo con esta y así evito ser un pagafantas».
    Otra cosa es que mejoremos la calidad porque nuestras condiciones económicas cambien y nos lo podamos permitir, pero como estrategia de partida, no lo veo.
    Saludos.

  2. Francisco Javier Sánchez

    Como en todos los campos de la vida, la verdad es que hay gente «pa tó» ( para todo, si no se entiende la expresión). Hay, casi, tantos tipos de coleccionistas como tipos de personas. En mi caso: en mi colección sólo aspiro a tener una representación monetaria de la Historia de la Corona de Castilla y de la Historia de España.

  3. El título es psicología del coleccionista, yo si veo bien , muy bien su estrategia. El es un coleccionista que puede gastar cierta cantidad de dinero por una moneda ( unos miles, yo no puedo). Entonces, cuando compra una moneda de 50 , no va a estar apurando por comprarla por 40 como hago yo , porque esa pérdida de tiempo, es más frustrante para él . En cambio, es sigue mi estrategia en el rango donde esta dispuesto a gastar para una pieza ( más o menos 5000) y hay puede tener un ahorro bastante considerable

  4. Lo entiendo perfectamente, yo también soy de diseñar una colección en la cabeza, completarla con moneda a bajo coste, y luego, tranquilamente, y sin «ansia viva», ir reemplazando peones por reinas. Por supuesto es más rentable económicamente poner una foto en el hueco y esperar, pero es parte del disfrute.

  5. Yo lo veo muy inteligente…
    Se conoce a si mismo, sabe de que pie cojea y obra en consecuencia con un sistema que a el le funciona muy bien.
    A otro no le funcionaría.

  6. Totalmente comprensible…muchos coleccionistas con el tiempo «canibalizamos» nuestras piezas, y creo que eso esta bien, pues nos permite acceder a piezas que de otro modo no llegariamos y es muy gratificante desde el momento que ideamos una nueva coleccion. Lo unico que creo tenemos que tener en cuenta al momento de vender parte de nuestra coleccion,en el caso de cambiar tematica (no de mejorar estados) es tomarnos un tiempo para tener muy claro y pensar muy bien que es lo que nos gusta de el nuevo conjunto que vamos a crear, imaginarnos en nuestra mente como quedaria nuestra coleccion en el album o monetario (pensar en la cantidad de piezas si es una coleccion centrada mas con un enfoque historico que completista), pensar en las piezas que integrarian nuestra coleccion y el rango de estados en la que aproximadamente nos manejaremos y hacernos la idea que esta nueva coleccion va a durarnos una buena parte de nuestras vidas, pues es generalmente grande el desembolso economico y es muy triste empezar una nueva coleccion y al poco tiempo volver a cambiarla una vez mas porque nos ha mordido nuevamente el gusanillo, quedandonos muchas veces con un cambalache de monedas de nuestras colecciones anteriores… Tambien sucede muy a menudo que cambiamos mil veces de ubicacion las piezas en nuestro monetario o album (por metal, despues por valores decrecientes despues crecientes, por reinados, etc etc aunque todo esto forma parte del disfrute de coleccionar) Saludos!

  7. A mí me pasó que me compré un ejemplar de 5 pesetas de 1875 EBC- por 82€ (con comisiones) pero cuando la recibí no me terminó de convencer del todo y me deshice de ella por 65€, esos 65€ los sumé al presupuesto de este mes. La verdad es que puede parecer que es una pérdida de dinero, pero sino te convence lo mejor es buscar otra…

  8. Este tipo de coleccionista que comentas existe y actúa así porque el periodo de monedas que colecciona es «abundante», no sé si en moneda medieval o hispánica antigua podría.

  9. Adolfo Ruiz Calleja

    jeje Veo que en general entendéis al coleccionista y veis que el aspecto psicológico de cada cual es importante a la hora de forjar una colección (y a la hora de hacer prácticamente cualquier cosa en la vida).

    @Cesar, yo creo que un coleccionista de El Centenario es más propenso a este tipo de comportamientos porque se trata de una «colección cerrada» (es decir, que el coleccionista puede definir de antemano las monedas que van a entrar en su colección) y es relativamente sencillo encontrar casi todas las monedas en cualquier calidad.

    No tendría sentido que a un coleccionista de moneda medieval o hispania antigua le entren sudores por no tener su pieza amada en SC. Más que nada porque de moneda hispánica o medieval no existen ejemplares en alta calidad para casi ningún tipo de monedas, y porque al ser un periodo tan amplio y con tantísimos tipos y variantes, es totalmente imposible completarlo todo.

    Saludos,
    Adolfo

  10. Me refiería más bien a ser capaz de dejar pasar una pieza muy buena para más adelante porque en moneda contemporánea es posible, pero no en antigua.

  11. Saludos a todos, desde mi punto de vista , esa forma de coleccionar es totalmente antieconómica, yo lo llamaría ansia viva con mezcla de fatiguitas del querer y no poder, para eso solo existe una medicina , autocontrol con dosis de disciplina, es decir se debe de esperar a que la pieza deseada se ponga a tiro y entonces ir a por ella, como en la caza, pero vamos esta es solo mi modesta opinion y cada uno hace su coleccion y la disfruta como le da la gana, pero como normalmente los recursos son limitados, creo que debemos utilizarlos con prudencia.

  12. Veo muy instructiva esta entrada. En mi opinión el coleccionista evoluciona según crece (tanto en ámbito numismatico, mentalmente, como en edad ), porlo que su colección se ve modificada. Una de las claves en la decisión de modificar su colección está en la edad con la que se inicie uno. Estoy convencido que existen coleccionistas que, iniciandose a los 15 años y tras 20 años en el hobby, mantienen sus piezas joviales como pilares en su colección, sin existir otra pieza mejorada. Pero lo más probable es que sea una minoría.
    Yo me considero completista del centenario y empecé a los 15 años. Tras muchos años empecé a querer mejorar mi colección, poco a poco, relegando el puesto de las piezas de mis inicios y condenandolas a una venta más actual a mis conocimientos. Osease, perdiendo dinero pero disfrutando del coleccionismo. Hoy es el día que adquiero alguna pieza que en mano no me convence, y sé que acabará la misma fortuna. Así que tras estos años he aprendido a que soy un inconformista\perfeccionista, por lo que ahora intento adquirir la máxima calidad posible, con la falsa idea de que así, siempre me tendrá satisfecho. Pero se, que seguiré siendo el mismo inconformista\perfeccionista, por lo que mañana no se por donde me darán los tiros.
    La única ventaja es que tras la despedida de las primeras piezas, aquellas que compré con gran pasión, mi empatía y afección hacia las nuevas a disminuido, y pocas hay que me detengan el dedo en la tecla de «vender» un peso Puertorriqueño de Alfonso XIII, para mañana «comprar» una Dobla de la Banda de Juan II.
    Un saludo.

  13. En mi caso, colecciono desde los 8 y tengo 46. No me canso porque aunque tengo preferencias me interesa todo. Comencé como todos, centenario y países del mundo pero poco a poco he ido ampliando, retrocediendo más y más en antigüedad en todo hasta llegar a moneda antigua. Cuando el presupuesto es menor profundizo en países concretos o culturas exóticas. Lo que me motiva es el fenómeno numismático en sí , tener un museo en miniatura de la moneda. No necesito grandes calidades sino algo así como numismática comparada. Últimamente estoy con los cash chinos y sus satélites japoneses, koreanos… sin que renuncie a un buen denario o una notgeld alemana.

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